Lo que odian en Navarra: la derrota de Stalin y del separatismo

Dejamos espacio a nuestro amigo: "El anónimo temeroso". Nos cuenta que ha encontrado este cartel por las calles de Pamplona, aunque, por lo que se ve en la foto inferior, otros han actuado en buen sentido. Se trata de un cartel penoso con una acertada respuesta.

El amigo se pregunta qué mueve a la ultraizquierda, comunistas, separatistas, para volar y pulverizar a lo talibán el monumento de "Navarra a sus muertos en la Cruzada", que para la opinión pública y el mismo Ayuntamiento iruñense ya es una sala de exposiciones, salvo su hermosa cripta cuyo usufructo conserva el señor arzobispo desde la cesión condicionada del edificio al Ayuntamiento en 1997.

No les mueve la figura del general Franco de la imagen -es una excusa-, porque si éste hubiera sido comunistoide, le pondrían por las nubes, como lo hicieron a Adolfo Suárez cuando legalizó el Partido Comunista. Y para  super dictadores, ahí están los del paraíso comunista, como el emblemático mariscal Tito o el propio Mao.

Tampoco les mueven los navarros que sufrieron la dura represión durante la guerra en Navarra -en esto utilizan causas buenas-, porque también hubieran condenado la represión -absolutamente cruel- que el otro bando disque republicano hizo en toda España entre 1931 y 1939. Nosotros rezamos por unos y por otros... pero sin fácil consuelo.

A los talibanes sólo les mueve que se hubiese perdido una guerra... aunque fuese hace ochenta años. Si esto no es resquemor y revancha, no sabemos qué es.

Así entendemos que arremetan contra este monumento, declarando intocable lo del otro bando: ¿qué estaríamos escuchando de ocurrir a la inversa, y el monumento estuviese dedicado a brigadistas, milicianos e incluso gudaris -que no hubo en Navarra ni Álava-?

Superen ya una guerra ocurrida hace 80 años y no quieran vivir de ella.

Por haber perdido la guerra hace ocho décadas, se ensañan contra la Diputación Foral de Navarra, elegida en las urnas y que fue el "primer voluntario", pero no lo hacen con la boca grande.

Por perder la guerra se ensañan contra la gran mayoría del pueblo navarro de entonces, que no se dio por vencido durante la República, ni tampoco durante la guerra, es decir, contra los 42.937 combatientes navarros según Salas Larrazábal (aunque fueron bastantes más) de una población de hecho de 345.883 almas.

Por perder la guerra se ensañan contra los 4.704 mozos y hombres navarros (también eran bastantes más) que murieron en el Frente de batalla, y evitaron que España cayese en la órbita soviética, con Stalin como jefe. Murieron por un ideal, por la Religión y por España, y se les castiga por ello tras 40 años de dictadura y otros 46 de democracia (hoy muy pseudo). Esto no es justo.

Por perder la guerra, que fue una Cruzada defensiva, presionaron al sr. arzobispo de Pamplona y éste cedió.

Dejen ya una guerra ocurrida hace 80 años y no quieran vivir de ella. Debieran decírselo a sí mismos una y otra vez.

Por qué será que ahora, tras decenas de años de guardar silencio, atacan cobardemente a los navarros muertos en combate hace ochenta años...

Lo hacen en una Navarra totalmente enferma porque, quienes debieran haber testimoniado la verdad, han mantenido un silencio culpable. Es  doloroso que casi ningún navarro diga la verdad, fruto de las continuas cobardías, del "miedo a perder" -¿qué les queda por perder...?-, al lavado de cerebro realizado durante décadas y consentido por los llamados "buenos", al miedo terrorista y escénico, a la traición del más conocido medio de comunicación, a la venganza de grupúsculos e instituciones... a escraches y violencia psicológica.

El letrero superpuesto desvela bien el problema real de Navarra, que es la Agenda 2030, cuyos colorines están en la ideología de género de "¡A por los niños!" y en el pequeño logo de Contigo zurekin. Por eso, no nos entretengan con sus revanchas guerracivilistas de sorgiñas que tanto daño hacen a todos.

La ultra izquierda y sus comparsas, se han quedado sin programa político. Su único programa es la Agenda 2030 que les da el poder y que todo indica les ha entregado Navarra, la mentira sistemática que falsea y utiliza la historia y corroe a toda una sociedad, la humillación y destrucción de Navarra y España, llevarla al Tercer Mundo y vivir de ella, sustituir a su gente, y utilizar sus Presupuestos para vivir de ellos.

Sepan que de tolerarse las continuas amenazas y humillaciones, mentiras y desprecio público que sufre el monumento, la Navarra real, la histórica y milenaria, la de siempre y que aún queda oculta, habrá sido sustituida por una Navarra sin alma ni historia, sin espíritu y vacía, por su propia sombra, quedando a merced del anexionismo euzcadiano -que es de lo que se trata-. Y responsables... los que no obran en consecuencia.

Publicado en "Ahora Información", 6-V-2024