Tras el revolcón sufrido, mirar hacia adelante

RECAPITULE VD. Y MIRE HACIA ADELANTE

Tengo amigos que me dicen que guarde silencio. Sí, la cuestión es privada por lo que respecta a los familiares, responsables en última instancia de los restos mortales. Pero a ello añado que, en su conjunto, es una cuestión eminentemente pública y hasta eclesial. No se ha olvidado -ni se debe olvidar- lo ocurrido, ni las cosas han terminado, ni se deben dejar pasar, ni quedarse a la expectativa de lo que otros hagan o dejen de hacer.

¿A quienes beneficia el silencio actual y esa paralización general de la sociedad impulsada desde las instituciones? En este caso beneficia a todas las partes implicadas en el desmantelamiento del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. Sí, la Cruzada es lo que molestaba a los clérigos de la Asamblea Conjunta de 1971, la que atacan con virulencia e instrumentalización ideológica los políticos de hoy en el candelero -y además de la forma como han llegado, que es para reir y mejor llorar-, y la Cruzada es la que callan los políticos de la oposición que, en el tema de dicho monumento, como que ni existiesen. Aquí no se moviliza nadie porque los buenos ya se encargan -desde hace tiempo- de desmovilizar a los navarros.

Dirán que esto es demasiado, que sea respetuoso y prudente, que mire lo que aún se puede “salvar”… Pues bien, estas líneas de carácter representativo y no expresivo, no son una acusación pues para ello iría a los tribunales civiles y eclesiásticos. Lo cierto es que un ciudadano comprometido no admite fácilmente la pérdida ni la ocultación de datos o la memoria, y menos cuando ésta se encuentra tan de moda aunque sólo para algunos -y además para tales-.

Estamos en momentos de una gran trascendencia histórica. En momentos -desde luego que no es la primera vez- de un juego muy sucio debido a las feas presiones de la calle, cierta prensa, algunas asociaciones desmelenadas, y cierta partitocracia totalmente ideologizada, ajena a una buena y justa administración pública. No hay pistolas pero sigue la guerra sucia que es peor por ser más hipócrita y tiene más aliados. En este trance, recuerdo lo que aprendí de un directivo: en la vida hay momentos que son “la hora de la verdad”. Es decir, donde cada cuál se manifiesta, pues nada hay oculto que no salga a la luz.

Actuando en conciencia -creo que bien formada-, cuando se presenta un hecho de una enorme proyección religiosa, social e histórica, presente y futura, ¿guardaremos silencio? Durante bastante tiempo, lo ocurrido y por ocurrir ya SE AVISÓ en estas páginas, quedándonos cortos respecto a lo ocurrido como suele decirse con razón.

En 1998 el arzobispo mons. Sebastián cedió ante notario el citado monumento al Ayuntamiento de Pamplona, pero con graves condiciones, incumpliendo después el Ayuntamiento la fundamental: el uso digno del edificio. Esto es importante porque el Consistorio no tiene esta propiedad -y por las condiciones de su donación mucho menos que cualquier otra- para hacer lo que le venga en gana. Esto hoy parece que se olvida: nadie puede desdecirse de lo que ha dicho solemnemente y ante notario. La Cripta se mantuvo como lugar sagrado y con ocho nobilísimos restos mortales que representaban a más de 4.600 navarros muertos en el frente de combate durante la Cruzada. Una Hermandad canónica la ha mantenido al culto privado católico, la sigue manteniendo como Sede por disposición de varios Obispos, reza en ella, la cuida física y espiritualmente. En todo esto han sido ninguneados aunque algún derecho moral -y no sé si positivo- habrá adquirido, y a pesar de ello ha trabajado de firme en este caso aunque no lo parezca.

Pues bien, el Ayuntamiento EH Bildu mandó exhumar los ocho restos aun en contra de muchas de sus familias. El actual arzobispo dijo que no y sus jurídicos, clérigos muy competentes, presentaron unas alegaciones incontestables al Juzgado con todas las de ganar. De repente, el arzobispo cambió su decisión y retiró sus alegaciones; accedió a las exhumaciones, y aceptó diciendo que consideraba legal lo realizado por Asirón EH Bildu. Por su anomalía, esto sigue asombrando a todos. Que en esto haya presiones externas inconfesables de altísimo calado, no me cabe duda. Y lo que vendrá. Las consecuencias son grandísimas. De menor a mayor se encuentran en el ámbito de las relaciones institucionales, las familias, los restos mortales, el monumento y su significado, el derecho de nuestros padres y abuelos, la memoria histórica y diocesana, el camino que nos espera hacia adelante, las libertades cívicas, la justicia…

También las familias responsables de cuatro restos mortales presentaron sus alegaciones, que siguen en pie. No obstante, como el derecho de estas partes depende de alguna manera del ejercicio del arzobispado, el que ahora éste haya “legalizado” el abuso despótico de Asirón EH Bildu, deja como en el aire a dichas familias sana y saludablemente resistentes, entre ellas los Sanjurjo que han mostrado lealtad, nobleza y valentía. Estas mantienen su recurso contencioso administrativo, aunque ahora, con el retraimiento del arzobispado, sólo sirva como admonición moral -no la devolución de los restos mortales a su origen como se debía y decía-, máxime cuando los restos han sido inhumados -muy dignamente- por no querer los familiares que estuviesen en manos de sayones.

Nos preocupan muchísimo las presiones y el chantaje en una sociedad y guerra sucias. Si las cuestiones más importantes se ceden a actos de chantaje estamos abocados a una situación de esclavitud cesarista en nuestro mundo de tan cacareada Libertad, Estado de Derecho y modernidad.

José Fermín de Musquilda