Crónica de las XXXª Jornadas de la Unidad Católica

Estamos de gran celebración. Durante tres décadas, y después de las Jornadas de Toledo (1989) y El Escorial (1991), la Junta Nacional para la Reconquista de la Unidad Católica de España nos ha convocado junto al Pilar de Zaragoza, año tras año. Nosotros seguimos adelante: a los siete asistentes que estuvieron en Toledo de 1989 -y a los que no han venido en 2019- se les han ido sumando muchas nuevas caras amigas.

El 4 y 5 de mayo se ha celebrado la XXX edición de las Jornadas de estudio, oración y convivencia. Los representantes de Zaragoza, Huesca, Barcelona, Gerona, Valencia, Navarra, Madrid, El Escorial, Guipúzcoa de este año… son la punta de un iceberg.

Se reconoció la labor del promotor y presidente de la Junta Nacional, Don Alberto Ruiz de Galarreta, los desvelos del presidente en funciones Don Jaime Serrano de Quintana, y al director y alma de las Jornadas, Don José Ignacio Dallo Larequi, director de la U.S. San Francisco Javier de Pamplona y del quincenal católico “Siempre P’alante”.

La entrada solemne de banderas (la de España que estuvo en el Alcázar en 1989, del Vaticano y de las Jornadas) y los cantos del Vexilla Regis y Christus Vincit, dieron comienzo a las sesiones, presentadas con eficacia por Don Jaime Serrano. A continuación, se tomó el tranvía para asistir a la Santa Misa del sábado en la Santa Capilla del Pilar, presidida por el Ilmo. Sr. D. Antonio Bibian Fierro y concelebrada por el P. Dallo.

Don Javier de Miguel Marqués disertó con un enfoque jurídico sobre el significado de la consagración de España al Corazón de Cristo tras 589; José Fermín Garralda sobre la propia historia y significado, actualidad y futuro de las XXX Jornadas; y Carmina Sancho sobre la doctrina hasta hoy del reinado social de Jesucristo, la necesidad y utilidad de éste también para nuestro bien natural, y una llamada a la acción.

Avanzada la tarde, Don José Luis Díez Jiménez, director y fundador de la Web y la Radio Unidad Católica, presentó un documental sobre la construcción del monumento al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, la Consagración de España por Alfonso XIII, el fusilamiento y destrucción de aquel en la Cruzada, su posterior construcción y la nueva consagración de España por el Jefe de Estado Francisco Franco. Don José Luis también nos regaló una imagen del Sgdo. Corazón de Jesús, bendecida por el P. Dallo, para entronizar en los hogares, pues ser ahora “perdedores” por Él, luego conlleva la victoria final.

La voz de la sala careció de ponencias breves y mesa de conferenciantes. Pilar Gutiérrez destacó la necesidad de unidad y comunicación, y anunció un nuevo Dos de mayo; Don Antonio (Barcelona) el gran poder de la masonería que debemos desenmascarar; Aitor (Guipúzcoa) el de la revolución mundial; Rogelio (Zaragoza) la necesidad de salir a la calle; y M.ª del Carmen Zarzo expuso el problema artificial creado en la Adoración Nocturna Femenina de Valencia (SP, nº 827).

Al anochecer se celebró el homenaje a Cristo Rey. La oración eucarístico-mariana en el oratorio se abrió con el rezo del Santo Rosario, dirigido por Carmina, seguido de la plática por Don Francisco Suárez sobre todo lo que expresa nuestra especial situación en la historia de la salvación, con exposición al Santísimo y bendición, reserva y canto de la Salve. Al órgano, Elías Jiménez.

El Domingo también hizo un día espléndido. Por dificultades técnicas, el P. Dallo dirigió las oraciones de la mañana, sustituyendo la Radio JLD que transmite por Internet. La Santa Misa la celebraron los PP. Dallo y Suárez. La homilía se prolongó pero fue muy reconfortante. Antes del Ofertorio, el presidente en funciones don Jaime Serrano, realizó con voz firme el juramento de la Unidad Católica, juramento personal que luego los jornadistas depositaron durante la Comunión. Al final se leyó la consagración de España al Corazón de Jesús en 1965 (SP’ nº 11, 12-VI-1982) que varía algo la de 1919.

Don Pablo Gasco de la Rocha explicó la estrategia - operatividad, fundamento y propósito- para recuperar la confesionalidad y unidad católica de España, y las conclusiones presentadas por don Jaime Serrano fueron aceptadas por unanimidad. El Himno de las Juventudes Católicas de España cerró las Jornadas.

Parte de los asistentes se fotografió en el salón de actos. El brindis inicial en el comedor exteriorizó la perseverancia en la fe, el recuerdo de los amigos ausentes, y nuestro reconocimiento a don José Ignacio Dallo, “alma de nuestras Jornadas” que ha llevado el timón estos 30 años. En la animada sobremesa intervino Agustín Cebrián a la guitarra, y el coro de la familia Ortiz-Frígola. Cada despedida subrayó el trabajo de la agenda.

Las presencias son necesarias. Por un lado, internet puede llegar a desunir, y sólo quien está en las Jornadas puede luego contarlas. Nuestro agradecimiento a los adheridos ausentes como Carlos González y Gil de la Pisa…, a José María Beperet y a Luis Amigo por la logística, y a don José Silva por su presencia amiga desde 1989.

La Unidad Católica, y lo que queda de ella para iniciar su reconquista, es el bien más preciado de España. Las Constituciones liberales moderadas trajeron las radicales: de 1812 se pasó a 1837, de 1845 a 1868, de 1876 a 1931, y de la libertad religiosa de 1967 al ateísmo práctico de 1978. Así, del hipócrita Art. 11 de 1876, que fue condenado por el episcopado en bloque y luego por Pío IX (4-III), por quebrar la Unidad Católica en la “restauración alfonsina”, se pasará a la persecución en la Constitución de 1931 (Art. 3, 26, 27 y 48). Hoy, al ateísmo práctico de 1978 le sigue un anti teísmo práctico y una Iglesia cada vez más perseguida. Sí, al sobrar lamentos, queremos ser faro y transmitir la antorcha honrando a Dios y sirviendo al bien común. Aurrerá.

José Fermín Garralda

Enviado a "Siempre P'alante" nº 828 (16-V-2019) pág. 14

La redacción de SP' ha realizado algunas modificaciones, por ejemplo sobre algunos asistentes.