Microcuentos o Microrrelatos

1. Lee y comenta el texto que aparece a continuación. Fue el ganador del Concurso de Microrrelatos de la Cadena Ser de la primera semana de abril del año 2010.

Ganador del 06/05, semana 26

Autor: Ernesto Girondo Sirvent

El retrato de la abuela

Hasta que decidimos volver a colgarla en la pared sufrimos pequeños sabotajes. El lunes se pegó el estofado. El martes se fundieron tres bombillas. El miércoles se salió la lavadora. El jueves no sonaron los despertadores. El viernes amaneció encapotado, pero no dimos con ninguno de los paraguas de la casa. Nos empapamos. Por la noche el abuelo insistió en que "una cosa es que esté muerta y otra que le haya cambiado el carácter". Abrió el cajón, y volvió a colocar la foto en el lugar preeminente que ella misma había escogido. La mujer de la foto sonreía.

2. Lee y comenta, ahora, el siguiente texto. Fue el ganador del Concurso de Microrrelatos de la Cadena Ser de la segunda semana de abril del año 2010. Di qué tienen en común ambos relatos.

Ganador del 13/05, semana 27

Autor: Dario Cayetano Saavedra

Buen ciudadano

La mujer de la foto sonreía. Dientes pequeños y muy blancos asomaban tímidos entre los labios apenas pintados. Ojos verdes, probablemente, los párpados semicerrados no permitían distinguirlos. Cabello rubio. Era la única nota de color en la ajada billetera.

–Debe ser su esposa –pensé. Dos noches seguidas soñé con ella.

Al tercer día me presenté en su casa. El cabello rubio resaltaba mucho en su vestido oscuro.

–Encontré esta billetera –dije– tirada en el parque. La tomó de mi mano y, sin abrirla, dijo:

–Era de mi esposo, murió hace unos días.

No dije que lo sabía.

3. Lee y observa las similitudes entre los dos textos que tienes a continuación.

Ganador del 03/03, semana 18

Autor: Marco Morcillo Martin

Crimen perfecto

—Entonces es martes, seguro, por lógica.

La audiencia quedó encantada ante la deducción precisa del detective, que continuó.

—Y además, todo indica que el asesino está muy cerca.

Más aplausos.

—Y que sabe que yo daría con la solución.

Exclamaciones.

—Y sabe también que no puede dejar testigos.

Oh, es un hombre admirable, que gritando, concluye.

—¡Y ya sabemos por lo tanto qué es ese tic tac que escuchamos hace rato!

Finalista del 04/03, semana 18

Autor: José María Juárez Martín

Furtivos

—Entonces es martes, seguro, por lógica.

—¿Y cómo puedes saberlo?

—Porque no hay nadie. ¿Es que no lo ves? El lunes era el último día. Ven, vamos a dar una vuelta.

—No sé. Me da miedo...

—Venga, no seas tonta, aquí lo hacemos siempre. ¿Cómo te llamas?

—Venus...

—Yo Felipe. Venga, dame la mano, te ayudaré a bajar... ¿Ves? No hay nadie.

—...

—Oye, ¿tú siempre vas desnuda? ¿No tienes frío?

—Sí, un poco.

—Ponte mi capa, anda. Deja el espejo aquí... ¿De dónde dices que vienes?

—No te lo he dicho. De Inglaterra, de Londres, de un sitio al que llaman National Gallery.

4. Lee y observa las similitudes entre los tres textos que tienes a continuación

Ganador del 17/09, semana

Decálogo para escribir microcuentos

1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.

Enlaces

Concursos de la escuela. Relatos en cadena 2009-2010, en la página de la Escuela de Escritores.

Autor: Beatriz Alonso Aranzábal

El Olfateador

Por ejemplo, averiguar quién era la mujer que me estaba anudando la corbata fue uno de mis primeros éxitos como olfateador. Tenía los ojos vendados y toda la oficina mirándome. En seguida supe que era la administrativa. Después otra mujer pasó sus dedos por mi pelo y adiviné que era la documentalista. Tampoco fallé cuando el diseñador gráfico me sacudió la caspa de los hombros. Al regresar a mi mesa de trabajo la recepcionista, a modo de despedida, me tocó la punta de la nariz, lo cual desencadenó en mí una terrible convulsión. Desde entonces cuando llego a trabajar entro con un pañuelo en la nariz. Creen que es alergia, pero es amor.

Finalistas del 17/09, semana 2

Autor: Miguel Angel Córdoba Saelices

El asiento

Por ejemplo, averiguar quién era la mujer que me estaba anudando la corbata, o quienes eran esos niños que correteaban y me llamaban "papá", demasiadas cosas que averiguar. Desde que desperté del coma y la operación de estética mi vida se había convertido en una sinrazón.

Cuando dormía veía imágenes del avión en llamas y de los gritos y de los muertos, todos muertos. También recuerdo al hombre nervioso que me dijo al despegar ¿le importaría cambiarme el asiento, tengo vértigo? Sin saberlo me estaba cambiando algo más que su asiento. Y su mujer ¿no lo intuía? ¿Tampoco su amante?

Intenté olvidar, solo temía encontrarme algún día con mi verdadera mujer.

Autor: Jesús Arribas Navarro

Hijos de la nada

Por ejemplo, averiguar quién era la mujer que me estaba anudando la corbata. Dio tres pasos hacia atrás, y nos observó a todos detenidamente. Luego, me señaló con el dedo, "el más bajito", dijo, como si yo hubiese hecho algo malo.

-¿Cómo te llamas?-me preguntó.

-Manuel.

-¿Tienes hambre?

-Sí ¿usted tiene pan?

-Claro que tengo pan, en casa tengo todo lo que quieras.

-¿Y allí no caen bombas?

-No cariño, es un lugar muy seguro, incluso tengo un tiovivo.

-¿Qué es un tiovivo, señora?-ella sonrió.

-No me llames señora, llámame mamá. Ahora sí que no entendía nada.