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Omnívoro - Wikipedia en español.> 17:54 20 dic 2017 Ortisa discusión contribs. m 7.476 bytes (+18).
Omnivor - Wikipedia în limba română = 19:03 28 may 2014 AT09W discusión contribs. 2.510 bytes (0).
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17:54 20 dic 2017 Ortisa discusión contribs. m 7.476 bytes (+18).
El ser humano
De igual manera, el ser humano es también un animal omnívoro.[6] En las primeras especies del género Homo, el paso de una alimentación eminentemente vegetariana no se debió a cuestiones culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor desarrollo cerebral.[6] Sin embargo, en el humano, una dieta demasiado rica en proteínas necesita el complemento de carbohidratos y grasas, de lo contrario pueden aparecer carencias nutricionales importantes que pueden incluso provocar la muerte.[cita requerida] Aunque no es necesario el consumo de carne para el ser humano, los vegetales, frutas y cerales son indispensables para no presentar carencias nutricionales.
Entre las evidencias para considerar omnívoros a los humanos, se pueden citar:[3]
La evidencia arqueológica indica que los humanos tuvieron una dieta que incluía carne, fueron cazadores-recolectores desde sus inicios. Cuando comenzó la domesticación de las fuentes de alimento, se dio tanto con vegetales como con animales.
La cantidad y distribución de los diferentes tipos de células del intestino (más que su longitud) son el rasgo más importante para determinar una dieta típica. Los perros son carnívoros en origen, pero sus características intestinales presentan más rasgos en común con los omnívoros. Los lobos, por su parte, comen bastante material vegetal.
Casi todos los comedores de plantas tienen cubas de fermentación (cámaras donde la comida permanece un tiempo mientras es atacada por microbios). Los rumiantes como la vaca y el ciervo tienen sacos anteriores (esófago y estómago modificados); los caballos, rinocerontes y los monos colobinos tienen sacos posteriores, en el epigastrio. Los humanos no poseen tales especializaciones.
La evidencia sobre la estructura y función de nuestras manos y quijadas, comportamiento, e historia evolutiva, o bien apoya la idea de una dieta omnívora, o bien falla en sustentar un vegetarianismo estricto. Pero la mejor evidencia está en los dientes: los caninos cortos de los humanos son una consecuencia funcional de un cráneo expandido y la necesaria reducción en el tamaño de las quijadas. En los primates, los caninos funcionan tanto como armas defensivas como de amenaza visual; los gorilas y geladas (que son los grupos con caninos más grandes) tienen una dieta básicamente vegetariana. En los sitios arqueológicos, molares humanos rotos se confunden a veces con premolares o molares de cerdos (un omnívoro clásico). Por otro lado, algunos herbívoros tienen incisivos bien desarrollados que también a veces se confunden con los de los humanos.
Las glándulas salivales también indican que somos omnívoros. La saliva y la orina varían, más que según el grupo taxonómico, de acuerdo a la dieta.
Citando al Dr. John McArdle (vegetariano, anatomista y especialista en primates):[3]
Los humanos son un ejemplo clásico de omnívoro en todos los rasgos anatómicos relevantes. Ni la anatomía ni la fisiología permiten suponer que los humanos están preadaptados a una dieta vegetariana. Por lo cual, los mejores argumentos en favor de una dieta sin carnes siguen siendo los ecológicos, éticos, o las cuestiones de salud.
Véase también
Referencias
El ser humano
De igual manera, el ser humano es también un animal omnívoro.[6] En las primeras especies del género Homo, el paso de una alimentación eminentemente vegetariana no se debió a cuestiones culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor desarrollo cerebral.[6] Sin embargo, en el humano, una dieta demasiado rica en proteínas necesita el complemento de carbohidratos y grasas, de lo contrario pueden aparecer carencias nutricionales importantes que pueden incluso provocar la muerte.[cita requerida] Aunque no es necesario el consumo de carne para el ser humano, los vegetales, frutas y cerales son indispensables para no presentar carencias nutricionales.
Entre las evidencias para considerar omnívoros a los humanos, se pueden citar:[3]
La evidencia arqueológica indica que los humanos tuvieron una dieta que incluía carne, fueron cazadores-recolectores desde sus inicios. Cuando comenzó la domesticación de las fuentes de alimento, se dio tanto con vegetales como con animales.
La cantidad y distribución de los diferentes tipos de células del intestino (más que su longitud) son el rasgo más importante para determinar una dieta típica. Los perros son carnívoros en origen, pero sus características intestinales presentan más rasgos en común con los omnívoros. Los lobos, por su parte, comen bastante material vegetal.
Casi todos los comedores de plantas tienen cubas de fermentación (cámaras donde la comida permanece un tiempo mientras es atacada por microbios). Los rumiantes como la vaca y el ciervo tienen sacos anteriores (esófago y estómago modificados); los caballos, rinocerontes y los monos colobinos tienen sacos posteriores, en el epigastrio. Los humanos no poseen tales especializaciones.
La evidencia sobre la estructura y función de nuestras manos y quijadas, comportamiento, e historia evolutiva, o bien apoya la idea de una dieta omnívora, o bien falla en sustentar un vegetarianismo estricto. Pero la mejor evidencia está en los dientes: los caninos cortos de los humanos son una consecuencia funcional de un cráneo expandido y la necesaria reducción en el tamaño de las quijadas. En los primates, los caninos funcionan tanto como armas defensivas como de amenaza visual; los gorilas y geladas (que son los grupos con caninos más grandes) tienen una dieta básicamente vegetariana. En los sitios arqueológicos, molares humanos rotos se confunden a veces con premolares o molares de cerdos (un omnívoro clásico). Por otro lado, algunos herbívoros tienen incisivos bien desarrollados que también a veces se confunden con los de los humanos.
Las glándulas salivales también indican que somos omnívoros. La saliva y la orina varían, más que según el grupo taxonómico, de acuerdo a la dieta.
Citando al Dr. John McArdle (vegetariano, anatomista y especialista en primates):[3]
Los humanos son un ejemplo clásico de omnívoro en todos los rasgos anatómicos relevantes. Ni la anatomía ni la fisiología permiten suponer que los humanos están preadaptados a una dieta vegetariana. Por lo cual, los mejores argumentos en favor de una dieta sin carnes siguen siendo los ecológicos, éticos, o las cuestiones de salud.
Véase también
Referencias
El ser humano
De igual manera, el ser humano es también un animal omnívoro.[6] En las primeras especies del género Homo, el paso de una alimentación eminentemente vegetariana no se debió a cuestiones culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor desarrollo cerebral.[6] Sin embargo, en el humano, una dieta demasiado rica en proteínas necesita el complemento de carbohidratos y grasas, de lo contrario pueden aparecer carencias nutricionales importantes que pueden incluso provocar la muerte.[cita requerida] Aunque no es necesario el consumo de carne para el ser humano, los vegetales, frutas y cerales son indispensables para no presentar carencias nutricionales.
Entre las evidencias para considerar omnívoros a los humanos, se pueden citar:[3]
La evidencia arqueológica indica que los humanos tuvieron una dieta que incluía carne, fueron cazadores-recolectores desde sus inicios. Cuando comenzó la domesticación de las fuentes de alimento, se dio tanto con vegetales como con animales.
La cantidad y distribución de los diferentes tipos de células del intestino (más que su longitud) son el rasgo más importante para determinar una dieta típica. Los perros son carnívoros en origen, pero sus características intestinales presentan más rasgos en común con los omnívoros. Los lobos, por su parte, comen bastante material vegetal.
Casi todos los comedores de plantas tienen cubas de fermentación (cámaras donde la comida permanece un tiempo mientras es atacada por microbios). Los rumiantes como la vaca y el ciervo tienen sacos anteriores (esófago y estómago modificados); los caballos, rinocerontes y los monos colobinos tienen sacos posteriores, en el epigastrio. Los humanos no poseen tales especializaciones.
La evidencia sobre la estructura y función de nuestras manos y quijadas, comportamiento, e historia evolutiva, o bien apoya la idea de una dieta omnívora, o bien falla en sustentar un vegetarianismo estricto. Pero la mejor evidencia está en los dientes: los caninos cortos de los humanos son una consecuencia funcional de un cráneo expandido y la necesaria reducción en el tamaño de las quijadas. En los primates, los caninos funcionan tanto como armas defensivas como de amenaza visual; los gorilas y geladas (que son los grupos con caninos más grandes) tienen una dieta básicamente vegetariana. En los sitios arqueológicos, molares humanos rotos se confunden a veces con premolares o molares de cerdos (un omnívoro clásico). Por otro lado, algunos herbívoros tienen incisivos bien desarrollados que también a veces se confunden con los de los humanos.
Las glándulas salivales también indican que somos omnívoros. La saliva y la orina varían, más que según el grupo taxonómico, de acuerdo a la dieta.
Citando al Dr. John McArdle (vegetariano, anatomista y especialista en primates):[3]
Los humanos son un ejemplo clásico de omnívoro en todos los rasgos anatómicos relevantes. Ni la anatomía ni la fisiología permiten suponer que los humanos están preadaptados a una dieta vegetariana. Por lo cual, los mejores argumentos en favor de una dieta sin carnes siguen siendo los ecológicos, éticos, o las cuestiones de salud.
Véase también
Referencias
El ser humano
De igual manera, el ser humano es también un animal omnívoro.[6] En las primeras especies del género Homo, el paso de una alimentación eminentemente vegetariana no se debió a cuestiones culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor desarrollo cerebral.[6] Sin embargo, en el humano, una dieta demasiado rica en proteínas necesita el complemento de carbohidratos y grasas, de lo contrario pueden aparecer carencias nutricionales importantes que pueden incluso provocar la muerte.[cita requerida] Aunque no es necesario el consumo de carne para el ser humano, los vegetales, frutas y cerales son indispensables para no presentar carencias nutricionales.
Entre las evidencias para considerar omnívoros a los humanos, se pueden citar:[3]
La evidencia arqueológica indica que los humanos tuvieron una dieta que incluía carne, fueron cazadores-recolectores desde sus inicios. Cuando comenzó la domesticación de las fuentes de alimento, se dio tanto con vegetales como con animales.
La cantidad y distribución de los diferentes tipos de células del intestino (más que su longitud) son el rasgo más importante para determinar una dieta típica. Los perros son carnívoros en origen, pero sus características intestinales presentan más rasgos en común con los omnívoros. Los lobos, por su parte, comen bastante material vegetal.
Casi todos los comedores de plantas tienen cubas de fermentación (cámaras donde la comida permanece un tiempo mientras es atacada por microbios). Los rumiantes como la vaca y el ciervo tienen sacos anteriores (esófago y estómago modificados); los caballos, rinocerontes y los monos colobinos tienen sacos posteriores, en el epigastrio. Los humanos no poseen tales especializaciones.
La evidencia sobre la estructura y función de nuestras manos y quijadas, comportamiento, e historia evolutiva, o bien apoya la idea de una dieta omnívora, o bien falla en sustentar un vegetarianismo estricto. Pero la mejor evidencia está en los dientes: los caninos cortos de los humanos son una consecuencia funcional de un cráneo expandido y la necesaria reducción en el tamaño de las quijadas. En los primates, los caninos funcionan tanto como armas defensivas como de amenaza visual; los gorilas y geladas (que son los grupos con caninos más grandes) tienen una dieta básicamente vegetariana. En los sitios arqueológicos, molares humanos rotos se confunden a veces con premolares o molares de cerdos (un omnívoro clásico). Por otro lado, algunos herbívoros tienen incisivos bien desarrollados que también a veces se confunden con los de los humanos.
Las glándulas salivales también indican que somos omnívoros. La saliva y la orina varían, más que según el grupo taxonómico, de acuerdo a la dieta.
Citando al Dr. John McArdle (vegetariano, anatomista y especialista en primates):[3]
Los humanos son un ejemplo clásico de omnívoro en todos los rasgos anatómicos relevantes. Ni la anatomía ni la fisiología permiten suponer que los humanos están preadaptados a una dieta vegetariana. Por lo cual, los mejores argumentos en favor de una dieta sin carnes siguen siendo los ecológicos, éticos, o las cuestiones de salud.
Véase también
Oamenii
În mod similar, oamenii sunt și ei animale omnivore.[6] La cele mai vechi specii ale genului Homo, trecerea de la o dietă predominant vegetariană nu s-a datorat factorilor culturali, ci mai degrabă dezechilibrelor metabolice cauzate de dezvoltarea crescută a creierului.[6] Cu toate acestea, la oameni, o dietă prea bogată în proteine trebuie completată cu carbohidrați și grăsimi; în caz contrar, pot apărea deficiențe nutriționale semnificative, care pot duce chiar la deces.[necesită citare] Deși consumul de carne nu este necesar pentru oameni, legumele, fructele și cerealele sunt esențiale pentru a evita deficiențele nutriționale.
Printre dovezile care susțin clasificarea oamenilor ca omnivori se numără următoarele:[3]
Dovezile arheologice indică faptul că oamenii aveau o dietă care includea carne; erau vânători-culegători încă de la începuturi. Când a început domesticirea surselor de hrană, aceasta s-a produs atât la plante, cât și la animale.
Numărul și distribuția diferitelor tipuri de celule din intestin (mai degrabă decât lungimea acestuia) sunt cele mai importante caracteristici în determinarea unei diete tipice. Câinii sunt carnivori prin natura lor, dar caracteristicile lor intestinale au mai multe trăsături comune cu omnivorele. Lupii, pe de altă parte, mănâncă o cantitate considerabilă de material vegetal.
Aproape toate plantele care se hrănesc cuve de fermentație (camere în care alimentele rămân o perioadă de timp în timp ce sunt descompuse de microbi). Rumegătoarele precum bovinele și căprioarele au saci anteriori (esofag și stomac modificate); caii, rinocerii și maimuțele colobine au saci posteriori în epigastru. Oamenii nu posedă astfel de specializări.
Dovezile privind structura și funcția mâinilor și maxilarelor noastre, comportamentul și istoria evolutivă fie susțin ideea unei diete omnivore, fie nu reușesc să susțină vegetarianismul strict. Dar cea mai bună dovadă se află în dinți: caninii scurți ai oamenilor sunt o consecință funcțională a unui craniu extins și a reducerii necesare a dimensiunii maxilarului. La primate, caninii funcționează atât ca arme defensive, cât și ca o amenințare vizuală; gorilele și geladele (care sunt grupurile cu cei mai mari canini) au o dietă predominant vegetariană. În siturile arheologice, molarii umani rupți sunt uneori confundați cu premolari sau molari de porc (un omnivor clasic). Pe de altă parte, unele erbivore au incisivi bine dezvoltați, care sunt uneori confundați cu cei ai oamenilor.
Glandele salivare indică, de asemenea, că suntem omnivori. Saliva și urina variază, mai mult decât în funcție de grupa taxonomic, în funcție de dietă.
Citând Dr. John McArdle (vegetarian, anatomist și specialist în primate):[3]
„Oamenii sunt un exemplu clasic de omnivori în toate caracteristicile anatomice relevante.” Nici anatomia, nici fiziologia nu sugerează că oamenii sunt preadaptați la o dietă vegetariană. Prin urmare, cele mai puternice argumente în favoarea unei diete fără carne rămân ecologice, etice și legate de sănătate.
Vezi și
Carnivor
Erbivor
Insectivor
Frugivor
Ființa umană
În mod similar, ființa umană este și ea animal omnivor.[6] La cele mai vechi specii ale genului Homo, trecerea de la o dietă predominant vegetariană nu s-a datorat factorilor culturali, ci mai degrabă dezechilibrelor metabolice cauzate de o crescută dezvoltare a creierului.[6] Fara indoiala, la oameni, o dietă prea bogată în proteine trebuie completată cu carbohidrați și grăsimi; în caz contrar, pot apărea deficiențe nutriționale semnificative, care pot duce chiar la deces.[[necesită citare]] Deși consumul de carne nu ii este imperios necesar fiintei umane, legumele, fructele și cerealele sunt esențiale pentru a evita deficiențele nutriționale.
Printre dovezile care susțin clasificarea oamenilor ca omnivori se numără următoarele:[3]
Dovezile arheologice indică faptul că oamenii aveau o dietă care includea carne; erau vânători-culegători încă de la începuturi. Când a început domesticirea surselor de hrană, aceasta s-a produs atât la plante, cât și la animale.
Numărul și distribuția diferitelor tipuri de celule din intestin (mai degrabă decât lungimea acestuia) sunt cele mai importante caracteristici în determinarea unei diete tipice. Câinii sunt carnivori prin natura lor, dar caracteristicile lor intestinale au mai multe trăsături comune cu omnivorele. Lupii, pe de altă parte, mănâncă o cantitate considerabilă de material vegetal.
Aproape toate devoratoarele de plante au cuve de fermentație (camere în care alimentele rămân o perioadă de timp, timp in care sunt descompuse de microbi). Rumegătoarele precum vaca și/sau cerbul au saci anteriori (esofagul și stomacul modificate); caii, rinocerii și maimuțele colobine au saci posteriori în epigastru. Oamenii nu posedă astfel de... specialităti.
Dovezile privind structura și funcția mâinilor și maxilarelor noastre, comportamentul și istoria evolutivă, fie susțin ideea unei diete omnivore, fie nu reușesc să susțină vegetarianismul strict. Dar cea mai bună dovadă se află în dinți: caninii scurți ai oamenilor sunt o consecință funcțională a unui craniu extins și a reducerii necesare a dimensiunii maxilarului. La primate, caninii funcționează atât ca arme defensive, cât și ca o amenințare vizuală; gorilele și geladele (care sunt grupurile cu cei mai mari canini) au o dietă predominant vegetariană. În siturile arheologice, molarii umani rupți sunt uneori confundați cu premolari sau molari de porc (un omnivor clasic). Pe de altă parte, unele erbivore au incisivi bine dezvoltați, care sunt uneori confundați cu cei ai oamenilor.
Glandele salivare indică, de asemenea, că suntem omnivori. Saliva și urina variază, mai mult decât în funcție de grupa taxonomic, în funcție de dietă.
Citând Dr. John McArdle (vegetarian, anatomist și specialist în primate):[3]
„Oamenii sunt un exemplu clasic de omnivori în toate caracteristicile anatomice relevante.” Nici anatomia, nici fiziologia nu sugerează că oamenii sunt preadaptați la o dietă vegetariană. Prin urmare, cele mai puternice argumente în favoarea unei diete fără carne rămân ecologice, etice și legate de sănătate.
Vezi și
Carnivor
Erbivor
Insectivor
Frugivor
Citando al Dr. John McArdle (vegetariano, anatomista y especialista en primates):
Adaugate la 23.11.2025_08.31 UTC+2 (UTC+2 / Lipănești, Prahova, România). 7ºC, Humedad 97%, Viento 6 km/h > 45°03'31.2"N 26°00'56.1"E
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" inima noastră bate împreună❤️❤️ "Herz zamm" · Ignea Nelutu ·9 h ·
Homarul este o creatură inteligentă. Dar din cauza omului este în continuare tratat ca un obiect care nu simte durere.
Moartea prin fierbere este una dintre cele mai dureroase și mai crude morți pe care le poate experimenta orice ființă vie.
Este o practică inumană, care este încă folosită în bucătării din întreaga lume.
Când homarul este fiert de viu, el literalmente implodează de durere.
Organele sale interne se descompun din cauza căldurii extreme, dar exoscheletul său rămâne intact, menținându-i structura și prelungind agonia animalului.
Homarii sunt suficient de conștienți pentru a simți durerea, dar deoarece nu au corzi vocale, nu pot țipa. Sunetul pe care îl auziți – adesea confundat cu un țipăt – este de fapt aburul care scapă prin mici pori din carapace, în timp ce organele se gătesc.
Noi țipăm de durere când atingem ceva fierbinte, iar în același timp condamnăm creaturi nevinovate la o durere de neimaginat, pe care noi înșine nu am putea să o suportăm.
Plătind pentru moartea lor în chinuri, ești complice la suferința lor de neconceput.
De aceea, atâta timp cât plătești pentru asta, nu spune despre tine că ești un om bun.
Inclusiv cartoful, fasolea, morcovul, castravetele, roșia, etc... sunt ființe vii. Nu de origine animală, evident, dar, sunt vii. Îți dai seama prin ce trece fasolea boabă care fierbe ore întregi (dacă nu ai oală de presiune) până devine... ciorbă. Omul este unul dintre om viorele planetei. Porcul (mistreț sau nu), ursul... sunt doar doua exemple de omnivori. Pe orice pune porcul sau ursul râtul/botul să se hrănească, se hrănesc cu... viață (cu ființe organice). Maslow a creat o "piramidă a necesităților" in care a explicat foarte bine necesitățile ființei umane. Necesitățile de la baza acestei piramide sunt necesități organice. Ca oameni, avem (unii dintre noi... foarte mult) de unde mai reduce, din risipa pe care o facem. Dar oricât am reduce tot ramân destule vieți pe care le luăm inevitabil. Inclusiv aerul respirat sau apa ce o bem sunt... organice. Sunt vii. Dacă ar fi inorganice (ca pietrișul, ca nisipul, ca criblura, etc) nu ne-ar putea hrăni, am înghiți nodul. Eu impart egoismul in cel putin doua categorii: "egoismul necesar" si "egoismul ne-necesar". Multi dintre noi, oamenii, avem de unde reduce gradul de egoism ne-necesar pe care îl împrăștiere in jurul nostru. De lucrurile care sunt vitale existentei propriei noastre vieți, nu avem cum ne lipsi.