Apuntes mirmidónicos LXVI

I

Ahora no hay que salir a la loca a copiarse de las carrozas de Pasto, entre otras cosas porque los pastusos hacen muchas de las carrozas del carnaval de Barranquilla desde hace años, y si no las han hecho iguales a las de su festejo, por algo será. Cada quien guerrea con lo suyo, y ponerse a imitar técnicas, materiales y motivos sería ridículo; en pocas palabras, pésima idea. Ahora bien, eso no quiere decir que las carrozas del carnaval barranquillero no puedan evolucionar; he aquí algunas ideas de motivos para carrozas basados en hechos folclóricos, anecdóticos, sociales e históricos, como hacen desde antiguo no solo en Pasto, sino en muchos carnavales y festejos del mundo, como las Fallas de Valencia, España:



II

El norte de Barranquilla hasta los años 90 era aun más hermoso y espectacular que el de ahora por una sencilla razón: no se habían demolido las casas de la gente pudiente, dueñas de una arquitectura jamás vista en urbe alguna de Colombia, y cuidado de América Latina. En los últimos años los foráneos están descubriendo el norte (y en general a toda Barranquilla) y algunos locales lo están explotando turísticamente.


III

Quedé atónito cuando hace un mes vino a dar a mis manos una guía de Barranquilla de 1996. Cuánto ha cambiado la ciudad en casi 30 años. Lo más chocante fue recordar cómo era originalmente el centro comercial Villa Country, eso da grima. Eliminaron la preciosa arquitectura tropical de pasillos abiertos para encerrarlo sobreponiéndole una enorme e inexpresiva cubierta, todo para instalar aire acondicionado. Me recuerda mucho el Mall Plaza, esa incomparable muestra de arquitectura fracasada, fea, cero en propuesta estética y formal. Por lo visto es tendencia, pero no hay derecho a afear la ciudad de esa manera. ¿Quiénes serán los geniecillos?


IV

Colombia tiene más atractivos turísticos de los que uno cree. Hace poco me enteré de la existencia de la Ciudad Perdida de Falán, Tolima, ruinas de una ciudadela española que existió en la época colonial (siglo XVII) cerca de las Reales Minas de Santa Ana. 


V

Ciertos dislates se evitarán cuando se concienticen de que este es un país de regiones (como todos), y de que aquí rara vez cabe la unanimidad (Perogrullo). Afortunadamente no hay en Colombia plato nacional, sino múltiples comidas regionales.


VI

El gobierno Duque incumplió, pero el gobierno Petro, en cabeza de su ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, se comprometió a pagar lo incumplido y tampoco cumplió. Todo el mundo vio a la ministra a finales de 2023 en Chile con el entonces alcalde Jaime Pumarejo recibiendo y enarbolando la bandera de los juegos. Qué espantoso ridículo. Luego la directa responsable del desastre de los Panamericanos es la administración Petro. 


VII

Menos mal le quitaron la organización de esos juegos clandestinos a la ciudad. Nadie les presta atención. ¿400 millones de dólares para que unos se sientan importantes y orgullosos y para que los vendedores de agua, los hoteleros y los taxistas, entre otros, incrementen sus ganancias durante 20 días? Sean serios. Para no mencionar lo que se robarán en los contratos que se repartirán a dedo para construir escenarios deportivos que no se usarán después de que acaben las justas y a los que no se les hará mantenimiento, como ha ocurrido con las instalaciones en que se desarrollaron los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018. 


VIII

Y planeaban el peor exabrupto: realizar los juegos no solo en Barranquilla, sino también en Cartagena, Santa Marta y léase bien Valledupar. Y cuidado Cali, donde siempre hacen las competencias de ciclismo en pista, nadie sabe por qué. Dizque “juegos de la región Caribe dijo Petro. ¿Qué les pasa? ¿No obtuvo sola Barranquilla la sede basada en su infraestructura, experiencia en este tipo de justas y oferta cultural? Siempre se sustentan esas candidaturas no solo con la infraestructura de escenarios deportivos de la ciudad, sino con sus condiciones urbanísticas y oferta cultural (Barranquilla termina seduciendo con sus muestras del carnaval). ¿Se presentaron muestras culturales de Cartagena, Santa Marta y Valledupar cuando Barranquilla obtuvo la sede? No. ¿Cuentan esas ciudades con la infraestructura vial, de transporte, logística y, sobre todo, las condiciones urbanísticas para acoger los juegos? Menos. Hay que reconocer que en ese sentido los Juegos Panamericanos han tenido nivel, es decir, no se han celebrado en cualquier parte y siempre en una sola ciudad, no en varias: han sido especialmente capitales las que los han acogido, revisemos las sedes latinoamericanas: Buenos Aires, Ciudad de México, La Habana, Santiago, Lima, Santo Domingo, San Juan, Caracas, las megalópolis brasileñas São Paulo y Río de Janeiro, y ciudades no capitales con características de metrópolis como Guadalajara, Cali y Mar del Plata (la otra habría sido Barranquilla), para no hablar de las urbes canadienses (Toronto, Winnipeg) y estadounidenses (Chicago, Indianápolis). Así como los Juegos Olímpicos están reservados para las más importantes metrópolis del mundo: París, Tokio, Londres, Pekín, Berlín, Sydney, Seúl, Múnich, Los Ángeles, Ciudad de México, Río de Janeiro. Los juegos se celebran en una, no en varias sedes, hacerlo desvirtúa el concepto de ciudad sede y es injusto con la ciudad que se ganó el derecho presentando y sustentando sola su candidatura.


IX

Ojalá hicieran el lobby para que los 400 millones de dólares se empleen en recuperar la infraestructura cultural de Barranquilla, que bien maltrecha está. Con esa plata se recuperan fácilmente el teatro Municipal, el Parque Cultural del Caribe, el Museo Romántico, el Museo del Atlántico y se termina el Museo de Arte Moderno.1


X

Países ultraavanzados y ricos como Suiza, Noruega, Austria o Dinamarca jamás han organizado ningunos juegos deportivos de peso continental o mundial. Suecia (1912), Bélgica (1920), Holanda (1928) y Finlandia (1952) organizaron los juegos olímpicos una vez a principios del siglo XX, cuando la exigencia económica de estadios e infraestructura no era tan elevada. No creo que los vuelvan a hacer, al menos como única sede.


XI

Desde hace un tiempo, una nueva psicosis se ha enseñoreado de nuestros gobernantes y medios de comunicación: nos atribuyen sueños. ¿Puede haber palabra más poética y ensoñadora? Lo dudo, así que punto a favor para los estrategas de marketing de la administración local. Pero se les olvidó un pequeño detalle, un pequeñito detalle: esos sueños nada más existen en sus pequeñas cabezas. Para la ciudadanía cuerda, con esa palabrilla demuestran la mala intención de crear la ilusión de felicidad en la gente mediante la sensiblería. ¿Pero por qué se les habrá dado por expresarse de tan ridícula manera? ¿De verdad creerán que nos tragamos semejante artimaña tan barata? Es por la misma línea interiorana de hablar en diminutivo o sea, con cariño, con amor, esa de la que Uribe Vélez abusó hasta el hastío: el perrito, la callecita, la finquita, los abuelitos, la casita, el carrito, la mamita… ¿Me pasas la bolsita, por fa? Y mutilan las palabras fingiendo un efecto amable, suavizado: el góber, la bici, los peques, la sele. ¿Creen que con eso conmueven íntimas fibras? Lo que hace la falta de hombría. El Movistar Arena: ¡el nuevo sueño de Barranquilla! ¡Barranquilla sueña con los Panamericanos! ¡El sueño de los barranquilleros de darle la cara al río, al mar…! Pero fue Pumarejo Heins quien llevó más allá del fastidio, hasta el hostigamiento y el ridículo, sus sueños más íntimos y se los endosó a Barranquilla. Veamos esta ternurita:

Y la administración Char III no se queda atrás.

Es decir, ciertos gobernantes, por el hecho de haber sido elegidos, se arrogan el derecho de pensar, sentir y hablar por toda la colectividad... No puede ser. La plataforma de palitos de la ciénaga de Mallorquín no era sueño de Pumarejo Heins y sus gregarios, sino de Barranquilla entera, lo mismo que el ordinario “bus fluvial” que no dejó en funcionamiento y el vagón anacrónico e inoperante de Bocas de Ceniza. Y pensar que tantas veces se llaman sueños a lo que en realidad son pesadillas, como los Panamericanos. Lo uno y lo múltiple, he ahí la cuestión. Y los sueños, sueños son.


XII

Bien le vendría a Barranquilla tener un museo de la salsa, y La Troja es el sitio llamado a montarlo, de hecho cuando murió Joe Arroyo escuché que en su segundo piso iban a inaugurar un salón para conmemorarlo, lo cual podría ser el embrión; y también hay una Sala Jairo Paba”, homenaje al incomparable locutor prematuramente fallecido. Se llamaría algo así como Museo o Templo de la Salsa, y estaría conformado por:



XIII

Y no participará el campeón del béisbol profesional colombiano en la Serie del Caribe 2024 que se celebrará en el LoanDepot Park de Miami del 1.° al 9 de febrero. La cuota que exige la Confederación de Béisbol del Caribe para participar es alta y no hay quien la asuma, la empresa privada el torneo y los equipos son privados no tiene con qué. Sería bueno para el desarrollo del béisbol en el país que el Estado colombiano, a través del gobierno de turno y su ministerio del Deporte, incluyera una partida anual para que el campeón colombiano participe en ese tradicional y prestigioso certamen.


Apuntes mirmidónicos LXV - LXVII


Barranquilla, 25 de enero de 2024

ALGUNAS CIUDADES SALSERAS

Nueva York, EE.UU.

Caracas, Venezuela

Caracas, Venezuela

Ponce, Puerto Rico

Ponce, Puerto Rico

Santo Domingo República Dominicana

Santo Domingo, República Dominicana

Ciudad de Panamá

Ciudad de Panamá

San Juan, Puerto Rico

San Juan, Puerto Rico

Barranquilla, Colombia

Cali, Colombia

Cartagena de Indias

Cartagena, Colombia

Callao, Perú