Tipos de personaje. Narratología

Los manuales de teoría literaria, repitiendo un hábito que ha presidido las producciones artísticas en la historia de Occidente, se atienen a la clasificación de los personajes en grupos bimembres: personajes simples y complejos, planos y redondos, estáticos y dinámicos, principales y secundarios, etc. Come se ve, estas parejas de términos recalcan y superponen sus significaciones e, en el mejor de los casos, agregan una leve diferencia de matiz. Y es que no es fácil ensayar una tipología del personaje, ya que si conventmes que éste es emulación de personas y desempeña por tanto idénticos cometides, entonces no queda sine concluir que habrá tantos personajes como personas. No obstante, los psicólogos y les teóricos de la literatura han tratado de acotar este vastísimo terreno deduciendo una serie de elementos comunes que permitan incluir a una persona dentro de cierto esquema caracterológico (en el caso de la psicología) e a un personaje en cierto grupo literario (en el case de la crítica literada). Si Hipócrates. Sheldon, Jung o Kretschmer afrentaren la tarea de establecer una morfología del carácter humano, 1. Todorov hizo lo mismo en la literatura y trazó una frontera mediante la cual dividió formal y sustancialmente al personaje, dependiendo de la complejidad o constancia de sus rasgos distintivos y de su jerarquía en la intriga respectivamente.52 En estas páginas nos ocuparemos de examinar las primeras; las segundas tendremos ocasión de verlas en la parte práctica de este trabajo. En la tipología formal podemos hablar de: a) Personajes principales y secundarios. En relación con la intriga, los personajes pueden ser principales y secundarios. Principales son aquéllos que cumplen funciones decisivas en el desenvolvimiento de la acción y, por tanto, cambian en sus estados de ánimo y aun en su personalidad. Secundarios son los que no cambian fundamentalmente o cambian movidos por las circunstancias. Los principales se yerguen como individuos interesantes, aunque su conducta no sea ejemplar (Ej. Fermín de Pas); ocupan gran parte de la novela. Los secundarios, en cambio, son subordinados que contribuyen a dar color al relate, y por su carácter se prestan a servir como tipos, caricaturas y, en ocasiones, como originadores de un episodio suelto. Su función es facilitar el desarrollo de la trama: desempeñan la función de ayudantes e de oponentes respecto a los personajes principales. Estas son, en lineas generales, las diferencias entre personajes principales y secundarios. Con todo, las disimilitudes dependen en último término de la naturaleza del relato. Por ejemplo, en una novela de aventuras sobresale un personaje que tema la iniciativa e impone su voluntad a prójimos menos fuertes, pero en una narración psicológica el personaje abúlico, débil, vencido, pusilánime, puede constituirse en el principal si lo que interesa son sus íntimas reacciones. También el punto de vista o fecalización trasterna esta distinción, pues un personaje secundario en la acción, que como testigo interpreta las hazañas del héroe, puede ser principal si su propia visión de los hechos, y no las hazañas, es lo que da sentido a la novela. De manera que si los personajes principales revelan cambios mientras actúan, no sucede así con les secundarios, que se muestran de una pieza, sin ambigíledades, cara o cruz, según la conveniencia de la trama. Pero quizá convendría precisar el significado del término «cambio», pues una cosa es el cambio psicológico de un personaje a lo largo del relato y otra la alteración de su conducta con el efecto de servir a una necesidad de la trama. El cambio se produce después de ciertos hechos y como consecuencta de ellos; la alteración precede a los hechos sin ser la causa de los mismos. Por ejemplo, un asesine puede cambiar de carácter, nadie lo niega, y hay novelas que analizan convincentemente ese cambio; sin embargo, se tratada no de un cambio psicológico sino de una mera alteración de la trama si el narrador, sólo para terminar la novela con un final feliz, hiciera que un psicópata asesine a quien ha descrito con las tintas más negras del diccionario, de buenas a primeras, enternecido por los amores entre el hijo decente de un compinche y la inocente hija de su odiado enemigo, resolviera sacrificarse por los enamorados y muriese con el cuerpo agujereado a balazos y con una noble y triunfal sonrisa perfilada en un rincón de la boca. Inverosímil, ¿no? h) Personajes estáticos y dinámicos. En el primer caso, el narrador nos informa desde fuera sobre el personaje. Esta categoría englobaría a modelos sociales (el jefe despótico, el ricacho), religiosos (la beata), psicológicos (el sentimental, el soñador), intelectuales (el pedante), etc. Los personajes dinámicos, por el contrario, sen aquellos cuyo carácter aparece de manifiesto en sus acciones. Vemos cómo actúa y cómo se desenvuelve; a veces el narrador nos suministra datos o indicies de su vida interior El personaje estático atraviesa experiencias, pero sus cambies no borran o corrigen la decisión con que han sido trazados; el carácter del personaje dinámico, sin embargo, va moldeándose y madurando con el tiemPO. c> Personajes planos y redondos. E. M. Forster estableció esta tipología hacia 1927. Tenemos, pues,flat cha racters y round characters. El personaje plano (fiat)se diferencia del estático en que su carácter no ostenta una faceta dominante, e en que, si la presenta, ésta no está en conflicto con otros aspectos psicológicos de su personalidad. No cambia a lo largo de la acción: siempre es bueno e malo. Es fácilmente reconocible por el lector, ya que repite gestos, palabras, muletillas idiomáticas, etc. También se le recuerda porque las condiciones sociales no le alteran ni mucho ni poco. Sin embargo, no por eso hay que despreciarle. En manos de un buen novelista, un personaje plano nos transmite sensación de vida. Natalia Ginzburg ofrece en Mi oficio53 una buena lección de cómo caracteriza a este tipo de personaje: