Fray Luis de León, Oda al licenciado Juan de Grial
Guía de análisis
El texto
Oda XI
Oda a Juan de GrialI
[1] Recoge ya en el seno
el campo su hermosura, el cielo aoja1
con luz triste el ameno
verdor, y hoja a hoja
las cimas de los árboles despoja.
[2] Ya Febo2 inclina el paso
al resplandor egeo3; ya del día
las horas corta escaso;
ya Éolo4 al mediodía,
soplando espesas nubes nos envía;
[3] ya el ave vengadora
del Íbico5 navega los nublados
y con voz ronca llora,
y, el yugo al cuello atados,
los bueyes van rompiendo los sembrados.
[4] El tiempo nos convida
a los estudios nobles, y la fama,
Grial, a la subida
del sacro monte6 llama,
do no podrá subir la postrer llama7;
[5] alarga el bien guiado
paso y la cuesta vence y solo gana
la cumbre del collado
y, do más pura mana
la fuente, satisfaz tu ardiente gana;
[6] no cures si el perdido
error admira el oro y va sediento
en pos de un bien fingido,
que no ansí vuela el viento,
cuanto es fugaz y vano aquel contento;
[7] escribe lo que Febo
te dicta favorable, que lo antiguo
iguala y pasa el nuevo
estiloII; y, caro amigo,
no esperes que podré atener contigo,
[8] que yo, de un torbellino
traidor acometido y derrocado
del medio del camino
al hondo, el plectro amado
y del vuelo las alas he quebradoIII.
I Juan de Grial era canónigo de Calahorra, editor de San Isidoro, anotador y comentarista de Lucrecio y Virgilio. Escribió también versos latinos.
1 aoja (<aojar), hacer mal de ojo y desgraciar o malograr una cosa.
2 Febo es el sol.
3 resplandor egeo, la constelación de Capricornio, precursora del invierno.
4 Eolo es el señor de los vientos en la mitología griega.
5 el ave vengadora de Íbico es la grulla. Con esta expresión, Fray Luis de León alude a la muerte del poeta griego Íbico (s. V a. de C.), que fue asesinado por unos ladrones ante un grupo de grullas que vengaron su muerte delatando a los asesinos. 6 sacro monte, quizá el monte Parnaso o el monte Helicón.
7 do, ‘donde’.
8 atener, ‘competir’.
II. Estos dos verso tieneN, en la actualidad, un sentido ambiguo.
III Las alusiones personales que aparecen en la última lira de esta oda hacen pensar que Fray Luis de León la compuso en sus años de conflictos con la inquisición o en la cárcel inquisitorial.
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