¿Ante unas terceras elecciones generales en España?

Sin Dios es la pre anarquía y el dirigismo del NOM

Todo es más sencillo de lo que parece. No se precisan grandes filosofías para explicar ciertas cosas. Fácil como un consorcio de aguas. Las leyes sin Dios y contra Dios, y los políticos de baja categoría –entre los que se ha cazado a ojeo abundantes ladrones-, agravan un sistema político muy engañoso y oligárquico, pro anárquico y hasta corruptor, que todos aceptan como lo más natural, aunque nadie crea en él. Es tal que con una parte de verdad elabora grandes mentiras.

España es un lugar de ensayo. Si nuestro sistema es el más fácil para dominar los pueblos, el españolito lleva todo hasta sus últimas consecuencias. Llevamos todo hasta su extremo contrario (la falsa libertad liberal) y luego, en sus excesos pro anárquicos, viene la reacción lógica y buscada del Nuevo Orden Mundial (NOM).

Pensemos en la situación española de hoy. Tras las dos fallidas elecciones Generales del 20-XII-2015 y 26-VI-2016 y de ocho meses –por ahora- sin Gobierno, unas terceras elecciones pondrían en evidencia la inutilidad de los políticos, sus partidos, tanto voto indiscriminado, y sobre todo el sistema.

Pues ni con esa amenaza hay Gobierno. Esto es un lío, pues ni desaparece por ley el Gobierno del PP, ni le sustituye ninguno con la súper Ley de la voluntad general, ni siquiera tras dos comicios. Rajoy descartó su investidura a primeros de agosto debido al “no” del PSOE, que está bloqueando la formación del Gobierno hasta el último momento previo a la convocatoria de terceras elecciones. Por fastidiar que no quede. ¿Creer los motivos que alegan?; pues parece que el PSOE ha mantenido su pose política del “no” para no verse sobrepasado por Podemos. Que Ciudadanos vote sí a Rajoy ofrece al PSOE el motivo que necesitan para abstenerse, máxime cuando Rivera les ha invitado -¡ah cuquín traidor!- a permitir que gobierne el PP para formar después un frente común de oposición.

Es muy posible que el PSOE se abstenga a última hora para no provocar otras elecciones. Dejará que mande Rajoy porque los analistas de Bankinter creen que sufre una enorme presión ante el acuerdo entre PP y Ciudadanos, y porque la Bolsa y la Deuda confían en la necesidad de un Gobierno.

Los males de nuestro flamante sistema son hondos. En USA hay dos partidos similares; aquí ya son cuatro, más los separatistas. Estos son la caraba, pues -para el PNV- del PSOE “depende todo y está desaparecido” (A. Esteban). ¿Pensaremos que no habrá amaño alguno por ponerse en cuarentena la alternancia: UCD-PSOE-PP-PSOE-PP, fruto de la cual los programas de todos son igualitos? Ahora han sacado a cada uno del bipartidismo una sucursal de apariencia más radical, dura y renovadora, que no obstante mantiene el error raíz, de modo que ya son cuatro los llamados regeneracionistas de la política para trepar sobre un Estado que dirige y modela la sociedad. ¿Tan difícil es ir de la sociedad a las instituciones suprimiendo a la vez el absolutismo y dirigismo del Estado? ¿Tanto nos cuesta reconocer a Dios y Su Santa Ley? Pero claro, es que así no se dominaría la sociedad.

El actual y flamante sistema –en el que nadie cree y todos utilizan- no es natural porque no representa la sociedad real, ni las instituciones sociales. Es antinatural porque ningún grupo puede estar siempre a la contra del otro, ni ser a modo de máquina que sólo busca el poder, ni convertirse en una oligarquía que anida además tantos ladrones. ¿Poder para decidir sobre lo que ignoramos, contra la Ley de Dios y sobre lo que no interesa directamente? Los déspotas ilustrados se resignan a que todos los votos valgan lo mismo, porque ya ellos controlan los medios de comunicación, por lo que más que nunca son urgentes el mandato imperativo y el juicio de residencia. El Gobierno que salga de esta dejadez, de tal atrevimiento ignorante, de la masificación y narcisismo colectivo, tiene mucho de Gobierno bufón pero… con un poder inmenso. Poder para deshacer y, ya hoy, a las órdenes del NOM.

La partitocracia oligárquica es enemiga. Las discrepancias entre los partidos –salvo el orangután Podemos- son escasas. Y el votar ha dejado de ser imprescindible porque se vota y vota… y sin Gobierno. Y sin él se está bien. No; el ejercicio de la soberanía nacional hoy no vale tanto, ni para gobernar, ni para vivir. Y si no vale el ejercicio es que no vale la soberanía.

España es como lugar de ensayo pero… ¿con puerta de salida? Dicen:¿Verdad que estáis muy bien sin vuestros gobiernos? ¿Para qué tenerlos?” Y respondemos: “¡Quitadnos, quitadnos de encima esta clase política y dadnos los jefazos del NOM para así vivir tranquilos!” Pues bien, cuando no se quieren obligaciones se cae al vacío y luego al despotismo, del que no salva la postura del avestruz.

El todos contra todos da muy mal resultado en España. Queda la concentración de todos –pero no individuos masificados ni partitocracia de oligarquías donde se esconden los corruptos- entorno a un verdadero Rey, vertebrados en la religión católica por sí – ¡aleluya!- y por ser de la sociedad, en las familias y los padres, en la tradición de los pueblos y una verdadera representación orgánica.

¿Nos damos cuenta de lo que pasa? El marco y cauce están dichos, admitiendo que el sentido común de los más se exprese sin intervención de las presiones ideológicas, la lucha por el poder, los lobby de presión, los medios de comunicación o “La voz de su amo”. Sí, necesitamos otra cosa.

José Fermín Garralda

Publicado en "Siempre P'alante" nº 767 (1-IX-2016)