Acto carlista en Isusquiza 2022


Crónica de una cita permanente: Isusquiza o el “todos juntos en unión”

El emblemático monte de Isusquiza, donde 37 requetés y 44 soldados murieron heroicamente defendiendo Vitoria en octubre de 1936 (Cruzada, Año I), es lugar de cita permanente del “todos juntos en unión”. Aquí nadie olvida el heroísmo, las penas y gozos, ni rinde la Causa de Dios y España, ni tira la toalla, pues tenemos la Fe puesta en Dios-Jaungoikoa y el amor en nuestros padres, siendo la Tradición -como es- nuestra segunda piel.

En su día, Ángel Armentia Salazar, Carlos Ibáñez Quintana y José María Centeno, tuvieron el gran acierto al decidirse a celebrar el heroísmo de nuestros mayores alaveses en la liberación de España de manos del comunismo-separatista, y mostrar que la Causa por la que lucharon no se olvida, ni ha pasado, sino que es necesaria como la tranquilidad en el orden a lo que llamamos paz, debiendo ahora además que recobrar los derechos de la Justicia ante los crímenes de ETA.

Un año más, el presidente del Círculo Tradicionalista Cultural “San Prudencio” de Vitoria, don Ángel Armentia Salazar, nos ha convocado este 18 de septiembre a través del boletín “El Babazorro”. Ángel, hombre perseverante y ayudado por Pilar, merece toda distinción y nuestro más sentido homenaje. Y en él a todos quienes hicieron dar a Isusquiza sus primeros pasos: además de tres los citados, ahí están los Artola, Comas, Lizarza, Bordegaray, Nagore, Miguel Garisoain, José María Cusell etc. Si honramos a los héroes que dieron su vida de forma cruenta, también a los que como don Ángel se esfuerzan de forma incruenta, pero con mucho esfuerzo, en honrar a los mayores y transmitir la antorcha a los que vienen con empuje. Porque la Revolución sólo gana adeptos por odio o interés, mientras que la Tradición pasa de unos a otros por devoción y convencimiento. De ahí que la Tradición no muere.

Decimos que aquí dieron sus vidas heroicamente 37 requetés de la 6ª Cía del Requeté Alavés y 44 militares del Regimiento de Infantería San Marcial, para frenar el ataque rojo-separatista Fueron dirigidos por el capitán Fernando de Oriol y Urquijo y el comandante Julián Cogolludo. Otros muchos sobrevivieron a las heridas recibidas como Antonio María Oriol. A los gudaris se les sumaron elementos brigadistas internacionales para ocupar Vitoria y irrumpir por la llanada alavesa y Navarra. El triunfo de la batalla fue para los nacionales.

Muchas veces se han derribado las cruces de Isusquiza, y en 1986 sólo quedaban tres en pie. “Acción Carlista” (3 Tr. 1986 p. 9) comentaba sobre estas cruces en 1986: “Hay quien dice que es el odio político el que mueve los brazos iconoclastas. Pero si no hubiese también odio a la Religión, nadie levantaría un pico para demoler la Cruz”.

También hay que seguir viniendo aquí, para evitar el actual “cambiazo” como revancha de la Historia, protagonizado por los pretendidos herederos espirituales de los ayer vencidos. Así lo han querido hacer en el Mirador de Archanda, donde nuestros correligionarios vizcaínos han acudido a rezar el Santo Rosario este 19 de junio, evitando así que las instituciones nacional-separatistas, absolutamente desmemoriadas, se apoderen del lugar y lo monopolicen. En este sentido, la carta de Carlos Ibáñez a Urkullu en “Ahora Información” estuvo muy acertada.

Este día 18, en Isusquiza, se han reunido representantes de más allá del triángulo Palencia-Bilbao-Pamplona. El peligro de nombrar a los amigos es evidente porque te puede faltar alguien y eso parece que es imperdonable. Ahí estaban del año pasado Pilar, Enrique Gómez, Manuel Giganto, José Manuel Martínez y su valiente hijo, Jaime Vives, Luis Carlón y Andrea, Carlos Pérez de Tudela, Micaela y los de Leiza, José F. Garralda… A ellos hay que añadir otros muchos que se han sumado este año, procedentes de Pamplona, Valladolid, Soria…, y alguno hasta de Madrid y Barcelona. La verdad es que, en un mundo sin alma, el mal tiene los días contados, cuando los correligionarios -que además se aprecian tanto entre sí- están “juntos en unión”. La Revolución siempre quiso a los carlistas divididos y subdivididos, aprovechando el individualismo hispano y hasta el afán de protagonismo.

En la iglesia de San Bartolomé de Landa rezamos el Vía Crucis a las once de la mañana, llevando don Enrique Gómez la Cruz de las bodas de oro sacerdotales del P. Urbieta, mientras Pilar rezaba el Vía Crucis con una emoción contenida, y Luis Carlón apuntaba en cada caso quién dedicó la cruz de cada estación del Vía Crucis, derribado por los rojo-separatistas. La Santa Misa se inició a las doce, con el altar preciosamente adornado con un tapiz del “Requeté de Vitoria 3ª Cía”, y una boina roja. La bandera de España con su abanderado Silvestre Zubitur de Leiza, y la del Requeté alavés, sostenida por Enrique Gómez (Haro, La Rioja), custodiaban ambos lados del altar. El Rvdo. Pater que celebró la Santa Misa, venido a estudiar el doctorado desde Gabón, lo hizo con otro pater procedente de Bolivia. La celebración fue seguida con verdadera unción, pudiendo todos apreciar el sentido de lo sagrado. Al final, se cantó el Salve Regina.

El acto político se celebró a la una del mediodía, leyendo don Ángel Armentia Salazar el manifiesto de Isusquiza. Al final se cantó el Oriamendi.

Una vez en el atrio, los asistentes se fotografiaron según costumbre. Había mayores, margaritas, jóvenes y niños que son la esperanza y el futuro. Lo dicho: Isusquiza recupera sus mejores momentos en asistencia, pues su espíritu siempre ha estado muy elevado.

Primero tomamos un piscolabis en la terraza del bar-restaurante. El sol apretaba en un día maravilloso y muy concurrido. Luego pasamos al amplio y bonito comedor, iluminado por dos grandes y muy conocidos posters que representan el centinela carlista alavés. Don Ángel situó a todos adecuadamente. El menú, muy bueno, y la compañía mejor.

Llegaron los postres. Era la hora de los testimonios, siempre con el corazón en la mano y por ello sencillo y lleno de verdad. Este año hubo tres: el testimonio de Carlon, Sagarra y Zubitur.

El presidente de la Asociación Cultural Tradicionalista Fernando III el Santo, don Luis Carlón, que acudió desde Palencia acompañado de Andrea, se levantó para agradecer la convocatoria, en nombre de todos, a nuestro común amigo y correligionario Ángel Armentia Salazar. Constato que él y Pilar mantienen izada la bandera de la Tradición y España en Isusquiza. La primera vez que vine a nuestra celebración –continuó- fue hace 8 ó 10 años, animado por Víctor Ibáñez. Os doy las gracias por organizar este hermoso Acto de verdadera memoria, viva y actuante, pues organizar hoy actos como éste, cuesta mucho esfuerzo. Este año se ve un renacer de carlistas y de niños, lo que da a todos los gustazo enorme. A las buenas y a las malas, Ángel siempre está ahí y, contigo, repetiremos siempre.

Vemos que en los puestos de las instituciones hay gente poderosa con planes más que turbios. Pues bien, ellos no se sitúan en la normalidad humana, aunque tampoco una sociedad que no reacciona ante nada. La lucha es muy desigual. Cuando haces algo, vemos incomprensión alrededor nuestra, apatía y desatención, y una gran falta de ilusión. Por eso, Actos como este deben servirnos para reavivar quiénes somos, saber dónde estamos, recordar todo lo bueno a la sociedad, a la que deseamos llegar con afán creativo, con ansias de decencia, y rechazando la Agenda 2030. Por eso, con toda esperanza, brido por nuestro querido correligionario Ángel Armentia, por todos los aquí presentes, por la Santa Tradición y por España. ¡Viva Cristo Rey!

El dr. Pablo Sagarra afirmó que en ese momento tenía muy presente a Josefina Omaechevarría Martítegui, su abuela (amuma), dirigente carlista en Guernica y encarcelada en unos momentos trágicos que todos sabemos, siendo ex cautiva del barco-prisión “Cabo Quilates”. Doña Josefina era carlista hasta la médula. Su madre, Juana María Martítegui Guisasola, murió en el bombardeo de Guernica el 26-IV-1937: una nacional muerta por el bombardeo “nacional”, de la que nadie habla y cuya memoria roba el PNV. Mi memoria también para don Alejandro Cruz Omaechevarría Martitegui, capellán en Isusquiza, sacerdote, hombre cultísimo y gran escritor. Ellos fueron quienes animaron a todos para todo lo bueno. Fueron muchos los que murieron dando su vida por Dios y España.

Por eso, animo a todos a ser héroes, ni más ni menos que aquellos valientes que murieron por Dios y por España, la patria común. Hoy asistimos a grandes dificultades, a una censura impresionante y brutal. ¡No se puede hablar con libertad de tantísimas cosas…! Por eso, ánimo. No podemos renunciar a la Historia; no somos protestantes, sino que somos herederos de los Tercios, que fueron grandes. Nuestros hijos, que sean felices al servicio de Dios y España. Demos testimonio cara a cara. Hay que “estar ahí”, dando la cara donde se tercie. No, no podemos estar callados. Hablemos, hablemos....

El testimonio de Silvestre Zubitur Goñi jauna siempre conmueve. Tiene muchísimos y leales amigos. En él vemos al mejor pueblo de Leiza, buenos españoles, desde el bertsolari Pello Urquiola hasta… José Javier Múgica Astibia, asesinado por la banda terrorista ETA en 2001. Mi pueblo de Leiza –dijo- fue en su día un pueblo mayoritariamente carlista. De Leiza salió el Tercio de San Miguel para la guerra. (Pueblo agricultor y ganadero, a mediados del x. XVIII Leiza también tenía ferrerías de hierro, transformándose una de ellas en molino de papel). Llegó la empresa papelera de Sarrio (en 1959), y dio vida a Leiza y a los pueblos de alrededor. A Sarrió llegó gente de toda España. El pueblo cambió de la noche a la mañana; aparecieron sindicatos, se celebraban manifestaciones, llegó la época de la detención de etarras…

Los que fuimos siempre del pueblo, nos íbamos sintiendo unos bichos raros. Tuvimos que defender la Iglesia, pero no a algunos curas que en unos momentos críticos nos traicionaron. Nosotros diferenciábamos entre curas buenos y curas malos. Durante 31 años fui concejal. Asistí a cientos de funerales. A muchos entierros. Fuimos al entierro del que atentó contra nuestra vida, la de Micaela aquí presente y mía. Al fin llegó un soplo salvador de buenos curas como Pachi Izco y tantos otros. Tengo muy presente a aquella abuelica, a mi abuelica que en su sencillez y candor, nos acurrucaba y hablaba de la fidelidad a Dios, Patria Rey. Y así hemos andado. Hasta hoy y ahora con vosotros.

Tres testimonios, cada cual más animante y ejemplar. Perdonen sus autores si, aunque tomamos notas, hemos cometido algún fallo involuntario, sobre todo de omisión. Está visto que Isusquiza ayuda a multiplicar la fidelidad del día a día. Muchos otros testimonios podían haberse escuchado, pero cuando hay muchos invitados los más cualificados hablan por los demás. Además, el recuerdo fiel, la celebración, el recargar las pilas y el multiplicar las redes sociales a través de la liga tradicionalista, es maravilloso.

¡Ah!, por cierto que el año que viene ya nos organizaremos para que el mayor grupo pueda subir a la cima de Isusquiza, como antaño hacíamos. Por ejemplo, este año, Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo, aventurero y presidente de la CTC, subió antes de comenzar los actos de piedad cristiana.

Nos despedimos con el “todos juntos en unión”… Muy agradecido, don Ángel Armentia.

José Fermín Garralda

Publicado en "El Babazorro" (Boletín del Círculo Tradicionalista Cultural "San Prudencio" de Álava, nº 188, pág. 2-5).


(Por José Fermín Garralda) -

El emblemático monte de Isusquiza, donde 37 requetés y 44 soldados murieron heroicamente defendiendo Vitoria en octubre de 1936 (Cruzada, Año I), es lugar de cita permanente del “todos juntos en unión”. Aquí nadie olvida el heroísmo, las penas y gozos, ni rinde la Causa de Dios y España, ni tira la toalla, pues tenemos la Fe puesta en Dios-Jaungoikoa y el amor en nuestros padres, siendo la Tradición -como es- nuestra segunda piel.

Un año más, el presidente del Círculo Tradicionalista Cultural “San Prudencio” de Vitoria, don Ángel Armentia Salazar, nos ha convocado este 18 de septiembre a través del boletín “El Babazorro”. Ángel, hombre perseverante y ayudado por Pilar, merece toda distinción y nuestro más sentido homenaje. Y en él a todos quienes hicieron dar a Isusquiza sus primeros pasos: ahí están Armentia, Centeno, y Carlos Ibáñez como principal inspirador, los Artola, Comas, Lizarza, Bordegaray, Nagore, Miguel Garisoain, José María Cusell etc. Si honramos a los héroes que dieron su vida de forma cruenta, también a los que como don Ángel se esfuerzan de forma incruenta, pero con mucho esfuerzo y entusiasta dedicación, en honrar a los mayores y transmitir la antorcha a los que vienen con empuje. Si Isusquiza reverdece se lo debemos en buena parte a quien, en este caso Ángel Armentia, lo ha mantenido contra viento y marea.

La Revolución sólo gana adeptos por odio o interés, mientras que la Tradición pasa de unos a otros por devoción y convencimiento. De ahí que la Tradición no muere y que tarde o temprano tiene las de ganar con sorpresa de sus enemigos.

Decimos que aquí dieron sus vidas heroicamente 37 requetés de la 6ª Cía del Requeté Alavés y 44 militares del Regimiento de Infantería San Marcial, para frenar el ataque rojo-separatista Fueron dirigidos por el capitán Fernando de Oriol y Urquijo y el comandante Julián Cogolludo. Otros muchos sobrevivieron a las heridas recibidas como Antonio María Oriol. A los gudaris se les sumaron elementos brigadistas internacionales para ocupar Vitoria e irrumpir por la llanada alavesa y Navarra. El triunfo de la batalla fue para los nacionales.

Muchas veces se han derribado las cruces de Isusquiza, y en 1986 sólo quedaban tres en pie. “Acción Carlista” (3 Tr. 1986 p. 9) comentaba sobre estas cruces en 1986: “Hay quien dice que es el odio político el que mueve los brazos iconoclastas. Pero si no hubiese también odio a la Religión, nadie levantaría un pico para demoler la Cruz”.

Este día 18, en Isusquiza, se han reunido representantes de más allá del triángulo Palencia-Bilbao-Pamplona. A ellos hay que añadir otros muchos que se han sumado este año, procedentes de Pamplona, Valladolid, Soria…, y alguno hasta de Madrid y Barcelona, que el día anterior habían peregrinado a Montejurra con la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, que es canónica y que desde 1940 acude a Montejurra el domingo siguiente al 14 de septiembre, conforme a sus Reglas.

En la iglesia de San Bartolomé de Landa rezamos el Vía Crucis a las once de la mañana, llevando don Enrique Gómez la Cruz de las bodas de oro sacerdotales del P. Urbieta, mientras Pilar rezaba el Vía Crucis con una emoción contenida, y Luis Carlón apuntaba en cada caso quién dedicó la cruz de cada estación del Vía Crucis, derribado por los rojo-separatistas. La Santa Misa se inició a las doce, con el altar preciosamente adornado con un tapiz del “Requeté de Vitoria 3ª Cía”, y una boina roja. La bandera de España con su abanderado Silvestre Zubitur de Leiza, y la del Requeté alavés, sostenida por Enrique Gómez (Haro, La Rioja), custodiaban ambos lados del altar. El Rvdo. Pater que celebró la Santa Misa, venido a estudiar el doctorado desde Gabón, lo hizo con otro pater procedente de Bolivia. La celebración fue seguida con verdadera unción, pudiendo todos apreciar el sentido de lo sagrado. Al final, se cantó el Salve Regina.

El acto político se celebró a la una del mediodía, leyendo don Ángel Armentia Salazar el manifiesto de Isusquiza. Al final se cantó el Oriamendi.

Una vez en el atrio, los asistentes se fotografiaron según costumbre. Había mayores, margaritas, jóvenes y niños que son la esperanza y el futuro. Lo dicho: Isusquiza recupera sus mejores momentos en asistencia, pues su espíritu siempre ha estado muy elevado.

Primero tomamos un piscolabis en la terraza del bar-restaurante. El sol apretaba en un día maravilloso y muy concurrido. Luego pasamos al amplio y bonito comedor, iluminado por dos grandes y muy conocidos posters que representan el centinela carlista alavés. Don Ángel situó a todos adecuadamente. El menú, muy bueno, y la compañía mejor.

Llegaron los postres. Era la hora de los testimonios, siempre con el corazón en la mano y por ello sencillo y lleno de verdad. Este año hubo tres testimonios de los correligionarios Carlón, Sagarra y Zubitur.

Tres testimonios, cada cual más animante y ejemplar. Está visto que Isusquiza ayuda a multiplicar la fidelidad del día a día. Además, el recuerdo fiel, la celebración, el recargar las pilas y el multiplicar las redes sociales a través de la liga tradicionalista, es maravilloso.

La verdad es que, en un mundo sin alma, el mal tiene los días contados, cuando los correligionarios -que además se aprecian tanto entre sí- están “juntos en unión”. La Revolución siempre quiso a los carlistas divididos y subdivididos, aprovechando el individualismo hispano.

¡Ah!, por cierto que el año que viene ya nos organizaremos para que el mayor grupo pueda subir a la cima de Isusquiza, como antaño hacíamos. Por ejemplo, este año, Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo, hombre de acción y presidente de la Comunión Tradicionalista Carlista, subió antes de comenzar los actos de piedad cristiana.

Nos despedimos con el “todos juntos en unión”… y con un firme propósito de seguir trabajando.

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Publicado en el digital Ahora Información el 24-IX-2022