Arte Nuevo de hacer Comedias (2)

[5]

No traya la escritura, ni el lenguaje

ofenda con vocablos exquisitos,

porque, si ha de imitar a los que hablan,

no ha de ser por pancayas[1], por metauros[2],

hipogrifos[3], semones y centauros[4].

[...] Si hablare el rey, imite cuanto pueda

la gravedad real; si el viejo hablare,

[6]

Acomode los versos con prudencia

a los sujetos de que va tratando:

las décimas[5] son buenas para quejas;

el soneto está bien en los que aguardan;

las relaciones piden los romances,

aunque en otavas[6] lucen por extremo;

son los tercetos[7] para cosas graves,

y para las de amor, las redondillas[8];

[1] Pancaya es un país o región imaginaria, que mencionan algunos clásicos en sus obras.

[2] El Metauro es un río de Italia, en cuyas orillas se libró una famosa batalla en la antigüedad.

[3] El hipogrifo es un animal fantástico, mitad ave y mitad felino.

[4] Los centauros son en la mitología griega, una raza de seres con el torso y la cabeza de humano y el cuerpo de caballo.

[5] La décima es una estrofa que consta de diez octosílabos. El esquema de la rima es abbaaccddc.

[6] La octava es una estrofa que consta de ocho versos de arte mayor, generalmente endecasílabos, y con rima consonante, según el esquema ABABABCC

[7] El terceto consiste en tres versos de arte mayor, de los cuales el primero y el tercero riman en consonante; el segundo queda libre. La fórmula de la estrofa es ABA.

[8] La redondilla es una estrofa de cuatro versos de arte menor con rima consonante abba.

[7]

Los casos de la honra son mejores,

porque mueven con fuerza a toda gente;

con ellos las acciones virtüosas,

que la virtud es dondequiera amada,

pues [que] vemos, si acaso un recitante

hace un traidor, es tan odioso a todos

que lo que va a comprar no se lo venden,

y huye el vulgo de él cuando le encuentra;

y si es leal, le prestan y convidan,

y hasta los principales le honran y aman,

le buscan, le regalan y le aclaman.

[8]

Mas ninguno de todos llamar puedo

más bárbaro que yo, pues contra el arte

me atrevo a dar preceptos, y me dejo

llevar de la vulgar corriente, adonde

me llamen ignorante Italia y Francia;

pero, ¿qué puedo hacer si tengo escritas,

con una que he acabado esta semana,

cuatrocientas y ochenta y tres comedias?

Porque, fuera de seis, las demás todas

pecaron contra el arte gravemente.

Sustento, en fin, lo que escribí, y conozco

que, aunque fueran mejor de otra manera,

no tuvieran el gusto que han tenido,

porque a veces lo que es contra lo justo

por la misma razón deleita el gusto.