El "boom" de la novela hispanoamericana

EL BOOM DE LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA

Durante las décadas de los años sesenta y los setenta, la literatura hispanoamericana experimentó un periodo de enorme auge que vino a conocerse con el nombre del boom de la narrativa hispanoamericana. Un hecho que se explica por dos factores de carácter extraliterario: por un lado, la promoción editorial que se llevó a cabo desde países como España, Argentina y México; y, por otro, la influencia de la revolución cubana, a partir de 1959, dado que desde Cuba se invitó a numerosos escritores a visitar la isla y se promocionó la difusión literaria de muchos jóvenes escritores, entre ellos algunos tan conocidos como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, que son considerados como los principales escritores de dicho boom novelístico. A ellos se podría añadir algunos otros nombres como, por ejemplo, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato o Juan Carlos Onetti. Gracias a estos y a otros muchos escritores, Hispanoamérica se convirtió en una auténtica potencia literaria.

Por otra parte, la posterior implantación de dictaduras militares en numerosos países hispanoamericanos hizo que muchos de estos escritores se vieran obligados a exiliarse a Europa, lo que contribuyó tanto al mejor conocimiento de sus personas y obras como a la revalorización del componente social y político de muchas de ellas, en las que era perceptible una crítica contra las dictaduras americanas, que vino como anillo al dedo a todos los que en países como España se enfrentaban contra las dictaduras instaladas en el poder.

Por consiguiente, al boom contribuyó enormemente la internacionalización de escritores y obras, sobre todo a raíz de que algunas editoriales españolas publicaran muchas de estas obras y de que se creara el premio de novela Biblioteca Breve, promovido por la editorial española Seix Barral. Así, en 1963, dicha editorial concede el premio al escritor Mario Vargas Llosa por su novela La ciudad y los perros, y, en años posteriores a otros escritores como Carlos Fuentes o Guillermo Cabrera Infante.

Además, en 1963 se publica una novela que representa una verdadera renovación de las técnicas narrativas hasta entonces empleadas por los escritores hispanoamericanos. Me refiero a Rayuela, de Julio Cortázar. Y en el año 1967 se concede el Premio Nobel de Literatura al escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1899-1974) y se publica Cien años de soledad, de García Márquez, que rápidamente se convirtió en un auténtico best-seller mundial. Posteriormente, otra importante editorial española, Plaza-Janés, publicó algunas obras que obtuvieron un importantísimo éxito de ventas, como fue el caso de El otoño del patriarca, de García Márquez.

Así pues, podemos afirmar que el boom de la narrativa hispanoamericana no puede entenderse si lo separamos del importante apoyo editorial llevado a cabo en varios países, entre ellos España. Ello permitió el interés de un numeroso y sorprendido público lector, atraído por las novedades que aportaban los novelistas hispanoamericanos y por unas técnicas nuevas que, en síntesis, podríamos resumir en las siguientes:

    • Mezcla de elementos reales y fantásticos (lo que se conoce como el realismo mágico).

    • Mezcla de elementos procedentes de las vanguardias europeas y de la literatura criolla americana. En este sentido, el magisterio del escritor argentino Jorge Luis Borges absolutamente irrefutable.

    • Aparición de nuevos temas, entre ellos los relacionados con la temática social, con lanaturaleza, con los elementos míticos, con lo misterioso y lo sobrenatural.

    • Ruptura de la narración lineal, cronológica, y aparición de técnicas como la retrospección narrativa, también conocida como analepsis y como flash-back, y la anticipació narrativa, también llamada prolepsis o flash-forward.

    • Presencia de la aparición de varios narradores y de la técnica del perspectivismo (distintos puntos de vista sobre unos mismos hechos).

    • Utilización del monólogo interior, también llamado fluir de la conciencia.

    • Ampliación y enriquecimiento léxico, que, en algunos casos, llega a convertirse en unauténtico barroquismo literario.

Algunos representantes del boom y sus obras más representativas:

    • Mario Vargas Llosa (Perú): La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1965), Conversación en la Catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973).

    • Carlos Fuentes (México): La muerte de Artemio Cruz (1962).

    • Julio Cortázar (Argentina): Rayuela (1963).

    • Ernesto Sábato (Argentina): Sobre héroes y tumbas (1961).

    • Manuel Mújica Laínez (Argentina): Bomarzo (1962).

    • José Donoso (Chile): El obsceno pájaro de la noche (1970).

    • Alejo Carpentier (Cuba): El siglo de las luces (1962).

    • Guillermo Cabrera Infante (Cuba): Tres tristes tigres (1967).

    • Juan Carlos Onetti (Uruguay): El astillero (1961), Juntacadáveres (1965).

    • Augusto Roa Bastos (Paraguay): Hijo de hombre (1960).

Finalmente, podemos concluir que el final del boom de la narrativa hispanoamericana fue muy evidente a partir de los años ochenta, y desde entonces podemos hablar de escritores que triunfan de una forma más aislada.