100 Oraciones compuestas (casi). Generación del 27.

1. Antes que la sombra caiga, aprende cómo es la dicha ante los espinos blancos y rojos en flor. (Luis Cernuda)

2. Ahora te quiero, como el mar quiere a su agua: … (Pedro Salinas)

3. Aparecisteis entre la suavidad de las laderas, donde la hierba apacible ha recibido eternamente el beso instantáneo de la luna. (Vicente Aleixandre)

4. Apoya en mí la cabeza, si tienes sueño. (Gerardo Diego)

5. Aquí en esta orilla blanca del lecho donde duermes estoy al borde mismo de tu sueño. (Pedro Salinas)

6. Aunque sepa los caminos yo nunca llegaré a Córdoba. (Federico García Lorca)

7. A veces creo que beso solo a tu sombra en la tierra, a tu sombra para mis brazos humanos. (Vicente Aleixandre)

8. Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas. (Miguel Hernández)

9. Canté, subí, fui luz un día arrastrado en la llama.

10. Con tal vehemencia el viento viene del mar, que sus sones elementales contagian el silencio de la noche. (Luis Cernuda)

11. Cuando llegaba la noche, noche que noche nochera, los gitanos en sus fraguas forjaban soles y flechas. (Federico García Lorca)

12. Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que transita solamente la rabia, … (Rafael Alberti)

13. Cuando tú me elegiste -el amor eligió- salí del gran anónimo de todos, de la nada. (Pedro Salinas)

14. ¡Cuánto sabe la flor! Sabe ser blanca cuando es jazmín, morada cuando es lirio. (Pedro Salinas)

15. Dentro, en tus ojos, donde calla y duerme un palpitar de acuario submarino, quisiera - licor tenue al difumino - hundirme, decantarme, adormecerme. (Gerardo Diego)

16. Desde que te conocí, nunca tan lejos te viera, nunca tan lejos te ví. (Gerardo Diego)

17. Dímelo y no lo diré con qué le besaré yo, con qué. (Gerardo Diego)

18. Dime por qué sobre tu pelo suelto, sobre tu dulce hierba acariciada, cae, resbala, acaricia, se va un sol ardiente. (Vicente Aleixandre)

19. Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos, … (Luis Cernuda)

20. Fue un beso tan corto, que duró más que un relámpago, … (Pedro Salinas)

21. El alma tenías tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. (Pedro Salinas)

22. El alma tuya se fue donde tú te irás mañana. (Pedro Salinas)

23. El cielo se enrojece, Salinas, cuando te mece … (Gerardo Diego)

24. El inglés da a la gitana un vaso de tibia leche, y una copa de ginebra que Preciosa no se bebe. (Federico García Lorca)

25. El mejor día, ciudad a quien jamás he querido, el mejor día —¡silencio!— habré desaparecido. (Rafael Alberti)

26. En los picos de la sierra los carabineros duermen guardando las blancas torres donde viven los ingleses. (Federico García Lorca)

27. Importa el eco de lo que oí y escucho. (Vicente Aleixandre)

28. Invicto, el aire ignora que habitó en tu pecho. (Vicente Aleixandre)

29. La gran prueba, a lo lejos, de que existió, que existe, de que me quiso, sí, de que aún la estoy queriendo. (Pedro Salinas)

30. La huella de tu espuma, cuando el agua se va, queda en los bordes. (Vicente Aleixandre)

31. … la mar no tiene naranjas, ni Sevilla tiene amor. (Federico García Lorca)

32. La noche es larga, pero ya ha pasado. (Vicente Aleixandre)

33. La vida es lo que tú tocas. (Pedro Salinas)

34. Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura. (Federico García Lorca)

35. Llévame de feria en feria, dolor de mujer honrada, a que las gentes me vean con las sábanas de boda al aire como banderas. (Federico García Lorca)

36. … llorarías pensando cuán bella fue la vida y cuán inútil. (Luis Cernuda)

37. Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en mí. (Federico García Lorca)

38. Los árboles del bosque cantan como si fueran aves. (Vicente Aleixandre)

39. Lo veo arar los rastrojos, y devorar un mendrugo, y declarar con los ojos que por qué es carne de yugo. (Miguel Hernández)

40. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. (Federico García Lorca)

41. No es el amor quien muere, somos nosotros mismos. (Luis Cernuda)

42. No había lluvia, pero unos dulces brazos parecían presidir a los aires, … (Vicente Aleixandre)

43. No hay nadie que te defienda. (Federico García Lorca)

44. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. (Federico García Lorca)

45. No se sabe si es sueño o es niebla. (Gerardo Diego)

46. No soy el mar, no soy el cielo, ni tampoco soy el mundo en que tú vives. (Vicente Aleixandre)

47. No te conoce el niño ni la tarde porque te has muerto para siempre. (Federico García Lorca)

48. Pasar aquellas calles, mientras crece la luna por el aire, será soñar despierto. (Luis Cernuda)

49. Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta. (Federico García Lorca)

50. Pero tú y yo sabemos […] cuánto vale una noche como ésta, indecisa entre la primavera última y el estío primero, … (Luis Cernuda)

51. … porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe. (Luis Cernuda)

52. ¿Por qué me dan tanto azul, sin que se lo pida, el cielo que se lo inventa, el mar, que lo imita? (Pedro Salinas)

53. Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona que yo fui, … (Luis Cernuda)

54. ¿Quién dice que se olvida? No hay olvido. (Luis Cernuda)

55. ¿Quién te va a ti a conocer en lo que callas, o en esas palabras con que lo callas? (Pedro Salinas)

56. Quiero saber si un puente es hierro o es anhelo, … (Vicente Aleixandre)

57. … quiso vivir hacia lo lejos, donde supiera alguien de su color amargo. (Luis Cernuda)

58. Rozo tu delicada piel mientras pongo mi boca sobre tu cabellera apagada. (Vicente Aleixandre)

59. Sabes tanto de mí, que yo mismo quisiera repetir con tus labios mi propia poesía, elegir un pasaje de mi vida primera: un cometa en la playa, … (Rafael Alberti)

60. Será que la gente aquella estará fregando el cobre. (Federico García Lorca)

61. ...Sentí el roce de un anillo como una promesa vaga... (Gerardo Diego)

62. Si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. (Rafael Alberti)

63. … sin verte, notaba que los ojos dulcemente se te empañaban las lágrimas. (Gerardo Diego)

64. Si yo pudiera, mocito, este trato se cerraba. (Federico García Lorca)

65. Sólo vive quien mira siempre ante sí los ojos de su aurora, … (Luis Cernuda)

66. … soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres, por quienes vivo, … (Luis Cernuda)

67. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. (Federico García Lorca)

68. Tú no te vas, porque mi amor te tiene. (Rafael Alberti)

69. Tú nunca entenderás lo que te quiero … (Federico García Lorca)

70. Tú sabes, Federico García Lorca, que soy de los que gozan una muerte diaria. (Miguel Hernández)

71. Tus besos son ofrecerme los labios para que los bese yo. (Pedro Salinas)

72. Tus ojos son de donde la nieve no ha manchado la luz, … (Luis Cernuda)

73. Vamos al rincón oscuro, donde yo siempre te quiera. (Federico García Lorca)

74. Veo la estofa de que está hecho tu sueño.

75. Y acaba de irse aquella que nos quería. (Vicente Aleixandre)

76. Ya no recuerdo qué era. (Gerardo Diego)

77. Y aunque no me quisieras te querría por tu mirar sombrío, … (Federico García Lorca)

78. Y un estrecho latir parece que fluye a ti de mí. (Vicente Aleixandre)

79. Y veo a la hermosura, mas la codicio inútilmente. (Luis Cernuda)

80. Yo canto su elegancia con palabras que gimen. (Federico García Lorca)

81. Yo no me iré, pues junto a ti me siento más vida de mi sangre, más tu aliento, más luz del corazón que me sostiene. (Rafael Alberti)

82. Yo no sé por qué sería. Tal vez porque me marchaba. (Gerardo Diego)

83. Yo sé, mi amor, de dónde esas tinieblas vienen a mí, … (Rafael Alberti)

84. Yo sé quién ama y vive, quién muere y gira y vuela. (Vicente Aleixandre)

85. … y que no sepan ya cuál de ellos será el último: ¡qué vivir sin final! (Pedro Salinas)

86. … y soy yo quien te conduce … (Gerardo Diego)

87. … y contagia de gozo a quien despierta al nuevo día. (Luis Cernuda)

88. Y ya sé lo que está cerca: el corazón en el pecho. (Pedro Salinas)

89. Y yo sería un rapaz de los que van a la escuela, de los que hablan a las niñas, de los que juegan con ellas. (Gerardo Diego)

90. Hoy cualquier habitante de la tierra sabe mucho más del infierno que esos tres poetas juntos. (León Felipe)

91. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. (Pedro Salinas)

92. Pero el silencio puede más que tanto instrumento. (Miguel Hernández)

93. ¿Quién salvará este chiquillo menor que un grano de avena? (Miguel Hernández)