sex, lies, and videotape

25 de febrero de 2015

Sobrepuesto ya al impacto inicial que me produjo sex, lies, and videotape, la opera prima de Steven Soderbergh, paso a dejar consignada mi interpretación. Con esta película me ocurrió algo que pocas veces me ha pasado: quedé instantáneamente prendado; la conmoción fue tal que durante varias semanas volví a verla a diario, descubriendo nuevos detalles en cada ocasión, y convirtiéndose en una de mis favoritas. 

En mi criterio, el éxito de la película reside en la originalidad y en la profundidad psicológica del guión, en las cuatro soberbias actuaciones (siendo la de James Spader sencillamente fuera de serie), y, por supuesto, en la notable dirección de un guión muy riesgoso. No por casualidad, sex, lies and videotape ganó la Palma de Oro y Spader el premio al mejor actor en el Festival de Cannes 1989. Si a eso le añadimos que se trata de un film independiente de bajísimo presupuesto aproximadamente USD 1.200.000, considerado por muchos como uno de los determinantes de la destacada producción de cine independiente que se dio en los 90 (respaldada enormemente por Miramax), podemos afirmar que estamos ante una de las cintas mejor logradas y de mayor impacto de los últimos veinticinco años.

La película admite múltiples interpretaciones que de raro no tiene nada, pero quiero proponer la mía en forma de lista numerada; algunas veces me expresaré en inglés, cuando me resulte más cómodo, pues no he visto el film doblado o subtitulado en español, y por eso muchas ideas  se me vienen a la mente en inglés.