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19 de marzo de 2015
I
Completamente desacertado el diseño inclinado -la nueva modita- de la plaza de San Roque, y lo peor, su zona de... ¿de qué? ¿comercial acaso? ¿para qué? Aquí definitivamente no dan pie con bola: se crea una plaza, que por definición es un espacio público abierto, pero destinan una enorme zona a uso comercial, léase... privado. ¿Dónde habrán copiado menudo concepto? ¿O es ingenio cien por ciento barranquillero? ¿Y esas estructuras metálicas tan burdas? Terrible tanto el diseño inclinado -del que no había necesidad- como el cuarto de plaza tomado para locales comerciales, qué mal. A propósito, la plaza de San Nicolás también es inclinada y tiene zona “comercial” (para los vendedores de flores), solo que más discreta.
II
No entiendo la actitud de algunos católicos que se han rasgado las vestiduras por el especial de Séptimo Día que denunció la pederastia y la connivencia al interior del clero. Parece que quisieran que las cosas siguieran así, a menos que crean que no son como lo demuestran las abrumadoras pruebas. Me pareció excelente el programa, ojalá les den cadena perpetua a esos degenerados que no son ni curas ni católicos. Hay que limpiar la Iglesia de una vez por todas. Y ojo, que Séptimo Día se quedó corto: en 1976, el mismísimo Pablo VI -alma bendita- tuvo que salir a desmentir públicamente el fuerte rumor de que, cuando era arzobispo de Milán y se llamaba Giovanni Montini, había sido amante del actor italiano Paolo Carlini. Por cierto, Paolo es Pablo, en italiano.
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