La pintura de Karle Garmendia al público pamplonés

EL AMANTE DE LA PINTURA tiene un hermoso lugar para realizar su personal descubrimiento. En el atrio del Parlamento de Navarra se está exponiendo la obra de Karle Garmendia. Consta de 36 dibujos y pinturas de diverso tamaño y temática. La exposición es del 17 de diciembre de 2014 hasta el 30 de enero de 2015.

La pintora es Carlota Garmendia Aldaz, nacida en Oroz Betelu en 1898 y fallecida en Pamplona en 1983. Después de estudiar pintura en Pamplona, en 1920-1925 estuvo en París ampliando sus estudios de pintura y, desde ahí, en 1925, dedicó un precioso y apagado cuadro de Notre-Dame de París "a mi querido maestros D. Javier Ciga". Así pues, sabemos de quien aprendió. De regreso a Oroz-Betelu, en 1926 contrajo matrimonio con el artista valenciano Higinio Blat. De 1947 a 1959 vivió en Méjico, concretamente en el Estado de Sonora. Tras doce años en Méjico, regresó a Pamplona para asentarse en la capital del viejo Reyno.

Pues bien, estos rasgos se reflejan en su obra. Yo diría que es una pintora romántica por el gusto por lo peculiar, lo privativo e indígena (ya sean las costumbres vascas o bien los tipos mexicanos) y por el recurso a los temas históricos. Desde luego, muestra una profunda piedad cristiana. Refleja lo costumbrista, las tierras y sus gentes, y lo histórico de la Navarra medieval. En realidad, dibuja y pinta del entorno allá donde está (Méjico, Oroz Betelu y Pamplona) y, cuando reside en Pamplona, factura obras historicistas entre otras. Todos los cuadros transmiten sentimientos.

De las 36 obras del catálogo de la exposición, faltan la Figura mitológica (nº 2), Cristo en la cruz (nº 10) y un Cuaderno de dibujo (1924) con varias docenas de representaciones.

Su obra es muy variada en las técnicas: desde el carboncillo al óleo. Lo es en el objeto: desde cuadros para colecciones particulares, para instituciones religiosas y civiles, de carácter conmemorativo, o bien tarjetas de antiguas postales vascas impresas en Gráficas Uriarte en 1970. Es variada en los temas: desde lo lírico e intimista hasta cuadros coloristas de gran formato y dudoso estilo.

Entre las primeras piezas líricas e intimistas se encuentra El Jardín de Oroz Betelu (1960) -cuadro de pequeño tamaño y luminoso- y Nuestro Jardín de Oroz-Betelu (1940). Son de gran tamaño, de calidad dudosa y estilo cromo las piezas históricas pintadas en Pamplona para conmemorar a Blanca de Navarra (1963), César Borgia? (1963-1965), Sancho el Mayor (1965), El escudo de Aoiz (1970) y la Batalla de Roncesvalles (1970-1975). Quizás la falta de realismo formal y su excesivo colorismo sean buscados para expresar que los temas se salen de la realidad presente. Estas obras contrastan negativamente respecto al resto de la pintura de la autora. Otras piezas que en menos medida podemos englobar en este grupo "estridente" son En la cocina, quizás el Estudio de cabeza de gato (1965-1970), y, por último, la Catedral de Pamplona (1960-1965) donde predominan los bellos volúmenes insertos no obstante en trazos oscuros con ausencia del trabajo de la luz.

Hay otras piezas de tamaño medio o reducido que muestran la verdadera calidad o madurez de la pintura de Karle Garmendia. Algunas son pinturas líricas realizadas en España como El Jardín de Oroz Betelu y Nuestro jardín de Oroz Betelu, ya citadas. Otras llevan el título de Cocina vasca en Oroz Betelu (1935-40), Autorretrato, Mª Jesús (1960), El paisajista que guarda una fuerte carga simbólica toda vez que enfrente del pintor de paisajes -y pintado al carboncillo- hay una pared con puerta, Paisaje urbano que es un ordenado estudio de volúmenes a carboncillo y gouache, Estudio de Cabeza y Un borracho en la calle. Estas de últimas obras, al carboncillo, reflejan una técnica elaborada y una tienen una deliciosa carga de melancolía. También son piezas de calidad y hermosas, las que reflejan los temas indígenas mexicanos como Mujer con mantilla española (1965-1970), Camino del rancho-Hermosilla (Sonora) (1950-1955) , Bautismo en Méjico (1955) con influencia del estilo de Ciga, Mercado de abastos en Méjico (1955) de factura ingenua, Cocina vasca en Oroz-Betelu (1935-1940), Niño y burro (1955) -quizás esta obra es una de mis preferidas de esta colección-, y Acapulco (1950) con playa de palmeras y cuatro bañistas. Todas ellas son costumbristas, a las que se añade como tal La muñeca (1965), con técnica de carboncillo con gouache.

De tema religioso popular se encuentra La procesión (1930-1935) realizada para el Ayuntamiento de Oroz Betelu, que preside el anuncio de la exposición. Este cuadro colorista, óleo sobre tabla, es típico de las romerías navarras y refleja la piedad popular de las gentes de aquí. Es un cuadro de contraste entre la luminosidad del cielo y la oscuridad penitente de los romeros. También se encuentra el Bautismo de Cristo (1935), con un tema central y dos laterales simbolistas, para la Parroquia de Oroz-Betelu, que tiene un aire clasicista. El Niño Jesús (1925-1930) es una típica reproducción clásica del Niño, deliciosa por otra parte.

Sobre la autora ha escrito José María Muruzábal del Solar, "Kale Garnendia. Pintora" p. 4-19, cuyo artículo está expuesto al lado de los catálogos y el libro de impresiones a la entrada de la exposición.

Los datos de la obra, fecha y técnica los tomamos del Catálogo de las Obras expuestas editado por el Parlamento de Navarra. La clasificación y comentarios son nuestros.

José Fermín Garralda Arizcun

Cubierta del díptico que explica la

vida de la autora

Fotos:JFG2014