José Fermín Garralda Arizcun,
dr. en Historia
Pamplona, 2 de octubre de 2021
HEMOS celebrado el Ier Congreso Internacional Garciano on line, para conmemorar el bicentenario del nacimiento de don Gabriel García Moreno en 1821. Fue elegido tres veces presidente del Ecuador en el siglo XIX (1860-65, 1869 Pte. interino, 1869-75, e inicio del tercer mandato 1875-), y fue asesinado por la masonería, sin duda por odio a su Fe, en 1875. Su cadáver fue escondido por temor a profanaciones, hasta que se descubrió en 1975, en el convento del Buen Pastor, Casa de las RR. MM. dominicas.
Antes de realizar el Congreso, se ha refundado el Instituto Nacional Garciano en Ecuador, fundado ya antes por el dr. César Eduardo Pérez Moscoso (Quito, + 1999). Jóvenes ecuatorianos han llevado a cabo esta refundación así como el desarrollo del Congreso.
Nos alegra muchísimo la preparación laical y religiosa de los más jóvenes, la vinculación que han manifestado entre Fe y razón, su afán por las ciencias humanas y el desarrollo técnico, su deseo de un auténtico progreso de los pueblos advirtiendo que éste debe fundarse en la Religión y la moral. También nos alegra su correspondiente denuncia al Liberalismo que ya ha dado de sí todo lo que puede dar, y lo mucho que tienen en común con los tradicionalistas políticos españoles, y con los seglares católicos por la reconquista de la unidad católica en España, única vía para el bien común, su paz interior y progreso.
El Congreso ha sido on line los días 24 (Día de la Merced, patrona de Ecuador), 25 y 26 de septiembre, y ha tenido los mismos objetivos que el Instituto: rescatar, reivindicar y honrar la memoria del presidente García Moreno, y continuar su legado para ponerle como ideal del político, ciudadano y cristiano.
Es lamentable e injusto manipular el pasado del Ecuador y del presidente García Moreno, porque, sobre él y durante todo un siglo, se ha promovido una leyenda negra generada por los sucesores ideológicos de quienes le asesinaron, que además de hacer una burda y mentirosa caricatura de él –verdugo de la libertad, tirano, dictador, ladrón, amigo del poder absoluto, mujeriego…-, le roban su grandeza de haber servido al desarrollo de la patria ecuatoriana hasta la excelencia –nadie como él-, tan unida a la religión católica. Religión y Patria fueron su divisa. Ahí están las diatribas contra él de Pedro Moncayo, el folleto del impío Juan Montalvo, la actuación de los periodistas Proano y Valverde… Los historiadores que le denominan “dictador” adolecen de inconsciencia o frivolidad.
Hoy día, muchos ecuatorianos no son conscientes de la valía de dicho presidente y de su obra, debido a las deficiencias de una educación entregada al laicismo desde hace un siglo. Se ignora y atenta contra su figura, se olvida que refundó y modernizó el Ecuador, y la enorme expansión social sin precedentes: cultural, educativa, sanitaria, económica y de obras públicas. No gobernó para las oligarquías, sino con todos y para todos, y legisló el sufragio universal masculino. Según historiadores opuestos a García Moreno, la ecuatorianidad comienza con él.
Él sabía que era calumniado por ser católico, que los francmasones conspiraban contra él, en sus cartas al Papa anunciaba su muerte violenta, periódicos europeos escribían contra su persona quizás porque en la constitución de 1869 osó proscribir la masonería. Escribió a un amigo suyo en 1873: “Dicen de Alemania que las logias de ese país han ordenado a las de América hacer todo lo posible para cambiar el gobierno del Ecuador. Puede ser que el Gran Maestre X.X. haga algo en esta obra. Pero si Dios nos protege, y nos conserva su misericordia, yo no temo a nadie, aunque no seamos nada y que nuestro poder sea igual a cero, comparado con ese coloso de pies de arcilla” (Alejandro Rey Stolle, 1991).
Fue mártir por su fe católica el 6-VIII-1875. Su proceso de beatificación se abrió el 20-XII-1939.
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En éste Ier Congreso Internacional Garciano se ha preguntado: ¿Cómo nos han querido engañar con dicha leyenda negra?, un engaño que contradice vivamente el título de “Ilustre Regenerador de la Patria y Mártir de la Civilización Católica”, que las Instituciones de la nación ecuatoriana y padres de la Patria otorgaron al presidente García Moreno, reconociéndole ser “el primero de sus hijos, muerto por ella y por la Religión el 6 de agosto de 1875”. ¿Será el engaño porque García Moreno lideró a la vez el patriotismo, la educación y la modernidad, vinculando todo ello al reinado social de Jesucristo? ¿No fue dicho progreso un fruto de dicho reinado social?
Muchos han sido los asistentes al Congreso on line gracias a los centenares de inscripciones, muchas de ellas del Ecuador, pero también de otros países hispanoamericanos, de Italia y España…. Tema, ponentes y participantes han sido internacionales. Las lenguas utilizadas han sido el español, portugués, italiano e inglés. Los congresistas han recibido la felicitación, apoyo y bendición del arzobispo Mons. Héctor Aguer -La Plata-, y del obispo Mons. Atanasio Schneider.
Participaron sacerdotes, doctores y profesores como el P. Paul Kimbell (USA), José Luis Orella (España), el P. Leonardo López , el P. Jorge López Teulón como bloguero en “Religión en libertad”, Héctor Yépez Flores, Héctor Yépez M., Luis Roldán, Isabel Salazar, Rino Cammilleri (Italia), David López (México), cuya intervención desarrolló la importancia de García Moreno para los cristeros a través del beato Anacleto González Flores. Le sigue Marcel Barbosa (Brasil), y Alberto Bárcenas Pérez (España), quien desarrolló “Crónicas de una conspiración. El papel de la masonería en la muerte de García Moreno”.
El Pte. del Instituto Nacional Garciano, Carlos Guerrero, expresó los dos objetivos mencionados, y se refirió la citada caricatura presentada por los enemigos del presidente García Moreno.
Doce conferencias, más otras intervenciones de los jóvenes del Instituto, que se mostraron muy bien preparados, permitieron a los participantes intervenir por escrito a través de la pantalla. Sus comentarios y preguntas fueron reflejadas por el presentador.
No se ha tratado de oponer una leyenda rosa a la leyenda negra tan extendida, sino de ser justo con el personaje y su obra, y sobre todo destacar su profunda vida cristiana, que expresa un máximo y continuado esfuerzo hasta culminar con la entrega de su vida. No cabe duda que, observando de cerca al personaje y sus circunstancias, la ejemplaridad de García Moreno es del todo admirable, y deseamos que la Congregación para las Causas de los Santos concluya la suya con su elevación a los altares.
Rogamos a los conferenciantes y a los organizadores del Congreso que, si observan algún error o improcedencia en este escrito, nos los hagan saber, pues somos conscientes de la responsabilidad que adquirimos al escribir una crónica sobre el Congreso. En la redacción hemos intentado evitar la inevitable repetición de ciertos datos que son el soporte de cada exposición, y hemos tomado el núcleo central de cada una de ellas, reordenando a veces sus afirmaciones. Afortunadamente, todo el Congreso estará grabado.
A los organizadores les ofrecemos ampliar la difusión de los contenidos del Congreso realizado, y ahorrar al lector un tiempo del que quizás no disponga, pues la lectura es más rápida que atender un audiovisual.
Por otra parte, este trabajo expresa mi agradecimiento a los organizadores y, sobre todo, mi admiración por éste séptimo presidente del Ecuador.
Durante los años de juventud, nuestros formadores nos acercaron a la persona de García Moreno, quien demuestra cómo la Religión católica y el progreso humano y material son perfectamente compatibles, que aquella es necesaria para éste y que éste no existe sin aquella, y que además la Fe y la moral católicas impulsan y salvaguardan la mejora de las condiciones de vida, de la cultura y del saber, hasta “dominar la tierra”, con una fuerza extraordinaria en aras del bien común.
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El P. Paul Kimbell, estadounidense que trabaja en Sudáfrica, ofreció una introducción a la vida del presidente García Moreno (1821-1875), sabiendo que “mejor que escribir la historia es hacerla”. La principal biografía que siguió sobre el autor es la del P. Agustín Berthe, redentorista francés, titulada García Moreno Presidente de la República del Ecuador, vengador y mártir del derecho cristiano (1887), traducida al español por Francisco Navarro Villoslada (1892).
Sus palabras, proyectadas en inglés en pantalla, destacaron el significado religioso de García Moreno, cómo éste reconoció la vinculación de la Nación ecuatoriana con la Iglesia, el florecimiento del pequeño y joven país, cómo la masonería le mostró siempre como un tirano, y cómo fue un verdadero mártir del reinado social de Jesucristo. Fue asesinado cuando iba a tomar posesión de su tercer mandato (no interino) presidencial.
El 6-VIII-1875 era primer viernes de mes. Fue junto al palacio de Carondelet en la plaza de la Independencia, donde Faustino Lemus Rayo -el cabecilla- cometió el atentado agrediendo en la cabeza con un brutal machetazo, inmediatamente ayudado por bastantes conjurados (como Polanco –el jefe-, Cornejo, Andrade, Campuzano, Sánchez , Ceballos, Maldonado…), que acosaron a la víctima con puñaladas y tiros. El presidente cayó herido en la plaza desierta. (El sol lucía, mientras la patria ecuatoriana se cubría de luto). En el suelo, y por confesión de los mismos asesinos, el mártir murmuraba con voz débil: “¡Dios no muere!”. Trasladado a la catedral que estaba muy próxima, murió ofreciendo su vida por la religión, la moral, el orden, la paz y el progreso, y perdonando a sus asesinos. (García Moreno había sufrido otros atentados fallidos. Esta vez recibió catorce puñaladas y seis balazos).
A continuación, el P. Paul Kimbell señaló diez razones por las que se debiera canonizar a García Moreno. Casi dos años después, también será asesinado el arzobispo Mons. José Ignacio Checa y Barba el 30-III-1877, que consagró Ecuador al Corazón de Jesús junto con García Moreno. Los corazones del presidente y del arzobispo de Quito, reposan muy cerca uno del otro en la catedral.
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El dr. José Luis Orella Martínez (España), profesor del CEU universitario, desarrolló el marco histórico del presidente Gabriel García Moreno, como gobernante católico que murió mártir. Para él, es a modo del Tomás Moro americano. Fue un político bisagra, situado entre el fin de una época y el inicio de otra. Es el político de mayor peso en la historia del Ecuador, el que tiene más relieve internacional, el ecuatoriano más universal, y un modelo para América.
Los hechos anteriores a la vida pública de García Moreno, trenzan una emancipación respecto a España que adquirió un carácter de guerra civil –la familia de García Moreno era realista-, y el nacimiento de las nuevas Repúblicas, endeudadas, jóvenes y en lucha por sus fronteras. También apareció un Liberalismo con una gran fuerza transformadora pero vinculado a la desamortización y el anticlericalismo, y opuesto a la religión católica, la moral, y las clases bajas de la sociedad. García Moreno recibió como herencia una sociedad dividida, degradada y con una urgente necesidad de reconstrucción.
Como preparación del líder, García Moreno bebió de fuentes católicas: ahí el magisterio pontificio, la antigua Europa del insigne publicista católico Luis Veuillot, donde había un ambiente francófilo promovido por el Imperio de Napoleón III, y el desarrollo de la cuestión social católica (von Ketteler). Sus dos viajes a Europa fueron decisivos, realizándolos en 1850 y 1855.
Nuestro protagonista no se rindió ante el Liberalismo en ascenso, sino que lo combatió tomando del presente y aprendiendo del pasado. Ha sido la persona más molesta y vilipendiada por escapar a la homogeneidad de los dirigentes católicos conservadores, y porque no se le puede descalificar como al común de la época. Si los conservadores respondían a un mundo que fenecía ante la sociedad liberal, él no es un antiliberal más, sino sobre todo un gobernante católico, un pionero, y un creador.
Como tal creador, García Moreno, hijo de su tiempo, construyó un Ecuador moderno, católico y moral, tradicional y desarrollado. Por no ser un teórico y por tener capacidad de gobierno, pudo llevar a cabo sus proyectos.
La situación que heredó del Ecuador fue calamitosa por la división política, la guerra civil, la pobreza y la falta de progreso material. Lo primero que tuvo que hacer es reunificar el territorio (batalla de Guayaquil, 1859) y, después, pacificarlo, reconstruir y modernizar la sociedad.
Por ejemplo, legisló el sufragio universal masculino, apostó por la educación católica que generaliza y hace gratuita, llamó a los jesuitas alemanes, e integró las Órdenes religiosas en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. En educación apostó por lo humanístico, pero también por la ciencia y el avance tecnológico. En esto, es un pionero y moderno. ¿Por qué no iba a serlo? La cuestión es que sobre todo destacó él en el Ecuador de la época y hasta en toda la América hispana.
Este presidente católico enseñó la dimensión social y humanitaria del hombre, buscó la utilidad pero sin caer en el practicismo, vinculó la productividad a la cuestión social, y fue mártir siendo y por ser jefe de Estado. Él aceptó libre y valientemente la muerte –el asesinato-, manteniendo el camino iniciado aunque sabía que por ello le iban a matar. En realidad, las falsedades de la leyenda negra proceden de quienes quieren destruir la sociedad, como los -ismos (liberalismo, socialismo y comunismo) y la masonería.
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La ponencia del P. Leonardo López siguió la obra escrita del P. Heredia. Analizó los preparativos y después los esplendores de la consagración de Ecuador al Sgdo. Corazón de Jesús, realizada por García Moreno y por el arzobispo de Quito Mons. Checa y Barba.
La consagración al culto público se preparó partiendo del antiquísimo culto privado al Sgdo. Corazón preexistente en Ecuador. El P. López se explayó sobre dicho culto privado. Ésta devoción se inició en España y desde ahí se trasladó a Ecuador. En 1589, el español P. Diego Álvarez S.I., siguiendo a San Bernardo de Claraval y otros autores, propuso en Quito unos ejercicios espirituales con esta devoción, 60 años antes que las revelaciones a Sta. Margarita María de Alacoque. Al P. Diego le siguió, en Ecuador, Juan Díez Camacho de Sierra. Las apariciones que tuvo Sor Magdalena de la Cruz en España son del año 1630. El ponente enumeró otras personas que prepararon al Ecuador para la consagración, añadiendo, al culto privado, el desagravio, la fuerte vinculación de esta devoción con la Cruz, y el considerar a la Santísima Virgen como la portera del corazón divino. Respecto al culto público del corazón de Jesús y de María, los jesuitas lo difundieron en Quito y Riobamba en 1722.
El esplendor de la consagración pública del Ecuador al Sgdo. Corazón de Jesús, partió de los incansables trabajos realizados por los Jesuitas –admitidos en 1850 y definitivamente en 1862 tras sus expulsiones- y los PP. mercedarios. Ahí está, por ejemplo, el infatigable P. Manuel José Proaño, director del apostolado de la Oración. Este último convenció a García Moreno para realizar la consagración, al mostrarle que el pueblo ecuatoriano buscaba reparar el corazón de Cristo por las ofensas de los hombres. Según el conferenciante, ésta devoción no es de viejitas, sino de personas que saben que Ntro. Sr. Jesucristo salva a través de la fiel devoción a su Corazón divino.
En 1870, la persecución religiosa arreciaba muchos países del mundo. (Lo que hoy echaría hacia atrás, entonces, a los hombres de Fe les impulsaba ir hacia adelante). En vivo contraste con un mundo convulso, durante seis años en Ecuador reinó la paz y el progreso de la sociedad, tras y por declararse a Ntro. Sr. Jesucristo como patrón y Rey espiritual. La consagración fue en 1873. Se hizo con un doble decreto, el canónico y el legislativo o civil. Ésta consagración hizo que la Fe católica se conservase pura por gracia divina. Ello costó el asesinato del presidente García Moreno en 1875 y de Mons. Checa y Barba junto al altar el día de Viernes Santo de 1877. Según el ponente, si los ecuatorianos se consagraron para reparar y desagraviar al Sgdo. Corazón, quizás no sufran más que otros pueblos, pero sí lo harán con un pleno sentido y una felicidad profunda.
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El sacerdote don Jorge López Teulón, bloguero de “Religión en libertad”, mostró qué hacer en el bicentenario del nacimiento de “García Moreno, el presidente mártir”. ¿Cómo fue el martirio, por qué fue mártir y cómo reactivar la causa? Muerte, asesinato y martirio van de la mano en él. No es tan importante quién le mata, sino por qué éste mata y si la víctima perdona a sus enemigos. Lo primero que se debe hacer es conservar la memoria del tres veces presidente, hasta que le dieron muerte como mártir en 1875. Asesinado por los masones, no murió inmediatamente sino al rato –entre quince minutos y hora y media- dentro de la catedral, perdonando a sus enemigos. Enseguida llegaron las dificultades para la beatificación. San Pio X dijo al episcopado ecuatoriano que era preciso que introdujesen la Causa, pues nunca encontrarían un Papa y unos cardenales tan deseosos de elevar a García Moreno a los altares. ¿Qué se le respondió? Que desgraciadamente las circunstancias eran tan difíciles que hacían imprudente abrir la Causa.
Nuestra pregunta es: ¿y siguen hoy, aunque hayan transcurrido doscientos años del nacimiento del que fue mártir, y aunque se necesiten modelos de gobernante católico a seguir?
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Tras la conferencia, Mons. Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina) mostró su adhesión al Congreso, se dijo admirador de García Moreno, y envió la bendición a los congresistas.
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Las quinta conferencia la impartió Héctor Yépez Flores. En ella desarrolló la labor de García Moreno ante el designio de la divina providencia de que Ecuador se consagrara al Sgdo. Corazón de Jesús. El título de la ponencia fue: “García Moreno, hombre de Estado y de Fe. ¿Incompatible o indivisible?”. Lo cierto es que si Luis XIV de la Casa de Borbón en Francia, no quiso realizar la Consagración pedida por Santa Margarita María de Alacoque en 1689, García Moreno la realizó casi doscientos años después, en 1873.
A la pregunta de si es incompatible ser hombre de Estado y de Fe a la vez, el ponente remarcó que no lo es, pues no se debe abandonar al mundo para servir a Dios, en razón de las divinas palabras: “No te pido que los saques de mundo, sino que los preserves del Maligno” (Jn, 17,15). Es voluntad de Dios que el hombre de fe se involucre en los asuntos de Estado y desde ahí sea sal de la tierra. El hombre de fe, como García Moreno, reflejó el carácter de Jesús, fue un católico paulino en su austeridad y fortaleza, fue un ejemplo para el pueblo y clero por su seriedad, probidad, caballerosidad, santa intransigencia y sentido de la justicia.
A la otra pregunta de si el hombre de Estado debe separarse al hombre de Fe, si el hombre está dividido, la respuesta es negativa. La separación produce tibieza, acedia (a fuerza de querer ser bueno, en este caso la acedia implicaría volverse “bueno” con todos y para ello tomar los criterios del mundo), e inconsistencia como persona. Produce una ruptura interior. Así, el ponente contrastó las virtudes de García Moreno con la actual forma de muchos de ser cristianos, que cada vez tiene menos de cristiana. En efecto, mientras hoy la persona está dividida y anulada, García Moreno tenía carácter, capacidad e inteligencia, sabía que el ser es anterior al hacer, era perspicaz al conocer bien todos los negocios, gozaba de fortaleza y ánimo, quería de veras ser testigo de Jesús, conociendo en todo caso sus propios límites, al saber que, sin la Gracia de Dios, no podemos cumplir Su voluntad. Dios bendijo a Ecuador y ésta bendición fue el camino para su progreso social y material. Si Ecuador fue fiel, y más lo fue Dios, que lo bendijo, lo mantuvo y le hizo prosperar.
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Héctor Yépez M. desgranó qué obras temporales acompañaron la ya explicada impronta religiosa del biografiado, complementando así la charla anterior. Se refirió a la política interior en obras sociales, educativas, materiales y constitucionales, y a su política exterior.
Ahí está su labor educativa (escuelas a todos los niveles, Escuela Normal para indígenas, Escuela Politécnica Nacional, conservatorio, Academia de Bellas Artes…), la labor sanitaria con la fundación de la escuela de obstetricia o primera maternidad pública, las complicadas obras públicas de comunicaciones, ya por carreta con Quito como centro ya por ferrocarril (el de Yaguachi y otros). Como político, García Moreno gobernó con mano dura, a tono con lo acostumbrado en la época, observándose la aparente contradicción -recogida por el socialista Enrique Ayala Mora- de que, mientras persiguió a escritores anticatólicos, sin embargo abrió Ecuador a la educación. Es el padre del sufragio universal en la Constitución de 1861, siendo la primera vez que no se exigía un patrimonio para votar. A la Constitución de 1869 (en feroz contraste con la Constitución liberal radical o librecultista española) los liberales le llamaron la “Carta negra”, porque para ejercer plenamente la ciudadanía exigía ser católico, lo cual por otra parte estaba de acuerdo con el hecho que el 95% de los ecuatorianos lo eran. (Para gobernar a estos en católico –en las materias que lo exigían-, no podía violentarse la conciencia del administrador público que no lo fuese, y desde luego debía asegurarse la lealtad en el comportamiento de éste último). El ponente identificó brevemente la política exterior, en la que García Moreno frenó los intentos de anexión por Colombia y Perú cuando pretendieron repartirse el pequeño país ecuatoriano. También destacó la protección que otorgó al cuerpo diplomático.
Si García Moreno fue importante al promover la exportación de productos agrarios, la educación y la ciencia, destacó aún más por la reconstrucción moral y los valores claramente cristianos, por ejemplo con el regreso de los padre Jesuitas.
Es una gran pena que hoy muchos ecuatorianos no sean conscientes de la figura y obra de García Moreno, debido sin duda a las deficiencias de la educación controlada por el Estado.
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El profesor universitario don Luis Roldán destacó la figura de García Moreno, que si se vierte en la fragua ésta puede constituir la Hispanidad. Explicó su estrecho contacto con el insigne francés Luis Veuillot, y cómo otros le dieron a conocer al mundo, tales como Augusto Berthe (1887) -cuya obra en francés fue traducida al español por Navarro Villoslada (1892)-, Juan León Mera, José Legohuir Raud (1921), Romero Menéndez (1921), y el argentino Manuel Gálvez (1942).
A estos, nosotros añadimos a Wilfrido Loor (1954 y 1955), Severo Gomezjurado (1954-1981) que redacta la mejor obra en 13 tomos, Alejandro Rey Stolle (Adro Xavier) (1991), y Salazar Alvarado (2005) entre otros. Las publicaciones de Carrión (1959) y Enrique Ayala Mora (2017)… son más que dudosas.
Continuando con el ponente, ningún gobernante, entre los buenos, tuvo la visión de García Moreno, y ninguno como él encarnó el reinado social de Jesucristo. Esto convirtió a García Moreno en una bandera en el ámbito internacional. Demostró con los hechos que el desarrollo material exige la moral y la religión en un plazo medio, y restauró una república católica con personalidad propia, totalmente ajena al Liberalismo y la masonería.
Por eso precisamente, este Ier Congreso debe ser el punto de arranque de una gran convocatoria para la defensa íntegra de la Fe católica, para trabajar en política con voluntad decidida y firme, y luego atender a la prudencia sabiendo que Dios proveerá. Dicho de otra manera: es preciso optar por la Patria y el catolicismo integrales, en lo privado y lo público.
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Isabel María Salazar Ecuador, miembro de la familia Salazar cuyos predecesores trabajaron junto a García Moreno, narró cómo su abuelo encontró los restos mortales del presidente asesinado. Agradeció a la juventud ecuatoriana la organización del Congreso, y les animó a cultivar la historia del pueblo ecuatoriano, porque quien se olvida de la memoria histórica a la larga se olvidará de Dios, toda vez que en la historia se advierte y vive la presencia de Dios providente. En sus tiempos y en los nuestros, Dios utiliza tiempos difíciles para traer algo grande.
En la primera parte de su charla, la ponente narró el hallazgo de los restos en 1975, siguiendo el libro de Francisco Salazar Alvarado, Encuentro con la historia: García Moreno, líder católico de Latinoamérica (2005). (Sobre este libro, quien este escribe hizo una recensión en la revista “Verbo”, nº 449-450, XI-XII-2006, p. 833-841). La segunda parte de la charla trató sobre la actualidad, cuando algunos han sacado maliciosamente a García Moreno de la historia para que se le olvide. Ello es así aunque para ciertos historiadores opuestos a García Moreno, la ecuatorianidad comienza con él. Así, por justicia hacia el presente y la persona de García Moreno, por lo que éste significa y por su obra, se tiene que dar a conocer su figura.
En efecto, en sus dos extensos mandatos, la relación Iglesia-Estado fue fecunda, mostró que con los principios del Evangelio son necesarios para el desarrollo de los pueblos y que, sin ellos, las naciones se pierden. Ahí está la corrupción, la inseguridad, falta de recursos y deudas del Ecuador de hoy. Él reconocía: “De no ser porque levanté lo ojos al cielo, hubiera caído en la desesperación”. Su mensaje presidencial no fueron meras ideas, ni sobre quién tiene o no la razón, sino hechos patentes en favor del bien común y no sólo del orden público), y la unidad y reconciliación entre los ecuatorianos.
Los ejes de su política fueron: 1º Dios, la religión y la moral católica como fundamento del hombre y las sociedades. 2º Del progreso moral se llega al progreso material. (Esto nos recuerda el título de una pastoral de San Ezequiel Moreno y Díaz, obispo de Pasto en Colombia: “Por la religión y, como consecuencia, por la patria”, 1904). 3º Transparencia y honradez en el manejo de las finanzas públicas 4º La magnitud del proyecto Garciano resultó socialmente amplísima, pues se preocupó de todas las áreas: la niñez, juventud y mujer, los artesanos, obreros y oficios, los indígenas, la administración pública y de justicia… 5º Un sistema nacional de educación acorde con el lema de escuela católica para la juventud católica. En Ecuador la educación ha sido laica durante un siglo, contrariando los derechos de las familias católicas y vulnerando los principios católicos, lo que exige recuperar la libertad de enseñanza para la niñez y juventud católica. 6º La humildad de los gobernantes. Don Gabriel tenía un temperamento apasionado y vehemente, algo necesario para llevar a cabo tantísimas obras como las que realizó. Al final de su vida, nuestro hombre fué modelado y se dejó esculpir (sin duda por la mano divina). En él se aplica el deseo del Papa Francisco I: “Humildad y amor al pueblo deben ser las características esenciales de quienes gobiernan”. En estos seis ejes se puede analizar la vida, obras y mensaje de García Moreno.
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El dr. Rino Cammilleri desarrolló, en italiano, la importancia de García Moreno para la apologética contemporánea. La falta de traducción simultánea y nuestro parcial desconocimiento del idioma de Petrarca, hace que renunciemos al riesgo que conlleva hacer el resumen de su ponencia.
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Después de un vídeo brevísimo con el testimonio del rector del colegio de jesuitas, mostrando un busto de García Moreno en esa época –es conocida la amistad de García Moreno con el P. Eizaguirre en 1858-, se dio lectura a una hermosa carta de Gil de la Pisa Antolín (Barcelona), escrita una vez que renunció a dictar una conferencia basada en su tesis doctoral sobre García Moreno.
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Fue estupenda la conferencia del joven David López, director del “Proyecto Gladium”, desde México. Explicó la importancia de García Moreno para los cristeros a través del beato Anacleto González Flores. Existen grandes similitudes entre ambos colosos. Ante problemas prácticos similares, González Flores se inspiró en García Moreno, trabajó como él en lo social y político, fundó los semanarios “Palabra” y “Gladium” y seis círculos de estudios, basó su espiritualidad en Cristo Rey (Pío XI, encíclica “Quas Primas”), y echó abajo los decretos de 1913 y 1927 por anticatólicos, mediante la vía legal e institucional. El ponente insistió en esto último. Al igual que García Moreno, para combatir la Revolución en México con éxito no era necesario el derramamiento de sangre, sino que se podía utilizar la vía legal, esto es, las instituciones políticas. González Flores sabía que no se puede gobernar sin Dios, que las Constituciones políticas deben estar impregnadas del espíritu del Evangelio, y que es urgente contrarrestar el laicismo. Cuando fue martirizado y luego fusilado (+ 1927), dijo -sin duda recordando a García Moreno-: “¡Por segunda vez escuchen las Américas este grito: yo muero, pero Dios no muere, ¡viva Cristo Rey!”. El legado de don Anacleto sigue vivo, pues el día de su solemne beatificación el lugar se lleno de mexicanos.
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El dr. Marcel Barboza, profesor de filosofía en Brasil, se dirigió en portugués. Mostró la creciente admiración que existe hacia García Moreno en el enorme Brasil, y expuso cómo vivió el presidente por el que se organiza el Congreso. Su adscripción al partido conservador no significa que fuese liberal conservador, pues iba mucho más allá que los liberales moderados o falsos católicos, al trabajar por mantener y reconstruir la civilización católica en Ecuador.
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En la última ponencia, el dr. Alberto Bárcenas Pérez (España, universidad CEU) desarrolló durante más de una hora: “Crónicas de una conspiración. El papel de la masonería en la muerte de García Moreno”. Según el historiador, García Moreno buscó con ansia y logró el progreso del Ecuador. Hizo reformas de todo tipo y mejoró muchísimo la vida de los ecuatorianos. Por eso, la masonería fue contra su vida y su obra. Primero se analizó el asesinato del presidente, conspiración que él conocía y muerte que previamente aceptó, perdonando a sus asesinos antes de morir.
Después de relatar las reacciones del mundo católico -Menéndez Pelayo, Pío IX, León XIII… en 1975 Mons. Muñoz Vega-, el ponente situó el asesinato desde la teología de la historia, de la mano del mismo García Moreno, que mostró una gran lucidez y clarividencia de por qué le mataban. Primero, el presidente reconocía que “Ésta es la gran cuestión: la lucha entre Dios y Belial”, de modo que “No temo a los hombres porque más alto está Dios”. Después asumió dichosa y ejemplarmente su muerte a modo de crónica de una muerte anunciada. Finalmente, como sabía por qué le mataban, exclamó estando agonizante: “¡Dios no muere!”.
Quizás sea para justificar el horrible asesinato o magnicidio, la víctima ha sido denostada, deformada y despreciada. Por eso necesita una justa reivindicación, máxime porque su obra no es irrelevante, afecta a la historia de la Iglesia y del Ecuador, y de ella se pueden obtener fecundas enseñanzas. Ahí estaban las logias de Colombia y Perú (en Ecuador no había) con órdenes de las logias de Alemania. Como la identidad de los países americanos es el catolicismo, la masonería fue y va contra el catolicismo, pues a medida que éste disminuye todo lo demás es más fácil. La masonería busca las almas, y es capaz de renunciar a todo (economía, política exterior...) con tal de controlar la educación, modelarla desde el Estado y en un sentido laicista. Por su parte, García Moreno se dedicó de lleno a la educación de los niños y jóvenes con un gran éxito, haciéndolo al servicio de las familias y la Iglesia en quienes estas confiaban, ya salvaguardando sus derechos ya ofreciéndoles medios.
Un laico o seglar, que creemos merece estar en los altares, se adelantó nada menos que a León XIII cuando, éste, al inicio de su encíclica Humanum genus (1884) donde condena la masonería, dijo que la gran cuestión era, recordando a San Agustín, la lucha entre “el reino de Dios en la tierra, es decir, la Iglesia verdadera de Jesucristo” y el “reino de Satanás”. También se adelantó a muchos cuando el mismo laico observó la necesidad de una educación práctica, la educación cristiana de la juventud, sabiendo que sin ella se llega finalmente a la barbarie. Por último, se adelantó también al advertir la destrucción de los pueblos que abandonan el espíritu cristiano y la doctrina de la Iglesia.
Al final, acabada la ponencia, la participación de los asistentes fue mayor que después de otras charlas. De ahí que el ponente hizo algunas consideraciones sobre el mundo actual, que recogemos bajo nuestra exclusiva responsabilidad. A pesar de los muchos circunloquios que se suelen dar en estos temas, se imponen las conclusiones sintéticas siguientes.
Para el ponente, la actitud del demócrata actual es de escepticismo, mientras que la actitud católica cree en la Verdad. Este escepticismo establece que todo vale, que el yo establece el bien y el mal, lo que origina una forma de relativismo. Así se genera la llamada dictadura del relativismo, que a su vez provoca una total inversión del orden natural. Aparece una nueva esclavitud, al considerar –por ejemplo- que el hijo en el vientre materno es esclavo de su madre. Es la barbarie. Incluso la ley natural se ha convertido en una peculiaridad católica, porque es un hecho sociológico que muchos no creen en ella.
Otra cuestión: no hay negociación o concesión posible con el enemigo malo. Es preciso hablar con toda contundencia, diciendo la verdad aunque suene duro, pues existen políticas que provocan la destrucción de los pueblos y esto es pero que muy serio.
En tercer lugar, hay jóvenes que se acercan a la masonería –ella es la que “elige”- porque les prometen contactos personales a modo de agencia encubierta de colocación. Además, les prometen un conocimiento tan elevado que el candidato cree que será superior a los demás. Este orgullo le hará pensar que lo único digno de adoración es el hombre. Esto es servir a Lucifer sin saberlo. En realidad, a medida que más te encumbra la masonería, es más difícil salirse de la secta. La posición de quien se adentra en ésta, se resumiría así: “no necesito Redentor”. No pocos conversos cuentan todo esto.
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Don Carlos Guerrero, presidente del ING, subrayó que fue García Moreno -y no Eloy Alfaro como algunos piensan- quien fijó los símbolos patrios de los ecuatorianos: a bandera tricolor, el Día Nacional, el himno nacional con la letra que el doctor García Moreno escuchó el 10-VIII-1870, el sello postal (correos) del país, la moneda única, y tantos otros símbolos y representaciones, además de obras mil. Firmó el Concordato con la Santa Sede el 26-IX-1863, que expresa cómo la Iglesia católica, a la que pertenecía el 95% de los ecuatorianos, fue la piedra angular del proyecto Garciano. Exigió a Pío IX la reforma del clero, atrajo instituciones religiosas a las que encargó la educación y la sanidad, y fue el único presidente del mundo que protestó por la invasión de los Estados Pontificios, lo que el Papa reconoció agradecido.
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Don Julio Matías pronunció las palabras finales de agradecimiento a los muchos colaboradores en la compleja organización del Congreso, a los conferenciantes, a los centenares de inscritos en él, a los participantes en redes sociales, a Mons. Héctor Aguer y Mons. Atanasio Schneider por su apoyo y bendición, y a los gobernantes de Ecuador, a quienes se apoyará para todo lo bueno y verdadero. Al refundar el Instituto Nacional Garciano les han dicho: “Vds. no están equivocados, están en el camino recto”. Por eso tienen gozo en el presente y esperanza en el futuro.
Al comienzo del Congreso se planteó esta pregunta: ¿Cómo nos han querido engañar sobre el presidente García Moreno? ¿Cómo se ha llegado a esto? Pues bien, lo expuesto en el Congreso responde perfectamente a estas preguntas e inquietudes.
Para terminar, del amplio legado de García Moreno conviene resaltar en primer lugar: “sólo bajo la Cruz, Ecuador será Ecuador, y los ecuatoriano verdaderamente ecuatorianos”, y sólo bajo la Cruz es posible el progreso y desarrollo armónico de los pueblos.
Nuestra enhorabuena al Ier Congreso Internacional Garciano.
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Nuestra aportación personal en el post Congreso.
En primer lugar, se sabe que, puestos a juzgar a los jefes de Estado, los conoceremos por sus obras y frutos, tanto en el Ecuador de 1875 como en la España de 1975. A pesar de la distancia de 100 años, es muy intenso el parecido entre los jefes de Estado de ambos países en su respectivo momento, incluido el amor que tuvieron de gran parte del pueblo, y el odio de algunos en vida y sobre todo la tergiversación y cobardía de estos post mortem.
Si los hombres fallan, “Dios no muere”, repetía el moribundo García Moreno al ser asesinado sin duda por la masonería. Y el eco repitió durante décadas el “Dios no muere” garciano, exclamación que se convirtió en grito durante la guerra cristera de México, y que alentó a los que sufrieron la sistemática persecución contra la Iglesia católica en la España de 1936-1939 o bien combatieron en legítima defensa en los distintos frentes de guerra. El “Dios no muere”, ha tenido el éxito de los santos para quedarse en la conciencia de quienes hoy anhelan dar una respuesta verdadera a nuestro trágicos días. Para recordarlo, admirar y renovar el bien, sirve el estudio de la historia.
Nos interesa destacar lo que dijo el mexicano David López, y es que para combatir la Revolución con éxito, no fue necesario el derramamiento de sangre en México, sino que se utilizó a veces con éxito la vía legal, esto es, las instituciones políticas existentes. Otra cuestión es el caso de la legítima defensa in extremis con las condiciones establecidas que la justifiquen.
Si se trata de indicar alguna insuficiencia en el Congreso, quizás fuese interesante analizar la obra garciana después de 1875. Sabemos que la obra de García Moreno no desapareció inmediatamente y que los conservadores se mantendrán en el poder veinte años más, ya por la consistencia política de la obra de García Moreno ya por otros motivos. La revolución liberal triunfará en 1895 con Eloy Alfaro.
En tercer lugar, vamos a aportar a modo de ejemplo y para demostrar la fuerza de los santos en las coordenadas espacio-temporales, la admiración que, en sucesivas ocasiones y de forma mantenida, la revista católica e ilustrada de Pamplona (España), titulada “La Avalancha”, mostró por García Moreno durante los años de su publicación de 1895 a 1950. Este quincenal lo dirigió la Biblioteca Católico-Propagandista de Pamplona, capital del viejo Reino de Navarra. Hasta 1910, la revista se imprimió en los talleres de Joaquín Lorda y su Viuda, y, tras ello, en la imprenta de Jesús García, ambas de Pamplona.
Señalo las fechas, el número, la página y el contenido de la información que he encontrado sobre el presidente ecuatoriano:
24-I-1899, nº 93, p. 9, aplaude al “mártir del derecho católico que se llamó García Moreno”
8-V-1900 nº 124 p. 104, le menciona como “mártir del derecho cristiano”
24-VII-1900 nº 129, p. 166, recoge un artículo breve aunque sea el más extenso de los encontrado.
24-I-1902 nº 165, p. 13, es una extensa Nota laudatoria
24-XII-1904 nº 235, p. 301, cita a García Moreno en el artículo de Hilario Olazarán titulado “Don Adolfo Clavarana”.
25-II-1907 nº 287 p. 47
8-VI-1908 nº 318 p. 122
9-III-1914 nº 453 p. 58, aporta un artículo breve.
8-XI-1915 nº 451 (493) p. 255
8-VIII-1929 nº 825, p. 234-5, menciona el LIV aniversario de la muerte del presidente García Moreno.
“La Avalancha, 24-VII-1900” nº 129
“GARCÍA MORENO. El día 6 del próximo mes se celebrará el XXV aniversario de la muerte del célebre García Moreno, Presidente de la República del Ecuador, asesinado impía y vilmente por la infernal masonería el 6 de Agosto de 1875.
Fue campeón del catolicismo y dechado de Soberanos. Ante la enérgica protesta que hizo contra la usurpación del Poder temporal del Papa, dijo Pío IX conmovido: -¡Ah, si éste fuese un Rey poderoso, el Papa tendría un apoyo en este mundo! – . Y dándole la gracias, le escribía: “Este acto de energía Nos a consolado sobre manera… Por lo cual hemos resuelto en testimonio de nuestra benevolencia… nombraros Caballero de primera clase de la Orden de Pío IX”. Al tener noticia del asesinato, el mismo Pio IX, escribió llorando su epitafio: “Cayó bajo el hierro del asesino, víctima de su fé y de su caridad cristiana para con la Patria”. Y León XIII le aplicó aquellas frases con que se honra á los mártires Tomas de Canterbury y Estanislao de Polonia: “Sucumbió por la Iglesia, bajo el filo de la espada de los impíos”.
Al conmemorarse el aniversario de la muerte del mártir de la política cristiana merece recordarse el fin desastroso que han tenido los que asesinaron a piadoso García Moreno, por el crimen de consagrarse aquel país al Corazón de Jesús.
El cabecilla de los masones, Rayo, fue muerto por la soldadesca; Cornejo y Campuzano, por la justicia; Sánchez en Manini, de un tiro; Ceballos, por una cornisa que se desprendió de un edificio en Paris; Maldonado, por un masón de Lacatunga, que le clavo una bala en la frente, y Polanco, por una bala perdida, en ocasión en que hacían fuego sus soldados á un estandarte de Corazón de Jesús y blasfemaba él como un demonio.
¿Lo veis sectarios de allá y de aquí que ladráis como perros rabiosos contra el Corazón de Jesús y destruís las pacas benditas? Escarmentad en cabeza de otros… Y si no, ateneos á las resultas”.
“La Avalancha, 9-III-1914” nº 453
En honor de García Moreno. En el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Barcelona, a cargo de los PP. Jesuitas, se ha celebrado recientemente un solemne acto literario musical en honor de García Moreno.
El hermoso salón de actos esta artísticamente adornado. En el centro del estrado y sobre fondo rojo se destacaba un busto del grande hombre en honor del cual tenía lugar el acto, encima de una columna en la que se veían la fechas de su nacimiento y muerte (1821-1875). Como correspondía a su patriotismo, servía de dosel a la estatua la bandera de su patria, en la que estaba escrita la frase que resume toda su política:”Libertad para todo y para todos, menos para el mal”. A manera de aureola coronaba su aveza una artística inscripción con sus inmortales palabras: Dios no muere.
Ocuparon la presidencia el R.P. Provincial, acompañado del R.P. Rector y los cónsules del Ecuador, Uruguay, Nicaragua y otras distinguidas personalidades.
A los armoniosos acordes del himno nacional del Ecuador dió principio al acto, que fué una perfecta representación, en pequeños cuadros y escenas, de la epopeya de la vida del mártir de la religión y de la patria. En ellos se presenta al hombre extraordinario, de carácter enérgico y bondadoso, amante de la fe, de la justicia y de su patria, a la que providencialmente salvó del abismo del desorden y la anarquía en que se precipitaba.
Todos los cuadros escénicos y composiciones líricas fueron muy aplaudidos, resultando una fiesta brillante, de altas y provechosas enseñanzas.
Nuestra felicitación a los PP. Jesuitas que de este modo inculcan en el corazón de sus alumnos los principios que son el fundamento del orden religioso y social que en tan alto grado encarnó García Moreno”
“La Avalancha”, 25-II-1907, nº 287
Republicano y católico. No es la forma republicana lo que la Iglesia rechaza, sino el fondo hostil y anticristiano de muchos republicanos.
Alonso Candamo, presidente de la republica del Perú, muerto en 1904, dejó muchos recuerdos de su figura parecidos al gran García Moreno, presidente de la República del Ecuador.
Así, al posesionarse Candamo de la presidencia, pidió jurar solemnemente la constitución ante un crucifijo, y prometió expresamente defender la Religión; y cuando vio acercarse la muerte, recibió de un modo ejemplarísimo los santos sacramento. La irreligión no sirve para la prosperidad de las Repúblicas, sino para el medro ilícito de sus gobernantes y para la destrucción del Estado”.
“La Avalancha”,24-I-1902, nº 165
“La Milicia del periodismo católico. En una de las sangrientas revueltas de la república del Ecuador, que en pocos años ha ido descendiendo hasta convertirse en refugio y guarida de sectarios ávidos de sangre, quienes desde el Gobierno están acabando con la obra y con la patria de García Moreno, ocurrió un caso verdaderamente notable, y fue el de un periodista católico que selló con su sangre las ideas que defendía. Estorbaba á los planes revolucionarios, y Revolución quito el estorbo suprimiendo al que lo representaba sin formación de causa y contra toda justicia.
Ahí tienen los periodistas católicos abogado y patrón, el día que se quieran constituir en gremio, porque según el relato de la prensa americana y europea y por todas las señales del caso, el periodista ecuatoriano fue mártir de la fe de Cristo, y á estas hora estará gozando del premio reservado al vencedor. Para que se vea el cumplimiento de la palabra del Espíritu Santo sobre el poder de Dios, que puede convertir en hijos de Abraham hasta las piedras. Y para que se vea cómo en la general apostasía y rebajamiento de los hombres, hay glorias excepcionales, y una de ellas corresponde de derecho á un ejemplar de la más sufrida de todas las condiciones, la del periodista católico, que lucha por los derechos de Cristo en los pueblos que se llaman católicos, acosado, estrechado y maldecido por los liberales… y por la mayor parte de los que pasan por católicos, también (…)”.
Por último, San Ezequiel Moreno y Díaz (+ 1906), obispo de Pasto (Colombia), tuvo presente en sus Pastorales la persona y ejemplo cristiano de García Moreno. Así como éste expresó el “¡¡Dios no muere!!”, San Ezequiel se caracterizó por declarar que “El Liberalismo es pecado”, esto es, pecado de naturalismo, racionalismo y secularización aplicados a la vida social y política. También repitió incansable el “¡Dios lo quiere!”, refiriéndose al combate por la Fe.
El obispo de Pasto sólo se refirió expresamente a García Moreno en algunas ocasiones. Si no fueron muchas, quizás fuese porque en sus Pastorales recogía con mucha frecuencia el espíritu de García Moreno. Quizás así quería evitar evidencias, o, debido a su cargo episcopal, aparentar seguidismo alguno hacia un laico, o bien evitar adelantarse a solicitar su canonización. A ello se sumaba la circunstancia del conflicto armado que el Ecuador, por entonces liberal, mantenía contra Colombia. Recordemos su Circular del 30-XI-1900 (pág. 252) y la Carta Pastoral del 1-II-1901. En ésta última, exclama:
Pasto es una bella ciudad colombiana próxima a la frontera con Ecuador. Su obispo Mons. Moreno y Díaz tenía que estar vigilante por la propaganda liberal que llegaba de un Ecuador dominado por los revolucionarios liberales, lo que García Moreno predijo que iba a ocurrir. Según dicho obispo, por entonces en el gobierno de Ecuador “dominan y mandan masones liberales y toda clase de enemigos de Nuestro Señor Jesucristo y de su santa Religión” (Carta Pastoral, 12-II-1897). Ecuador hizo la guerra a Colombia. Ésta sufrirá la guerra civil de “los Mil Días” a favor y en contra del Liberalismo, con el triunfo de los no liberales.
En el complicado ambiente de la época, San Ezequiel denunció las falsas conciliaciones, concordias y transigencias prácticas de los católicos con el liberalismo y los liberales. También promovió la consagración de la sociedad al Sgdo. Corazón de Jesús. Sus pastorales, enérgicas por el celo de la fe ante la propaganda liberal, conectan absolutamente con el espíritu, los temas religiosos y el ejemplo de García Moreno. El título de una de estas pastorales viene como anillo al dedo a García Moreno: “Por la Religión y, como consecuencia por la Patria” (1904). Este es el orden de prelación de García Moreno, aunque sin instrumentalizar en absoluto la Patria, todo lo contrario, amándola con el mismo amor que amó a Dios.
En el prólogo a la colección de Cartas Pastorales y otros escritos de San Ezequiel Moreno y Díaz, dice el obispo fray Toribio Minguella y Arnedo sobre García Moreno:
“En Agosto de 1875 fue víctima de alevosa muerte el hombre de más talla política, y quizás también religiosa, que ha producido la América, el gran García Moreno, el que por espacio de catorce años había gobernado el Ecuador, elevando aquella República á inconmensurable altura moral, científica y de verdadero progreso. Hallábase entonces aquel país tan en plena tesis católica y disfrutaba de tanta paz, que los asesinos y los mandatarios, en cuyos planes de revolución entraba sin duda el pánico que había de producir la muerte del Presidente, vieron frustrado todos sus cálculos: la sangre del mártir enardeció la fe y el patriotismo de los ecuatorianos, y no se turbó el orden público”. Después se menciona el asesinato del arzobispo de Quito Checa y Barba. (pág. VI-VII).
Después de revisar el texto y comentarlo con otro historiador, advertí en la conversación que la vida de García Moreno se va intensificando poco a poco hasta el día de su asesinato. Un ejemplo es que él esperaba ser asesinado (lo dice claramente en sus cartas), de modo que cada día que pasaba aumentaba la tensión hasta convertir la vida en una intensa y a modo de escalofriante novedad. Intentar adentrarse en el personaje es sufrir algo con él. Sí, don Gabriel García Moreno fue un gran hombre, un buen cristiano, y seguramente subió al Cielo nada más expirar. Incluso, lo que ocurrió el mismo día del asesinato, adquiere una intensidad increíble: soledad absoluta, preparación ensimismada de su discurso ante la Cámara, oración seria e íntima, varios asesinos en siniestra complicidad, machetazos, disparos a bocajarro, salpicaduras de sangre martirial, y una larga agonía. Él conocía a Rayo, pensaba que era un buen cristiano, y Rayo le mató por la espalda (Adro Xavier). Pero “¡Dios no muere!” y, por eso, tampoco ha muerto García Moreno, que D. m. está entre nosotros.
Esta crónica del Congreso no ha querido ser final y totalmente aséptica, pues ni el Congreso lo fue, ni la vida lo es, ni tiene gran sentido serlo en la gran crisis mundial de 2021, que tiene una clara dimensión histórica. La verdad de los hechos, no es contraria –todo lo contrario y siempre que se advierta- a su iluminación básica desde las potencias del alma y sobre todo desde la Fe católica. Este tema no es como la mayoría en el oficio del historiador.
Bibliografía sucinta y algunas fuentes:
Además de la bibliografía citada en el texto:
ADRO XAVIER (seud. Alejandro Rey Stolle), García Moreno. Siglo XIX. Hispanoamérica Ecuatorial, Barcelona, Ed. Casals, 1991, 520 pp.
GARRALDA ARIZCUN, José Fermín, “Situación religiosa de Colombia en 1900: San Ezequiel Moreno y Díaz: Una vida por el reinado social de Jesucristo” (I), Madrid, Ed. Speiro, Rev. Verbo” nº 321-322 (enero-feb. 1994) pág. 149-205; (y II) ídem. nº 323-324 (marzo-abril 1994), pág. 361-403. Otros autores han tratado la biografía del obispo de Pasto por extenso.
MORENO Y DÍAZ, Ezequiel, Cartas pastorales, circulares y otros escritos, Madrid, Imp. De la Hija de Gómez Fuentenebro, 1908, XVI + 599 pp.
Revista Ilustrada “La Avalancha”, Pamplona, Biblioteca Católico-Propagandista. Es una fuente de hemeroteca para realizar la aportación personal del final.
Sobre García Moreno:
https://nobility.org/2012/08/06/garcia-moreno/
https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Garc%C3%ADa_Moreno
https://www.terraecuador.net/revista_38/38_garcia_moreno.htm
Sobre el beato Anacleto González Flores y sus compañeros:
Sobre San Ezequiel Moreno y Díaz:
Fotografías tomadas de Internet, sin derechos de autor.
Fotografías de “La Avalancha” tomadas por el autor.José Fermín Garralda Arizcun,
dr. en Historia
Pamplona, 2 de octubre de 2021
HEMOS celebrado el Ier Congreso Internacional Garciano on line, para conmemorar el bicentenario del nacimiento de don Gabriel García Moreno en 1821. Fue elegido tres veces presidente del Ecuador en el siglo XIX (1860-65, 1869 Pte. interino, 1869-75, e inicio del tercer mandato 1875-), y fue asesinado por la masonería, sin duda por odio a su Fe, en 1875. Su cadáver fue escondido por temor a profanaciones, hasta que se descubrió en 1975, en el convento del Buen Pastor, Casa de las RR. MM. dominicas.
Antes de realizar el Congreso, se ha refundado el Instituto Nacional Garciano en Ecuador, fundado ya antes por el dr. César Eduardo Pérez Moscoso (Quito, + 1999). Jóvenes ecuatorianos han llevado a cabo esta refundación así como el desarrollo del Congreso.
Nos alegra muchísimo la preparación laical y religiosa de los más jóvenes, la vinculación que han manifestado entre Fe y razón, su afán por las ciencias humanas y el desarrollo técnico, su deseo de un auténtico progreso de los pueblos advirtiendo que éste debe fundarse en la Religión y la moral. También nos alegra su correspondiente denuncia al Liberalismo que ya ha dado de sí todo lo que puede dar, y lo mucho que tienen en común con los tradicionalistas políticos españoles, y con los seglares católicos por la reconquista de la unidad católica en España, única vía para el bien común, su paz interior y progreso.
El Congreso ha sido on line los días 24 (Día de la Merced, patrona de Ecuador), 25 y 26 de septiembre, y ha tenido los mismos objetivos que el Instituto: rescatar, reivindicar y honrar la memoria del presidente García Moreno, y continuar su legado para ponerle como ideal del político, ciudadano y cristiano.
Es lamentable e injusto manipular el pasado del Ecuador y del presidente García Moreno, porque, sobre él y durante todo un siglo, se ha promovido una leyenda negra generada por los sucesores ideológicos de quienes le asesinaron, que además de hacer una burda y mentirosa caricatura de él –verdugo de la libertad, tirano, dictador, ladrón, amigo del poder absoluto, mujeriego…-, le roban su grandeza de haber servido al desarrollo de la patria ecuatoriana hasta la excelencia –nadie como él-, tan unida a la religión católica. Religión y Patria fueron su divisa. Ahí están las diatribas contra él de Pedro Moncayo, el folleto del impío Juan Montalvo, la actuación de los periodistas Proano y Valverde… Los historiadores que le denominan “dictador” adolecen de inconsciencia o frivolidad.
Hoy día, muchos ecuatorianos no son conscientes de la valía de dicho presidente y de su obra, debido a las deficiencias de una educación entregada al laicismo desde hace un siglo. Se ignora y atenta contra su figura, se olvida que refundó y modernizó el Ecuador, y la enorme expansión social sin precedentes: cultural, educativa, sanitaria, económica y de obras públicas. No gobernó para las oligarquías, sino con todos y para todos, y legisló el sufragio universal masculino. Según historiadores opuestos a García Moreno, la ecuatorianidad comienza con él.
Él sabía que era calumniado por ser católico, que los francmasones conspiraban contra él, en sus cartas al Papa anunciaba su muerte violenta, periódicos europeos escribían contra su persona quizás porque en la constitución de 1869 osó proscribir la masonería. Escribió a un amigo suyo en 1873: “Dicen de Alemania que las logias de ese país han ordenado a las de América hacer todo lo posible para cambiar el gobierno del Ecuador. Puede ser que el Gran Maestre X.X. haga algo en esta obra. Pero si Dios nos protege, y nos conserva su misericordia, yo no temo a nadie, aunque no seamos nada y que nuestro poder sea igual a cero, comparado con ese coloso de pies de arcilla” (Alejandro Rey Stolle, 1991).
Fue mártir por su fe católica el 6-VIII-1875. Su proceso de beatificación se abrió el 20-XII-1939.
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En éste Ier Congreso Internacional Garciano se ha preguntado: ¿Cómo nos han querido engañar con dicha leyenda negra?, un engaño que contradice vivamente el título de “Ilustre Regenerador de la Patria y Mártir de la Civilización Católica”, que las Instituciones de la nación ecuatoriana y padres de la Patria otorgaron al presidente García Moreno, reconociéndole ser “el primero de sus hijos, muerto por ella y por la Religión el 6 de agosto de 1875”. ¿Será el engaño porque García Moreno lideró a la vez el patriotismo, la educación y la modernidad, vinculando todo ello al reinado social de Jesucristo? ¿No fue dicho progreso un fruto de dicho reinado social?
Muchos han sido los asistentes al Congreso on line gracias a los centenares de inscripciones, muchas de ellas del Ecuador, pero también de otros países hispanoamericanos, de Italia y España…. Tema, ponentes y participantes han sido internacionales. Las lenguas utilizadas han sido el español, portugués, italiano e inglés. Los congresistas han recibido la felicitación, apoyo y bendición del arzobispo Mons. Héctor Aguer -La Plata-, y del obispo Mons. Atanasio Schneider.
Participaron sacerdotes, doctores y profesores como el P. Paul Kimbell (USA), José Luis Orella (España), el P. Leonardo López , el P. Jorge López Teulón como bloguero en “Religión en libertad”, Héctor Yépez Flores, Héctor Yépez M., Luis Roldán, Isabel Salazar, Rino Cammilleri (Italia), David López (México), cuya intervención desarrolló la importancia de García Moreno para los cristeros a través del beato Anacleto González Flores. Le sigue Marcel Barbosa (Brasil), y Alberto Bárcenas Pérez (España), quien desarrolló “Crónicas de una conspiración. El papel de la masonería en la muerte de García Moreno”.
El Pte. del Instituto Nacional Garciano, Carlos Guerrero, expresó los dos objetivos mencionados, y se refirió la citada caricatura presentada por los enemigos del presidente García Moreno.
Doce conferencias, más otras intervenciones de los jóvenes del Instituto, que se mostraron muy bien preparados, permitieron a los participantes intervenir por escrito a través de la pantalla. Sus comentarios y preguntas fueron reflejadas por el presentador.
No se ha tratado de oponer una leyenda rosa a la leyenda negra tan extendida, sino de ser justo con el personaje y su obra, y sobre todo destacar su profunda vida cristiana, que expresa un máximo y continuado esfuerzo hasta culminar con la entrega de su vida. No cabe duda que, observando de cerca al personaje y sus circunstancias, la ejemplaridad de García Moreno es del todo admirable, y deseamos que la Congregación para las Causas de los Santos concluya la suya con su elevación a los altares.
Rogamos a los conferenciantes y a los organizadores del Congreso que, si observan algún error o improcedencia en este escrito, nos los hagan saber, pues somos conscientes de la responsabilidad que adquirimos al escribir una crónica sobre el Congreso. En la redacción hemos intentado evitar la inevitable repetición de ciertos datos que son el soporte de cada exposición, y hemos tomado el núcleo central de cada una de ellas, reordenando a veces sus afirmaciones. Afortunadamente, todo el Congreso estará grabado.
A los organizadores les ofrecemos ampliar la difusión de los contenidos del Congreso realizado, y ahorrar al lector un tiempo del que quizás no disponga, pues la lectura es más rápida que atender un audiovisual.
Por otra parte, este trabajo expresa mi agradecimiento a los organizadores y, sobre todo, mi admiración por éste séptimo presidente del Ecuador.
Durante los años de juventud, nuestros formadores nos acercaron a la persona de García Moreno, quien demuestra cómo la Religión católica y el progreso humano y material son perfectamente compatibles, que aquella es necesaria para éste y que éste no existe sin aquella, y que además la Fe y la moral católicas impulsan y salvaguardan la mejora de las condiciones de vida, de la cultura y del saber, hasta “dominar la tierra”, con una fuerza extraordinaria en aras del bien común.
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El P. Paul Kimbell, estadounidense que trabaja en Sudáfrica, ofreció una introducción a la vida del presidente García Moreno (1821-1875), sabiendo que “mejor que escribir la historia es hacerla”. La principal biografía que siguió sobre el autor es la del P. Agustín Berthe, redentorista francés, titulada García Moreno Presidente de la República del Ecuador, vengador y mártir del derecho cristiano (1887), traducida al español por Francisco Navarro Villoslada (1892).
Sus palabras, proyectadas en inglés en pantalla, destacaron el significado religioso de García Moreno, cómo éste reconoció la vinculación de la Nación ecuatoriana con la Iglesia, el florecimiento del pequeño y joven país, cómo la masonería le mostró siempre como un tirano, y cómo fue un verdadero mártir del reinado social de Jesucristo. Fue asesinado cuando iba a tomar posesión de su tercer mandato (no interino) presidencial.
El 6-VIII-1875 era primer viernes de mes. Fue junto al palacio de Carondelet en la plaza de la Independencia, donde Faustino Lemus Rayo -el cabecilla- cometió el atentado agrediendo en la cabeza con un brutal machetazo, inmediatamente ayudado por bastantes conjurados (como Polanco –el jefe-, Cornejo, Andrade, Campuzano, Sánchez , Ceballos, Maldonado…), que acosaron a la víctima con puñaladas y tiros. El presidente cayó herido en la plaza desierta. (El sol lucía, mientras la patria ecuatoriana se cubría de luto). En el suelo, y por confesión de los mismos asesinos, el mártir murmuraba con voz débil: “¡Dios no muere!”. Trasladado a la catedral que estaba muy próxima, murió ofreciendo su vida por la religión, la moral, el orden, la paz y el progreso, y perdonando a sus asesinos. (García Moreno había sufrido otros atentados fallidos. Esta vez recibió catorce puñaladas y seis balazos).
A continuación, el P. Paul Kimbell señaló diez razones por las que se debiera canonizar a García Moreno. Casi dos años después, también será asesinado el arzobispo Mons. José Ignacio Checa y Barba el 30-III-1877, que consagró Ecuador al Corazón de Jesús junto con García Moreno. Los corazones del presidente y del arzobispo de Quito, reposan muy cerca uno del otro en la catedral.
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El dr. José Luis Orella Martínez (España), profesor del CEU universitario, desarrolló el marco histórico del presidente Gabriel García Moreno, como gobernante católico que murió mártir. Para él, es a modo del Tomás Moro americano. Fue un político bisagra, situado entre el fin de una época y el inicio de otra. Es el político de mayor peso en la historia del Ecuador, el que tiene más relieve internacional, el ecuatoriano más universal, y un modelo para América.
Los hechos anteriores a la vida pública de García Moreno, trenzan una emancipación respecto a España que adquirió un carácter de guerra civil –la familia de García Moreno era realista-, y el nacimiento de las nuevas Repúblicas, endeudadas, jóvenes y en lucha por sus fronteras. También apareció un Liberalismo con una gran fuerza transformadora pero vinculado a la desamortización y el anticlericalismo, y opuesto a la religión católica, la moral, y las clases bajas de la sociedad. García Moreno recibió como herencia una sociedad dividida, degradada y con una urgente necesidad de reconstrucción.
Como preparación del líder, García Moreno bebió de fuentes católicas: ahí el magisterio pontificio, la antigua Europa del insigne publicista católico Luis Veuillot, donde había un ambiente francófilo promovido por el Imperio de Napoleón III, y el desarrollo de la cuestión social católica (von Ketteler). Sus dos viajes a Europa fueron decisivos, realizándolos en 1850 y 1855.
Nuestro protagonista no se rindió ante el Liberalismo en ascenso, sino que lo combatió tomando del presente y aprendiendo del pasado. Ha sido la persona más molesta y vilipendiada por escapar a la homogeneidad de los dirigentes católicos conservadores, y porque no se le puede descalificar como al común de la época. Si los conservadores respondían a un mundo que fenecía ante la sociedad liberal, él no es un antiliberal más, sino sobre todo un gobernante católico, un pionero, y un creador.
Como tal creador, García Moreno, hijo de su tiempo, construyó un Ecuador moderno, católico y moral, tradicional y desarrollado. Por no ser un teórico y por tener capacidad de gobierno, pudo llevar a cabo sus proyectos.
La situación que heredó del Ecuador fue calamitosa por la división política, la guerra civil, la pobreza y la falta de progreso material. Lo primero que tuvo que hacer es reunificar el territorio (batalla de Guayaquil, 1859) y, después, pacificarlo, reconstruir y modernizar la sociedad.
Por ejemplo, legisló el sufragio universal masculino, apostó por la educación católica que generaliza y hace gratuita, llamó a los jesuitas alemanes, e integró las Órdenes religiosas en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. En educación apostó por lo humanístico, pero también por la ciencia y el avance tecnológico. En esto, es un pionero y moderno. ¿Por qué no iba a serlo? La cuestión es que sobre todo destacó él en el Ecuador de la época y hasta en toda la América hispana.
Este presidente católico enseñó la dimensión social y humanitaria del hombre, buscó la utilidad pero sin caer en el practicismo, vinculó la productividad a la cuestión social, y fue mártir siendo y por ser jefe de Estado. Él aceptó libre y valientemente la muerte –el asesinato-, manteniendo el camino iniciado aunque sabía que por ello le iban a matar. En realidad, las falsedades de la leyenda negra proceden de quienes quieren destruir la sociedad, como los -ismos (liberalismo, socialismo y comunismo) y la masonería.
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La ponencia del P. Leonardo López siguió la obra escrita del P. Heredia. Analizó los preparativos y después los esplendores de la consagración de Ecuador al Sgdo. Corazón de Jesús, realizada por García Moreno y por el arzobispo de Quito Mons. Checa y Barba.
La consagración al culto público se preparó partiendo del antiquísimo culto privado al Sgdo. Corazón preexistente en Ecuador. El P. López se explayó sobre dicho culto privado. Ésta devoción se inició en España y desde ahí se trasladó a Ecuador. En 1589, el español P. Diego Álvarez S.I., siguiendo a San Bernardo de Claraval y otros autores, propuso en Quito unos ejercicios espirituales con esta devoción, 60 años antes que las revelaciones a Sta. Margarita María de Alacoque. Al P. Diego le siguió, en Ecuador, Juan Díez Camacho de Sierra. Las apariciones que tuvo Sor Magdalena de la Cruz en España son del año 1630. El ponente enumeró otras personas que prepararon al Ecuador para la consagración, añadiendo, al culto privado, el desagravio, la fuerte vinculación de esta devoción con la Cruz, y el considerar a la Santísima Virgen como la portera del corazón divino. Respecto al culto público del corazón de Jesús y de María, los jesuitas lo difundieron en Quito y Riobamba en 1722.
El esplendor de la consagración pública del Ecuador al Sgdo. Corazón de Jesús, partió de los incansables trabajos realizados por los Jesuitas –admitidos en 1850 y definitivamente en 1862 tras sus expulsiones- y los PP. mercedarios. Ahí está, por ejemplo, el infatigable P. Manuel José Proaño, director del apostolado de la Oración. Este último convenció a García Moreno para realizar la consagración, al mostrarle que el pueblo ecuatoriano buscaba reparar el corazón de Cristo por las ofensas de los hombres. Según el conferenciante, ésta devoción no es de viejitas, sino de personas que saben que Ntro. Sr. Jesucristo salva a través de la fiel devoción a su Corazón divino.
En 1870, la persecución religiosa arreciaba muchos países del mundo. (Lo que hoy echaría hacia atrás, entonces, a los hombres de Fe les impulsaba ir hacia adelante). En vivo contraste con un mundo convulso, durante seis años en Ecuador reinó la paz y el progreso de la sociedad, tras y por declararse a Ntro. Sr. Jesucristo como patrón y Rey espiritual. La consagración fue en 1873. Se hizo con un doble decreto, el canónico y el legislativo o civil. Ésta consagración hizo que la Fe católica se conservase pura por gracia divina. Ello costó el asesinato del presidente García Moreno en 1875 y de Mons. Checa y Barba junto al altar el día de Viernes Santo de 1877. Según el ponente, si los ecuatorianos se consagraron para reparar y desagraviar al Sgdo. Corazón, quizás no sufran más que otros pueblos, pero sí lo harán con un pleno sentido y una felicidad profunda.
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El sacerdote don Jorge López Teulón, bloguero de “Religión en libertad”, mostró qué hacer en el bicentenario del nacimiento de “García Moreno, el presidente mártir”. ¿Cómo fue el martirio, por qué fue mártir y cómo reactivar la causa? Muerte, asesinato y martirio van de la mano en él. No es tan importante quién le mata, sino por qué éste mata y si la víctima perdona a sus enemigos. Lo primero que se debe hacer es conservar la memoria del tres veces presidente, hasta que le dieron muerte como mártir en 1875. Asesinado por los masones, no murió inmediatamente sino al rato –entre quince minutos y hora y media- dentro de la catedral, perdonando a sus enemigos. Enseguida llegaron las dificultades para la beatificación. San Pio X dijo al episcopado ecuatoriano que era preciso que introdujesen la Causa, pues nunca encontrarían un Papa y unos cardenales tan deseosos de elevar a García Moreno a los altares. ¿Qué se le respondió? Que desgraciadamente las circunstancias eran tan difíciles que hacían imprudente abrir la Causa.
Nuestra pregunta es: ¿y siguen hoy, aunque hayan transcurrido doscientos años del nacimiento del que fue mártir, y aunque se necesiten modelos de gobernante católico a seguir?
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Tras la conferencia, Mons. Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina) mostró su adhesión al Congreso, se dijo admirador de García Moreno, y envió la bendición a los congresistas.
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Las quinta conferencia la impartió Héctor Yépez Flores. En ella desarrolló la labor de García Moreno ante el designio de la divina providencia de que Ecuador se consagrara al Sgdo. Corazón de Jesús. El título de la ponencia fue: “García Moreno, hombre de Estado y de Fe. ¿Incompatible o indivisible?”. Lo cierto es que si Luis XIV de la Casa de Borbón en Francia, no quiso realizar la Consagración pedida por Santa Margarita María de Alacoque en 1689, García Moreno la realizó casi doscientos años después, en 1873.
A la pregunta de si es incompatible ser hombre de Estado y de Fe a la vez, el ponente remarcó que no lo es, pues no se debe abandonar al mundo para servir a Dios, en razón de las divinas palabras: “No te pido que los saques de mundo, sino que los preserves del Maligno” (Jn, 17,15). Es voluntad de Dios que el hombre de fe se involucre en los asuntos de Estado y desde ahí sea sal de la tierra. El hombre de fe, como García Moreno, reflejó el carácter de Jesús, fue un católico paulino en su austeridad y fortaleza, fue un ejemplo para el pueblo y clero por su seriedad, probidad, caballerosidad, santa intransigencia y sentido de la justicia.
A la otra pregunta de si el hombre de Estado debe separarse al hombre de Fe, si el hombre está dividido, la respuesta es negativa. La separación produce tibieza, acedia (a fuerza de querer ser bueno, en este caso la acedia implicaría volverse “bueno” con todos y para ello tomar los criterios del mundo), e inconsistencia como persona. Produce una ruptura interior. Así, el ponente contrastó las virtudes de García Moreno con la actual forma de muchos de ser cristianos, que cada vez tiene menos de cristiana. En efecto, mientras hoy la persona está dividida y anulada, García Moreno tenía carácter, capacidad e inteligencia, sabía que el ser es anterior al hacer, era perspicaz al conocer bien todos los negocios, gozaba de fortaleza y ánimo, quería de veras ser testigo de Jesús, conociendo en todo caso sus propios límites, al saber que, sin la Gracia de Dios, no podemos cumplir Su voluntad. Dios bendijo a Ecuador y ésta bendición fue el camino para su progreso social y material. Si Ecuador fue fiel, y más lo fue Dios, que lo bendijo, lo mantuvo y le hizo prosperar.
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Héctor Yépez M. desgranó qué obras temporales acompañaron la ya explicada impronta religiosa del biografiado, complementando así la charla anterior. Se refirió a la política interior en obras sociales, educativas, materiales y constitucionales, y a su política exterior.
Ahí está su labor educativa (escuelas a todos los niveles, Escuela Normal para indígenas, Escuela Politécnica Nacional, conservatorio, Academia de Bellas Artes…), la labor sanitaria con la fundación de la escuela de obstetricia o primera maternidad pública, las complicadas obras públicas de comunicaciones, ya por carreta con Quito como centro ya por ferrocarril (el de Yaguachi y otros). Como político, García Moreno gobernó con mano dura, a tono con lo acostumbrado en la época, observándose la aparente contradicción -recogida por el socialista Enrique Ayala Mora- de que, mientras persiguió a escritores anticatólicos, sin embargo abrió Ecuador a la educación. Es el padre del sufragio universal en la Constitución de 1861, siendo la primera vez que no se exigía un patrimonio para votar. A la Constitución de 1869 (en feroz contraste con la Constitución liberal radical o librecultista española) los liberales le llamaron la “Carta negra”, porque para ejercer plenamente la ciudadanía exigía ser católico, lo cual por otra parte estaba de acuerdo con el hecho que el 95% de los ecuatorianos lo eran. (Para gobernar a estos en católico –en las materias que lo exigían-, no podía violentarse la conciencia del administrador público que no lo fuese, y desde luego debía asegurarse la lealtad en el comportamiento de éste último). El ponente identificó brevemente la política exterior, en la que García Moreno frenó los intentos de anexión por Colombia y Perú cuando pretendieron repartirse el pequeño país ecuatoriano. También destacó la protección que otorgó al cuerpo diplomático.
Si García Moreno fue importante al promover la exportación de productos agrarios, la educación y la ciencia, destacó aún más por la reconstrucción moral y los valores claramente cristianos, por ejemplo con el regreso de los padre Jesuitas.
Es una gran pena que hoy muchos ecuatorianos no sean conscientes de la figura y obra de García Moreno, debido sin duda a las deficiencias de la educación controlada por el Estado.
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El profesor universitario don Luis Roldán destacó la figura de García Moreno, que si se vierte en la fragua ésta puede constituir la Hispanidad. Explicó su estrecho contacto con el insigne francés Luis Veuillot, y cómo otros le dieron a conocer al mundo, tales como Augusto Berthe (1887) -cuya obra en francés fue traducida al español por Navarro Villoslada (1892)-, Juan León Mera, José Legohuir Raud (1921), Romero Menéndez (1921), y el argentino Manuel Gálvez (1942).
A estos, nosotros añadimos a Wilfrido Loor (1954 y 1955), Severo Gomezjurado (1954-1981) que redacta la mejor obra en 13 tomos, Alejandro Rey Stolle (Adro Xavier) (1991), y Salazar Alvarado (2005) entre otros. Las publicaciones de Carrión (1959) y Enrique Ayala Mora (2017)… son más que dudosas.
Continuando con el ponente, ningún gobernante, entre los buenos, tuvo la visión de García Moreno, y ninguno como él encarnó el reinado social de Jesucristo. Esto convirtió a García Moreno en una bandera en el ámbito internacional. Demostró con los hechos que el desarrollo material exige la moral y la religión en un plazo medio, y restauró una república católica con personalidad propia, totalmente ajena al Liberalismo y la masonería.
Por eso precisamente, este Ier Congreso debe ser el punto de arranque de una gran convocatoria para la defensa íntegra de la Fe católica, para trabajar en política con voluntad decidida y firme, y luego atender a la prudencia sabiendo que Dios proveerá. Dicho de otra manera: es preciso optar por la Patria y el catolicismo integrales, en lo privado y lo público.
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Isabel María Salazar Ecuador, miembro de la familia Salazar cuyos predecesores trabajaron junto a García Moreno, narró cómo su abuelo encontró los restos mortales del presidente asesinado. Agradeció a la juventud ecuatoriana la organización del Congreso, y les animó a cultivar la historia del pueblo ecuatoriano, porque quien se olvida de la memoria histórica a la larga se olvidará de Dios, toda vez que en la historia se advierte y vive la presencia de Dios providente. En sus tiempos y en los nuestros, Dios utiliza tiempos difíciles para traer algo grande.
En la primera parte de su charla, la ponente narró el hallazgo de los restos en 1975, siguiendo el libro de Francisco Salazar Alvarado, Encuentro con la historia: García Moreno, líder católico de Latinoamérica (2005). (Sobre este libro, quien este escribe hizo una recensión en la revista “Verbo”, nº 449-450, XI-XII-2006, p. 833-841). La segunda parte de la charla trató sobre la actualidad, cuando algunos han sacado maliciosamente a García Moreno de la historia para que se le olvide. Ello es así aunque para ciertos historiadores opuestos a García Moreno, la ecuatorianidad comienza con él. Así, por justicia hacia el presente y la persona de García Moreno, por lo que éste significa y por su obra, se tiene que dar a conocer su figura.
En efecto, en sus dos extensos mandatos, la relación Iglesia-Estado fue fecunda, mostró que con los principios del Evangelio son necesarios para el desarrollo de los pueblos y que, sin ellos, las naciones se pierden. Ahí está la corrupción, la inseguridad, falta de recursos y deudas del Ecuador de hoy. Él reconocía: “De no ser porque levanté lo ojos al cielo, hubiera caído en la desesperación”. Su mensaje presidencial no fueron meras ideas, ni sobre quién tiene o no la razón, sino hechos patentes en favor del bien común y no sólo del orden público), y la unidad y reconciliación entre los ecuatorianos.
Los ejes de su política fueron: 1º Dios, la religión y la moral católica como fundamento del hombre y las sociedades. 2º Del progreso moral se llega al progreso material. (Esto nos recuerda el título de una pastoral de San Ezequiel Moreno y Díaz, obispo de Pasto en Colombia: “Por la religión y, como consecuencia, por la patria”, 1904). 3º Transparencia y honradez en el manejo de las finanzas públicas 4º La magnitud del proyecto Garciano resultó socialmente amplísima, pues se preocupó de todas las áreas: la niñez, juventud y mujer, los artesanos, obreros y oficios, los indígenas, la administración pública y de justicia… 5º Un sistema nacional de educación acorde con el lema de escuela católica para la juventud católica. En Ecuador la educación ha sido laica durante un siglo, contrariando los derechos de las familias católicas y vulnerando los principios católicos, lo que exige recuperar la libertad de enseñanza para la niñez y juventud católica. 6º La humildad de los gobernantes. Don Gabriel tenía un temperamento apasionado y vehemente, algo necesario para llevar a cabo tantísimas obras como las que realizó. Al final de su vida, nuestro hombre fué modelado y se dejó esculpir (sin duda por la mano divina). En él se aplica el deseo del Papa Francisco I: “Humildad y amor al pueblo deben ser las características esenciales de quienes gobiernan”. En estos seis ejes se puede analizar la vida, obras y mensaje de García Moreno.
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El dr. Rino Cammilleri desarrolló, en italiano, la importancia de García Moreno para la apologética contemporánea. La falta de traducción simultánea y nuestro parcial desconocimiento del idioma de Petrarca, hace que renunciemos al riesgo que conlleva hacer el resumen de su ponencia.
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Después de un vídeo brevísimo con el testimonio del rector del colegio de jesuitas, mostrando un busto de García Moreno en esa época –es conocida la amistad de García Moreno con el P. Eizaguirre en 1858-, se dio lectura a una hermosa carta de Gil de la Pisa Antolín (Barcelona), escrita una vez que renunció a dictar una conferencia basada en su tesis doctoral sobre García Moreno.
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Fue estupenda la conferencia del joven David López, director del “Proyecto Gladium”, desde México. Explicó la importancia de García Moreno para los cristeros a través del beato Anacleto González Flores. Existen grandes similitudes entre ambos colosos. Ante problemas prácticos similares, González Flores se inspiró en García Moreno, trabajó como él en lo social y político, fundó los semanarios “Palabra” y “Gladium” y seis círculos de estudios, basó su espiritualidad en Cristo Rey (Pío XI, encíclica “Quas Primas”), y echó abajo los decretos de 1913 y 1927 por anticatólicos, mediante la vía legal e institucional. El ponente insistió en esto último. Al igual que García Moreno, para combatir la Revolución en México con éxito no era necesario el derramamiento de sangre, sino que se podía utilizar la vía legal, esto es, las instituciones políticas. González Flores sabía que no se puede gobernar sin Dios, que las Constituciones políticas deben estar impregnadas del espíritu del Evangelio, y que es urgente contrarrestar el laicismo. Cuando fue martirizado y luego fusilado (+ 1927), dijo -sin duda recordando a García Moreno-: “¡Por segunda vez escuchen las Américas este grito: yo muero, pero Dios no muere, ¡viva Cristo Rey!”. El legado de don Anacleto sigue vivo, pues el día de su solemne beatificación el lugar se lleno de mexicanos.
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El dr. Marcel Barboza, profesor de filosofía en Brasil, se dirigió en portugués. Mostró la creciente admiración que existe hacia García Moreno en el enorme Brasil, y expuso cómo vivió el presidente por el que se organiza el Congreso. Su adscripción al partido conservador no significa que fuese liberal conservador, pues iba mucho más allá que los liberales moderados o falsos católicos, al trabajar por mantener y reconstruir la civilización católica en Ecuador.
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En la última ponencia, el dr. Alberto Bárcenas Pérez (España, universidad CEU) desarrolló durante más de una hora: “Crónicas de una conspiración. El papel de la masonería en la muerte de García Moreno”. Según el historiador, García Moreno buscó con ansia y logró el progreso del Ecuador. Hizo reformas de todo tipo y mejoró muchísimo la vida de los ecuatorianos. Por eso, la masonería fue contra su vida y su obra. Primero se analizó el asesinato del presidente, conspiración que él conocía y muerte que previamente aceptó, perdonando a sus asesinos antes de morir.
Después de relatar las reacciones del mundo católico -Menéndez Pelayo, Pío IX, León XIII… en 1975 Mons. Muñoz Vega-, el ponente situó el asesinato desde la teología de la historia, de la mano del mismo García Moreno, que mostró una gran lucidez y clarividencia de por qué le mataban. Primero, el presidente reconocía que “Ésta es la gran cuestión: la lucha entre Dios y Belial”, de modo que “No temo a los hombres porque más alto está Dios”. Después asumió dichosa y ejemplarmente su muerte a modo de crónica de una muerte anunciada. Finalmente, como sabía por qué le mataban, exclamó estando agonizante: “¡Dios no muere!”.
Quizás sea para justificar el horrible asesinato o magnicidio, la víctima ha sido denostada, deformada y despreciada. Por eso necesita una justa reivindicación, máxime porque su obra no es irrelevante, afecta a la historia de la Iglesia y del Ecuador, y de ella se pueden obtener fecundas enseñanzas. Ahí estaban las logias de Colombia y Perú (en Ecuador no había) con órdenes de las logias de Alemania. Como la identidad de los países americanos es el catolicismo, la masonería fue y va contra el catolicismo, pues a medida que éste disminuye todo lo demás es más fácil. La masonería busca las almas, y es capaz de renunciar a todo (economía, política exterior...) con tal de controlar la educación, modelarla desde el Estado y en un sentido laicista. Por su parte, García Moreno se dedicó de lleno a la educación de los niños y jóvenes con un gran éxito, haciéndolo al servicio de las familias y la Iglesia en quienes estas confiaban, ya salvaguardando sus derechos ya ofreciéndoles medios.
Un laico o seglar, que creemos merece estar en los altares, se adelantó nada menos que a León XIII cuando, éste, al inicio de su encíclica Humanum genus (1884) donde condena la masonería, dijo que la gran cuestión era, recordando a San Agustín, la lucha entre “el reino de Dios en la tierra, es decir, la Iglesia verdadera de Jesucristo” y el “reino de Satanás”. También se adelantó a muchos cuando el mismo laico observó la necesidad de una educación práctica, la educación cristiana de la juventud, sabiendo que sin ella se llega finalmente a la barbarie. Por último, se adelantó también al advertir la destrucción de los pueblos que abandonan el espíritu cristiano y la doctrina de la Iglesia.
Al final, acabada la ponencia, la participación de los asistentes fue mayor que después de otras charlas. De ahí que el ponente hizo algunas consideraciones sobre el mundo actual, que recogemos bajo nuestra exclusiva responsabilidad. A pesar de los muchos circunloquios que se suelen dar en estos temas, se imponen las conclusiones sintéticas siguientes.
Para el ponente, la actitud del demócrata actual es de escepticismo, mientras que la actitud católica cree en la Verdad. Este escepticismo establece que todo vale, que el yo establece el bien y el mal, lo que origina una forma de relativismo. Así se genera la llamada dictadura del relativismo, que a su vez provoca una total inversión del orden natural. Aparece una nueva esclavitud, al considerar –por ejemplo- que el hijo en el vientre materno es esclavo de su madre. Es la barbarie. Incluso la ley natural se ha convertido en una peculiaridad católica, porque es un hecho sociológico que muchos no creen en ella.
Otra cuestión: no hay negociación o concesión posible con el enemigo malo. Es preciso hablar con toda contundencia, diciendo la verdad aunque suene duro, pues existen políticas que provocan la destrucción de los pueblos y esto es pero que muy serio.
En tercer lugar, hay jóvenes que se acercan a la masonería –ella es la que “elige”- porque les prometen contactos personales a modo de agencia encubierta de colocación. Además, les prometen un conocimiento tan elevado que el candidato cree que será superior a los demás. Este orgullo le hará pensar que lo único digno de adoración es el hombre. Esto es servir a Lucifer sin saberlo. En realidad, a medida que más te encumbra la masonería, es más difícil salirse de la secta. La posición de quien se adentra en ésta, se resumiría así: “no necesito Redentor”. No pocos conversos cuentan todo esto.
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Don Carlos Guerrero, presidente del ING, subrayó que fue García Moreno -y no Eloy Alfaro como algunos piensan- quien fijó los símbolos patrios de los ecuatorianos: a bandera tricolor, el Día Nacional, el himno nacional con la letra que el doctor García Moreno escuchó el 10-VIII-1870, el sello postal (correos) del país, la moneda única, y tantos otros símbolos y representaciones, además de obras mil. Firmó el Concordato con la Santa Sede el 26-IX-1863, que expresa cómo la Iglesia católica, a la que pertenecía el 95% de los ecuatorianos, fue la piedra angular del proyecto Garciano. Exigió a Pío IX la reforma del clero, atrajo instituciones religiosas a las que encargó la educación y la sanidad, y fue el único presidente del mundo que protestó por la invasión de los Estados Pontificios, lo que el Papa reconoció agradecido.
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Don Julio Matías pronunció las palabras finales de agradecimiento a los muchos colaboradores en la compleja organización del Congreso, a los conferenciantes, a los centenares de inscritos en él, a los participantes en redes sociales, a Mons. Héctor Aguer y Mons. Atanasio Schneider por su apoyo y bendición, y a los gobernantes de Ecuador, a quienes se apoyará para todo lo bueno y verdadero. Al refundar el Instituto Nacional Garciano les han dicho: “Vds. no están equivocados, están en el camino recto”. Por eso tienen gozo en el presente y esperanza en el futuro.
Al comienzo del Congreso se planteó esta pregunta: ¿Cómo nos han querido engañar sobre el presidente García Moreno? ¿Cómo se ha llegado a esto? Pues bien, lo expuesto en el Congreso responde perfectamente a estas preguntas e inquietudes.
Para terminar, del amplio legado de García Moreno conviene resaltar en primer lugar: “sólo bajo la Cruz, Ecuador será Ecuador, y los ecuatoriano verdaderamente ecuatorianos”, y sólo bajo la Cruz es posible el progreso y desarrollo armónico de los pueblos.
Nuestra enhorabuena al Ier Congreso Internacional Garciano.
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Nuestra aportación personal en el post Congreso.
En primer lugar, se sabe que, puestos a juzgar a los jefes de Estado, los conoceremos por sus obras y frutos, tanto en el Ecuador de 1875 como en la España de 1975. A pesar de la distancia de 100 años, es muy intenso el parecido entre los jefes de Estado de ambos países en su respectivo momento, incluido el amor que tuvieron de gran parte del pueblo, y el odio de algunos en vida y sobre todo la tergiversación y cobardía de estos post mortem.
Si los hombres fallan, “Dios no muere”, repetía el moribundo García Moreno al ser asesinado sin duda por la masonería. Y el eco repitió durante décadas el “Dios no muere” garciano, exclamación que se convirtió en grito durante la guerra cristera de México, y que alentó a los que sufrieron la sistemática persecución contra la Iglesia católica en la España de 1936-1939 o bien combatieron en legítima defensa en los distintos frentes de guerra. El “Dios no muere”, ha tenido el éxito de los santos para quedarse en la conciencia de quienes hoy anhelan dar una respuesta verdadera a nuestro trágicos días. Para recordarlo, admirar y renovar el bien, sirve el estudio de la historia.
Nos interesa destacar lo que dijo el mexicano David López, y es que para combatir la Revolución con éxito, no fue necesario el derramamiento de sangre en México, sino que se utilizó a veces con éxito la vía legal, esto es, las instituciones políticas existentes. Otra cuestión es el caso de la legítima defensa in extremis con las condiciones establecidas que la justifiquen.
Si se trata de indicar alguna insuficiencia en el Congreso, quizás fuese interesante analizar la obra garciana después de 1875. Sabemos que la obra de García Moreno no desapareció inmediatamente y que los conservadores se mantendrán en el poder veinte años más, ya por la consistencia política de la obra de García Moreno ya por otros motivos. La revolución liberal triunfará en 1895 con Eloy Alfaro.
En tercer lugar, vamos a aportar a modo de ejemplo y para demostrar la fuerza de los santos en las coordenadas espacio-temporales, la admiración que, en sucesivas ocasiones y de forma mantenida, la revista católica e ilustrada de Pamplona (España), titulada “La Avalancha”, mostró por García Moreno durante los años de su publicación de 1895 a 1950. Este quincenal lo dirigió la Biblioteca Católico-Propagandista de Pamplona, capital del viejo Reino de Navarra. Hasta 1910, la revista se imprimió en los talleres de Joaquín Lorda y su Viuda, y, tras ello, en la imprenta de Jesús García, ambas de Pamplona.
Señalo las fechas, el número, la página y el contenido de la información que he encontrado sobre el presidente ecuatoriano:
24-I-1899, nº 93, p. 9, aplaude al “mártir del derecho católico que se llamó García Moreno”
8-V-1900 nº 124 p. 104, le menciona como “mártir del derecho cristiano”
24-VII-1900 nº 129, p. 166, recoge un artículo breve aunque sea el más extenso de los encontrado.
24-I-1902 nº 165, p. 13, es una extensa Nota laudatoria
24-XII-1904 nº 235, p. 301, cita a García Moreno en el artículo de Hilario Olazarán titulado “Don Adolfo Clavarana”.
25-II-1907 nº 287 p. 47
8-VI-1908 nº 318 p. 122
9-III-1914 nº 453 p. 58, aporta un artículo breve.
8-XI-1915 nº 451 (493) p. 255
8-VIII-1929 nº 825, p. 234-5, menciona el LIV aniversario de la muerte del presidente García Moreno.
“La Avalancha, 24-VII-1900” nº 129
“GARCÍA MORENO. El día 6 del próximo mes se celebrará el XXV aniversario de la muerte del célebre García Moreno, Presidente de la República del Ecuador, asesinado impía y vilmente por la infernal masonería el 6 de Agosto de 1875.
Fue campeón del catolicismo y dechado de Soberanos. Ante la enérgica protesta que hizo contra la usurpación del Poder temporal del Papa, dijo Pío IX conmovido: -¡Ah, si éste fuese un Rey poderoso, el Papa tendría un apoyo en este mundo! – . Y dándole la gracias, le escribía: “Este acto de energía Nos a consolado sobre manera… Por lo cual hemos resuelto en testimonio de nuestra benevolencia… nombraros Caballero de primera clase de la Orden de Pío IX”. Al tener noticia del asesinato, el mismo Pio IX, escribió llorando su epitafio: “Cayó bajo el hierro del asesino, víctima de su fé y de su caridad cristiana para con la Patria”. Y León XIII le aplicó aquellas frases con que se honra á los mártires Tomas de Canterbury y Estanislao de Polonia: “Sucumbió por la Iglesia, bajo el filo de la espada de los impíos”.
Al conmemorarse el aniversario de la muerte del mártir de la política cristiana merece recordarse el fin desastroso que han tenido los que asesinaron a piadoso García Moreno, por el crimen de consagrarse aquel país al Corazón de Jesús.
El cabecilla de los masones, Rayo, fue muerto por la soldadesca; Cornejo y Campuzano, por la justicia; Sánchez en Manini, de un tiro; Ceballos, por una cornisa que se desprendió de un edificio en Paris; Maldonado, por un masón de Lacatunga, que le clavo una bala en la frente, y Polanco, por una bala perdida, en ocasión en que hacían fuego sus soldados á un estandarte de Corazón de Jesús y blasfemaba él como un demonio.
¿Lo veis sectarios de allá y de aquí que ladráis como perros rabiosos contra el Corazón de Jesús y destruís las pacas benditas? Escarmentad en cabeza de otros… Y si no, ateneos á las resultas”.
“La Avalancha, 9-III-1914” nº 453
En honor de García Moreno. En el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Barcelona, a cargo de los PP. Jesuitas, se ha celebrado recientemente un solemne acto literario musical en honor de García Moreno.
El hermoso salón de actos esta artísticamente adornado. En el centro del estrado y sobre fondo rojo se destacaba un busto del grande hombre en honor del cual tenía lugar el acto, encima de una columna en la que se veían la fechas de su nacimiento y muerte (1821-1875). Como correspondía a su patriotismo, servía de dosel a la estatua la bandera de su patria, en la que estaba escrita la frase que resume toda su política:”Libertad para todo y para todos, menos para el mal”. A manera de aureola coronaba su aveza una artística inscripción con sus inmortales palabras: Dios no muere.
Ocuparon la presidencia el R.P. Provincial, acompañado del R.P. Rector y los cónsules del Ecuador, Uruguay, Nicaragua y otras distinguidas personalidades.
A los armoniosos acordes del himno nacional del Ecuador dió principio al acto, que fué una perfecta representación, en pequeños cuadros y escenas, de la epopeya de la vida del mártir de la religión y de la patria. En ellos se presenta al hombre extraordinario, de carácter enérgico y bondadoso, amante de la fe, de la justicia y de su patria, a la que providencialmente salvó del abismo del desorden y la anarquía en que se precipitaba.
Todos los cuadros escénicos y composiciones líricas fueron muy aplaudidos, resultando una fiesta brillante, de altas y provechosas enseñanzas.
Nuestra felicitación a los PP. Jesuitas que de este modo inculcan en el corazón de sus alumnos los principios que son el fundamento del orden religioso y social que en tan alto grado encarnó García Moreno”
“La Avalancha”, 25-II-1907, nº 287
Republicano y católico. No es la forma republicana lo que la Iglesia rechaza, sino el fondo hostil y anticristiano de muchos republicanos.
Alonso Candamo, presidente de la republica del Perú, muerto en 1904, dejó muchos recuerdos de su figura parecidos al gran García Moreno, presidente de la República del Ecuador.
Así, al posesionarse Candamo de la presidencia, pidió jurar solemnemente la constitución ante un crucifijo, y prometió expresamente defender la Religión; y cuando vio acercarse la muerte, recibió de un modo ejemplarísimo los santos sacramento. La irreligión no sirve para la prosperidad de las Repúblicas, sino para el medro ilícito de sus gobernantes y para la destrucción del Estado”.
“La Avalancha”,24-I-1902, nº 165
“La Milicia del periodismo católico. En una de las sangrientas revueltas de la república del Ecuador, que en pocos años ha ido descendiendo hasta convertirse en refugio y guarida de sectarios ávidos de sangre, quienes desde el Gobierno están acabando con la obra y con la patria de García Moreno, ocurrió un caso verdaderamente notable, y fue el de un periodista católico que selló con su sangre las ideas que defendía. Estorbaba á los planes revolucionarios, y Revolución quito el estorbo suprimiendo al que lo representaba sin formación de causa y contra toda justicia.
Ahí tienen los periodistas católicos abogado y patrón, el día que se quieran constituir en gremio, porque según el relato de la prensa americana y europea y por todas las señales del caso, el periodista ecuatoriano fue mártir de la fe de Cristo, y á estas hora estará gozando del premio reservado al vencedor. Para que se vea el cumplimiento de la palabra del Espíritu Santo sobre el poder de Dios, que puede convertir en hijos de Abraham hasta las piedras. Y para que se vea cómo en la general apostasía y rebajamiento de los hombres, hay glorias excepcionales, y una de ellas corresponde de derecho á un ejemplar de la más sufrida de todas las condiciones, la del periodista católico, que lucha por los derechos de Cristo en los pueblos que se llaman católicos, acosado, estrechado y maldecido por los liberales… y por la mayor parte de los que pasan por católicos, también (…)”.
Por último, San Ezequiel Moreno y Díaz (+ 1906), obispo de Pasto (Colombia), tuvo presente en sus Pastorales la persona y ejemplo cristiano de García Moreno. Así como éste expresó el “¡¡Dios no muere!!”, San Ezequiel se caracterizó por declarar que “El Liberalismo es pecado”, esto es, pecado de naturalismo, racionalismo y secularización aplicados a la vida social y política. También repitió incansable el “¡Dios lo quiere!”, refiriéndose al combate por la Fe.
El obispo de Pasto sólo se refirió expresamente a García Moreno en algunas ocasiones. Si no fueron muchas, quizás fuese porque en sus Pastorales recogía con mucha frecuencia el espíritu de García Moreno. Quizás así quería evitar evidencias, o, debido a su cargo episcopal, aparentar seguidismo alguno hacia un laico, o bien evitar adelantarse a solicitar su canonización. A ello se sumaba la circunstancia del conflicto armado que el Ecuador, por entonces liberal, mantenía contra Colombia. Recordemos su Circular del 30-XI-1900 (pág. 252) y la Carta Pastoral del 1-II-1901. En ésta última, exclama:
Pasto es una bella ciudad colombiana próxima a la frontera con Ecuador. Su obispo Mons. Moreno y Díaz tenía que estar vigilante por la propaganda liberal que llegaba de un Ecuador dominado por los revolucionarios liberales, lo que García Moreno predijo que iba a ocurrir. Según dicho obispo, por entonces en el gobierno de Ecuador “dominan y mandan masones liberales y toda clase de enemigos de Nuestro Señor Jesucristo y de su santa Religión” (Carta Pastoral, 12-II-1897). Ecuador hizo la guerra a Colombia. Ésta sufrirá la guerra civil de “los Mil Días” a favor y en contra del Liberalismo, con el triunfo de los no liberales.
En el complicado ambiente de la época, San Ezequiel denunció las falsas conciliaciones, concordias y transigencias prácticas de los católicos con el liberalismo y los liberales. También promovió la consagración de la sociedad al Sgdo. Corazón de Jesús. Sus pastorales, enérgicas por el celo de la fe ante la propaganda liberal, conectan absolutamente con el espíritu, los temas religiosos y el ejemplo de García Moreno. El título de una de estas pastorales viene como anillo al dedo a García Moreno: “Por la Religión y, como consecuencia por la Patria” (1904). Este es el orden de prelación de García Moreno, aunque sin instrumentalizar en absoluto la Patria, todo lo contrario, amándola con el mismo amor que amó a Dios.
En el prólogo a la colección de Cartas Pastorales y otros escritos de San Ezequiel Moreno y Díaz, dice el obispo fray Toribio Minguella y Arnedo sobre García Moreno:
“En Agosto de 1875 fue víctima de alevosa muerte el hombre de más talla política, y quizás también religiosa, que ha producido la América, el gran García Moreno, el que por espacio de catorce años había gobernado el Ecuador, elevando aquella República á inconmensurable altura moral, científica y de verdadero progreso. Hallábase entonces aquel país tan en plena tesis católica y disfrutaba de tanta paz, que los asesinos y los mandatarios, en cuyos planes de revolución entraba sin duda el pánico que había de producir la muerte del Presidente, vieron frustrado todos sus cálculos: la sangre del mártir enardeció la fe y el patriotismo de los ecuatorianos, y no se turbó el orden público”. Después se menciona el asesinato del arzobispo de Quito Checa y Barba. (pág. VI-VII).
Después de revisar el texto y comentarlo con otro historiador, advertí en la conversación que la vida de García Moreno se va intensificando poco a poco hasta el día de su asesinato. Un ejemplo es que él esperaba ser asesinado (lo dice claramente en sus cartas), de modo que cada día que pasaba aumentaba la tensión hasta convertir la vida en una intensa y a modo de escalofriante novedad. Intentar adentrarse en el personaje es sufrir algo con él. Sí, don Gabriel García Moreno fue un gran hombre, un buen cristiano, y seguramente subió al Cielo nada más expirar. Incluso, lo que ocurrió el mismo día del asesinato, adquiere una intensidad increíble: soledad absoluta, preparación ensimismada de su discurso ante la Cámara, oración seria e íntima, varios asesinos en siniestra complicidad, machetazos, disparos a bocajarro, salpicaduras de sangre martirial, y una larga agonía. Él conocía a Rayo, pensaba que era un buen cristiano, y Rayo le mató por la espalda (Adro Xavier). Pero “¡Dios no muere!” y, por eso, tampoco ha muerto García Moreno, que D. m. está entre nosotros.
Esta crónica del Congreso no ha querido ser final y totalmente aséptica, pues ni el Congreso lo fue, ni la vida lo es, ni tiene gran sentido serlo en la gran crisis mundial de 2021, que tiene una clara dimensión histórica. La verdad de los hechos, no es contraria –todo lo contrario y siempre que se advierta- a su iluminación básica desde las potencias del alma y sobre todo desde la Fe católica. Este tema no es como la mayoría en el oficio del historiador.
Bibliografía sucinta y algunas fuentes:
Además de la bibliografía citada en el texto:
ADRO XAVIER (seud. Alejandro Rey Stolle), García Moreno. Siglo XIX. Hispanoamérica Ecuatorial, Barcelona, Ed. Casals, 1991, 520 pp.
GARRALDA ARIZCUN, José Fermín, “Situación religiosa de Colombia en 1900: San Ezequiel Moreno y Díaz: Una vida por el reinado social de Jesucristo” (I), Madrid, Ed. Speiro, Rev. Verbo” nº 321-322 (enero-feb. 1994) pág. 149-205; (y II) ídem. nº 323-324 (marzo-abril 1994), pág. 361-403. Otros autores han tratado la biografía del obispo de Pasto por extenso.
MORENO Y DÍAZ, Ezequiel, Cartas pastorales, circulares y otros escritos, Madrid, Imp. De la Hija de Gómez Fuentenebro, 1908, XVI + 599 pp.
Revista Ilustrada “La Avalancha”, Pamplona, Biblioteca Católico-Propagandista. Es una fuente de hemeroteca para realizar la aportación personal del final.
Sobre García Moreno:
https://nobility.org/2012/08/06/garcia-moreno/
https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Garc%C3%ADa_Moreno
https://www.terraecuador.net/revista_38/38_garcia_moreno.htm
Sobre el beato Anacleto González Flores y sus compañeros:
Sobre San Ezequiel Moreno y Díaz:
Fotografías tomadas de Internet, sin derechos de autor.
Fotografías de “La Avalancha” tomadas por el autor.José Fermín Garralda Arizcun,
dr. en Historia
Pamplona, 2 de octubre de 2021
HEMOS celebrado el Ier Congreso Internacional Garciano on line, para conmemorar el bicentenario del nacimiento de don Gabriel García Moreno en 1821. Fue elegido tres veces presidente del Ecuador en el siglo XIX (1860-65, 1869 Pte. interino, 1869-75, e inicio del tercer mandato 1875-), y fue asesinado por la masonería, sin duda por odio a su Fe, en 1875. Su cadáver fue escondido por temor a profanaciones, hasta que se descubrió en 1975, en el convento del Buen Pastor, Casa de las RR. MM. dominicas.
Antes de realizar el Congreso, se ha refundado el Instituto Nacional Garciano en Ecuador, fundado ya antes por el dr. César Eduardo Pérez Moscoso (Quito, + 1999). Jóvenes ecuatorianos han llevado a cabo esta refundación así como el desarrollo del Congreso.
Nos alegra muchísimo la preparación laical y religiosa de los más jóvenes, la vinculación que han manifestado entre Fe y razón, su afán por las ciencias humanas y el desarrollo técnico, su deseo de un auténtico progreso de los pueblos advirtiendo que éste debe fundarse en la Religión y la moral. También nos alegra su correspondiente denuncia al Liberalismo que ya ha dado de sí todo lo que puede dar, y lo mucho que tienen en común con los tradicionalistas políticos españoles, y con los seglares católicos por la reconquista de la unidad católica en España, única vía para el bien común, su paz interior y progreso.
El Congreso ha sido on line los días 24 (Día de la Merced, patrona de Ecuador), 25 y 26 de septiembre, y ha tenido los mismos objetivos que el Instituto: rescatar, reivindicar y honrar la memoria del presidente García Moreno, y continuar su legado para ponerle como ideal del político, ciudadano y cristiano.
Es lamentable e injusto manipular el pasado del Ecuador y del presidente García Moreno, porque, sobre él y durante todo un siglo, se ha promovido una leyenda negra generada por los sucesores ideológicos de quienes le asesinaron, que además de hacer una burda y mentirosa caricatura de él –verdugo de la libertad, tirano, dictador, ladrón, amigo del poder absoluto, mujeriego…-, le roban su grandeza de haber servido al desarrollo de la patria ecuatoriana hasta la excelencia –nadie como él-, tan unida a la religión católica. Religión y Patria fueron su divisa. Ahí están las diatribas contra él de Pedro Moncayo, el folleto del impío Juan Montalvo, la actuación de los periodistas Proano y Valverde… Los historiadores que le denominan “dictador” adolecen de inconsciencia o frivolidad.
Hoy día, muchos ecuatorianos no son conscientes de la valía de dicho presidente y de su obra, debido a las deficiencias de una educación entregada al laicismo desde hace un siglo. Se ignora y atenta contra su figura, se olvida que refundó y modernizó el Ecuador, y la enorme expansión social sin precedentes: cultural, educativa, sanitaria, económica y de obras públicas. No gobernó para las oligarquías, sino con todos y para todos, y legisló el sufragio universal masculino. Según historiadores opuestos a García Moreno, la ecuatorianidad comienza con él.
Él sabía que era calumniado por ser católico, que los francmasones conspiraban contra él, en sus cartas al Papa anunciaba su muerte violenta, periódicos europeos escribían contra su persona quizás porque en la constitución de 1869 osó proscribir la masonería. Escribió a un amigo suyo en 1873: “Dicen de Alemania que las logias de ese país han ordenado a las de América hacer todo lo posible para cambiar el gobierno del Ecuador. Puede ser que el Gran Maestre X.X. haga algo en esta obra. Pero si Dios nos protege, y nos conserva su misericordia, yo no temo a nadie, aunque no seamos nada y que nuestro poder sea igual a cero, comparado con ese coloso de pies de arcilla” (Alejandro Rey Stolle, 1991).
Fue mártir por su fe católica el 6-VIII-1875. Su proceso de beatificación se abrió el 20-XII-1939.
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En éste Ier Congreso Internacional Garciano se ha preguntado: ¿Cómo nos han querido engañar con dicha leyenda negra?, un engaño que contradice vivamente el título de “Ilustre Regenerador de la Patria y Mártir de la Civilización Católica”, que las Instituciones de la nación ecuatoriana y padres de la Patria otorgaron al presidente García Moreno, reconociéndole ser “el primero de sus hijos, muerto por ella y por la Religión el 6 de agosto de 1875”. ¿Será el engaño porque García Moreno lideró a la vez el patriotismo, la educación y la modernidad, vinculando todo ello al reinado social de Jesucristo? ¿No fue dicho progreso un fruto de dicho reinado social?
Muchos han sido los asistentes al Congreso on line gracias a los centenares de inscripciones, muchas de ellas del Ecuador, pero también de otros países hispanoamericanos, de Italia y España…. Tema, ponentes y participantes han sido internacionales. Las lenguas utilizadas han sido el español, portugués, italiano e inglés. Los congresistas han recibido la felicitación, apoyo y bendición del arzobispo Mons. Héctor Aguer -La Plata-, y del obispo Mons. Atanasio Schneider.
Participaron sacerdotes, doctores y profesores como el P. Paul Kimbell (USA), José Luis Orella (España), el P. Leonardo López , el P. Jorge López Teulón como bloguero en “Religión en libertad”, Héctor Yépez Flores, Héctor Yépez M., Luis Roldán, Isabel Salazar, Rino Cammilleri (Italia), David López (México), cuya intervención desarrolló la importancia de García Moreno para los cristeros a través del beato Anacleto González Flores. Le sigue Marcel Barbosa (Brasil), y Alberto Bárcenas Pérez (España), quien desarrolló “Crónicas de una conspiración. El papel de la masonería en la muerte de García Moreno”.
El Pte. del Instituto Nacional Garciano, Carlos Guerrero, expresó los dos objetivos mencionados, y se refirió la citada caricatura presentada por los enemigos del presidente García Moreno.
Doce conferencias, más otras intervenciones de los jóvenes del Instituto, que se mostraron muy bien preparados, permitieron a los participantes intervenir por escrito a través de la pantalla. Sus comentarios y preguntas fueron reflejadas por el presentador.
No se ha tratado de oponer una leyenda rosa a la leyenda negra tan extendida, sino de ser justo con el personaje y su obra, y sobre todo destacar su profunda vida cristiana, que expresa un máximo y continuado esfuerzo hasta culminar con la entrega de su vida. No cabe duda que, observando de cerca al personaje y sus circunstancias, la ejemplaridad de García Moreno es del todo admirable, y deseamos que la Congregación para las Causas de los Santos concluya la suya con su elevación a los altares.
Rogamos a los conferenciantes y a los organizadores del Congreso que, si observan algún error o improcedencia en este escrito, nos los hagan saber, pues somos conscientes de la responsabilidad que adquirimos al escribir una crónica sobre el Congreso. En la redacción hemos intentado evitar la inevitable repetición de ciertos datos que son el soporte de cada exposición, y hemos tomado el núcleo central de cada una de ellas, reordenando a veces sus afirmaciones. Afortunadamente, todo el Congreso estará grabado.
A los organizadores les ofrecemos ampliar la difusión de los contenidos del Congreso realizado, y ahorrar al lector un tiempo del que quizás no disponga, pues la lectura es más rápida que atender un audiovisual.
Por otra parte, este trabajo expresa mi agradecimiento a los organizadores y, sobre todo, mi admiración por éste séptimo presidente del Ecuador.
Durante los años de juventud, nuestros formadores nos acercaron a la persona de García Moreno, quien demuestra cómo la Religión católica y el progreso humano y material son perfectamente compatibles, que aquella es necesaria para éste y que éste no existe sin aquella, y que además la Fe y la moral católicas impulsan y salvaguardan la mejora de las condiciones de vida, de la cultura y del saber, hasta “dominar la tierra”, con una fuerza extraordinaria en aras del bien común.
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El P. Paul Kimbell, estadounidense que trabaja en Sudáfrica, ofreció una introducción a la vida del presidente García Moreno (1821-1875), sabiendo que “mejor que escribir la historia es hacerla”. La principal biografía que siguió sobre el autor es la del P. Agustín Berthe, redentorista francés, titulada García Moreno Presidente de la República del Ecuador, vengador y mártir del derecho cristiano (1887), traducida al español por Francisco Navarro Villoslada (1892).
Sus palabras, proyectadas en inglés en pantalla, destacaron el significado religioso de García Moreno, cómo éste reconoció la vinculación de la Nación ecuatoriana con la Iglesia, el florecimiento del pequeño y joven país, cómo la masonería le mostró siempre como un tirano, y cómo fue un verdadero mártir del reinado social de Jesucristo. Fue asesinado cuando iba a tomar posesión de su tercer mandato (no interino) presidencial.
El 6-VIII-1875 era primer viernes de mes. Fue junto al palacio de Carondelet en la plaza de la Independencia, donde Faustino Lemus Rayo -el cabecilla- cometió el atentado agrediendo en la cabeza con un brutal machetazo, inmediatamente ayudado por bastantes conjurados (como Polanco –el jefe-, Cornejo, Andrade, Campuzano, Sánchez , Ceballos, Maldonado…), que acosaron a la víctima con puñaladas y tiros. El presidente cayó herido en la plaza desierta. (El sol lucía, mientras la patria ecuatoriana se cubría de luto). En el suelo, y por confesión de los mismos asesinos, el mártir murmuraba con voz débil: “¡Dios no muere!”. Trasladado a la catedral que estaba muy próxima, murió ofreciendo su vida por la religión, la moral, el orden, la paz y el progreso, y perdonando a sus asesinos. (García Moreno había sufrido otros atentados fallidos. Esta vez recibió catorce puñaladas y seis balazos).
A continuación, el P. Paul Kimbell señaló diez razones por las que se debiera canonizar a García Moreno. Casi dos años después, también será asesinado el arzobispo Mons. José Ignacio Checa y Barba el 30-III-1877, que consagró Ecuador al Corazón de Jesús junto con García Moreno. Los corazones del presidente y del arzobispo de Quito, reposan muy cerca uno del otro en la catedral.
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El dr. José Luis Orella Martínez (España), profesor del CEU universitario, desarrolló el marco histórico del presidente Gabriel García Moreno, como gobernante católico que murió mártir. Para él, es a modo del Tomás Moro americano. Fue un político bisagra, situado entre el fin de una época y el inicio de otra. Es el político de mayor peso en la historia del Ecuador, el que tiene más relieve internacional, el ecuatoriano más universal, y un modelo para América.
Los hechos anteriores a la vida pública de García Moreno, trenzan una emancipación respecto a España que adquirió un carácter de guerra civil –la familia de García Moreno era realista-, y el nacimiento de las nuevas Repúblicas, endeudadas, jóvenes y en lucha por sus fronteras. También apareció un Liberalismo con una gran fuerza transformadora pero vinculado a la desamortización y el anticlericalismo, y opuesto a la religión católica, la moral, y las clases bajas de la sociedad. García Moreno recibió como herencia una sociedad dividida, degradada y con una urgente necesidad de reconstrucción.
Como preparación del líder, García Moreno bebió de fuentes católicas: ahí el magisterio pontificio, la antigua Europa del insigne publicista católico Luis Veuillot, donde había un ambiente francófilo promovido por el Imperio de Napoleón III, y el desarrollo de la cuestión social católica (von Ketteler). Sus dos viajes a Europa fueron decisivos, realizándolos en 1850 y 1855.
Nuestro protagonista no se rindió ante el Liberalismo en ascenso, sino que lo combatió tomando del presente y aprendiendo del pasado. Ha sido la persona más molesta y vilipendiada por escapar a la homogeneidad de los dirigentes católicos conservadores, y porque no se le puede descalificar como al común de la época. Si los conservadores respondían a un mundo que fenecía ante la sociedad liberal, él no es un antiliberal más, sino sobre todo un gobernante católico, un pionero, y un creador.
Como tal creador, García Moreno, hijo de su tiempo, construyó un Ecuador moderno, católico y moral, tradicional y desarrollado. Por no ser un teórico y por tener capacidad de gobierno, pudo llevar a cabo sus proyectos.
La situación que heredó del Ecuador fue calamitosa por la división política, la guerra civil, la pobreza y la falta de progreso material. Lo primero que tuvo que hacer es reunificar el territorio (batalla de Guayaquil, 1859) y, después, pacificarlo, reconstruir y modernizar la sociedad.
Por ejemplo, legisló el sufragio universal masculino, apostó por la educación católica que generaliza y hace gratuita, llamó a los jesuitas alemanes, e integró las Órdenes religiosas en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. En educación apostó por lo humanístico, pero también por la ciencia y el avance tecnológico. En esto, es un pionero y moderno. ¿Por qué no iba a serlo? La cuestión es que sobre todo destacó él en el Ecuador de la época y hasta en toda la América hispana.
Este presidente católico enseñó la dimensión social y humanitaria del hombre, buscó la utilidad pero sin caer en el practicismo, vinculó la productividad a la cuestión social, y fue mártir siendo y por ser jefe de Estado. Él aceptó libre y valientemente la muerte –el asesinato-, manteniendo el camino iniciado aunque sabía que por ello le iban a matar. En realidad, las falsedades de la leyenda negra proceden de quienes quieren destruir la sociedad, como los -ismos (liberalismo, socialismo y comunismo) y la masonería.
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La ponencia del P. Leonardo López siguió la obra escrita del P. Heredia. Analizó los preparativos y después los esplendores de la consagración de Ecuador al Sgdo. Corazón de Jesús, realizada por García Moreno y por el arzobispo de Quito Mons. Checa y Barba.
La consagración al culto público se preparó partiendo del antiquísimo culto privado al Sgdo. Corazón preexistente en Ecuador. El P. López se explayó sobre dicho culto privado. Ésta devoción se inició en España y desde ahí se trasladó a Ecuador. En 1589, el español P. Diego Álvarez S.I., siguiendo a San Bernardo de Claraval y otros autores, propuso en Quito unos ejercicios espirituales con esta devoción, 60 años antes que las revelaciones a Sta. Margarita María de Alacoque. Al P. Diego le siguió, en Ecuador, Juan Díez Camacho de Sierra. Las apariciones que tuvo Sor Magdalena de la Cruz en España son del año 1630. El ponente enumeró otras personas que prepararon al Ecuador para la consagración, añadiendo, al culto privado, el desagravio, la fuerte vinculación de esta devoción con la Cruz, y el considerar a la Santísima Virgen como la portera del corazón divino. Respecto al culto público del corazón de Jesús y de María, los jesuitas lo difundieron en Quito y Riobamba en 1722.
El esplendor de la consagración pública del Ecuador al Sgdo. Corazón de Jesús, partió de los incansables trabajos realizados por los Jesuitas –admitidos en 1850 y definitivamente en 1862 tras sus expulsiones- y los PP. mercedarios. Ahí está, por ejemplo, el infatigable P. Manuel José Proaño, director del apostolado de la Oración. Este último convenció a García Moreno para realizar la consagración, al mostrarle que el pueblo ecuatoriano buscaba reparar el corazón de Cristo por las ofensas de los hombres. Según el conferenciante, ésta devoción no es de viejitas, sino de personas que saben que Ntro. Sr. Jesucristo salva a través de la fiel devoción a su Corazón divino.
En 1870, la persecución religiosa arreciaba muchos países del mundo. (Lo que hoy echaría hacia atrás, entonces, a los hombres de Fe les impulsaba ir hacia adelante). En vivo contraste con un mundo convulso, durante seis años en Ecuador reinó la paz y el progreso de la sociedad, tras y por declararse a Ntro. Sr. Jesucristo como patrón y Rey espiritual. La consagración fue en 1873. Se hizo con un doble decreto, el canónico y el legislativo o civil. Ésta consagración hizo que la Fe católica se conservase pura por gracia divina. Ello costó el asesinato del presidente García Moreno en 1875 y de Mons. Checa y Barba junto al altar el día de Viernes Santo de 1877. Según el ponente, si los ecuatorianos se consagraron para reparar y desagraviar al Sgdo. Corazón, quizás no sufran más que otros pueblos, pero sí lo harán con un pleno sentido y una felicidad profunda.
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El sacerdote don Jorge López Teulón, bloguero de “Religión en libertad”, mostró qué hacer en el bicentenario del nacimiento de “García Moreno, el presidente mártir”. ¿Cómo fue el martirio, por qué fue mártir y cómo reactivar la causa? Muerte, asesinato y martirio van de la mano en él. No es tan importante quién le mata, sino por qué éste mata y si la víctima perdona a sus enemigos. Lo primero que se debe hacer es conservar la memoria del tres veces presidente, hasta que le dieron muerte como mártir en 1875. Asesinado por los masones, no murió inmediatamente sino al rato –entre quince minutos y hora y media- dentro de la catedral, perdonando a sus enemigos. Enseguida llegaron las dificultades para la beatificación. San Pio X dijo al episcopado ecuatoriano que era preciso que introdujesen la Causa, pues nunca encontrarían un Papa y unos cardenales tan deseosos de elevar a García Moreno a los altares. ¿Qué se le respondió? Que desgraciadamente las circunstancias eran tan difíciles que hacían imprudente abrir la Causa.
Nuestra pregunta es: ¿y siguen hoy, aunque hayan transcurrido doscientos años del nacimiento del que fue mártir, y aunque se necesiten modelos de gobernante católico a seguir?
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Tras la conferencia, Mons. Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata (Argentina) mostró su adhesión al Congreso, se dijo admirador de García Moreno, y envió la bendición a los congresistas.
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Las quinta conferencia la impartió Héctor Yépez Flores. En ella desarrolló la labor de García Moreno ante el designio de la divina providencia de que Ecuador se consagrara al Sgdo. Corazón de Jesús. El título de la ponencia fue: “García Moreno, hombre de Estado y de Fe. ¿Incompatible o indivisible?”. Lo cierto es que si Luis XIV de la Casa de Borbón en Francia, no quiso realizar la Consagración pedida por Santa Margarita María de Alacoque en 1689, García Moreno la realizó casi doscientos años después, en 1873.
A la pregunta de si es incompatible ser hombre de Estado y de Fe a la vez, el ponente remarcó que no lo es, pues no se debe abandonar al mundo para servir a Dios, en razón de las divinas palabras: “No te pido que los saques de mundo, sino que los preserves del Maligno” (Jn, 17,15). Es voluntad de Dios que el hombre de fe se involucre en los asuntos de Estado y desde ahí sea sal de la tierra. El hombre de fe, como García Moreno, reflejó el carácter de Jesús, fue un católico paulino en su austeridad y fortaleza, fue un ejemplo para el pueblo y clero por su seriedad, probidad, caballerosidad, santa intransigencia y sentido de la justicia.
A la otra pregunta de si el hombre de Estado debe separarse al hombre de Fe, si el hombre está dividido, la respuesta es negativa. La separación produce tibieza, acedia (a fuerza de querer ser bueno, en este caso la acedia implicaría volverse “bueno” con todos y para ello tomar los criterios del mundo), e inconsistencia como persona. Produce una ruptura interior. Así, el ponente contrastó las virtudes de García Moreno con la actual forma de muchos de ser cristianos, que cada vez tiene menos de cristiana. En efecto, mientras hoy la persona está dividida y anulada, García Moreno tenía carácter, capacidad e inteligencia, sabía que el ser es anterior al hacer, era perspicaz al conocer bien todos los negocios, gozaba de fortaleza y ánimo, quería de veras ser testigo de Jesús, conociendo en todo caso sus propios límites, al saber que, sin la Gracia de Dios, no podemos cumplir Su voluntad. Dios bendijo a Ecuador y ésta bendición fue el camino para su progreso social y material. Si Ecuador fue fiel, y más lo fue Dios, que lo bendijo, lo mantuvo y le hizo prosperar.
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Héctor Yépez M. desgranó qué obras temporales acompañaron la ya explicada impronta religiosa del biografiado, complementando así la charla anterior. Se refirió a la política interior en obras sociales, educativas, materiales y constitucionales, y a su política exterior.
Ahí está su labor educativa (escuelas a todos los niveles, Escuela Normal para indígenas, Escuela Politécnica Nacional, conservatorio, Academia de Bellas Artes…), la labor sanitaria con la fundación de la escuela de obstetricia o primera maternidad pública, las complicadas obras públicas de comunicaciones, ya por carreta con Quito como centro ya por ferrocarril (el de Yaguachi y otros). Como político, García Moreno gobernó con mano dura, a tono con lo acostumbrado en la época, observándose la aparente contradicción -recogida por el socialista Enrique Ayala Mora- de que, mientras persiguió a escritores anticatólicos, sin embargo abrió Ecuador a la educación. Es el padre del sufragio universal en la Constitución de 1861, siendo la primera vez que no se exigía un patrimonio para votar. A la Constitución de 1869 (en feroz contraste con la Constitución liberal radical o librecultista española) los liberales le llamaron la “Carta negra”, porque para ejercer plenamente la ciudadanía exigía ser católico, lo cual por otra parte estaba de acuerdo con el hecho que el 95% de los ecuatorianos lo eran. (Para gobernar a estos en católico –en las materias que lo exigían-, no podía violentarse la conciencia del administrador público que no lo fuese, y desde luego debía asegurarse la lealtad en el comportamiento de éste último). El ponente identificó brevemente la política exterior, en la que García Moreno frenó los intentos de anexión por Colombia y Perú cuando pretendieron repartirse el pequeño país ecuatoriano. También destacó la protección que otorgó al cuerpo diplomático.
Si García Moreno fue importante al promover la exportación de productos agrarios, la educación y la ciencia, destacó aún más por la reconstrucción moral y los valores claramente cristianos, por ejemplo con el regreso de los padre Jesuitas.
Es una gran pena que hoy muchos ecuatorianos no sean conscientes de la figura y obra de García Moreno, debido sin duda a las deficiencias de la educación controlada por el Estado.
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El profesor universitario don Luis Roldán destacó la figura de García Moreno, que si se vierte en la fragua ésta puede constituir la Hispanidad. Explicó su estrecho contacto con el insigne francés Luis Veuillot, y cómo otros le dieron a conocer al mundo, tales como Augusto Berthe (1887) -cuya obra en francés fue traducida al español por Navarro Villoslada (1892)-, Juan León Mera, José Legohuir Raud (1921), Romero Menéndez (1921), y el argentino Manuel Gálvez (1942).
A estos, nosotros añadimos a Wilfrido Loor (1954 y 1955), Severo Gomezjurado (1954-1981) que redacta la mejor obra en 13 tomos, Alejandro Rey Stolle (Adro Xavier) (1991), y Salazar Alvarado (2005) entre otros. Las publicaciones de Carrión (1959) y Enrique Ayala Mora (2017)… son más que dudosas.
Continuando con el ponente, ningún gobernante, entre los buenos, tuvo la visión de García Moreno, y ninguno como él encarnó el reinado social de Jesucristo. Esto convirtió a García Moreno en una bandera en el ámbito internacional. Demostró con los hechos que el desarrollo material exige la moral y la religión en un plazo medio, y restauró una república católica con personalidad propia, totalmente ajena al Liberalismo y la masonería.
Por eso precisamente, este Ier Congreso debe ser el punto de arranque de una gran convocatoria para la defensa íntegra de la Fe católica, para trabajar en política con voluntad decidida y firme, y luego atender a la prudencia sabiendo que Dios proveerá. Dicho de otra manera: es preciso optar por la Patria y el catolicismo integrales, en lo privado y lo público.
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Isabel María Salazar Ecuador, miembro de la familia Salazar cuyos predecesores trabajaron junto a García Moreno, narró cómo su abuelo encontró los restos mortales del presidente asesinado. Agradeció a la juventud ecuatoriana la organización del Congreso, y les animó a cultivar la historia del pueblo ecuatoriano, porque quien se olvida de la memoria histórica a la larga se olvidará de Dios, toda vez que en la historia se advierte y vive la presencia de Dios providente. En sus tiempos y en los nuestros, Dios utiliza tiempos difíciles para traer algo grande.
En la primera parte de su charla, la ponente narró el hallazgo de los restos en 1975, siguiendo el libro de Francisco Salazar Alvarado, Encuentro con la historia: García Moreno, líder católico de Latinoamérica (2005). (Sobre este libro, quien este escribe hizo una recensión en la revista “Verbo”, nº 449-450, XI-XII-2006, p. 833-841). La segunda parte de la charla trató sobre la actualidad, cuando algunos han sacado maliciosamente a García Moreno de la historia para que se le olvide. Ello es así aunque para ciertos historiadores opuestos a García Moreno, la ecuatorianidad comienza con él. Así, por justicia hacia el presente y la persona de García Moreno, por lo que éste significa y por su obra, se tiene que dar a conocer su figura.
En efecto, en sus dos extensos mandatos, la relación Iglesia-Estado fue fecunda, mostró que con los principios del Evangelio son necesarios para el desarrollo de los pueblos y que, sin ellos, las naciones se pierden. Ahí está la corrupción, la inseguridad, falta de recursos y deudas del Ecuador de hoy. Él reconocía: “De no ser porque levanté lo ojos al cielo, hubiera caído en la desesperación”. Su mensaje presidencial no fueron meras ideas, ni sobre quién tiene o no la razón, sino hechos patentes en favor del bien común y no sólo del orden público), y la unidad y reconciliación entre los ecuatorianos.
Los ejes de su política fueron: 1º Dios, la religión y la moral católica como fundamento del hombre y las sociedades. 2º Del progreso moral se llega al progreso material. (Esto nos recuerda el título de una pastoral de San Ezequiel Moreno y Díaz, obispo de Pasto en Colombia: “Por la religión y, como consecuencia, por la patria”, 1904). 3º Transparencia y honradez en el manejo de las finanzas públicas 4º La magnitud del proyecto Garciano resultó socialmente amplísima, pues se preocupó de todas las áreas: la niñez, juventud y mujer, los artesanos, obreros y oficios, los indígenas, la administración pública y de justicia… 5º Un sistema nacional de educación acorde con el lema de escuela católica para la juventud católica. En Ecuador la educación ha sido laica durante un siglo, contrariando los derechos de las familias católicas y vulnerando los principios católicos, lo que exige recuperar la libertad de enseñanza para la niñez y juventud católica. 6º La humildad de los gobernantes. Don Gabriel tenía un temperamento apasionado y vehemente, algo necesario para llevar a cabo tantísimas obras como las que realizó. Al final de su vida, nuestro hombre fué modelado y se dejó esculpir (sin duda por la mano divina). En él se aplica el deseo del Papa Francisco I: “Humildad y amor al pueblo deben ser las características esenciales de quienes gobiernan”. En estos seis ejes se puede analizar la vida, obras y mensaje de García Moreno.
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El dr. Rino Cammilleri desarrolló, en italiano, la importancia de García Moreno para la apologética contemporánea. La falta de traducción simultánea y nuestro parcial desconocimiento del idioma de Petrarca, hace que renunciemos al riesgo que conlleva hacer el resumen de su ponencia.
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Después de un vídeo brevísimo con el testimonio del rector del colegio de jesuitas, mostrando un busto de García Moreno en esa época –es conocida la amistad de García Moreno con el P. Eizaguirre en 1858-, se dio lectura a una hermosa carta de Gil de la Pisa Antolín (Barcelona), escrita una vez que renunció a dictar una conferencia basada en su tesis doctoral sobre García Moreno.
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Fue estupenda la conferencia del joven David López, director del “Proyecto Gladium”, desde México. Explicó la importancia de García Moreno para los cristeros a través del beato Anacleto González Flores. Existen grandes similitudes entre ambos colosos. Ante problemas prácticos similares, González Flores se inspiró en García Moreno, trabajó como él en lo social y político, fundó los semanarios “Palabra” y “Gladium” y seis círculos de estudios, basó su espiritualidad en Cristo Rey (Pío XI, encíclica “Quas Primas”), y echó abajo los decretos de 1913 y 1927 por anticatólicos, mediante la vía legal e institucional. El ponente insistió en esto último. Al igual que García Moreno, para combatir la Revolución en México con éxito no era necesario el derramamiento de sangre, sino que se podía utilizar la vía legal, esto es, las instituciones políticas. González Flores sabía que no se puede gobernar sin Dios, que las Constituciones políticas deben estar impregnadas del espíritu del Evangelio, y que es urgente contrarrestar el laicismo. Cuando fue martirizado y luego fusilado (+ 1927), dijo -sin duda recordando a García Moreno-: “¡Por segunda vez escuchen las Américas este grito: yo muero, pero Dios no muere, ¡viva Cristo Rey!”. El legado de don Anacleto sigue vivo, pues el día de su solemne beatificación el lugar se lleno de mexicanos.
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El dr. Marcel Barboza, profesor de filosofía en Brasil, se dirigió en portugués. Mostró la creciente admiración que existe hacia García Moreno en el enorme Brasil, y expuso cómo vivió el presidente por el que se organiza el Congreso. Su adscripción al partido conservador no significa que fuese liberal conservador, pues iba mucho más allá que los liberales moderados o falsos católicos, al trabajar por mantener y reconstruir la civilización católica en Ecuador.
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En la última ponencia, el dr. Alberto Bárcenas Pérez (España, universidad CEU) desarrolló durante más de una hora: “Crónicas de una conspiración. El papel de la masonería en la muerte de García Moreno”. Según el historiador, García Moreno buscó con ansia y logró el progreso del Ecuador. Hizo reformas de todo tipo y mejoró muchísimo la vida de los ecuatorianos. Por eso, la masonería fue contra su vida y su obra. Primero se analizó el asesinato del presidente, conspiración que él conocía y muerte que previamente aceptó, perdonando a sus asesinos antes de morir.
Después de relatar las reacciones del mundo católico -Menéndez Pelayo, Pío IX, León XIII… en 1975 Mons. Muñoz Vega-, el ponente situó el asesinato desde la teología de la historia, de la mano del mismo García Moreno, que mostró una gran lucidez y clarividencia de por qué le mataban. Primero, el presidente reconocía que “Ésta es la gran cuestión: la lucha entre Dios y Belial”, de modo que “No temo a los hombres porque más alto está Dios”. Después asumió dichosa y ejemplarmente su muerte a modo de crónica de una muerte anunciada. Finalmente, como sabía por qué le mataban, exclamó estando agonizante: “¡Dios no muere!”.
Quizás sea para justificar el horrible asesinato o magnicidio, la víctima ha sido denostada, deformada y despreciada. Por eso necesita una justa reivindicación, máxime porque su obra no es irrelevante, afecta a la historia de la Iglesia y del Ecuador, y de ella se pueden obtener fecundas enseñanzas. Ahí estaban las logias de Colombia y Perú (en Ecuador no había) con órdenes de las logias de Alemania. Como la identidad de los países americanos es el catolicismo, la masonería fue y va contra el catolicismo, pues a medida que éste disminuye todo lo demás es más fácil. La masonería busca las almas, y es capaz de renunciar a todo (economía, política exterior...) con tal de controlar la educación, modelarla desde el Estado y en un sentido laicista. Por su parte, García Moreno se dedicó de lleno a la educación de los niños y jóvenes con un gran éxito, haciéndolo al servicio de las familias y la Iglesia en quienes estas confiaban, ya salvaguardando sus derechos ya ofreciéndoles medios.
Un laico o seglar, que creemos merece estar en los altares, se adelantó nada menos que a León XIII cuando, éste, al inicio de su encíclica Humanum genus (1884) donde condena la masonería, dijo que la gran cuestión era, recordando a San Agustín, la lucha entre “el reino de Dios en la tierra, es decir, la Iglesia verdadera de Jesucristo” y el “reino de Satanás”. También se adelantó a muchos cuando el mismo laico observó la necesidad de una educación práctica, la educación cristiana de la juventud, sabiendo que sin ella se llega finalmente a la barbarie. Por último, se adelantó también al advertir la destrucción de los pueblos que abandonan el espíritu cristiano y la doctrina de la Iglesia.
Al final, acabada la ponencia, la participación de los asistentes fue mayor que después de otras charlas. De ahí que el ponente hizo algunas consideraciones sobre el mundo actual, que recogemos bajo nuestra exclusiva responsabilidad. A pesar de los muchos circunloquios que se suelen dar en estos temas, se imponen las conclusiones sintéticas siguientes.
Para el ponente, la actitud del demócrata actual es de escepticismo, mientras que la actitud católica cree en la Verdad. Este escepticismo establece que todo vale, que el yo establece el bien y el mal, lo que origina una forma de relativismo. Así se genera la llamada dictadura del relativismo, que a su vez provoca una total inversión del orden natural. Aparece una nueva esclavitud, al considerar –por ejemplo- que el hijo en el vientre materno es esclavo de su madre. Es la barbarie. Incluso la ley natural se ha convertido en una peculiaridad católica, porque es un hecho sociológico que muchos no creen en ella.
Otra cuestión: no hay negociación o concesión posible con el enemigo malo. Es preciso hablar con toda contundencia, diciendo la verdad aunque suene duro, pues existen políticas que provocan la destrucción de los pueblos y esto es pero que muy serio.
En tercer lugar, hay jóvenes que se acercan a la masonería –ella es la que “elige”- porque les prometen contactos personales a modo de agencia encubierta de colocación. Además, les prometen un conocimiento tan elevado que el candidato cree que será superior a los demás. Este orgullo le hará pensar que lo único digno de adoración es el hombre. Esto es servir a Lucifer sin saberlo. En realidad, a medida que más te encumbra la masonería, es más difícil salirse de la secta. La posición de quien se adentra en ésta, se resumiría así: “no necesito Redentor”. No pocos conversos cuentan todo esto.
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Don Carlos Guerrero, presidente del ING, subrayó que fue García Moreno -y no Eloy Alfaro como algunos piensan- quien fijó los símbolos patrios de los ecuatorianos: a bandera tricolor, el Día Nacional, el himno nacional con la letra que el doctor García Moreno escuchó el 10-VIII-1870, el sello postal (correos) del país, la moneda única, y tantos otros símbolos y representaciones, además de obras mil. Firmó el Concordato con la Santa Sede el 26-IX-1863, que expresa cómo la Iglesia católica, a la que pertenecía el 95% de los ecuatorianos, fue la piedra angular del proyecto Garciano. Exigió a Pío IX la reforma del clero, atrajo instituciones religiosas a las que encargó la educación y la sanidad, y fue el único presidente del mundo que protestó por la invasión de los Estados Pontificios, lo que el Papa reconoció agradecido.
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Don Julio Matías pronunció las palabras finales de agradecimiento a los muchos colaboradores en la compleja organización del Congreso, a los conferenciantes, a los centenares de inscritos en él, a los participantes en redes sociales, a Mons. Héctor Aguer y Mons. Atanasio Schneider por su apoyo y bendición, y a los gobernantes de Ecuador, a quienes se apoyará para todo lo bueno y verdadero. Al refundar el Instituto Nacional Garciano les han dicho: “Vds. no están equivocados, están en el camino recto”. Por eso tienen gozo en el presente y esperanza en el futuro.
Al comienzo del Congreso se planteó esta pregunta: ¿Cómo nos han querido engañar sobre el presidente García Moreno? ¿Cómo se ha llegado a esto? Pues bien, lo expuesto en el Congreso responde perfectamente a estas preguntas e inquietudes.
Para terminar, del amplio legado de García Moreno conviene resaltar en primer lugar: “sólo bajo la Cruz, Ecuador será Ecuador, y los ecuatoriano verdaderamente ecuatorianos”, y sólo bajo la Cruz es posible el progreso y desarrollo armónico de los pueblos.
Nuestra enhorabuena al Ier Congreso Internacional Garciano.
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Nuestra aportación personal en el post Congreso.
En primer lugar, se sabe que, puestos a juzgar a los jefes de Estado, los conoceremos por sus obras y frutos, tanto en el Ecuador de 1875 como en la España de 1975. A pesar de la distancia de 100 años, es muy intenso el parecido entre los jefes de Estado de ambos países en su respectivo momento, incluido el amor que tuvieron de gran parte del pueblo, y el odio de algunos en vida y sobre todo la tergiversación y cobardía de estos post mortem.
Si los hombres fallan, “Dios no muere”, repetía el moribundo García Moreno al ser asesinado sin duda por la masonería. Y el eco repitió durante décadas el “Dios no muere” garciano, exclamación que se convirtió en grito durante la guerra cristera de México, y que alentó a los que sufrieron la sistemática persecución contra la Iglesia católica en la España de 1936-1939 o bien combatieron en legítima defensa en los distintos frentes de guerra. El “Dios no muere”, ha tenido el éxito de los santos para quedarse en la conciencia de quienes hoy anhelan dar una respuesta verdadera a nuestro trágicos días. Para recordarlo, admirar y renovar el bien, sirve el estudio de la historia.
Nos interesa destacar lo que dijo el mexicano David López, y es que para combatir la Revolución con éxito, no fue necesario el derramamiento de sangre en México, sino que se utilizó a veces con éxito la vía legal, esto es, las instituciones políticas existentes. Otra cuestión es el caso de la legítima defensa in extremis con las condiciones establecidas que la justifiquen.
Si se trata de indicar alguna insuficiencia en el Congreso, quizás fuese interesante analizar la obra garciana después de 1875. Sabemos que la obra de García Moreno no desapareció inmediatamente y que los conservadores se mantendrán en el poder veinte años más, ya por la consistencia política de la obra de García Moreno ya por otros motivos. La revolución liberal triunfará en 1895 con Eloy Alfaro.
En tercer lugar, vamos a aportar a modo de ejemplo y para demostrar la fuerza de los santos en las coordenadas espacio-temporales, la admiración que, en sucesivas ocasiones y de forma mantenida, la revista católica e ilustrada de Pamplona (España), titulada “La Avalancha”, mostró por García Moreno durante los años de su publicación de 1895 a 1950. Este quincenal lo dirigió la Biblioteca Católico-Propagandista de Pamplona, capital del viejo Reino de Navarra. Hasta 1910, la revista se imprimió en los talleres de Joaquín Lorda y su Viuda, y, tras ello, en la imprenta de Jesús García, ambas de Pamplona.
Señalo las fechas, el número, la página y el contenido de la información que he encontrado sobre el presidente ecuatoriano:
24-I-1899, nº 93, p. 9, aplaude al “mártir del derecho católico que se llamó García Moreno”
8-V-1900 nº 124 p. 104, le menciona como “mártir del derecho cristiano”
24-VII-1900 nº 129, p. 166, recoge un artículo breve aunque sea el más extenso de los encontrado.
24-I-1902 nº 165, p. 13, es una extensa Nota laudatoria
24-XII-1904 nº 235, p. 301, cita a García Moreno en el artículo de Hilario Olazarán titulado “Don Adolfo Clavarana”.
25-II-1907 nº 287 p. 47
8-VI-1908 nº 318 p. 122
9-III-1914 nº 453 p. 58, aporta un artículo breve.
8-XI-1915 nº 451 (493) p. 255
8-VIII-1929 nº 825, p. 234-5, menciona el LIV aniversario de la muerte del presidente García Moreno.
“La Avalancha, 24-VII-1900” nº 129
“GARCÍA MORENO. El día 6 del próximo mes se celebrará el XXV aniversario de la muerte del célebre García Moreno, Presidente de la República del Ecuador, asesinado impía y vilmente por la infernal masonería el 6 de Agosto de 1875.
Fue campeón del catolicismo y dechado de Soberanos. Ante la enérgica protesta que hizo contra la usurpación del Poder temporal del Papa, dijo Pío IX conmovido: -¡Ah, si éste fuese un Rey poderoso, el Papa tendría un apoyo en este mundo! – . Y dándole la gracias, le escribía: “Este acto de energía Nos a consolado sobre manera… Por lo cual hemos resuelto en testimonio de nuestra benevolencia… nombraros Caballero de primera clase de la Orden de Pío IX”. Al tener noticia del asesinato, el mismo Pio IX, escribió llorando su epitafio: “Cayó bajo el hierro del asesino, víctima de su fé y de su caridad cristiana para con la Patria”. Y León XIII le aplicó aquellas frases con que se honra á los mártires Tomas de Canterbury y Estanislao de Polonia: “Sucumbió por la Iglesia, bajo el filo de la espada de los impíos”.
Al conmemorarse el aniversario de la muerte del mártir de la política cristiana merece recordarse el fin desastroso que han tenido los que asesinaron a piadoso García Moreno, por el crimen de consagrarse aquel país al Corazón de Jesús.
El cabecilla de los masones, Rayo, fue muerto por la soldadesca; Cornejo y Campuzano, por la justicia; Sánchez en Manini, de un tiro; Ceballos, por una cornisa que se desprendió de un edificio en Paris; Maldonado, por un masón de Lacatunga, que le clavo una bala en la frente, y Polanco, por una bala perdida, en ocasión en que hacían fuego sus soldados á un estandarte de Corazón de Jesús y blasfemaba él como un demonio.
¿Lo veis sectarios de allá y de aquí que ladráis como perros rabiosos contra el Corazón de Jesús y destruís las pacas benditas? Escarmentad en cabeza de otros… Y si no, ateneos á las resultas”.
“La Avalancha, 9-III-1914” nº 453
En honor de García Moreno. En el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Barcelona, a cargo de los PP. Jesuitas, se ha celebrado recientemente un solemne acto literario musical en honor de García Moreno.
El hermoso salón de actos esta artísticamente adornado. En el centro del estrado y sobre fondo rojo se destacaba un busto del grande hombre en honor del cual tenía lugar el acto, encima de una columna en la que se veían la fechas de su nacimiento y muerte (1821-1875). Como correspondía a su patriotismo, servía de dosel a la estatua la bandera de su patria, en la que estaba escrita la frase que resume toda su política:”Libertad para todo y para todos, menos para el mal”. A manera de aureola coronaba su aveza una artística inscripción con sus inmortales palabras: Dios no muere.
Ocuparon la presidencia el R.P. Provincial, acompañado del R.P. Rector y los cónsules del Ecuador, Uruguay, Nicaragua y otras distinguidas personalidades.
A los armoniosos acordes del himno nacional del Ecuador dió principio al acto, que fué una perfecta representación, en pequeños cuadros y escenas, de la epopeya de la vida del mártir de la religión y de la patria. En ellos se presenta al hombre extraordinario, de carácter enérgico y bondadoso, amante de la fe, de la justicia y de su patria, a la que providencialmente salvó del abismo del desorden y la anarquía en que se precipitaba.
Todos los cuadros escénicos y composiciones líricas fueron muy aplaudidos, resultando una fiesta brillante, de altas y provechosas enseñanzas.
Nuestra felicitación a los PP. Jesuitas que de este modo inculcan en el corazón de sus alumnos los principios que son el fundamento del orden religioso y social que en tan alto grado encarnó García Moreno”
“La Avalancha”, 25-II-1907, nº 287
Republicano y católico. No es la forma republicana lo que la Iglesia rechaza, sino el fondo hostil y anticristiano de muchos republicanos.
Alonso Candamo, presidente de la republica del Perú, muerto en 1904, dejó muchos recuerdos de su figura parecidos al gran García Moreno, presidente de la República del Ecuador.
Así, al posesionarse Candamo de la presidencia, pidió jurar solemnemente la constitución ante un crucifijo, y prometió expresamente defender la Religión; y cuando vio acercarse la muerte, recibió de un modo ejemplarísimo los santos sacramento. La irreligión no sirve para la prosperidad de las Repúblicas, sino para el medro ilícito de sus gobernantes y para la destrucción del Estado”.
“La Avalancha”,24-I-1902, nº 165
“La Milicia del periodismo católico. En una de las sangrientas revueltas de la república del Ecuador, que en pocos años ha ido descendiendo hasta convertirse en refugio y guarida de sectarios ávidos de sangre, quienes desde el Gobierno están acabando con la obra y con la patria de García Moreno, ocurrió un caso verdaderamente notable, y fue el de un periodista católico que selló con su sangre las ideas que defendía. Estorbaba á los planes revolucionarios, y Revolución quito el estorbo suprimiendo al que lo representaba sin formación de causa y contra toda justicia.
Ahí tienen los periodistas católicos abogado y patrón, el día que se quieran constituir en gremio, porque según el relato de la prensa americana y europea y por todas las señales del caso, el periodista ecuatoriano fue mártir de la fe de Cristo, y á estas hora estará gozando del premio reservado al vencedor. Para que se vea el cumplimiento de la palabra del Espíritu Santo sobre el poder de Dios, que puede convertir en hijos de Abraham hasta las piedras. Y para que se vea cómo en la general apostasía y rebajamiento de los hombres, hay glorias excepcionales, y una de ellas corresponde de derecho á un ejemplar de la más sufrida de todas las condiciones, la del periodista católico, que lucha por los derechos de Cristo en los pueblos que se llaman católicos, acosado, estrechado y maldecido por los liberales… y por la mayor parte de los que pasan por católicos, también (…)”.
Por último, San Ezequiel Moreno y Díaz (+ 1906), obispo de Pasto (Colombia), tuvo presente en sus Pastorales la persona y ejemplo cristiano de García Moreno. Así como éste expresó el “¡¡Dios no muere!!”, San Ezequiel se caracterizó por declarar que “El Liberalismo es pecado”, esto es, pecado de naturalismo, racionalismo y secularización aplicados a la vida social y política. También repitió incansable el “¡Dios lo quiere!”, refiriéndose al combate por la Fe.
El obispo de Pasto sólo se refirió expresamente a García Moreno en algunas ocasiones. Si no fueron muchas, quizás fuese porque en sus Pastorales recogía con mucha frecuencia el espíritu de García Moreno. Quizás así quería evitar evidencias, o, debido a su cargo episcopal, aparentar seguidismo alguno hacia un laico, o bien evitar adelantarse a solicitar su canonización. A ello se sumaba la circunstancia del conflicto armado que el Ecuador, por entonces liberal, mantenía contra Colombia. Recordemos su Circular del 30-XI-1900 (pág. 252) y la Carta Pastoral del 1-II-1901. En ésta última, exclama:
Pasto es una bella ciudad colombiana próxima a la frontera con Ecuador. Su obispo Mons. Moreno y Díaz tenía que estar vigilante por la propaganda liberal que llegaba de un Ecuador dominado por los revolucionarios liberales, lo que García Moreno predijo que iba a ocurrir. Según dicho obispo, por entonces en el gobierno de Ecuador “dominan y mandan masones liberales y toda clase de enemigos de Nuestro Señor Jesucristo y de su santa Religión” (Carta Pastoral, 12-II-1897). Ecuador hizo la guerra a Colombia. Ésta sufrirá la guerra civil de “los Mil Días” a favor y en contra del Liberalismo, con el triunfo de los no liberales.
En el complicado ambiente de la época, San Ezequiel denunció las falsas conciliaciones, concordias y transigencias prácticas de los católicos con el liberalismo y los liberales. También promovió la consagración de la sociedad al Sgdo. Corazón de Jesús. Sus pastorales, enérgicas por el celo de la fe ante la propaganda liberal, conectan absolutamente con el espíritu, los temas religiosos y el ejemplo de García Moreno. El título de una de estas pastorales viene como anillo al dedo a García Moreno: “Por la Religión y, como consecuencia por la Patria” (1904). Este es el orden de prelación de García Moreno, aunque sin instrumentalizar en absoluto la Patria, todo lo contrario, amándola con el mismo amor que amó a Dios.
En el prólogo a la colección de Cartas Pastorales y otros escritos de San Ezequiel Moreno y Díaz, dice el obispo fray Toribio Minguella y Arnedo sobre García Moreno:
“En Agosto de 1875 fue víctima de alevosa muerte el hombre de más talla política, y quizás también religiosa, que ha producido la América, el gran García Moreno, el que por espacio de catorce años había gobernado el Ecuador, elevando aquella República á inconmensurable altura moral, científica y de verdadero progreso. Hallábase entonces aquel país tan en plena tesis católica y disfrutaba de tanta paz, que los asesinos y los mandatarios, en cuyos planes de revolución entraba sin duda el pánico que había de producir la muerte del Presidente, vieron frustrado todos sus cálculos: la sangre del mártir enardeció la fe y el patriotismo de los ecuatorianos, y no se turbó el orden público”. Después se menciona el asesinato del arzobispo de Quito Checa y Barba. (pág. VI-VII).
Después de revisar el texto y comentarlo con otro historiador, advertí en la conversación que la vida de García Moreno se va intensificando poco a poco hasta el día de su asesinato. Un ejemplo es que él esperaba ser asesinado (lo dice claramente en sus cartas), de modo que cada día que pasaba aumentaba la tensión hasta convertir la vida en una intensa y a modo de escalofriante novedad. Intentar adentrarse en el personaje es sufrir algo con él. Sí, don Gabriel García Moreno fue un gran hombre, un buen cristiano, y seguramente subió al Cielo nada más expirar. Incluso, lo que ocurrió el mismo día del asesinato, adquiere una intensidad increíble: soledad absoluta, preparación ensimismada de su discurso ante la Cámara, oración seria e íntima, varios asesinos en siniestra complicidad, machetazos, disparos a bocajarro, salpicaduras de sangre martirial, y una larga agonía. Él conocía a Rayo, pensaba que era un buen cristiano, y Rayo le mató por la espalda (Adro Xavier). Pero “¡Dios no muere!” y, por eso, tampoco ha muerto García Moreno, que D. m. está entre nosotros.
Esta crónica del Congreso no ha querido ser final y totalmente aséptica, pues ni el Congreso lo fue, ni la vida lo es, ni tiene gran sentido serlo en la gran crisis mundial de 2021, que tiene una clara dimensión histórica. La verdad de los hechos, no es contraria –todo lo contrario y siempre que se advierta- a su iluminación básica desde las potencias del alma y sobre todo desde la Fe católica. Este tema no es como la mayoría en el oficio del historiador.
Bibliografía sucinta y algunas fuentes:
Además de la bibliografía citada en el texto:
ADRO XAVIER (seud. Alejandro Rey Stolle), García Moreno. Siglo XIX. Hispanoamérica Ecuatorial, Barcelona, Ed. Casals, 1991, 520 pp.
GARRALDA ARIZCUN, José Fermín, “Situación religiosa de Colombia en 1900: San Ezequiel Moreno y Díaz: Una vida por el reinado social de Jesucristo” (I), Madrid, Ed. Speiro, Rev. Verbo” nº 321-322 (enero-feb. 1994) pág. 149-205; (y II) ídem. nº 323-324 (marzo-abril 1994), pág. 361-403. Otros autores han tratado la biografía del obispo de Pasto por extenso.
MORENO Y DÍAZ, Ezequiel, Cartas pastorales, circulares y otros escritos, Madrid, Imp. De la Hija de Gómez Fuentenebro, 1908, XVI + 599 pp.
Revista Ilustrada “La Avalancha”, Pamplona, Biblioteca Católico-Propagandista. Es una fuente de hemeroteca para realizar la aportación personal del final.
Sobre García Moreno:
https://nobility.org/2012/08/06/garcia-moreno/
https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Garc%C3%ADa_Moreno
https://www.terraecuador.net/revista_38/38_garcia_moreno.htm
Sobre el beato Anacleto González Flores y sus compañeros:
Sobre San Ezequiel Moreno y Díaz:
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Fotografías de “La Avalancha” tomadas por el autor.