¿Qué significan las pasadas elecciones autonómicas en Cataluña, 2024?

(Por José Fermín Garralda)-

I- El hecho es que las pasadas elecciones en Cataluña significan la abstención, que la gente “pasa” cuando todo se hunde, la falta de representatividad de los intereses sociales, un suspenso para los políticos, y que podemos recelar del recuento de votos.

Hemos salido de las elecciones autonómicas en Cataluña del domingo 12 de mayo. Unas más. Poco o nada esperábamos de ellas, sino el mantenimiento de nuestros males, del mentiroso sistema, y la ingobernabilidad política, contraria a los intereses de los catalanes y -por extensión en la piel de toro- del resto de los españoles. 

II- En primer lugar, sabemos que uno de los principales males del sistema político liberal es no representar de veras los intereses sociales, pero, de buscar algo más específico, ¿qué significan las pasadas elecciones?

La falta de representatividad se vincula a la gran desorientación en los votantes, pues han cambiado mucho sus votos respecto 2021, y a la elevada abstención, aunque ésta haya bajado 6 puntos.  

¿Qué decir de la desorientación del votante, que tantísimo ha cambiado el voto respecto a 2021?: si damos por bueno el cómputo oficial -con un recuento no realizado-, asistimos a la gran subida del PP (+ 12) y del triunfador PSOE-PSC (27’96% de los escaños; +9 respecto a 2021); el bajonazo de ERC (- 13), la subidita de Junts (+3), la bajadita de Comuns-Sumar (- 2), y el bajón de la CUP (- 5), la desaparición de la novedad de Ciudadanos (- 6, otrora en expansión y, partiendo de cero, como que se comía el mundo), y la aparición de Aliança Catalana (+ 2, ya en Cataluña hay de todo a semejanza del resto de España). Vox mantiene sus 11 escaños pero, a pesar de la persecución partitocrática e institucional, sube en votos hasta llegar a un cuarto de millón de votantes. Con esto no pretendo decir que estas cifras reflejen necesariamente los votos de las urnas, porque ya sabe Vd. que no hay recuento…

¿Qué decir de la abstención, situada en el 42’1% del censo? Pues que, si es real, es exagerada, muy elevada, de las más bajas en nuestra democracia liberal-socialista. 

La participación del 57’92% es mayor que el 51’29% de 2021, pero como ésta última la motivaron las restricciones para evitar contagios durante la  pandemia del Covid, resulta que en circunstancias normales, la abstención sería parecida en ambas fechas.

Lo más llamativo es que, ante los grandes males que sufrimos en todos los sentidos, y una situación extremadamente crítica  y de supervivencia, la abstención haya llegado al 42’1% del censo. Está claro que el electorado no se ha lanzado a participar en las elecciones, de modo que ningún político -un suspenso para todos ellos- ha sido capaz de catapultar la conciencia participativa de la sociedad, al parecer porque ésta quiere “otra cosa” y no la encuentra, ahogada por la partitocracia y lo que denominan el sistema. ¡Cualquiera dice algo políticamente incorrecto de veras! ¿Por qué ningún político, absolutamente ninguno, satisface ni por mal menor a dicho 42’1% del censo? Por lo que hablan, ésto no importa nada a los políticos, aunque les exigiría removerse en sus sillones. ¿Por qué ni Sánchez, ni Junts, ni el Sr. Feijóo… no se plantean la existencia de tal abstención, que debiera avergonzarles lo mismo que a los mantenedores del sistema?

La mencionada desorientación del votante y la elevada abstención, hacen inútil la variadísima gradación del espectro partitocrático, porque todos están dentro del mismo juego. 

Nuestra conclusión es que, en medio de una crisis tan enorme, la exagerada abstención refleja:

Añadamos que hay abstenciones debidas a considerar que todo esto es una enorme manipulación, y que los resultados electorales están dados de antemano. Desgraciadamente, no creo que hoy por hoy muchos piensen así, porque los cum laude se dan con cuentagotas. 

III- En segundo lugar, voy a sincerarme. Los resultados de 2024, tan distintos a las elecciones anteriores, me parecen algo anormales debido a la enorme subida de escaños del PSOE (¿será por la amnistía anticonstitucional o un trasvase calculado de ERC?) y del PP (¿será por el fin de Ciudadanos, de tan  sospechoso nacimiento?). Así, ambos contentos. Sobre todo lo estarán Sánchez y el PSOE, que han recibido -sin merecerlo- un balón de oxígeno con una “victoria” electoral, pírrica como todas. Buenos apoyos tienen ambos, sin duda.

La pregunta es si los resultados electorales se pergeñan  previamente  para dirigir la situación política por uno u otro derrotero. ¿Antes tocó la vez al secesionismo disolvente y brutal por golpista, ladrón y terrorista… (y que con Sánchez todo queda amnistiado), y ahora al secesionismo moderado… de la mano del propio Sánchez con un PSOE federalista? ¿Este es el premio recibido desde fuera de España por Sánchez y el golpismo, y es marcar el camino a seguir, con una amnistía inconstitucional pero que da igual? Mayor disolución no es posible: lo que no sabemos es si ésta es peor que el separatismo, aunque ciertamente todo está en el mismo juego de la plutocracia capitalista internacional. 

IV. Para terminar, éstas elecciones significan que Sánchez lo está haciendo muy bien -conocemos a sus amos-, y que el Principado de Cataluña, dominado por un régimen tiránico y disolvente, es lugar del gran ensayo de lo que se quiere que ocurra en el territorio español, la nación española, patria de todos. La disolución es el gran ensayo de la Agenda 2030.

Significan que pesar de los notables cambios en la composición del parlamento en Cataluña, los problemas reales no se van a  solucionar, sino que van a seguir los encontronazos y habrá “más de lo mismo”. En efecto, la causa principal de los problemas es el propio sistema, y convertir la política en un juguete de los grandes partidos y los amos que velan por ellos en la sombra. Si a los españoles nos dejasen en paz, seríamos de nuevo la admiración del mundo, con muchos hermanos catalanes a la cabeza. 

Por un lado y para empezar, pido que se recuenten de veras los votos, que no se den los resultados definitivos tan pronto, y que los partidos dejen de repartirse el poder. Sí que es mucho pedir. 

Pero sobre todo suplico a los carlistas o tradicionalistas que mantengan su personalidad, y continúen sus trabajos con el mismo afán que hasta ahora han mostrado, sin dejarse cautivar por voces de sirena. ¿Por qué? pues porque todo sigue igual. A seguir, porque hoy más que nunca estamos en el Campo del Honor.

Publicado en "Ahora-Información", 14-V-2024