Web Villa Romana de Liédena

Porqué esta página...

Para contar a los visitantes de la página el porqué de la misma me voy a permitir el hablaros en primera persona y de tu, - aunque pueda considerarse como un exceso de intimismo- cosa que evitaré tanto como me sea posible en el resto, por aquello de darle más empaque a las explicaciones.

Y empezaré por el final como en algunas películas.

Cuando consideré que la página estaba terminada lo comenté un día, con un mucho de desparpajo y un tanto de vergüenza, desde luego, con unos compañeros del trabajo. Y... ¡oh, enorme sorpresa! Un compañero, y sin embargo amigo, que trabaja a 10 metros de mi, resultó ser el hijo de la Dra. María Ángeles Mezquiriz, la persona que hace más de 50 años inició una brillantísima carrera arqueológica, precisamente con la publicación e interpretación de los mosaicos, la cerámica sigilata y común y otros materiales de la villa romana de Liédena, objeto de esta página. Esta casualidad, y la amabilidad de ambos, me permitió visitarla y conocer de primera mano algunos detalles de aquella historia, lo que para mi fue un orgullo y un honor.

Y ahora sí, en una mirada retrospectiva, o flash-back como dicen los cinéfilos, te explico cómo se originó este trabajo.

La cosa es que durante muchos años había pasado infinidad de veces por la carretera que desde Pamplona lleva a Sangüesa, Yesa, Roncal y a los Pirineos. Recientemente se me hizo aún más familiar ya que mi trabajo me obliga a pasar por ella con mucha frecuencia.

Sin embargo, poco o nada había recabado en el cartel que anuncia la existencia de unas ruinas romanas, defecto este bastante común a muchos de los viajeros que pasan junto a las mismas. De tarde en tarde empecé a parar con algunos visitantes, normalmente extranjeros, para ver la foz de Lumbier desde allí, y de paso contarles que allí estaban las ruinas de una villa romana de los siglos I al IV (que es lo que dice el lugubre cartel que como centinela las anuncia y lo único que yo sabía, por cierto), que en el museo local había unos mosaicos muy bonitos extraidos de la misma y que si se fijaban con cuidado podrían encontrar pequeños trozos de cerámica romana que el viento, la erosion y el transitar de los paseantes sacaban de tanto en tanto a la luz.

Sentía que ante el asombro y la admiración de algunos visitantes, sobre todo, transoceánicos, las explicaciones que yo podía dar se quedaban manifiestamente cortas y decidí tratar de informarme más sobre las famosas ruinas: no fue fácil. Mi mujer me facilitó alguna información en forma de ficha educativa sobre la misma y de donde se deducía la existencia de unos mapas y publicaciones antiguas. Poco a poco fui haciéndome con los textos originales y de ellos he ido extrayendo la información aquí contenida. Al principio fue mera curiosidad personal pero posteriormente me pareció que una vez llegados hasta ahí se podía hacer algo más para facilitar el acceso a otros. Luego, la verdad, me fui liando más y más...

Como ya se os ha advertido en el apartado de presentación de la página no cuento con ninguna formación académica en historia, salvo lo poco que puedo acordarme de los años de colegio, y mucho menos en historia romana. Eso sí, siento una cierto regusto por conocer, y por conocer cosas distintas de diversos campos del saber y la experiencia humanas.

Lo único que he pretendido es extraer de las fuentes originales, ya casi clásicas, la información que me ha parecido más relevante, con las limitaciones ya apuntadas. Los documentos empleados los cito en la bibliografía para que no haya dudas. Más que aportar algo de mi parte he intentado, al menos, no tergiversar aquellos, pero eso sí, hacerlos más próximos a las necesidades y aplicaciones actuales. En definitiva los descubridores, personas responsables de la excavación y autores de las publicaciones desenterraron ese conocimiento física e intelectualmente y ahora me cumple el desenterrar todo ello y ponerlo a la luz del siglo XXI, es decir, en la red, con acceso universal (para los que tienen dicho acceso, claro)

Es por ello que si algún lector con mayor formación detecta errores de interpretación, en primer lugar le ruego me excuse, y en segundo le invito a indicarme los errores y correcciones a realizar.

Y si alguno piensa que de esta forma se puede contribuir a la recuperación de otros monumentos olvidados de Navarra no tiene más que pinchar en contacto...