Género femenino

Norma

Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD). Primera Edición (2005). Lema "Género".

Formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas. Aunque en el modo de marcar el género femenino en los sustantivos que designan profesiones, cargos, títulos o actividades influyen tanto cuestiones puramente formales —la etimología, la terminación del masculino, etc.— como condicionamientos de tipo histórico y sociocultural, en especial el hecho de que se trate o no de profesiones o cargos desempeñados tradicionalmente por mujeres, se pueden establecer las siguientes normas, atendiendo únicamente a criterios morfológicos:

1. Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a: bombero / bombera, médico / médica, ministro / ministra, ginecólogo / ginecóloga. Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes: el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo (no debe considerarse una excepción el sustantivo reo, cuyo femenino etimológico y aún vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la reo). También funcionan normalmente como comunes los que proceden de acortamientos: el/la fisio, el/la otorrino. En algún caso, el femenino presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo: diácono/diaconisa; y excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa): diablo, fem. diabla o diablesa; vampiro, fem. vampira o vampiresa.

2. Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes: el / la atleta, el / la cineasta, el / la guía, el / la logopeda, el / la terapeuta, el / la pediatra. En algunos casos, por razones etimológicas, el femenino presenta la terminación culta -isa: profetisa, papisa. En el caso de poeta, existen ambas posibilidades: la poeta / poetisa. También tiene dos femeninos la voz guarda, aunque con matices significativos diversos: la guarda / guardesa. Son asimismo comunes en cuanto al género los sustantivos formados con el sufijo -ista: el / la ascensorista, el / la electricista, el / la taxista. Es excepcional el caso de modista, que a partir del masculino normal el modista ha generado el masculino regresivo modisto.

3. Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes, en consonancia con los adjetivos con esta misma terminación, que suelen tener una única forma (afable, alegre, pobre, inmune, etc.): el / la amanuense, el / la cicerone, el / la conserje, el / la orfebre, el / la pinche. Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa o -ina: alcalde / alcaldesa, conde / condesa, duque / duquesa, héroe / heroína, sacerdote / sacerdotisa (aunque sacerdote también se usa como común: la sacerdote). En unos pocos casos se han generado femeninos en -a, como en jefe / jefa, sastre / sastra, cacique / cacica.

Dentro de este grupo están también los sustantivos terminados en -ante o -ente, procedentes en gran parte de participios de presente latinos, y que funcionan en su gran mayoría como comunes, en consonancia con la forma única de los adjetivos con estas mismas terminaciones (complaciente, inteligente, pedante, etc.): el / la agente, el / la conferenciante, el / la dibujante, el / la estudiante. No obstante, en algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en -a, como clienta, dependienta o presidenta. A veces se usan ambas formas, con matices significativos diversos: la gobernante (‘mujer que dirige un país’) o la gobernanta (en una casa, un hotel o una institución, ‘mujer que tiene a su cargo el personal de servicio’).

4. Los pocos que terminan en -i o en -u funcionan también como comunes: el / la maniquí, el / la saltimbanqui, el / la gurú.

5. En cuanto a los terminados en -y, el femenino de rey es reina, mientras que los que toman modernamente esta terminación funcionan como comunes: el / la yóquey.

6. Los que acaban en -or forman el femenino añadiendo una -a: compositor / compositora, escritor / escritora, profesor /profesora, gobernador / gobernadora. En algunos casos, el femenino presenta la terminación culta -triz (del lat. -trix, -tricis), por provenir directamente de femeninos latinos formados con este sufijo: actor/actriz, emperador / emperatriz.

7. Los que acaban en -ar o -er, así como los pocos que acaban en -ir o -ur, funcionan hoy normalmente como comunes, aunque en algunos casos existen también femeninos en -esa o en -a: e l /la auxiliar, el /la militar, el / la escolar (pero el juglar / la juglaresa), el /la líder (raro lideresa), el / la chofer o el /la chófer (raro choferesa), el /la ujier, el /la sumiller, el /la bachiller (raro hoy bachillera), el / la mercader (raro hoy mercadera), el / la faquir, el /la augur.

8. Los agudos acabados en -n y en -s forman normalmente el femenino añadiendo una -a: guardián /guardiana, bailarín / bailarina, anfitrión / anfitriona, guardés / guardesa, marqués / marquesa, dios / diosa. Se exceptúan barón e histrión, cuyos femeninos se forman a través de los sufijos -esa e -isa, respectivamente: baronesa, histrionisa. También se apartan de esta regla la palabra rehén, que funciona como epiceno masculino (el rehén) o como común (el/la rehén), y la voz edecán, que es común en cuanto al género (el / la edecán). Por su parte, las palabras llanas con esta terminación funcionan como comunes: el / la barman.

9. Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes: el / la cónsul, el / la corresponsal, el / la timonel, el / la capataz, el / la juez, el / la portavoz, en consonancia con los adjetivos terminados en estas mismas consonantes, que tienen, salvo poquísimas excepciones, una única forma, válida tanto para el masculino como para el femenino: dócil, brutal, soez, feliz (no existen las formas femeninas *dócila, *brutala, *soeza, *feliza). No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en -a, como es el caso de juez / jueza, aprendiz / aprendiza, concejal / concejala o bedel / bedela.

10. Los terminados en consonantes distintas de las señaladas en los párrafos anteriores funcionan como comunes: el / la chef, el / la médium, el / la pívot. Se exceptúa la voz abad, cuyo femenino es abadesa. Es especial el caso de huésped, pues aunque hoy se prefiere su uso como común (el / la huésped), su femenino tradicional es huéspeda.

11. Independientemente de su terminación, funcionan como comunes los nombres que designan grados de la escala militar: el/la cabo, el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la coronel, el/la alférez; los sustantivos que designan por el instrumento al músico que lo toca: el/la batería, el/la corneta, el/la contrabajo; y los sustantivos compuestos que designan persona: el/la mandamás, el/la sobrecargo, un/una cazatalentos, un/una sabelotodo, un/una correveidile.

12. Cuando el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben ir en masculino o femenino dependiendo del sexo del referente; por tanto, debe decirse la primera ministra, una intérprete jurada, una detective privada, etc.

Escribe la forma femenina de los nombres de profesión que aparecen a continuación.

Ejercicio

Soluciones

Soluciones (por orden alfabético)

el actor [norma número 6]

el agente [norma número 3]

el alcalde [norma número 3]

el anfitrión [norma número 8]

el atleta [norma número 2]

el auxiliar [norma número 7]

el bailarín [norma número 8]

el bombero [norma número 1]

un cazatalentos [norma número 11]

el cineasta [norma número 2]

el chef [normas número 9 y 10]

el chofer [norma número 7]

el conserje [norma número 3]

el cónsul [normas número 9 y 10]

un correveidile [norma número 11]

el dibujante [norma número 3]

el electricista [norma número 2]

el escritor [norma número 6]

el fisio (por fisioterapeuta) [norma número 1]

el guía [norma número 2]

el ginecólogo [norma número 1]

el gobernador [norma número 6]

el guardián [norma número 8]

el gurú [norma número 4]

el juez [normas número 9 y 10]

el logopeda [norma número 2]

el mandamás [norma número 11]

el maniquí [norma número 4]

el médico [norma número 1]

el ministro [norma número 1]

el modelo [norma número 1]

el otorrino (por otorrinolaringólogo) [norma número 1]

el pediatra [norma número 2]

el piloto [norma número 1]

el pívot [normas número 9 y 10]

el portavoz [normas número 9 y 10]

el presidente [norma número 3]

un sabelotodo [norma número 11]

el sobrecargo [norma número 11]

el taxista [norma número 2]

el terapeuta [norma número 2]

el testigo [norma número 1]

el vampiro [norma número 2]

el bombero

el médico

el ministro

el ginecólogo

el piloto,

el modelo

el testigo,

el fisio (por fisioterapeuta)

el otorrino (por otorrinolaringólogo)

el vampiro

el atleta

el cineasta

el guía

el logopeda

el terapeuta

el pediatra

el electricista

el taxista

el conserje

el alcalde

el agente

el dibujante

el presidente

el maniquí

el gurú.

el escritor

el gobernador

el actor

el auxiliar,

el chofer

el guardián

el bailarín

el anfitrión

el cónsul,

el juez,

el portavoz

el chef

el pívot

el mandamás

el sobrecargo

un cazatalentos

un sabelotodo

un correveidile