Garcilaso de la Vega, Égloga III

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Un estrofa de la Égloga III de Garcilaso de la Vega.

Tras una dedicatoria a una dama de alto rango llamada María, a quien el poeta colma de alabanzas (estrofas 1-7), Garcilaso se centra en la historia de cuatro ninfas que viven en el río Tajo, justo al pie de la ciudad de Toledo, lugar de nacimiento del poeta. Una de las ninfas, Nise, saca la cabeza de las aguas y queda conmovida por la belleza del paisaje (estrofas 8-10).

[8] Cerca del Tajo, en soledad amena,

de verdes sauces hay una espesura,

toda de hiedra revestida y llena

que por el tronco va hasta el altura

y así la teje arriba y encadena

que’l sol no halla paso a la verdura;1

el agua baña el prado con sonido,

alegrando la hierba y el oído.

[9] Con tanta mansedumbre el cristalino

Tajo en aquella parte caminaba

que pudieran los ojos el camino

determinar apenas que llevaba.2

Peinando sus cabellos d’oro fino,

una ninfa del agua do moraba

la cabeza sacó, y el prado ameno

vido3 de flores y de sombra lleno.

[10] Movióla4 el sitio umbroso,5 el manso viento,

el suave olor d’aquel florido suelo;

las aves en el fresco apartamiento

vio descansar del trabajoso vuelo;

secaba entonces el terreno aliento

el sol, subido en la mitad del cielo;

en el silencio solo se ’scuchaba

un susurro de abejas que sonaba.

1 Verdor, hierba.

2 A los ojos les costaba determinar por dónde iba el río.

3 Vio.

4 La emocionó.

5 Oscuro, pues no le llega la luz.

Nise regresa al fondo del río, donde dialoga con sus tres hermanas y las convence para que salgan al exterior y pasen la tarde en el prado. Una vez allí, cada una de ellas se dedica a su ocupación predilecta: tejer finísimas telas hechas con algas y filamentos de oro. El poeta se detiene en describir con detalle la escena que ha representado cada ninfa en su tela relacionada con hechos de la mitología clásica griega y romana. Filódoce teje la historia de Orfeo (el de Tracia) y Eurídice, difundida por varias fuentes. Dinámene borda en tres partes la historia de Apolo y Dafne. Climene teje la muerte de Adonis por un jabalí y el llanto de Venus sobre su cadáver.Nise, sin embargo, ha entretejido en su tela un caso real que ha tenido lugar a orillas del Tajo: la muerte y sepelio de la ninfa Elisa y el canto de estremecido dolor del pastor Nemoroso (estrofas 25-32).

Camille Corot, Orpheus Leading Eurydice from the Underworld .

1861. Museum of Fine Arts Houston

Cornelis de Vos, Apolo persiguiendo a Dafne. Museo del Prado.

Sebastiano del Piombo, Muerte de Adonis. (1512) Galleria degli Uffizi. Florencia.

[25] La blanca Nise no tomó a destajo1

de los pasados casos la memoria,2

y en la labor de su sotil trabajo

no quiso entretejer antigua historia;

antes, mostrando de su claro Tajo

en su labor la celebrada gloria,

la figuró en la parte dond’ él baña

la más felice tierra de la España.3

[26] Pintado el caudaloso rio4 se vía,

que en áspera estrecheza reducido,

un monte casi alrededor ceñía,5

con ímpetu corriendo y con rüido

querer cercarlo todo parecía

en su volver, mas era afán perdido;

dejábase correr en fin derecho,

contento de lo mucho que habia hecho.6

[27] Estaba puesta en la sublime7 cumbre

del monte, y desde allí por él sembrada,

aquella ilustre y clara pesadumbre8

d’antiguos edificios adornada.

D’allí con agradable mansedumbre

el Tajo va siguiendo su jornada

y regando los campos y arboledas

con artificio de las altas ruedas.9

[28] En la hermosa tela se veían,

entretejidas, las silvestres diosas

salir de la espesura, y que venían

todas a la ribera presurosas,

en el semblante tristes, y traían

cestillos blancos de purpúreas10 rosas,

las cuales esparciendo derramaban

sobre una ninfa muerta que lloraban.11

[29] Todas, con el cabello desparcido,12

lloraban una ninfa delicada

cuya vida mostraba que habia sido

antes de tiempo y casi en flor cortada;

cerca del agua, en un lugar florido,

estaba entre las hierbas igualada13

cual queda el blanco cisne cuando pierde

la dulce vida entre la hierba verde.14

[30] Una d’aquellas diosas qu’en belleza

al parecer a todas ecedía,15

mostrando en el semblante la tristeza

que del funesto y triste caso había,

apartada algún tanto, en la corteza

de un álamo unas letras escribía

como epitafio16 de la ninfa bella,

que hablaban ansí por parte della:17

[31] "Elisa soy, en cuyo nombre suena

y se lamenta el monte cavernoso,

testigo del dolor y grave pena

en que por mí se aflige Nemoroso

y llama '¡Elisa!'; '¡Elisa!' a boca llena

responde el Tajo, y lleva presuroso

al mar de Lusitania18 el nombre mío,

donde será escuchado, yo lo fío".

[32] En fin, en esta tela artificiosa19

toda la historia estaba figurada

que en aquella ribera deleitosa20

de Nemoroso fue tan celebrada,

porque de todo aquesto y cada cosa

estaba Nise ya tan informada

que, llorando el pastor, mil veces ella

se enterneció escuchando su querella;21

1 a destajo, 'con trabajo'; quizás se trata de una expresión coloquial.

2 No tomó como tarea el recuerdo de hechos pasados. El tema de su tejido es la muerte de Elisa (Isabel Freyre) y el dolor de Nemoroso.

3 Alusión a su Toledo natal.

4 rio, se destruye el hiato por sinéresis por lo que una palabra bisílaba computa métricamente como una monosílaba.

5 'Que, haciéndose estrecho, ceñía un monte casi alrededor suyo'. Se trata del monte donde está asentada la ciudad de Toledo.

6 La personificación del Tajo, que se siente satisfecho por haber intentad o dar la vuelta completa al monte forma parte del tratamiento humano y divino que los antiguos daban a los ríos. Habia es bisílabo, por sinéresis, mientras que la h de hecho es aspirada e impide la sinalefa.

7 Alta.

8 clara pesadumbre, 'excelsa masa'. Se refiere a los nobles edificios de la ciudad de Toledo.

9 Norias.

10 purpureas, es trisílabo, por sinéresis. Purpúreas: 'de color entre rojo y violeta'.

11 Se refiere a la muerte del personaje de Elisa. Garcilaso reproduce aquí una costumbre propia de los antiguos griegos y romanos, quienes solían depositar flores sobre los muertos.

12 'Cabello suelto'; en la tradición literaria es sinónimo de tristeza.

13 Tendida y envuelta de las hierbas que harían a modo de mortaja; quizás se refiera a la muerte de Isabel Freyre por sobreparto de su tercer hijo.

14 La muerte de la ninfa se presenta de una forma borrosa, sin especificarse la causa. El símil de los dos versos finales no disipa el enigma, pero lo poetiza con sus epítetos blanco cisne, dulce vida, hierba verde. La armoniosa oposición se acentúa con el quiasmo del verso último: adjetivo, sustantivo / sustantivo, adjetivo.

15 Excedía, superaba.

16 Inscripción funeraria.

17 En boca de ella.

18 Posible alusión a la nacionalidad de la ninfa Elisa, identificada con Isabel Freyre.

19 Artesanal, hecha a mano.

20 Agradable.

21 Expresión de un sentimiento doloroso.

Está atardeciendo cuando las ninfas abandonan su labor para volver al fondo del río. Justo entonces oyen la voz de un par de jóvenes pastores llamados Alcino y Tirreno. Ambos se dedican a cantar las penas que les produce el amor, alternando sus voces como en un diálogo que, seguidos atentamente por

las ninfas, encarecen la hermosura de sus respectivas amadas pastoras, Flérida y Filis, con la esperanza de reunirse con ellas al anochecer (estrofas 39-47).

[39] Tirreno:

Flérida, para mí dulce y sabrosa

más que la fruta del cercado ajeno,1

más blanca que la leche y más hermosa

qu’el prado por abril de flores lleno:

si tú respondes pura y amorosa

al verdadero amor de tu Tirreno,

a mi majada2 arribarás primero

qu’el cielo nos amuestre su lucero.3

[40] Alcino:

Hermosa Filis, siempre yo te sea

amargo al gusto más que la retama,4

y de ti despojado yo me vea

cual queda el tronco de su verde rama,

si más que yo el murciégalo desea

la escuridad,5 ni más la luz desama,6

por ver ya el fin de un término tamaño,7

deste dia para mí mayor que un año.

[41] Tirreno:

Cual suele, acompañada de su bando,

aparecer la dulce primavera,

cuando Favonio y Céfiro,8 soplando,

al campo tornan su beldad primera,

y van artificiosos esmaltando

de rojo, azul y blanco la ribera:9

en tal manera, a mí Flérida mía

viniendo, reverdece mi alegría.

[42] Alcino:

¿Ves el furor del animoso10 viento

embravecido en la fragosa11 sierra

que los antigos robles ciento a ciento

y los pinos altísimos atierra,12

y de tanto destrozo aun no contento,

al espantoso mar mueve la guerra?

Pequeña es esta furia comparada

a la de Filis con Alcino airada.

[43] Tirreno:

El blanco trigo multiplica y crece;

produce el campo en abundancia tierno

pasto al ganado; el verde monte ofrece

a las fieras salvajes su gobierno;13

adoquiera que miro, me parece

que derrama la copia todo el cuerno:14

mas todo se convertirá en abrojos15

si dello aparta Flérida sus ojos.16

[44] Alcino:

De la esterilidad es oprimido

el monte, el campo, el soto17 y el ganado;

la malicia del aire corrompido

hace morir la hierba mal su grado;18

las aves ven su descubierto nido,

que ya19 de verdes hojas fue cercado:

pero si Filis por aquí tornare,

hará reverdecer cuanto mirare.

[45] Tirreno:

El álamo de Alcides20 escogido

fue siempre, y el laurel del rojo Apolo;21

de la hermosa Venus22 fue tenido

en precio y en estima el mirto23 solo;

el verde sauz24 de Flérida es querido

y por suyo entre todos escogiólo:

doquiera que sauces de hoy más25 se hallen,

el álamo, el laurel y el mirto callen.

[46] Alcino:

El fresno por la selva en hermosura

sabemos ya que sobre todos vaya;

y en aspereza y monte d’espesura

se aventaja la verde y alta haya;

mas el que la beldad de tu figura

dondequiera mirado, Filis, haya,

al fresno y a la haya en su aspereza

confesará que vence tu belleza.

[47] Esto cantó Tirreno, y esto Alcino

le respondió, y habiendo ya acabado

el dulce son, siguieron su camino

con paso un poco más apresurado;

siendo a las ninfas ya el rumor vecino,

juntas s’arrojan por el agua a nado,

y de la blanca espuma que movieron

las cristalinas ondas se cubrieron.

1 fruta del cercado ajeno, fruta prohibida.

2 majada, lugar donde se recoge de noche el ganado y se refugian los pastores.

3 Antes de que anochezca (Lucero vespertino) . Se refiere a la aparición de Venus en el firmamento, dotando de erotismo la escena, pues la diosa Venus (Afrodita en griego) estaba relacionada en la mitología latina con el amor, la belleza y la fertilidad.

4 retama, arbusto silvestre cuyas hojas son de sabor amargo.

5 Estructura condicional donde, de manera irregular, la apódosis o elemento subordinado va primero (siempre yo te sea amargo…) y después la prótasis o elemento principal (si más que yo el murciélago desea la oscuridad…). Vendría a decir que Alcino ama la oscuridad como los murciélagos y odia la luz como se puede detestar el gusto amargo de la retama o la imagen de un tronco sin ramas, por lo que desea que acabe el día, pues dura ya demasiado su sufrimiento.

6 desama, detesta, odia.

7 tamaño, tan grande.

8 Favonio y Céfiro se refiern al viento suave de poniente. En realidad son dos nombres para un solo viento, el primero en latín y el segundo en griego. En ambos casos son nombres de vientos cuyo significado radica en que favorecen la vida.

9 Es decir, van adornando la orilla del río con flores de color rojo, azul y blanco.

10 Que sopla con fuerza.

11 fragosa, rocosa, áspera.

12 Echa a tierra, derriba.

13 Alimento.

14 Alusión a la cornucopia, o cuerno de Amaltea, del que rebosan flores y frutos en abundancia, término del que es símbolo.

15 Planta perjudicial para los sembrados.

16 Garcilaso sigue aquí un viejo tópico que vincula la abundancia de la naturaleza con la presencia de la amada: cuando ella está, nacen flores y brota la vegetación; cuando se ausenta, la tierra se puebla de malas hierbas (abrojos).

17 Sitio poblado de árboles y arbustos.

18 A su pesar.

19 Anteriormente.

20 Es uno de los nombres de Hércules.

21 El Sol. Evidente epíteto.

22 Venus, la diosa del amor, eligió el mirto como árbol propio porque, en cierta ocasión, le sirvió para protegerse del acoso de un sátiro.

23 Arbusto.

24 Sauce.

25 A partir de hoy.