Fiesta de los mártires de la Tradición, 2022

(Por José Fermín Garralda) -

(Fragmento de fresco en la cúpula del monumento "Navarra a sus muertos en la Cruzada". Ramón Stolz Viciano. En la pérdida de este emblemático monumento, y hasta de su misma memoria, hay grandes culpables, desde la jerarquía eclesiástica hasta los conservadores y los nacional socialistas-separatistas. Foto:JFG2018)

EN MEDIO DE este mundo nuestro, el 10 de marzo se transforma en todo un hito para el ser y la acción. Estamos obligados a vivir esta gran fiesta para transmitirla. Muchos se están dando cuenta a dónde ha conducido aquello a lo que los mártires –¿perdedores?- se enfrentaron. Nuestros mártires no pudieron hacerse idea cabal, y se quedaron cortos previniendo el futuro. Un anónimo en la red dice: “Ha sido todo un viaje. El viaje no ha terminado. Las cosas van a seguir yendo a peor. Espero que al menos ahora, algunos más, acepten por fin que hay un Plan siniestro” mundial.

El 10 de marzo recuerda que los españoles han sido –y siguen siendo- un gran pueblo, país y nación. Por algo el Maligno, a través de envidias, el racionalismo anticristiano y el gran capital transnacional a tope, quiere deshacer cualquier faro, principios fundamentales, fidelidad, resistencia esperanzada y la Hispanidad. Pero aquí estamos.

España, una e indivisible en su diversidad interna, se configuró con unos Fueros -privados e institucionales- anteriores al poder supremo, que repugnan el dominio tecnocrático, administrativo, las autonomías delegadas del Estado, y el separatismo, cortado todo ello por el mismo patrón.

Gloriosos en hechos y hazañas, los españoles han tenido grandes monarcas como caudillos. Uno de ellos fue don Carlos VII de Borbón y Austria de Este, Rey en el destierro, donde nació (1848) y murió (1909). Rey de derecho, lealísimo, y muy capaz, instituyó la Fiesta de los Mártires de la Tradición el 5-V-1895, haciendo un frente consciente y coherente a esa Revolución racionalista, anticristiana y antiespañola, que nos está consumiendo y se infiltra sobre lo que no controla:

“¡Cuántas veces encerrado en mi despacho, en las largas horas de mi largo destierro, fijos los ojos en el estandarte de Carlos V, rodeado de otras 50 banderas, tintas en sangre nobilísima, que representan el heroísmo de un gran pueblo, evoco la memoria de los que han caído como buenos, combatiendo por Dios, la Patria y el Rey!... ¡A cuántos he estrechado sobre mi corazón en su agonía! ¡A cuántos rostros marciales de hijos del pueblo, apagándose en la muerte con sublime estoicismo llevo grabados en lo más honde de mi pecho, sin que pueda poner un nombre sobre aquellas varoniles figuras! Todos morían al grito de ¡viva la Religión!, ¡viva España!, ¡viva el Rey!... Con este objeto propóngome que se instituya una fiesta nacional en honor de los mártires que desde el principio del siglo XIX han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria y Rey en los campos de batalla y en el destierro, en los calabozos y en los hospitales, y designo para celebrarla el 10 de Marzo de cada año, día en que se conmemora el aniversario de la muerte de mi Abuelo Carlos V”. (Carlos VII).

Inmenso fue su agradecimiento a los hombres de la Causa, que renueva en su testamento político de 1897. Su “¡Volveré!” en Valcarlos… lo hizo realidad su hermano Alfonso Carlos I en 1936, salvando –Tercios, soldados, y falangistas unidos-, a España del comunismo y el separatismo. Como los revolucionarios de todo pelaje no lo pueden perdonar, atacan ferozmente el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, mezclándolo –muy burdo y marxista- precisamente con aquello que se callan del bando rojo y separatista ¿Sabía Vd. que el 10-III-2003 el parlamento de Navarra arremetió contra la jerarquía eclesiástica y las Juntas carlistas en su Declaración sobre el inicio de la guerra-Cruzada de 1936? ¿Sabía Vd. que el Ayuntamiento separatista con EH Bildu, abrió dicho monumento el 10-III 2018 para poner en solfa su misma existencia física, sin dejar hablar a nadie contrario a su propósito? Es el simbolismo de la Secta. El ataque al monumento del requeté en Montserrat por los separatistas y los mismos monjes… es demasiado reciente. El enemigo tiene muy presente a los mártires de la Tradición que fueron, pero para acabar con los vivos, que si son pocos permanecen en pie.

En 2022 ésta gran Fiesta se celebra en Álava, Asturias, Barcelona, Cantabria, Madrid, Navarra, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vizcaya, Zaragoza y otros lugares de la península, islas y América. La fiesta es oración, gratitud y aliento, y recuerda que “ante Dios nunca serás héroe anónimo” en la guerra que fue y luego en la paz.

La unidad católica es declaración raíz, es fermento de lo trabajado en una sociedad que debemos hacer que nos entienda, y es meta del bien común. Hoy como ayer, se debe ser mártir en la familia, parroquia y trabajo, en las instituciones civiles y eclesiásticas, en los juzgados como decía Manuel de Santa Cruz, en la calle, frente a las leyes injustas, y olvidándonos de ascensos y reconocimientos sociales.

Sin saber quién es el rey de España, sí sabemos quién lo no es, porque el hecho no crea el Derecho. ¿Restaurar desde el destierro o instaurar desde cero? No corresponderá decirlo a nuestra generación, porque antes hay mucho que hacer. No nos pongamos nerviosos. El Eclesiástico X, 4 enseña: “La potestad de la tierra está en manos de Dios; y El a su tiempo suscitará quien la gobierne útilmente”. Ese “a su tiempo” nos indica que antes hay que rehacer la sociedad. No en vano el Rey lo es para la patria.

Hoy, el maximalismo del mal debe responderse con una mira alta, clara, y rotunda del bien necesario para España, que ponga la proa del barco para su reconstrucción y ayudar a los españoles a vivir, destrozados hoy bajo el Leviatán del falsísimo “Derecho” revolucionario y el NOM.

José Fermín Garralda

Publicado en el digital "Ahora Información", 9-III-2022