Hola a todos. Los malos pronósticos meteorológicos me han hecho reconsiderar la prevista salida a Biniés para ascender al Trueno, y he escogido una ruta más sencilla y a menos kilómetros que se puede hacer aunque llueva. El inicio se encuentra a unos dos kilómetros antes de llegar a Petilla de Aragón, y nos llevará hasta el Castillo de Roita. Soy consciente de que Gorosti ya estuvo aquí, pero hace ya bastante tiempo. El recorrido es de unos 11 kms con unos 450 m de desnivel acumulado. Hay posibilidad de acortar un poco el recorrido al final sobre el track que hicimos nosotros. El terreno no es barroso (salvo algún tramo muy corto). La subida final al castillo es de ida y vuelta y vale la pena el esfuerzo. Hay bastante pista y tramos de sendero fáciles de recorrer. Hay que estar atentos al inicio de estos tramos, uno (a la subida) señalizado como GR, y el de bajada, sale a la izquierda poco después de pasar junto a una balsa. Tiene el interés de discurrir en los límites de Navarra y Aragón y de utilizar parte del GR 1, Sendero Histórico que recorre el Norte de la Península pasando por muchos hitos monumentales. También nos ofrece vistas sobre el Pirineo en algún punto. Para aparcar los coches hay una franja herbosa al lado izquierdo de la carretera, antes de la salida de la pista donde caben varios vehículos en línea. Antes y después de esa zona hay también algún hueco, pero a mayor distancia. Para dar la vuelta hay una zona asfaltada más adelante, que no la hemos propuesto como aparcamiento porque parece ser que los camiones madereros maniobran allí. Guardo la del Trueno para un día que ofrezca más seguridad y nos permita disfrutar de las excepcionales vistas.
Mary Luz
P.D. Para más información del castillo de Roita.
Lugar: Petilla de Aragón
Fecha: 22 de marzo de 2025
Hora: 09:00
Punto de encuentro: Aparcamiento Ciudad Deportiva Artica
Convocante: Mary Luz
Contacto: excursiones.sabados@gorosti.org
Nuestro Blog aquí
Hola a todos. El sábado 22 no pintaban bien los pronósticos. Por eso dejamos el Trueno para mejor ocasión. Ese nombre no auguraba nada bueno, y lo cambiamos por el castillo de Roita, que sonaba a visita turística. Nada más lejos de la realidad. El promontorio sobre el que se asienta está lejos de todos los lados. Eso nos permitió disfrutar de un variado recorrido sorteando arroyos crecidos y fantasmagóricos rincones de bojeral con abundantes musgos y líquenes. Siguiendo la GR 1 y uno de sus ramales discurrió la subida, con pisadas de vacas y de jabalíes y alguna subida barrosa, nada que los más de veinte aventureros no pudiéramos superar. En el patio de la fortaleza, ya en tierras aragonesas, pudimos almorzar sin apenas viento y con una temperatura agradable. Algunas paredes desafiaban el paso de los años con peligro de desmoronarse. El día nos respetó, no nos cruzamos con nadie en estos caminos desolados, y la lluvia sólo hizo acto de presencia cuando casi habíamos llegado a los coches. La vista no alcanzaba a ver el Pirineo en su máximo esplendor, pero la atmósfera estaba limpia, y el pueblo de Petilla se alzaba desafiante en territorio navarro. Algunos subieron para visitarlo, pero parecía igual de desierto que el monte. Salvamos la mañana, y caminamos por un extenso pinar bajo los aerogeneradores del Selva.