Milagros

MILAGROS

"Se dice que el baile es la inspiración del corazón ....pero cuando se baila la marinera es la inspiración del alma" recordó Milagros.   Sonrió.  Le gustaba esa frase.   La inspiración le había venido de repente, escuchando una de sus marineras favoritas.  Miró hacia abajo, para ver sus pies.  Movió los deditos.  Sus pies eran bonitos.  Se lo habían dicho muchas veces, pero ella no terminaba de creerlo del todo.  Pero, sí, era cierto.  Tenía bonitos pies.  Pies de bailarina de marinera, fuertes, resistentes, valientes...como ella.

"No importa donde baile ...lo importante es que lo disfrute....no importa tener heridas en los pies ...lo importante es que las heridas del alma están cicatrizadas".  Ese era su lema.  Sí, la habían herido, la habían lastimado...pero su alma había sanado, y ahora era más fuerte, más sabia, más abierta a la vida.

Sintió cómo la pista caliente y áspera le abrasaba las plantas de los pies.  Era medio día.  Dentro de poco sería su turno para bailar.  Levantó el pie para ver su planta.  Estaba enrojecida.  Dolía.  Le ardía... y a la vez le gustaba, lo disfrutaba....por la marinera, sus hermosos pies aguantaban todo, cualquier cosa....

Mientras la pista le quemaba las plantas de los pies, recordó sus ensayos, sus prácticas de marinera.  Su mente había dominado a su cuerpo, a tal grado que el dolor de las plantas de sus pies la inspiraba, la motivaba a bailar mejor, a superarse a sí misma, a dar lo mejor de sí.  Era mágico.  En eso escuchó su nombre y el de su pareja.  El presentador los llamaba.  Hermosa, delicada, como una gacela, como una gata, con gracia y femineidad, atravesó la pista ardiente y pedregosa hasta el centro, lista para empezar a bailar, lista para comenzar el eterno cortejo, el coqueteo y la conquista sin fin que la marinera representaba.

"Se dice que el baile es la inspiración del corazón ....pero cuando se baila la marinera es la inspiración del alma."   

El sol en el cenit abrasaba el suelo de cemento áspero, que se empeñaba en derrotarla, en quemarle las plantas de los pies, en detenerla...pero al contrario, esto no hacía sino darle más ánimos, más gracia y picardía para bailar... el ardor en las plantas de sus pies la hacía sonreir, la hacía gozar, la hacía coquetearle aún más a su pareja.   Los pañuelos en alto, el sombrero, la música...todo confluía para crear arte en movimiento.

El público aplaudía entusiasmado y fascinado a la vez.  Estaban totalmente conscientes de lo caliente que estaba el suelo, sabían que la hermosa muchacha se estaba quemando los pies mientras bailaba con gracia, que el dolor era intenso, pero que su pasión y amor por la marinera lo eran aún más.

"No es solo bailar ....es sentirte libre ......es sentir que viajas a una dimensión  ....cada paso ....cada movimiento de cadera ...cada zapateada ...es la expresión del alma"     El baile llegaba a su fin. El sombrero ocultó a las miradas curiosas un beso furtivo.  "Tan tan"  Una tanda de aplausos y vitores reconocía el esfuerzo de los bailarines.  Milagros sonreía, exhausta pero feliz.

Lentamente, saboreando y disfrutando a cada paso del calor intenso que el suelo le transmitía a sus hermosos pies desnudos, se retiró de la pista, rumbo a los vestuarios.  Una vez allí, guardó con cariño y sumo cuidado su amado vestido de marinera en el maletín deportivo, se puso el polo y los jeans, les remangó la basta y, maletín en mano y descalza, emprendió el camino a casa.  Cada paso, cada sensación, cada textura del suelo era como seguir bailando la marinera que tanto amaba, y que era su vida.

FIN

Perú, 22 de setiembre de 2017.

Para Milagros Gonzales Poma, apasionada bailarina de Marinera Norteña.

20170922