Cynthia

CYNTHIA

(Una historia real)

Ella amaba bailar, el baile era su vida, su pasión.  Danzas de la selva, danzas de la sierra, sólo le falta ahora la marinera norteña.  Sería un reto, justo lo que quería.  ¿Su meta?  Convertir las plantas de sus pies en cuero, curtirlas, volverlas duras y ásperas, lo antes posible, "Cueste lo que cueste" le había dicho a su profesora, como retándola, como desafiándola...y ella había aceptado ese desafío.

Había conseguido a la mejor profesora, una con años de experiencia formando no sólo campeonas, sino bailarinas apasionadas por la marinera, respetuosas de la tradición.  Recordó aquélla vez en la que caminó en la chacra, descalza sobre la arena caliente que ocultaba varias espinas enterradas en ella...¡Fue terrible!  Pero fue emocionante y gratificante a la vez.  Vencer ese reto, superar sus límites y temores había hecho fluir la adrenalina, y sorprendentemente había sido gratificante, lo había disfrutado.  Era valiente y decidida, le gustaban los retos, los desafíos.  Aprender marinera y curtir las plantas de sus pies eran eso, un desafío, pero también hacer realidad un sueño.

Ya estaba todo preparado.  Empezaría luego de que el concurso de marinera de Trujillo llegara a su fin.  La maestra la recibió en su academia, lo tenía todo preparado.

Cynthia la saludó afectuosamente y se descalzó.

-¿Estás lista?

-He esperado esto toda mi vida

-No será fácil, la marinera es un estilo de vida...

-Es lo que siempre he querido. Aquí estoy, cerrándole el paso al dolor

-Será duro, te advierto...

-No temas, yo lo soportaré ¡Sólo enséñame!

Nolly la guió hasta el lugar en donde aprendería, en donde le enseñaría, en donde le transmitiría no sólo su conocimiento y su experiencia, sino sobre todo su amor y su pasión por la marinera norteña. 

Cynthia abrió los ojos, no se esperaba esto...sonrió, era mejor de lo que pensaba, era lo que tanto quería, lo que deseaba.

La música empezó, y Nolly comenzó a guiarla, a marcar la pauta, a darle instrucciones.  Los pies descalzos de Cynthia empezaron a moverse, con gracia y firmeza, con fuerza, sobre el falso piso de cemento áspero como lija.  Una gran sonrisa adornaba su rostro, su sueño había empezado a hacerse realidad...

¿Fin?

Para Nolly, una gran maestra, y Cynthia, una aplicada alumna y gran promesa de nuestra marinera, en su primer día de clases.

20170131