En Egozkue hay una turbera fantástica, entre pequeñas montañas, una extensión pantanosa, de entre 200 metros de diámetro, en un lugar apartado, salvaje, llena de plantas y de gran variedad de vida.

Hemos estado de visita a mitad de agosto, y hemos tenido el convencimiento de que hemos de volver a disfrutar de este lugar.

Cientos, si no eran miles, de droseras estaban en flor, Erica tetralix (brezo de turbera) llenaba el paisaje, ganando la partida a otros varios brezos también presentes: Erica cinerea, Erica vagans, Daboecia cantabrica, Calluna vulgaris, que lucía ¡¡qué flores!!

Rhynchospora alba (planta para la que se ha pedido declaración de vulnerabilidad) cubría amplios espacios con sus ramilletes de flores blancas, Nasturtium mostraba sus frutos donde quiera, Eriophorum angustifolium, que parecen algodoncicos al viento estaba un poco de capa caída, Lotus pedunculatus, Molinia caerulea… pequeñas ranas, grandes libélulas…

Y en el camino la orquídea Epipactis purpurata, y otra pequeña turbera, que superaba con variedad de especies la escasez de su tamaño. 

Egozkue está en el valle de Anue, y aquí encontrarás los detalles de nuestras observaciones.