La cara postelectoral del Sr. Feijóo y nuestras perplejidades

(Por José Fermín Garralda)-

Cada vez que habla el Sr. Núñez Feijóo tras un éxito o barrabasada del presidente Pedro Sánchez, y al margen de su tono ecuánime y sin duda elegante, deja perplejos a muchos de sus oyentes. No ya por lo que dice sino por lo que no dice.

El líder del PP, primer partido de la oposición, acaba de declarar con ocasión del enorme aumento de escaños del candidato socialista, Sr. Illa, en las elecciones autonómicas de Cataluña el pasado 12 de mayo. También los escaños del PP han aumentado mucho -¿eh?-, siendo interesante que a ambos les haya ido tan bien. Al final uniremos ésta declaración con otra reciente intervención suya en el Congreso.

En su declaración, el Sr. Feijóo nos emplaza a las elecciones europeas de junio. ¿Se trata una nueva fuga hacia adelante, ante la incapacidad de un sistema que necesita pedir socorro a los socios europeos para echar a tal Sr. Sánchez? Esto, que no parece muy democrático ni respetuoso de la soberanía española, hiere nuestra honra de españoles.

Pero lo dramático es el perfil que el Sr. Feijóo dibuja de la andadura del Sr. Sánchez, y sobre todo que nos advierta los próximos desmanes que éste último va a cometer a las puerta de un nuevo gran engaño sanchista. Gracias por el aviso en este esperpento nacional, pero es horroroso que se nos tenga que avisar de esto.

Digámoslo claro: las instituciones políticas españolas son insuficientes ante las tropelías de los dizque demócratas socialistas que han llegado al poder, estimulados por los enormes errores implícitos en el sistema político liberal-socialista de 1978. Un  sistema que sin duda es muy malo porque nos ha conducido hasta aquí y nos mantiene en unos extremos inconcebibles hace pocos años. La tensión y lo que se dice en el Congreso y Senado demuestra una anomalía política límite. Lo es que el Sr. Feijóo diga a Sánchez que es el “líder de una coalición contra el Estado”. Lo es identificar como espectáculo el decir que quien gana las elecciones es un perdedor, y que el presidente del PP Sr. Aznar es golpista; a la vez que decir que todos los que pierden son ganadores y las personas que dan un golpe de Estado son los interlocutores válidos de la política en España.

¿Nuestros consejos a quien como el Sr. Núñez Feijóo tanto se lamenta un día y otro de tanta basura política??

 Como primer consejo, creo que el Sr. Núñez Feijóo no debiera  blanquear el sistema político sino reconocer sus deficiencias, pues sus palabras nos abre estos interrogantes:

¿Cómo un sistema político puede permitir la constante del Sr. Sánchez, esto es, que se siga riendo de la mayoría de los españoles?

¿Cómo un sistema puede permitir que el Sr. Sánchez no haga caso del pronunciamiento de las urnas?

¿Cómo dice el Sr. Feijóo que el constitucionalismo es la única vía ante el disparate de dar todo el poder a una persona como es Puigdemont? Lo preguntamos porque desde 1978 el Estado español es constitucionalista, y desde hace tiempo (más allá del Sr. Sánchez), no pocos dicen que el constitucionalismo liberal-socialista es una causa importante de tales tropelías. Con ánimo, releamos al Tocqueville de 1848, que escribía cómo la misma democracia liberal conduce a la masificación y paralización social, el engaño y la dictadura.

Más aún, ¿cómo soportar la contradicción de que sea imposible enterrar el procés cuando se le alienta desde la Moncloa por el mismo presidente de Gobierno?

¿Cómo la democracia que tenemos, puede soportar los indultos, la amnistía, la malversación…. e incluso que tras las elecciones europeas el Sr. Sánchez entregue el poder al Sr. Puigdemont, como cree el Sr. Feijoo que ocurrirá? ¿Soportar también una “amnistía como paso para otro primero de octubre” (Rufián), la desigualdad ante la ley, otro referéndum, otra declaración de independencia, que un PSOE corrompido se aferre al poder a la desesperada, alertar a todos ante su inmediata dictadura…? No, no creo que los constituyentes de 1978 fuesen tan laxos, Sr. Feijóo. ¿Por qué el sistema está perdido cuando cae en manos de quienes hoy gobiernan España? ¿Y cómo y por qué ha caído en ellas?

¿Es que el sistema democrático permite que se vaya a dar a los independentistas el poder que no le han dado las urnas? ¿Sólo nos queda sufrir los desmanes de Sánchez, y la inoperancia de la oposición dizque conservadora… hasta que las urnas den una  mayoría absoluta a Feijóo? Triste remedio éste de aguantar lo inaguantable, el que se nos deja ante la banda depredadora social-comunista que realmente ocupa el poder…. legalmente.

Un periodista de Libertad Digital se expresó muy bien: “Maldito el sistema que necesita héroes para que se cumplan las leyes”. Otro desveló a aquel  poder que va por independiente y sin embargo utiliza al Gobierno para lograr sus objetivos partidistas y partidarios.

Como segundo consejo, que el Sr. Núñez Feijóo -dicho con todos los respetos- se aplique, parte de lo que dice, a sí mismo. En efecto, el Sr. Feijóo no debe quejarse de lo que se queja, porque todos los partidos, como máquinas de ganar elecciones y ocupar el poder, actúan mal, cuando las partes sólo buscan sus intereses personales o particulares. Se queja de que no exista un gobierno de todos o para todos. Se queja de que Sánchez se haya centrado en el poder político de unos pocos y no en el bienestar de todos, desatendiendo por tanto a los españoles.

Sr. Feijóo, también es mala la partitocracia, los profesionales de la política, que de nada hayan servido las mayorías absolutas del PP, que las instituciones sociales no tengan voz política y decaigan subvencionadas, el reparto de los más altos tribunales entre los políticos, las anomalías electorales que sin duda existen, y que los grandes partidos controlen los resortes del Estado.

Tercer consejo: no conviene hacerse el adalid de la Ley y la confianza política de los españoles, cuando tampoco el PP  está a la altura de las necesidades.  Cierto es que no podemos comparar al Sr. Núñez Feijóo con el felón Sánchez. Si el Sr. Feijóo sale del voto de las urnas, Sánchez gana en los despachos y de una forma inconfesable. Si el PP obtuvo anteriormente mayorías absolutas (y tanto defraudó al electorado “anti socialista”), Sánchez cae a los segundos puestos aunque luego se alce con el poder. Si el Sr. Feijóo se muestra  legalista, Sánchez retuerce reglamentos y accede al poder con el mayor descaro mercadeando escaños.

Sin embargo, creemos que el Sr. Feijóo se equivoca cuando dice que la Constitución de 1978 considera  legal que un partido separatista se presente a las elecciones y tenga representación parlamentaria. Cuando felicita a la Constitución de 1978 por permitir que representación del Bildu después le acusarle de barbaridades muy reales. Si en ningún país de nuestro entorno ocurre eso, ésta nueva reinterpretación del PP está metida con fórceps, y la desmiente el que tanto Arzallus, HB y Pujol… ocultasen su independentismo para evitar el peso de la  Justicia. El “mérito” de tal libertinaje legal no es mérito de la Constitución, sino de cierto acuerdo tácito o expreso entre los partidos -seguramente con orden de sus superiores- en favor de EH Bildu a partir de cierta fecha. En realidad, Sánchez reinterpreta la Constitución de 1978 de forma totalmente laxa, para ir preparando otra, mientras copa las instituciones que antes el PP y el PSOE se repartían a sus anchas. La diferencia de males es poco de grado, llegando Sánchez a la traición más descarada que las leyes no debieran permitir.

Me parece bien la posición del Sr. Feijóo cuando dice no aceptar que un presidente de Gobierno se apoye en quienes quieren romper el país (España) para gobernar (?) mercadeando con la Justicia y el Estado de Derecho (y -añado- con vidas y haciendas ajenas….). Me parece bien que denuncie la connivencia de quienes quieren romper España con los que buscan un cambio de régimen. Ahora bien, ¿no se le ocurre pensar que con la Constitución en la mano es a esto a onde hemos llegado? ¿puede éste quehacer puede estar dentro la Constitución, y tener carta de ciudadanía? Si la ley o Constitución no tienen recursos para evitar esto, es que no nos sirven.

No sólo no es legítimo que, el proceso de conformar Gobierno mediante pactos y negociaciones, suponga un elevado coste para los españoles, sino que el mercadeo postelectoral entre partidos debiera declararse improcedente, así como el enfrentamiento entre las maquinarias de conquista del poder político. Sobre todo si es totalitario o casi, pues con la ley en la mano, el Sr. Sánchez controla el Congreso, el Tribunal constitucional, la fiscalía, el CIS, la agencia tributaria, la TV, gran parte de los medios de comunicación, el Consejo de Estado…

Conclusión:

P.D. Me inquieta que Núñez Feijóo se vaya quedando con Feijóo, Rodríguez Zapatero se quedase con Zapatero o ZP, y que a Sánchez Castejón no le llamamos Castejón. ¡Pobre Sánchez como hijo de Sancho!

Publicado en "Ahora Información", 15-V-2024