"El Quijote" en las Pau

junio 2012

junio 2012

Locura del Quijote

junio 2013

Locura del Quijote

junio 2013

septiembre 2013

Diferencias entre la Primera y la Segunda parte de El Quijote

junio 2014

Locura del Quijote

junio 2014

Locura del Quijote

junio 2015

Comentario Primera Parte. Capítulo 21

junio 2015

Estudio de personaje.

Sancho Panza

septiembre 2015

Comentario

Segunda Parte (II 64)

junio 2016

junio 2016

Cite tres personajes, o tres modelos, literarios, legendarios e históricos a los que imita don Quijote.

El alumno deberá citar, en el orden que quiera, algunos de los siguientes modelos: a) Caballeros andantes (de la materia de Bretaña, del ciclo de Amadís, del Palmerín, del Tirant, del Orlando furioso, etc.), amantes corteses, héroes del romancero, etc. b) Personajes históricos lejanos con resonancias épicas, como el Cid, o cercanos; héroes de la épica culta, como Orlando furioso o Reinaldo de Montalbán; personajes de las historias romanas, griegas o tebanas; héroes bíblicos y míticos. c) Protagonistas de otros géneros literarios: pastoril, morisco, bizantino, etc. Obviamente, don Quijote se siente más epígono de los primeros grupos, a los que deberá referirse, prioritariamente, el alumno. Si no se responde, total o parcialmente al enunciado, también se podrá valorar con 1 punto como máximo (siempre que, sumado a las respuestas del enunciado, no superen los 3 puntos) que el alumno señale que uno de los indicios de la locura de don Quijote consiste en considerar igualmente reales a los personajes históricos y a los legendarios y, en consecuencia, que pretenda buscar aventuras en La Mancha. También podrá sumar 0,5 puntos si señala que el otro modelo literario importante es el del amor cortés, que le anima en seguida a inventarse a Dulcinea.

A partir de este fragmento de Martí de Riquer sobre el Quijote, comente tres episodios de la novela que puedan ejemplificar cada uno de estos errores del personaje:«La locura lleva a don Quijote a tres conclusiones falsas en las que estriba la esencia de su caso patológico y de la novela: don Quijote, hidalgo de aldea, tan pronto enloquece se cree que es caballero; está convencido de que lo leído en los libros de caballerías es verdad histórica y sus protagonistas, auténticos y reales caballeros en tiempos pasados; cree que en su época —principios del siglo XVII, en la España deFelipe III— era posible resucitar la vida caballeresca y los ideales medievales».

El alumno puede seleccionar numerosos ejemplos al respecto. Sobre el primer apartado puede recordar, entre otros, el capitulo I, 3, cuando el ventero (que, según la ley de caballería carece de poder para armar a nadie) le ordena caballero. El segundo error puede ejemplificarse con múltiples lugares. Por citar solamente una muy significativa: cada una de las situaciones en que don Quijote alude a los libros de caballerías como a libros históricos, y con ellos, a todos sus personajes. El tercer error se ejemplifica con cualquier episodio que presente al protagonista como un ser loco e idealista que con sucesivos fracasos no encaja en la realidad de su época ni en la manera de ser, de vestir, de hablar o de entender el mundo que le envuelve y que le ha tocado vivir. Se valorará también, con 1 punto (siempre que, sumado a las respuestas del enunciado, no superen los 3 puntos), que el alumno señale que don Quijote no discierne entre ficción e historia, que pone al mismo nivel paradigmático al Cid y a Amadís de Gaula, por ejemplo. El alumno podrá sumar 0,50 puntos más si señala que la locura de don Quijote alterna con momentos de lucidez.

Explique en pocas palabras los rasgos cómicos de la locura de don Quijote, haciendo especial hincapié en su nombre, su aspecto externo y sus objetivos vitales.

Su locura (consistente en transfigurar la realidad, hacer que encaje en sus lecturas) es per se risible y, por lo tanto, todo lo que comporta lo es. Su propio nombre es ridículo, pues el quijote es una pieza de la armadura y a su vez deformación grotesca de su apellido. El mismo nombre del caballo: Rocinante (o sea 'rocín antes', ahora no). Aparte su nombre y aspecto, la pretensión de buscar aventuras en la Mancha, lugar anodino donde los haya, es cómica, absurda. Como lo son su ideal anticuado (restaurar la caballería en los albores del siglo XVII), su juramento falso, su lenguaje arcaizante, etc., etc.; la misma creencia de que la realidad se ajusta a los libros. Más adelante se añadirán más rasgos, como el de elegir como escudero (para lo que se exigía un rango de nobleza) a un villano y otros muchos más, derivados algunos del mundo del carnaval, otros de los entremeses y de las farsas.

Cite los principales modelos literarios o históricos a los que imita don Quijote y que res-ponden a sus ideales librescos.

El alumno deberá citar, en el orden que quiera, algunos de los siguientes modelos: caballeros andantes (de la materia de Bretaña, del ciclo de Amadís, del Palmerín, etc.); amantes corteses; héroes del romancero; personajes históricos lejanos con resonancias épicas, como el Cid, o cercanos; héroes de la épica culta, como Orlando furioso; personajes de las historias romanas, griegas o tebanas; héroes bíblicos y míticos; figuras de otros géneros literarios: pastoril, morisco, sentimental, etc. Obviamente, don Quijote se siente más epígono de los primeros grupos, a los que deberán referirse, prioritariamente, los alumnos

Cite tres grandes diferencias entre las dos partes del Quijote.

En primer lugar, cabe responder que en la Segunda Parte no incluyó novelas interpoladas; sí se valió en cambio de la técnica narrativa de incluir la Primera Parte dentro de la Segunda, o sea, de que el personaje literario lea su propia historia, al igual que muchos contemporáneos. En segundo lugar, este conocimiento del personaje por parte de los demás propiciará, precisamente, una mayor pasividad de don Quijote, que será objeto de burlas, hasta convertirse (en la corte de los duques) en una parodia de sí mismo; en contrapartida, Sancho adquiere mayor protagonismo. A la pasividad del protagonista ha de unirse la duda, la desconfianza, el desengaño e incluso cierto escepticismo, a partir especialmente del descenso a la cueva de Montesinos (capítulo XXIII), consumado por la derrota en la playa de Barcelona. También puede señalarse, en tercer lugar, que la primera intención de Cervantes al escribir la Segunda Parte del Quijote, diez años después (1615), fue diferenciarse de Avellaneda, por lo que hizo que su héroe siguiese una ruta distinta (por ejemplo, no entró en Zaragoza), o lo hizo mucho más verosímil que el hiperbólico apócrifo. Ni que decirse tiene que pueden citarse otras diferencias, como la de la inclusión de hechos históricos (la expulsión de los moriscos, el “problema” de los bandidos catalanes, etc.), la entrada en una ciudad real y nombrada, como Barcelona, etc. También se podrá valorar con 0,5 puntos (siempre que, sumado a las respuestas del enunciado, no superen los 3 puntos) que señale la continuidad de Cide Hamete Benengeli.

Describa en pocas palabras el origen de la locura de don Quijote, la actividad que la fomenta y cómo se manifiesta.

El alumno deberá explicar que el origen de la locura de don Quijote, además de su predisposición natural, es la excesiva lectura de cierto tipo de libros, cuyos efectos más evidentes ya se expone en el primer párrafo del libro: la transfiguración literaria de la realidad, su adecuación a ciertos modelos, arquetipos y situaciones leídas en los libros. Por lo tanto, la actividad que la fomenta es, precisamente la lectura de determinados géneros literarios de los que fue asiduo lector el hidalgo, que figuran en el escrutinio de su biblioteca. Con las manifestaciones externas me refiero a la reacción (generalmente iracunda) del personaje ante ciertos estímulos y en algunas situaciones concretas, de palabra y de obra; o al enamoramiento ideal de una dama inventada.

Explique el componente del "amor cortés" en la locura del Quijote.

Los caballeros andantes, especialmente los que derivan del Amadís de Gaula, tienen la condición de amantes corteses, o sea, de servidores de amor; pero sin el componente del amor adúltero a una “midons”, pues Amadís le es fiel a Oriana y leal con su reino. Es el principal modelo de don Quijote, y así como, por ejemplo, Amadís adopta el nombre de Beltenebrós para hacer penitencia en la peña Pobre, don Quijote se dirige a Sierra Morena, para el mismo fin. Del mismo modo, aquellas damas, tan sublimadas y distantes, encuentran su correspondencia en Dulcinea: una entelequia con atributos corteses que don Quijote sublima a partir de una joven real. Por lo mismo, cuando dudan de la existencia de Dulcinea o de que sea la más excelsa, equiparable a cualquiera de las heroínas librescas, se reverdece la causa de la locura del protagonista, cuyo carácter colérico-melancólico ya era proclive a dichas desmesuras, sea en la vertiente caballeresca, sea, en la cortés.

Comente el siguiente fragmento del capítulo 21 de la primera parte del Quijote, subrayando cómo adecua don Quijote la realidad a sus fantasías.

De allí a poco, descubrió don Quijote un hombre a caballo, que traía en la cabeza una cosa que relumbraba como si fuera de oro, y aún él apenas le hubo visto, cuando se volvió a Sancho y le dijo: [...]

—Dime, ¿no ves aquel caballero que hacia nosotros viene, sobre un caballo rucio rodado, que trae puesto en la cabeza un yelmo de oro? [...]

Es, pues, el caso que el yelmo y el caballo y caballero que don Quijote veía era esto: que en aquel contorno había dos lugares, el uno tan pequeño, que ni tenía botica ni barbero, y el otro, que estaba junto a él, sí; y así, el barbero del mayor servía al menor, en el cual tuvo necesidad un enfermo de sangrarse y otro de hacerse la barba, para lo cual venía el barbero y traía una bacía de azófar; y quiso la suerte que, al tiempo que venía, comenzó a llover y, porque no se le manchase el sombrero, que debía de ser nuevo, se puso la bacía sobre la cabeza, y, como estaba limpia, desde media legua relumbraba. Venía sobre un asno pardo, como Sancho dijo, y ésta fue la ocasión que a don Quijote le pareció caballo rucio rodado, y caballero y yelmo de oro, que todas las cosas que veía con mucha facilidad las acomodaba a sus desvariadas caballerías y malandantes pensamientos. Y cuando él vio que el pobre caballero llegaba cerca, sin ponerse con él en razones, a todo correr de Rocinante le enristró con el lanzón bajo, llevando intención de pasarle de parte a parte; mas cuando a él llegaba, sin detener la furia de su carrera, le dijo:

—¡Defiéndete, cautiva criatura, o entrégame de tu voluntad lo que con tanta razón se me debe!El barbero, que, tan sin pensarlo ni temerlo, vio venir aquella fantasma sobre sí, no tuvo otro remedio, para poder guardarse del golpe de la lanza, si no fue el dejarse caer del asno abajo; y no hubo tocado al suelo, cuando se levantó más ligero que un gamo y comenzó a correr por aquel llano, que no le alcanzara el viento. [...]

—Sin duda que el pagano, a cuya medida se forjó primero esta famosa celada, debía de tener grandísima cabeza, y lo peor dello es que le falta la mitad. Cuando Sancho oyó llamar a la bacía «celada», no pudo tener la risa, mas vínosele a las mientes la cólera de su amo y calló en la mitad della.

—¿De qué te ríes, Sancho? —dijo don Quijote.

—Ríome —respondió él— de considerar la gran cabeza que tenía el pagano dueño deste almete, que no semeja sino una bacía de barbero pintiparada.

—¿Sabes qué imagino, Sancho? Que esta famosa pieza deste encantado yelmo por algún estraño acidente debió de venir a manos de quien no supo conocer ni estimar su valor y, sin saber lo que hacía, viéndola de oro purísimo, debió de fundir la mitad para aprovecharse del precio, y de la otra mitad hizo ésta, que parece bacía de barbero, como tú dices. Pero sea lo que fuere, que para mí que la conozco no hace al caso su trasmutación, que yo la aderezaré en el primer lugar donde haya herrero, y de suerte que no le haga ventaja, ni aun le llegue, la que hizo y forjó el dios de las herrerías para el dios de las batallas;7 y, en este entretanto, la traeré como pudiere, que más vale algo que no nada, cuanto más que bien será bastante para defenderme de alguna pedrada.

Tres de los cinco puntos los aportará la evaluación de contenidos y contextualización del fragmento. El alumno debería señalar que se trata de un ejemplo palmario de la locura de don Quijote, que consiste en proyectar en la realidad sus lecturas, en “leer” el mundo como se leen los libros, en interpretar lo real desde la perspectiva de lo leído. En este caso confunde una bacía de barbero con el yelmo de Mambrino (del que ha hablado en I, 10 y que aparece en el Orlando furioso), al asno con un caballo y al barbero con un caballero. De los dos puntos restantes, uno será para la capacidad de argumentación y la coherencia del discurso; el otro, para la fluidez expresiva y, en suma, la cohesión y articulación del comentario.

Explique sucintamente el carácter de Sancho Panza en los tres momentos siguientes del Quijote: la primera salida, la renuncia al gobierno de la ínsula Barataria y la vuelta a casa.

El alumno deberá señalar que el interés que le mueve a acompañar a don Quijote en la primera salida va evolucionando conforme conoce y aprecia a su amo; por muy interesado que fuese, no hubiese salido a la aventura con su vecino, un hidalgo empobrecido y delirante. Prueba de ello es el segundo momento citado en el enunciado: la renuncia al gobierno de la ínsula y la toma de conciencia de su condición a raíz del encuentro con el morisco Ricote y compañía. Cuando son hollados por la piara (II, 68), es Sancho el que quiere vengarse, pues ya ha asumido su rol novelesco; poco después, le plantea a Don Quijote que se hagan pastores, o sea, que se acojan a otro modelo literario.

Comente el siguiente fragmento del capítulo 64 de la segunda parte del Quijote, prestando especial atención al temperamento de don Quijote en esta situación, a su actitud hacia Dulcinea y a la reacción de Sancho Panza

—Vencido sois, caballero, y aun muerto, si no confesáis las condiciones de nuestro desafío.

Don Quijote, molido y aturdido, sin alzarse la visera, como si hablara dentro de una tumba, con voz debilitada y enferma, dijo:

—Dulcinea del Toboso es la más hermosa mujer del mundo y yo el más desdichado caballero de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad. Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra.

—Eso no haré yo, por cierto —dijo el de la Blanca Luna—: viva, viva en su entereza la fama de la hermosura de la señora Dulcinea del Toboso, que sólo me contento con que el gran don Quijote se retire a su lugar un año, o hasta el tiempo que por mí le fuere mandado, como concertamos antes de entrar en esta batalla. [...]

Levantaron a don Quijote, descubriéronle el rostro y halláronle sin color y trasudando. Rocinante, de puro malparado, no se pudo mover por entonces. Sancho, todo triste, todo apesarado, no sabía qué decirse ni qué hacerse: parecíale que todo aquel suceso pasaba en sueños y que toda aquella máquina1 era cosa de encantamento. Veía a su señor rendido y obligado a no tomar armas en un año; imaginaba la luz de la gloria de sus hazañas escurecida, las esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace el humo con el viento

Tres de los cinco puntos los aportará la evaluación de contenidos y contextualización del fragmento. El alumno deberá indicar cómo el fracaso, derivado del juramento que don Quijote hace al caballero de la Blanca Luna, supone el fin de su empresa: su intento de restaurar la antigua caballería andante. Es, además, la culminación de una serie de pequeñas derrotas y burlas que han jalonado su camino hasta Barcelona y que se continuarán en el camino de vuelta con el reencuentro con los duques, la humillación de la piara de cerdos, etc. Con todo, no deja de afirmar la belleza ideal de Dulcinea, o sea, la otra cara de su locura idealizadora: el amor. La reacción de Sancho se parece ahora a la de don Quijote de la Primera parte: parece atribuir a algún encantador el estado al que ha llegado su amo. Los dos puntos restantes se asignarán según la capacidad de argumentación, la coherencia del discurso, la fluidez expresiva y, en suma, la cohesión y articulación del comentario.

Explique brevemente la parodia de las novelas de caballerías que plantea Miguel de Cervantes en el Quijote, especialmente en relación con el nombre, el aspecto y los objetivos del protagonista.

El alumno debería señalar que el nombre del protagonista, compuesto por una parodia de su propio apellido, Quijano o Quijana (puesto que un quijote es una pieza de la armadura) y el de su anodina patria, la Mancha (¡qué diferente de las exóticas Gaula, Tracia, Grecia, etc.!), son una parodia de los nombres propios de los caballeros de las novelas de caballerías. Se completa la parodia con su aspecto externo: una armadura de su bisabuelo, un yelmo que él mismo ha cosido con cartón, como si de carnaval se tratase; una lanza vieja, un caballo flaco, etc.; su misma salida de casa casi de noche y por la puerta falsa redondea la parodia; incluso su edad parece inapropiada, pues ya le queda lejos la juventud. Los objetivos (buscar aventuras, socorrer a los indefensos, amar cortésmente, creerse el elegido para restaurar la caballería….) son también estrictamente trasnochados para principios del siglo XVII, máxime si espera alcanzarlos en la Mancha, un espacio anodino donde nunca pasa nada extraordinario, ni mucho menos aventuras dignas de un caballero como pretende ser don Quijote.

Explique en pocas palabras las diferencias entre el habla de don Quijote y la de Sancho Panza.

El alumno deberá aludir al lenguaje culto, libresco, plagados de arcaísmos en ocasiones, de don Quijote; frente a los coloquialismos, vulgarismos y abuso de los refranes con que Cervantes caracteriza el habla de Sancho. Obviamente, los registros lingüísticos del caballero están vinculados a sus estados de demencia o lucidez: durante sus paroxismos, habla como los libros de caballerías y afines; cuando recupera la lucidez, suele razonar admirablemente, utilizando un registro lingüístico normal, o sea, estandarizado. También puede apreciar el alumno cómo, a lo largo del libro y especialmente en la Segunda parte, Sancho va asimilando algunas palabras y giros de su amo, aunque también se le aprecian no pocas prevaricaciones lingüísticas, fruto de imitar a su modo el lenguaje de don Quijote.

septiembre 2016

Comentario

Segunda parte

septiembre 2017

Personajes

Sancho

junio 2018

Comentario

Prólogo

Segunda Parte

junio 2018

Comentario

Primera Parte

junio 2019

junio 2019

Comente el siguiente fragmento del capítulo 3 de la «Segunda parte» del Quijote, relacionándolo con las ideas cervantinas sobre la novela y, especialmente, sobre el concepto de libro dentro del libro.

—Ahora digo —dijo don Quijote— que no ha sido sabio el autor de mi historia, sino algún ignorante hablador, que a tiento y sin algún discurso se puso a escribirla, salga lo que saliere, como hacía Orbaneja, el pintor de Úbeda, al cual preguntándole qué pintaba respondió: «Lo que saliere». Tal vez pintaba un gallo de tal suerte y tan mal parecido, que era menester que con letras góticas escribiese junto a él: «Este es gallo». Y así debe de ser mi historia, que tendrá necesidad de comento para entenderla.

—Eso no —respondió Sansón—, porque es tan clara, que no hay cosa que dificultar en ella: los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran; y finalmente, es tan trillada y tan leída y tan sabida de todo género de gentes, que apenas han visto algún rocín flaco, cuando dicen: «Allí va Rocinante». Y los que más se han dado a su letura son los pajes: no hay antecámara de señor donde no se halle un Don Quijote, unos le toman si otros le dejan, estos le embisten y aquellos le piden. Finalmente, la tal historia es del más gustoso y menos perjudicial entretenimiento que hasta agora se haya visto, porque en toda ella no se descubre ni por semejas una palabra deshonesta ni un pensamiento menos que católico,

Tres de los cinco puntos los aportará el comentario de los contenidos. Así, a) el alumno deberá caracterizar cómo, por boca de Sansón Carrasco, Cervantes reitera una parte de las ideas desplegadas en su prólogo a la Primera parte del Quijote: su novela quiere ser veraz, imaginativa, divertida; provocar admiración; adaptarse a todos los públicos y edades, para todos los temperamentos y situaciones, incluso servir para la formación moral del lector. b) Por boca de don Quijote, sin embargo, hay una crítica a los libros poco veraces y verosímiles, y, de paso, hay una velado reproche a quienes hicieron de la novela un pretexto para mostrar erudición (como Lope de Vega, según Cervantes en el citado prólogo señala, aunque veladamente) y llegar a un público muy concreto. El alumno también deberá situar el pasaje en su contexto concreto. Se sumará 0,50 puntos (siempre que no sume más de cinco) si describe la situación, o sea, si indica que se trata de una conversación a raíz de la publicación de la “Primera parte” del Quijote.

Explique el carácter de Sancho Panza, especialmente al principio y al final de la «Segunda parte» del Quijote.

Al principio, Sancho se asombra de que su historia ande impresa, como les comunica, a él y a don Quijote, el bachiller Sansón Carrasco: el estupor se une a la renovada ilusión por salir con don Quijote por segunda vez, a pesar de conocer la locura de aquél y las reticencias de su mujer, Teresa Panza. Se desengañará a partir del gobierno de la ínsula Barataria. Al final, con todo, será él quien se enfrente a los cerdos y, a la postre, anime a don Quijote, en su lecho de muerte, a que adopte otro modelo literario, el de pastor, porque así lo habían planeado y porque el caballero ha jurado dejar su pretensión caballeresca al menos durante un año.

Comente el siguiente fragmento del prólogo de la «Segunda parte» del Quijote.

¡Válame Dios, y con cuánta gana debes de estar esperando ahora, lector ilustre, o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él venganzas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote; digo de aquel que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona! Pues en verdad que no te he de dar este contento, que, puesto que los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos, en el mío ha de padecer excepción esta regla. Quisieras tú que lo diera del asno, del mentecato y del atrevido, pero no me pasa por el pensamiento: castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya. Lo que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí, o si mi manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros. […] Dile también que de la amenaza que me hace, que me ha de quitar la ganancia con su libro, no se me da un ardite, que, acomodándome al entremés famoso de La Perendenga, le respondo que me viva el veinte y cuatro, mi señor, y Cristo con todos. […] La honra puédela tener el pobre, pero no el vicioso; la pobreza puede anublar a la nobleza, pero no escurecerla del todo; pero como la virtud dé alguna luz de sí, aunque sea por los inconvenientes y resquicios de la estrecheza, viene a ser estimada de los altos y nobles espíritus y, por el consiguiente, favorecida. Y no le digas más, ni yo quiero decirte más a ti, sino advertirte que consideres que esta segunda parte de Don Quijote que te ofrezco es cortada del mismo artífice y del mesmo paño que la primera, y que en ella te doy a don Quijote dilatado, y, finalmente, muerto y sepultado, porque ninguno se atreva a levantarle nuevos testimonios, pues bastan los pasados y basta también que un hombre honrado haya dado noticia destas discretas locuras, sin querer de nuevo entrarse en ellas: que la abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo. Olvidábaseme de decirte que esperes el Persiles, que ya estoy acabando, y la segunda parte de Galatea.

Con tres de los cinco puntos se valorará que el alumno contextualice debidamente este prólogo haciendo especial hincapié en que median diez años entre la publicación de las dos partes del Quijote y que entre ambas se ha dado el gran éxito de la Primera parte y la publicación por un tal Avellaneda de la Segunda parte apócrifa. Estos dos sucesos se reflejan en el prólogo, en el que el autor se defiende de los insultos recibidos por el autor apócrifo. Tiene, al final, especial interés en “enterrar” a don Quijote, del que ofrece una imagen consecuente con el de la Primera parte, huyendo de la caricatura de la Segunda parte de Avellaneda y poniendo en valor la enorme difusión de la verosímil que él escribió. Se valorará con 1 punto que se indiquen algunos recursos prologuísticos, de los que se podrían citar el tratamiento del “tú”, la falsa modestia, el clima de confianza que crea con el lector, y la estrategia propagandística del final haciendo referencia a otras obras del autor.

Comente el siguiente fragmento del comienzo del capítulo 21 de la «Primera parte» del Quijote.

En esto comenzó a llover un poco, y quisiera Sancho que se entraran en el molino de los batanes, mas habíales cobrado tal aborrecimiento don Quijote por la pesada burla, que en ninguna manera quiso entrar dentro; y, así, torciendo el camino a la derecha mano, dieron en otro como el que habían llevado el día de antes. De allí a poco, descubrió don Quijote un hombre a caballo que traía en la cabeza una cosa que relumbraba como si fuera de oro, y aun él apenas le hubo visto, cuando se volvió a Sancho y le dijo:

—Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: «Donde una puerta se cierra, otra se abre». Dígolo porque si anoche nos cerró la ventura la puerta de la que buscábamos, engañándonos con los batanes, ahora nos abre de par en par otra, para otra mejor y más cierta aventura, que si yo no acertare a entrar por ella, mía será la culpa, sin que la pueda dar a la poca noticia de batanes ni a la escuridad de la noche. Digo esto porque, si no me engaño, hacia nosotros viene uno que trae en su cabeza puesto el yelmo de Mambrino, sobre que yo hice el juramento que sabes.

—Mire vuestra merced bien lo que dice y mejor lo que hace —dijo Sancho—, que no querría que fuesen otros batanes que nos acabasen de abatanar y aporrear el sentido.

—¡Válate el diablo por hombre! —replicó don Quijote—. ¿Qué va de yelmo a batanes?

—No sé nada —respondió Sancho—, mas a fe que si yo pudiera hablar tanto como solía, que quizá diera tales razones, que vuestra merced viera que se engañaba en lo que dice.

—¿Cómo me puedo engañar en lo que digo, traidor escrupuloso? —dijo don Quijote—. Dime, ¿no ves aquel caballero que hacia nosotros viene, sobre un caballo rucio rodado, que trae puesto en la cabeza un yelmo de oro?

—Lo que yo veo y columbro —respondió Sancho— no es sino un hombre sobre un asno pardo, como el mío, que trae sobre la cabeza una cosa que relumbra.

—Pues ese es el yelmo de Mambrino —dijo don Quijote—. Apártate a una parte y déjame con él a solas: verás cuán sin hablar palabra, por ahorrar del tiempo, concluyo esta aventura y queda por mío el yelmo que tanto he deseado.

—Yo me tengo en cuidado el apartarme —replicó Sancho—, mas quiera Dios, torno a decir, que orégano sea y no batanes.

—Ya os he dicho, hermano, que no me mentéis ni por pienso más eso de los batanes —dijo don Quijote—, que voto, y no digo más, que os batanee el alma. Calló Sancho, con temor que su amo no cumpliese el voto que le había echado, redondo como una bola. Es, pues, el caso que el yelmo y el caballo y caballero que don Quijote veía era esto: que en aquel contorno había dos lugares, el uno tan pequeño, que ni tenía botica ni barbero, y el otro, que estaba junto a él, sí; y, así, el barbero del mayor servía al menor, en el cual tuvo necesidad un enfermo de sangrarse, y otro de hacerse la barba, para lo cual venía el barbero y traía una bacía de azófar; y quiso la suerte que al tiempo que venía comenzó a llover, y porque no se le manchase el sombrero, que debía de ser nuevo, se puso la bacía sobre la cabeza, y, como estaba limpia, desde media legua relumbraba. Venía sobre un asno pardo, como Sancho dijo, y esta fue la ocasión que a don Quijote le pareció caballo rucio rodado y caballero y yelmo de oro, que todas las cosas que veía con mucha facilidad las acomodaba a sus desvariadas caballerías y malandantes pensamientos. Y cuando él vio que el pobre caballero llegaba cerca, sin ponerse con él en razones, a todo correr de Rocinante le enristró con el lanzón bajo, llevando intención de pasarle de parte a parte; mas cuando a él llegaba, sin detener la furia de su carrera le dijo:

—¡Defiéndete, cautiva criatura, o entriégame de tu voluntad lo que con tanta razón se me debe!

El alumno sumará tres puntos si señala la trabazón de elementos funcionales (la lluvia, por ejemplo) que cumplimentan la estructura de la escena, puesto que a partir de ahí se entiende que el barbero lleve la bacía en la cabeza para protegerse de ella. Se comentará también la funcionalidad del yelmo de Mambrino en la estructura de la Primera Parte, puesto que tal como se recuerda en nota, en el capítulo 10 de la Primera Parte don Quijote ha jurado encontrarlo. Obviamente, el alumno también debería señalar la alucinación del protagonista, especialmente notoria en esta Primera parte, que le lleva a trastocar la realidad, a adecuarla a sus lecturas, desoyendo la voz del sentido común, representado por el escudero.

Explique la función que asigna Miguel de Cervantes a Cide Hamete Benengeli en el Quijote.

Cervantes se inventa la figura del historiador arábigo Hamete Benengeli en el capítulo VIII de la Primera parte al fingir haberse encontrado en el mercado de Toledo un manuscrito árabe que continúa la historia interrumpida en los Anales de la Mancha, de donde la había sacado originariamente. Como está en árabe, Cervantes se la hace traducir a un morisco, por lo que el texto que le llega al lector ha sufrido dos mediaciones. La crónica del árabe es fiel y detallista, a veces hasta extremos inverosímiles, de modo que Cervantes tiene que hacerle algunas observaciones y, de paso, le atribuye cualquier tinte de inverosimilitud; para sí mismo (en su impostada función de “editor”), en cambio, Cervantes se reserva los otros registros. Este procedimiento de recurrir a un segundo autor ya era conocido; lo utiliza principalmente en la Segunda parte, y no sólo para narrar la historia, sino también para algunos excursos teóricos y opiniones sobre la verdad literaria, la veracidad y la verosimilitud.

Explique en qué dos importantes aspectos influyó el Quijote apócrifo de Avellaneda en la «Segunda parte» del Quijote de Miguel de Cervantes.

El alumno deberá señalar cómo Cervantes modifica la ruta de su protagonista y lo lleva a Barcelona, para desmentir al apócrifo, que lo hacía entrar en Zaragoza. También parece haber influido en la decisión alternativa de convertirse en pastores tras la derrota con el caballero de la Blanca Luna en la playa de Barcelona. Por otra parte, el encuentro y conversación con Álvaro Tarfe le sirve para reivindicar a sus personajes, en especial a Sancho Panza, del que ha dado una versión caricaturesca Avellaneda. Cervantes está orgulloso de sus personajes, especialmente si se los compara con los del apócrifo, porque los suyos tienen más profundidad y son más verosímiles. Se podrá añadir 0.5 puntos (siempre que la suma total no sea más de 2) si señala que al final Cervantes le devuelve la cordura y “mata” a don Quijote, para que nadie tenga la tentación de redactar una parte tercera.