Sin tiempo para "respirar"... del covid a Ucrania

(Por José Fermín Garralda) -

En el triste tema entre Ucrania y Rusia, aquí hay gato encerrado. Es un gran tema a despejar, y el dr. Barraycoa ya lo está haciendo. El tema es espléndido para la caza a ojeo –como diría mi amigo Carlos-.

La tesis es que, si las oligarquías mundialistas dan a los pueblos tiempo de respirar, el momento favorable a ellas no llegará tal vez jamás. Así es que a un conflicto le ha seguido otro desde hace tiempo, y ahora al Covid se le ha solapado la guerra en Ucrania, que agudiza la crisis y dependencia de Occidente del gobierno de los EE.UU…

Una vez más, el hombre se castiga a sí mismo, tras dejarse de la mano de Dios.

Nuestro lamento por los respectivos pueblos de Ucrania y Rusia. Aquí debe ponerse fin cuanto antes al conflicto. Para ello se necesita un mediador que sea santo, ¿lo hay? Un gran servicio de la Iglesia católica ante la parcialidad y fagotización de la ONU en los conflictos internacionales –no pocas veces provocados-, sería el de mediador internacional. Como entre los matrimonios mal avenidos.

En principio, diremos “muy mal” a Putin por hacer la guerra. Digamos “muy bien” a los ucranianos por defenderse. Diremos “muy mal” a los mandamases y oligarcas de Occidente por impulsar la resistencia ucraniana con un Occidente que nada se juega, y, sobre todo, cuando él mismo degrada y arruina a sus propios pueblos. Además, los oligarcas, que utilizan a otros oligarcas y a pueblos enteros fagocitándolos a través de sus políticos y controlando o apropiándose de los resortes del Estado, animan exageradamente a los ucranianos como su fuese una guerra propia, lo que nos permite toda sospecha.

Lo peor es cuando los oligarcas de Occidente utilizan a los ucranianos, sacrificándoles por “algo” que nosotros no sabemos bien qué es, pero se intuye. Zelensky sigue las directrices del NOM, pues con sus 44 años no se ha podido formar como gobernante. Allí hay muchos intereses económicos, empresariales y de recursos naturales. Se quiere apartar a Rusia de Europa. Se busca laminar a todo país -como Rusia- que no quiera fácilmente supeditarse al mandato del NOM. También hay luchas entre las oligarquías. Sabemos que muchos de los nuevos países que han surgido tras 1989 son pobres, inestables, están dirigidos incluso por actores profesionales, y que las grandes multinacionales tienen más dinero que ellos. Lo que ellos tienen es tierra con recursos ambicionados por cualquiera, y situación geopolítica, de modo que son fácilmente utilizados. Pero la tierra –dirán-es de nadie. Sánchez sabe mucho de esto respecto al dinero.

Mientras tanto, el secretario general del Partido Comunista en China sonríe como suele hacer. Recordemos que en enero de 2021, el jefe chino fue el primero y principal que habló en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza). Occidente calmó a China mientras “casca” a una Europa Oriental, rodeada por su Oeste, su Sureste (China) y el desierto islámico al Sur.

Parece que algunos sabían qué iba a ocurrir en Ucrania antes de haber ocurrido. Ello hace este tema doblemente sospechoso. Mientras tanto, los hombres de a pie no sabemos qué acontece, pues Occidente, al participar solapadamente en la guerra, adoctrina a su población con los medios de comunicación públicos y privados, que se encuentran bien subvencionados y ocupados por las oligarquías.

Tengo la intuición que Ucrania está siendo utilizada por el Nuevo Orden Mundial, que manda en muchos Estados Occidentales. Se dice a los ucranianos: ¡resistid! Seréis premiados con un altar al heroísmo, con la entrada en la OTAN y en la UE. Tomad armas y ejercer vuestra valentía y vuestros derechos. Y el pueblo de Ucrania, que es valiente y sufrido y que tantísimo purgó por las hambrunas millonarias provocadas por Stalin, se auto convence de la devoción que decimos tenerles, y se creen eso de los mil premios y ricas mieles. Veremos en que quedan las promesas.

También tengo la intuición que Rusia, con sus razones o sinrazones, ha sido empujada de alguna manera al conflicto, cayendo así en una trampa que perjudica muchísimo a los rusos, imposibilita el resurgir de la Santa Rusia, y deprime a todos los pueblos, pero no a los oligarcas y a los presidentes lacayos, infantiloides y fotogénicos de los países occidentales.

Creemos que ni Ucrania ni Rusia actúan porque sí. Deben llegar a un acuerdo, que no sé ni puedo saber cuál, pues no estamos llamados a resolver el caso. Y los presidentes, blanditos y de foto, menos. El mediador entre los dos países, Rusia y Ucrania, debe ser un hombre con prestigio y santo. ¿Lo hay? En todo este asunto la ONU ha demostrado que no sirve para nada, y que no está dirigida -muy influida- por los oligarcas del NOM, pues poderoso caballero es don dinero. Desde hace tiempo los conflictos se multiplican en el mundo, no pasan por el debido tratamiento en la ONU, ésta se encuentra super dividida, y “asaltan” a los que estamos lejos de los escenarios del crimen. Aquí decimos: a río revuelto, ganancia de pescadores.

No creo lo que digan los medios de comunicación, desde hace tiempo. Sólo creo a los inocentes que sufren. Tengamos presente a los pueblos más que a sus gobernantes –peleles casi todos y algunos no-, y recemos para que merezcamos los frutos de la consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado corazón de María.

Publicado en el digital "Ahora Información", 23-IV-2022