La paralización social de los "buenos"

De la paralización social a la desaparición de los buenos

Así crece el desierto. Los ánimos están quebrados por cosechar agrazones. El calamitoso presente, y un futuro en manos de enemigos emboscados, es la cosecha de una dirección totalmente equivocada en España durante décadas.

Hombres sin Fe, hemos olvidado que “Sin Mi no podéis hacer nada”.

Que los sedicentes católicos que votaron la Constitución liberal de 1978 como un bien (liberal) o un mal menor (lo que era contradictorio), caigan en la desesperanza, no nos preocupa demasiado. Quizás sirva para su conversión. Nada consiguieron de la llamada democracia -sin Dios ni Patria-, que todos manipulan y utilizan para sí, y nada ha hecho el católico sedicente, inútil y hoy desesperado.

Se entregaron a UCD y al PP de Aznar, que deshicieron lo divino y humano, para llegar de sopetón y misteriosamente -¿qué pensaban?- a un Rodríguez Zapatero que consumó la ruina espiritual seguida –lógicamente- de la material. In extremis entregaron el poder a Rajoy para quien sólo de pan vive el hombre y ha mantenido todos los horrores religiosos, morales y sociales. Al menos –decían- no estamos en las catacumbas: ¡pues qué miedo a las catacumbas! Ahora la mayoría absoluta del PP ha pasado a la oposición: todo un récord. Con ello nada bueno se pierde. Este volatilizarse el PP–como ocurrió a UCD para dar paso a Felipe González-, es fruto maduro del expulsar a Dios de la Constitución, de matar a los propios hijos, del materialismo liberal, el individualismo, el refugiarse en casa y dejar la política a los políticos, la corrupción de los mandarines peperos, y el desagradecimiento ante la actual mejora macroeconómica. Sí; allá los piadosos y sus grandes responsabilidades.

Tales sedicentes católicos adoran el libre albedrío –“prohibido prohibir”, ¡abajo la autoridad!-, lo ponen como fin, y crean una situación horrorosa que sólo puede ser sobrepasada por la misericordia divina… no obstante respetuosa con aquel. Sí; Dios no nos salvará sin nosotros. Ahora, como tabla “salvación” – ¿de qué?- los sedicentes católicos han buscado alianzas entre el PP, Ciudadanos y el PSOE, ante un Frente marxista-separatista. Ya tendrán, ya, aquello de lo que huyen, por lo mismo que hoy los pro etarras están en el Gobierno de Navarra y sus Ayuntamientos. Tales personas siempre traen lo que temen. Son una calamidad; amarrados a sus errores, sólo un milagro puede abrirles los ojos.

Pero sobre todo nos preocupan quienes sin ser liberales, ni malminoristas, e incluso quienes se esforzaron por el reinado social de N. S. Jesucristo, están dejando el combate refugiándose en sus casas. Esto es lo más trágico. ¿El motivo?: el exceso de males, la corrupción del régimen, la falta de reacción y de líderes, y quizás… la falta de Fe. Con ello, lo único que lograrán es poner en peligro sus casas e hijos.

Se van a sus casas los hasta ayer activos, por ver el avance del indiferentismo más atroz. Ya condenó Pío IX en el Syllabus esa proposición: “Porque es falso que la libertad civil de cultos y la facultad plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y públicamente sus opiniones y pensamientos sin excepción alguna conduzcan con mayor facilitad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y de las inteligencias y propaguen la peste del indiferentismo” (prop. 79).

Se van a sus casas los hasta ayer activos, debido al individualismo impenitente de quienes siguen huyendo de expresarse en la calle como si no fuese importante crear ambientes sociales. La partitocracia y ese falso concepto de soberanía, han encerrado a una generación en sus casas, a excepción lógica de una desaforada y burlesca protesta callejera de maricones, lesbianas y pro etarras. Ahora, ¿quién y cómo apoyarán a los nuevos perseguidos?

Se van a sus casas los hasta ayer activos, precisamente cuando los individualistas acomodados de corte intelectual, elitista y de asociacionismo católico -que cultivan la indiferencia política y el mantenimiento de lo existente- se ven abiertamente perseguidos en Navarra: la educación diferenciada -mañana la enseñanza concertada- y la Clínica. Los perseguidores son los marxistas (PSOE, IU, Podemos) y nacionalsocialistas (Geroa Bai y EH-Bildu por marxista). En esta situación los ayer activos se van a sus casas, por todas las dejaciones y derrotas sufridas casi en soledad en una Navarra capada desde hace tiempo, aunque algunos se refugien en las actividades no políticas de resistencia de los nuevos perseguidos.

Se van a sus casas los hasta ayer activos, por el abismo que hay, desde hace tiempo crónico, entre la España oficial y la España real. Más ahora, cuando ésta distancia es trágica e insultante, al depender toda España de la voluntad de cuatro mandarines que, sin mayorías y tras una burda manipulación electoral, están negociando pactos sobre lo divino y lo humano. ¡Ah, pueblo español, pobre pueblo!

Subordinar todo a la legalidad liberal ha multiplicado la tibieza y ha paralizado a todos. La voluntad del Estado –ni siquiera de eso que llaman “pueblo”- es el nuevo ÍDOLO que carece de rostro, responsabilidad y mandato imperativo.

Dios respeta un libre albedrío que ya en esta tierra hoy nos lleva al Infierno. Sin embargo, también ha puesto a los padres, agrupaciones, líderes, instituciones y al mismo Poder civil como intermediarios Suyos para evitarlo, siempre con Su ayuda. A ellos nos dirigimos: ¿dónde estáis? ¿qué hacéis? ¿qué haríais?

No; ni debemos abandonar la casa, la parroquia, la sociedad, la política, ni debemos poner tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias. Que vuelvan a la actividad los que tenían razón y el tiempo se la ha dado.

José Fermín de Musquilda

Rev. "Siempre P' alante" nº 756 (16-II-2016)