Lupe

LUPE

(Inspirada en una historia real)

"Algún día te contaré lo que es bailar con pies entumecidos de frío. Cuando el frío te adormece los pies sabes que están allí..casi morados de frío...Pero un acto de fé hace que los sientas....el frío corre por las pantorrillas....se vuelven torpes....los mueves como reviviendo un recién nacido. Y luego bailas. Bailas y bailas."

La marinera es su vida, su pasión, su razón de ser. Lupe no solo vive...ella baila, ella baila la vida, con los pies descalzos, libres...

"La marinera es así, se baila descalza. Amo el espíritu encarnado en el movimiento, en bailarle a mi chalán. La marinera es el vehículo del espíritu, y mis pies son sus raíces.

Cuando bailo descalza en asfalto ardiente durante un medio día de febrero, en pistas ásperas como lijas, en tierra dura llena de piedras filosas, me siento más viva. Le ofrezco mis pies a mi chalán. Pies fuertes y hermosos, pies como pinceles que pintan en el aire. Pies que bailarían desnudos sobre vidrios rotos por mi marinera y por los que amo."

Cual ofrenda sagrada, Lupe ofrece sus pies, sus raíces, a su chalán, a la gente que ama, al baile que la apasiona... no duda en caminar descalza en la calle, al contrario, lo disfruta y la estimula, la hace sentir más viva. Es una mujer hermosa, de bellos pies, de plantas fuertes y hermosas como cuero fino. Verla pasear descalza en la calle, en un centro comercial, hacer sus compras en un supermercado con los pies desnudos, segura de sí misma, libre y feliz es una experiencia única, celestial. Descalza, Lupe es más mujer...y ella lo sabe.

"Los pies de las bailarinas de marinera son así, fuertes y hermosos, porque bailamos descalzas. Nada como sentir la tierra en los pies.

Amo caminar descalza...desde niña...amo la tibieza de las piedras de una playa o el frío de una tierra húmeda, disfrutar de mis pies sintiendo el suelo que piso.

Ya en una oportunidad bailé en Villa María al medio día en asfalto, en un mes de febrero. Mis pies se quemaron, mis plantas tuvieron quemaduras de tercer grado...pero fui muy feliz. Eso me hace sentir una mujer plena, fuerte. Y volvería a hacerlo, volvería a bailar descalza en un suelo ardiente. ¡Sí, sí lo haría sin duda, quiero hacerlo! Porque la vida es breve, la vida es un momento, es el ahora, es un misterio y hay que vivirla y disfrutarla al máximo."

Nada detiene a esta bella dama de la marinera, quien disfruta retando y desafiando sus hermosos pies, poniéndole pruebas cada vez más duras a sus plantas para curtirlas, para fortalecerlas, para convertirlas voluntariamente en cuero y hacerlas más hermosas, para poder bailar y disfrutar la marinera que tanto ama en los suelos más terribles, para el deleite y la admiración de quienes tienen la dicha de verla bailar, de verla entregarse en cada paso y a cada acorde de la música.

Así es la marinera, así es Lupe, así es el Perú.