Apuntes mirmidónicos LXIII

17 de febrero de 2023

I

Primer presidente de izquierda. La mayoría de los países de la región eligieron democráticamente a presidentes de izquierda mucho antes que Colombia: Chile (P. Aguirre Cerda, 1938; S. Allende, 1970), Argentina (H. Yrigoyen, 1916; J. D. Perón, 1946; C. Menem, 1989; N. Kirchner, 2003), Ecuador (C. Guevara, 1956; J. Roldós Aguilera, 1979; R. Borja 1988; R. Correa, 2007), Nicaragua (D. Ortega, 1985), Perú (A. García, 1985), Venezuela (H. Chávez, 1998), Brasil (L. I. Da Silva, 2003), Uruguay (T. Vázquez, 2005; J. Mujica, 2010), Bolivia (J. Paz Zamora, 1989; E. Morales, 2006), México (A. López, 2018). Como todo en Colombia, llegó tarde pero llegó la hora de revisar democráticamente esta ideología política que, en mi criterio, en la práctica resulta ser hermana gemela de la derecha. 

II

Estaba convencido de que una persona claramente ubicada en la izquierda del espectro político y, de contera, exguerrillero (con el agravante de que supuestamente era conocido como "el Cacas" por aquellos años, porque presuntamente defecaba sobre las cabezas de los secuestrados, acusación que hiede a calumnia rastrera), jamás llegaría a ser presidente de Colombia. Pensaba que semejantes elevaciones de civilidad solo estaban reservadas para sociedades muy avanzadas, como Uruguay o Chile; que con base en los antecedentes violentos de este país, alguien de esas características sería asesinado si cogía fuerza y se perfilaba como presidente; tenía siempre presente que, con muchas menos connotaciones negativas, eliminaron a R. Uribe Uribe, J. E. Gaitán y L. C. Galán (aunque el móvil principal del homicidio de este último fue su oposición al narcotráfico y haberse comprometido a extraditar a los capos de llegar a ser presidente). Y, por qué no decirlo, se curaron en salud matando a J. Pardo Leal (1987), B. Jaramillo Ossa (1990) y C. Pizarro Leongómez (1990), para mencionar solo a los más prominentes presidenciables de izquierda de esa época. Aún me parece incongruente que las fuerzas armadas, así sea por imperativo legal, apoyen, sean el sostén, de un presidente exguerrillero, dado que la guerrilla es la némesis de las fuerzas armadas, por la que profesan enconada aversión; no me quiero ni imaginar cómo se habrá tomado la elección de Petro el coronel Luis Alfonso Plazas Vega, responsable directo del operativo de retoma del Palacio de Justicia y enemigo público número uno del M-19, al que odia visceralmente. Tengo la sensación de que, en esas condiciones, un presidente está expuesto a un golpe de Estado sobrevenida una crisis. En plena campaña, el comandante del Ejército durante la casi totalidad del mandato Duque, general Eduardo Zapateiro, expresó públicamente su rechazo al candidato Petro cuando fue evidente que su arribo a la Casa de Nariño era un hecho; poco después dimitió y Duque exaltó sus logros en la transmisión de mando. Durante la campaña presidencial me enteré de que Petro prometió volver asequibles los ascensos en las fuerzas militares, pues hoy solo una élite puede ocupar los altos mandos, lo que generó el apoyo de muchos militares con esas aspiraciones. Y no se pierda de vista que la guerrilla nunca ha gozado de aceptación popular en Colombia, apoyo definitivo sin el que ningún movimiento insurgente alcanza el poder. Casi unánimemente, el pueblo colombiano detesta a la guerrilla, especialmente a las FARC.

III

No obstante cuanto precede, era consciente de que Petro no es guerrillero activo desde 1990, que la desmovilización del M-19 es modelo de proceso de paz, que en el hecho de entregar las armas, en teoría, reconoció que fue derrotado, que había equivocado el camino, demostró propósito de enmienda y arrepentimiento, y quedó rehabilitado para la sociedad. También era consciente de que su extraordinario desempeño como congresista (destapó la parapolítica, entre otros escándalos mayores), que nunca volvió a delinquir, su valentía, su brillante inteligencia, su talla de estadista, su sólida preparación, su completa y realista visión de la problemática colombiana y sus propuestas progresistas lo avalaban moralmente y lo calificaban sobradamente. Expresaba todas esas reflexiones con gran convicción a mis conocidos; sin embargo, me equivoqué en mi conclusión de que nunca sería presidente. Prueba contundente e irrefutable de que los tiempos han cambiado. La Colombia actual está lejos de ser el país conservador y pacato que alguna vez fue; hoy es una nación desenfadadamente liberal.


IV

Vientos de cambio y esperanza se sintieron tras la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia y de Francia Márquez vicepresidente, primera persona de raza negra que ocupa tan alto cargo. La posesión incluyó hechos y personas simbólicos, como la banda presidencial terciada al nuevo mandatario por la hija de Carlos Pizarro, y la presentación en sociedad de la espada de Bolívar, acto culminante de la ceremonia dado su profundo simbolismo y por la controversia previa que se generó con el presidente saliente, quien no permitió que el arma se trasladara de la Casa de Nariño al atrio del Capitolio (sitio de la ceremonia de posesión) antes de entregar el poder. Por cierto, la espada utilizada ese día debe ser réplica, pues tengo entendido que la original reposa en una bóveda del Banco de la República por indudables razones de seguridad. Muy presente el M-19. 


V

Laudable el acercamiento del nuevo presidente con Á. Uribe Vélez. Hasta José Félix Lafaurie parece estar de acuerdo con Petro, en la restitución de tierras, al menos; incluso su esposa, María Fernanda Cabal, ya no despotrica tanto y se la nota más estadista, sin duda gracias a la nueva faceta de su esposo y a sus aspiraciones presidenciales (de ella, aunque el marido es más inteligente y calificado). Y el mismo fenómeno se observa en Paloma Valencia. De todas formas, le será muy difícil al nuevo presidente sacar adelante las trascendentales reformas que requiere la nación, como la pensional y la de la salud, dados los poderosos intereses económicos que se interponen; ya ha habido varias protestas de la oposición, la primera, a escasos dos meses de su posesión, algo inexplicable, nunca antes visto. 


VI

Elección extraña, hay que decirlo: solo hubo un candidato; literalmente, Petro no tuvo con quién. En la primera vuelta, su principal contendor fue Federico Gutiérrez, tipo feo y desaliñado, melena desgreñada, incipiente barba de dos días, de repulsivo acento de gamín antioqueño, portador del tradicional discurso anodino politiquero: sin ideas, desconectado de la realidad, falto de compromiso con las grandes transformaciones que requiere el país. Para rematar, asociado al uribismo e identificado con un sobrenombre penoso: "Fico", el cual, en vez de acercarlo psicológicamente a la gente, cual es la intención de su instauración en la mente del gran público, en realidad le resta aún más a la prestancia propia de la dignidad a la que aspiraba, y constituye la guinda de su imagen caricaturesca e insustancial. 


VII

En la segunda vuelta, un señor cascarrabias, deslenguado, bravucón, buscapleitos, pegón, sin experiencia política de valía (aunque después de que eligieron a Duque, totalmente desconocido seis meses antes de su elección y nula experiencia en el ejecutivo, se tiene que esperar lo que sea), que arrastraba a cuestas el estigma de una alcaldía a la que renunció por problemas legales, metido en enredos de esa corrupción que tan acérrimamente pregona combatir y, sobre todo, de nulo discurso, tanto, que se negó a sostener debates con su rival, dejándole el camino libre. ¿Cuándo se había visto eso? Cualquiera se daba cuenta, hasta Duque, el presidente que no existió, quien poco después de las elecciones hizo el mismo análisis antes expuesto en entrevista que le dio a Vicky Dávila, señalando que todo le parecía sospechoso y que Rodolfo Hernández le había dejado la vía expedita a G. Petro. Pocos días después de la segunda vuelta, Hernández visitó al flamante presidente electo en medio de apretones de manos, hondos abrazos y amplias sonrisitas.


VIII

Un cambio de discurso, moderado, más hacia la centroizquierda e hiperprogresista, con seguridad contribuyó considerablemente a la victoria de Petro. Ni siquiera hicieron mella en su camino al triunfo las filtraciones de las conspiraciones y estrategias nada convencionales aunque ya comunes en cualquier campaña política moderna, tipo J. J. Rendón de los cerebros de su campaña, en las que se ve a Petro candidato guardando prudente y reflexivo silencio.


IX

Esta elección completa la transformación de la sociedad colombiana de la que hemos sido testigos en los últimos lustros; hoy por hoy, Colombia es uno de los países más liberales (algunos dirán "progresistas" o "tolerantes", conceptos con los que no estoy de acuerdo) del mundo, patente en profundos cambios en los derechos civiles como el aborto, la eutanasia, la legalización de las uniones del mismo sexo, la adopción homoparental, la flexibilización, casi despenalización del consumo de drogas, el uso medicinal de la marihuana. Ojalá no defraude este presidente.


X

Barranquilla, nuevamente estancada. Se sabe que la administración de Pumarejo hijo no ha podido adelantar obras necesarias porque el distrito está pagando las ingentes deudas adquiridas durante la administraciones Char y Noguera. 


XI

Pumarejo es otro gobernante desconectado de la realidad, indolente, megalómano; y como ya es usual entre nuestros gobernantes, desaliñado, barbado, pésimamente presentado, con facha de drogadicto, malhablado, gaminesco, caricatura de caricaturas, un auténtico mamarracho. 


XII

La inseguridad generada por la delincuencia, desatada; homicidios, ajustes de cuentas, masacres, balaceras, atracos a comercios, narcotráfico, extorsiones, todo tipo de robos. Transmetro funciona a medias, no es sostenible económicamente y sus destartalados buses permanecen más tiempo dañados que operativos. Las calles, llenas de huecos y grietas, incluso las acabadas de construir, como la 30. La ampliación de la Cordialidad nada que termina (empezó en la administración Char-II). La calidad de las obras, como de costumbre: mala. La Circunvalación, repleta de huecos e irregularidades ("bateas"). Los jardines y el mobiliario de los parques, descuidados y dañados, igual las máquinas de los gimnasios; no existe programa de mantenimiento preventivo ni correctivo a pesar de que la ciudad acaba de recibir un premio internacional por el programa "Todos al parque". La movilidad, cada día peor. Desde que la Triple A pasó a manos colombianas, el agua sale marrón y se dispararon las tarifas. Se terminó la canalización del arroyo de la Felicidad, obra iniciada por la administración anterior, pero ni siquiera se propusieron otras muy necesarias canalizaciones, la obra civil de mayor impacto en la historia de Barranquilla. El puente de Barlovento sobre el caño de la Tablaza que comunica la carrera 50 con la isla de la Loma nunca entró en servicio; el teatro Municipal, clausurado y ni esperanzas de que se reabra; el Museo de Arte Moderno nunca se terminó de construir, y el Parque Cultural del Caribe (conformado por el Museo de Caribe más espacios como la plazoleta) no solo cerró, sino que lo que quedó después de que desvalijaron las instalaciones se encuentra en aterrador e indignante estado de abandono y ruina (si se tratara de rescatar habría que construirlo de nuevo); solo duró unos diez años, sin duda el más grande desastre en materia cultural en la historia de Barranquilla (por cierto, nadie ha dicho nada). Y en el sector privado, no arrancó Arena del Río. El panorama es desalentador.


XIII

Hay que rescatar estos pañitos de agua tibia que, sin embargo, hay que esperar verlos terminados:


XIV

Cuando los ingenieros de sistemas se dieron cuenta de que había gran demanda de desarrolladores de software y que les pagaban muy bien, muchos que laboraban en infraestructura se volvieron desarrolladores, creando un déficit en infraestructura; hay muchas oportunidades ahí.


XV 

De fuente fidedigna sé también que ya no quedan desarrolladores disponibles en Colombia, razón por la cual se están buscando en países vecinos. Hay gente dedicada exclusivamente a ello, y ganan muy bien también. Extraordinario el disparo del desarrollo; las competencias que se exigen hablan de Inteligencia Artificial, Machine Learning, arquitectura y sistemas automotrices, sistemas embebidos y en tiempo real, software para vehículos, etcétera, tecnologías que hace solo unos pocos años sonaban a ciencia ficción y cuya instauración y uso se veían lejanos.


XVI

El boom de la ingeniería de sistemas parece imparable; la pandemia causada por la peste de China de 2019 le dio el impulso definitivo, fenómeno iniciado con el desarrollo móvil y las apps a fines de los años 2000. Es sencillamente impresionante lo que se está haciendo, lo que se requiere, lo que viene (se dice que la Inteligencia Artificial reemplazará a millones de trabajadores y que por esa razón gigantes como Amazon, Google, Meta, Microsoft y Twitter están despidiendo ya a miles de sus empleados) y lo que se está pagando a los profesionales de esta rama del conocimiento que cambió radicalmente el mundo. Tenía razón mi papá en 1991, algo que no alcancé a reconocerle en vida, pues murió hace tres años; lo hago ahora simbólicamente. Gracias, papi, descansa en paz.


Apuntes mirmidónicos LXII - LXIV