Luis de Góngora. Sonetos

"Carpe diem"

Mientras por competir con tu cabello...

Mientras por competir con tu cabello,

oro bruñido el Sol relumbra en vano,

mientras con menosprecio en medio el llano

mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,

siguen más ojos que al clavel temprano,

y mientras triunfa con desdén lozano

del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,

antes que lo que fue en tu edad dorada

oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o viola truncada

se vuelva, mas tú y ello juntamente

en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

De una dama que, quitándese una sortija, se picó con un alfiler.

Prisión del nácar era articulado

(de mi firmeza un émulo1 luciente)

un dïamante, ingenïosamente

en oro también él aprisionado.

Clori, pues, que su dedo apremïado2

de metal, aun precioso, no consiente,

gallarda3 un día, sobre impacïente,

lo redimió4 del vínculo dorado.

Mas, ay, que insidïoso5 ladrón breve

en los cristales de su bella mano

sacrílego6 divina sangre bebe:

púrpura ilustró menos indïano

marfil; invidïosa, sobre nieve

claveles deshojó la Aurora en vano.

1 émulo, imitador, competidor de alguien o de algo, que procura excederlo o aventajarlo.

2 apremiado, ‘oprimido, apretado’.

3 gallardo, valiente.

4 redimir, rescatar o sacar de esclavitud al cautivo mediante precio. También, poner término a algún dolor, penuria u otra adversidad o molestia.

5 insidioso: malicioso o dañino con apariencias inofensivas.

6 sacrílego: que profana, ataca algo sagrado