Mi desacuerdo con la decisión del arzobispo mons. Francisco Pérez González de Pamplona

Mi desacuerdo con la decisión del sr. Arzobispo

Los católicos de a pie suelen ser dóciles a su señor Obispo, al que escuchan, respetan y por el que rezan. Lo adelanto para que el lector no se alarme en esta cuestión gravísima que afecta a lo religioso y civil, y en la que -sintiéndolo mucho- no debo ser complaciente, sino mostrar mi desacuerdo por su gravedad.

Desde hace unos años se está desarrollando en España una amplia campaña, bien orquestada, antirreligiosa, ideológica y política. Un vergonzoso y significativo episodio en Navarra es el asalto definitivo al Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, desacralizado por mons. Fernando Sebastián en 1997. Se ataca: su significado por mucha sala de exposiciones que abran, los restos mortales de ocho héroes y/o mártires enterrados en su Cripta -los laureados generales Sanjurjo y Mola y el heroico pueblo llano incluido un sacerdote-, el rezo católico en dicha Cripta y que esté sacralizada. Quieren destruir dicho monumento para así destruir la memoria de la Cruzada de 1936: aunque desde luego el espacio es maravilloso para edificar, ya en 1937 la Masonería en París acordó ir cambiando el signo de la Cruzada convirtiéndola en una guerra civil (mons. Zacarías Vizcarra).

¡Ay si se dedicase a brigadistas, milicianos y gudaris!

Ahí está la profanación por la exposición de Azcona (20-XI-2015 a 17-I-2016) -hoy absuelto- en el monumento; el avasallamiento administrativo municipal, las presiones políticas y callejeras de partidos y activistas de radicalidad extrema, e incluso de viejas comunidades de base.

Millares de católicos desagraviaron la profanación de Acona, y aunque muchos salieron entonces a la calle a denunciar y luego a rezar, desde el arzobispado se les paró algo los pies y el sacrilegio se mantuvo. Ahora, si los más comprometidos han reaccionado desde hace más de dos años, y han escrito y hablado con su señor Obispo, al fin los restos mortales de los héroes y mártires se han exhumado. Ahí están las mentiras de Asirón, el desdecirse del Sr. Arzobispo, las ocultaciones y secretismo de ejecutor y abogado, y el vergonzoso acuerdo Obispo-Asirón aunque -desengáñense- éste último vaya a por todas.

Aquí se está escribiendo la negra historia de la revancha de los guerracivilistas, que utiliza los odiosos asesinatos que hubo en Navarra -los que fuesen-, que denuncia con engaño el todo por la parte, e ignora que hubo navarros asesinados en la zona republicana.

Mucho se ha escrito en “Siempre P’alante”, en amigos-monumento-navarra.blogspot.com, en historiadenavarraacuba.blogspot.com y otros lugares digitales. Recordemos que el 31-VIII-2016 Asirón anunció las exhumaciones con mentiras respecto a las familias -las de 4 enterrados le pusieron en evidencia y presentaron alegaciones-, y que el 3-X el Arzobispo lanzó sus propias alegaciones de un profundo calado e irrebatibles concluyendo que no se podían exhumar los restos de la cripta. Es una pena que la Hermandad de la Cruz, cuya sede es la Cripta, no presentase las suyas, aunque haya trabajado.

De repente el Obispo dio un giro total, retiró sus alegaciones, y hasta animó a las familias a imitarle. Pero, ¿qué pasa aquí? ¿Puede alguien explicármelo? ¡Pobres jurídicos y Hermandad, desgraciadas familias, ninguneada Navarra de siempre y difuntos que todo dieron pero no el honor!

Más: el 8-XI se notició que el arzobispo y alcalde-EH Bildu habían realizado un acuerdo, reconociendo éste algo que el arzobispado ya tenía: el uso y disfrute de la cripta donde se podrá seguir celebrando la Santa Misa. Subrayemos esto por lo que pueda ocurrir. Con dicho acuerdo el marco cambió, pues se venía a reconocer la legalidad de la resolución municipal del alcalde EH Bildu, y como si se bendijesen los hechos. Todos los trabajos se han malogrado porque el Arzobispo, jurídicamente el principal afectado, ha cedido.

Así, el 16-XI-2016 el alcalde Asiron-EH Bildu cumplió la inicua exhumación de todos los restos mortales de la Cripta (los herederos de Mola se adelantaron el 24-X), que allá por el 17-VII-1961 se trasladaron con todos los honores civiles y religiosos en una magnífica ceremonia de casi todo el pueblo.

Los más afectados por dicho volantazo son las familias herederas. Sobre los restos mortales, el Obispo ha segado la hierba bajo los pies de cada familiar. Sobre al inmueble o edificio, cuando el Obispo usufructuario de la cripta desde 1998, en la que se aprovecha la Hermandad como tercero, cede ante el propietario -¡y de qué manera!-, dicho tercero tiene poco que hacer.

Por varias cosas -el hecho, lo que significa y el futuro- y a pesar de las presiones sobre el Sr. Arzobispo, rechacemos la retirada de las alegaciones y el acuerdo con Asirón. Si es imprudente ceder ante un posible chantaje, el Arzobispo no ha guardado silencio ante lo inicuo -“me disgusta pero no me opongo”-, sino que ha retirado sus alegaciones y en su acuerdo ha reconocido legalmente lo hecho por Asirón. Y ha paralizado a todos. Para las familias es como si el Obispado no quisiera en la Cripta los restos mortales de héroes y mártires. Como para reponerlos, máxime si con el nuevo acuerdo al Tribunal sólo le cabe decir que Asirón-EH Bildu ha actuado mal. Por eso, a pesar de lo que se decía que iba a ocurrir y luego dijo la prensa, las familias recogieron y enterraron los restos mortales nada más exhumados. Sólo los de Joaquín Sota Garayoa de Tafalla están en manos del Ayuntamiento. Ojalá los familiares -o delegados- los reclamen e inhumen con honor.

Fermín de Musquilda