De las catacumbas a los leones (en Pamplona)

DE LAS CATACUMBAS A LOS LEONES.

¿VUELVE STALIN?

La Jihad persigue a multitud de católicos lejos de aquí, y las ideologías del odio nos persiguen entre nuestros hogares. Aquí –más “civilizados” pero con calculada estrategia de minorías escandalosas- calumnian y atenazan con una clara tendencia guerracivilista. La persecución sigue su curso, sus plazos, y un paso calculado, desde el ministro de educación Wert (PP) hasta –imagine Vd.- la extrema izquierda.

No nos extraña. Oímos a nuestros mayores decir: “Llegará el momento de la persecución religiosa” con pretextos de aparente justicia, lo que vemos con nuestros propios ojos. Y leímos al profesor F. Wilhelmsen en su libro El problema de Occidente y los cristianos (1964): “esta vez el comunismo no llegará a España quemando iglesias. Los comunistas han aprendido mucho de su derrota de 1936-39. Esta vez, los comunistas vendrán con la cruz de la paz y con palabras suaves, a fin de engañar (…) ocultará sus designios y aun su propia existencia. Trabajarán a través de otros partidos políticos hasta que llegue el día, hasta que el momento de resistencia, por parte de los católicos españoles, haya pasado, hasta que no haga falta incendiar iglesias y conventos” (p.11). ¿Qué tal?

Ayer manipularon a eclesiásticos difundiendo graves errores descristianizadores y la llamada “teología de la liberación”. Fracasaron, aunque hay casos tremendos en Navarra. Como la Iglesia no perecerá, hoy la persecución la hacen desde fuera y con la calumnia. Su planteamiento justiciero se basa en muchas mentiras y algunas verdades para hacer aquellas “razonables”. Además todo lo desorbitan. “- ¿Perseguir yo? ¿A quién? ¡Si sólo exijo justicia y reconocimiento!”.

No aman la justicia porque de lo contrario buscarían la verdad, ni quieren algo tan vago como el “reconocimiento”, sino que buscan doblegar nuestro pensamiento, amores, y libertad civil y religiosa. Sus “argumentos” son propaganda pura y dura.

El proceso y forma de hacer es de manual del buen maoísta. Detrás de la llamada defensa del pueblo esconden grandes mentiras. Mezclan los temas del presente con los del pasado para, manipulando los contenidos del ayer y con expresiones violentas y extremas –“en lucha”-, condenar mediante unas horribles acusaciones ese ayer imaginado y a quienes viven el hoy si no reniegan de lo bueno y santo ¡de hace 79 años¡ Así combaten para vencer el ayer y a los vivos de hoy. Desquician el orden de la realidad, utilizando los males actuales, mentiras, y a su aliado práctico el liberalismo o “sistema burgués”. Todo vale pues el fin justifica los medios. Construirán el futuro con “materiales” amañados y con asociaciones -ariete y máscara- como son la Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro, la Coordinadora Navarra de Pueblos por la Memoria, y la asociación de familiares de fusilados.

La sociedad está paralizada. El Gobierno de Navarra se pliega. Se calla ante el energúmeno. Expliquemos dos casos, donde por táctica se difama y embrolla, se escandaliza y amedrenta para paralizar, e insulta a nuestro señor Arzobispo en pancartas, prensa y la Web. Calumnia que algo queda y golpea fuerte para paralizar, mientras una mentira repetida mil veces se transforma en verdad sociológica.

El primer caso se plantea como dar “al pueblo” los bienes que quieren arrebatar a la comunidad cristiana. El 27-XII-2014 hubo una kontzentrazioa frente al arzobispado, exigiéndole la devolución a los pueblos de Navarra de todos los bienes inmatriculados. Quisieran sustraer a los católicos las iglesias, casas parroquiales etc., para desacralizarlas y destinarlas a lo que no fue la intención de sus mecenas, constructores y mantenedores. Así se atraen al “pueblo” frente a los supuestos “ladrones”, en una nueva desamortización arbitraria y aberrante realizada por grupos de presión y aún no por la ley civil. En un pasquín callejero, el olentzelo y tras él los “Reyes Magos” persiguen a nuestro Sr. Arzobispo diciendo: “Mientras haya apropiación os traeremos carbón” (y en batua). La Plataforma en defensa del Patrimonio Navarro queda de maravilla pero envuelta en grandes mentiras.

Segundo caso: desterrar toda “resistencia” moral y ganar la guerra perdida. De inmediato quieren que se prohíba el culto y se arrebate el uso de la cripta del Monumento de “Navarra a sus muertos en la Cruzada” (no “los caídos”). Aquí tiene la sede de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, que es canónica, fundada el 26-XII-1939 para recordar y rezar por los muertos por Dios y por España. El objetivo es conquistar las almas, y obligar a todos a renunciar a lo propio y, sobre todo, que la Iglesia “deslegitime el Franquismo, que termine con esas misas, reconozca el apoyo que dio a la dictadura y pida perdón por los crímenes del Franquismo y todos esos años de insensibilidad y lejanía” (Joseba Eceolaza).

¿La excusa? En la cripta está enterrado el general Mola al que se le atribuyen represalias –siempre penosas e injustas- en la Ribera de Navarra. También están el general Sanjurjo y varios voluntarios de la Cruzada. Si es mentira decir que hay homenajes, antes los actos de piedad estaban en la basílica superior de la Santa Cruz. De las catacumbas a los leones, salvo que todos renunciemos a nuestros deberes y derechos y nos apuntemos a su bando.

En ambos casos se manipula “al pueblo” y la memoria del “represaliado”; se tergiversa ideológicamente la memoria histórica, la libertad civil de la Patria y la libertad religiosa del católico, y se impone a la Iglesia qué debe hacer. Acusar a de ladrones y asesinos es una calumnia de energúmenos. ¿Vuelve Stalin?

José Fermín Garralda Arizcun

(“Siempre P’alante nº 733, 1-II-2015)