(Por José Fermín Garralda) -
Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo, presidente de Comunión Tradicionalista Carlista, cede el testigo a Javier Garisoain Otero en el XIVº Congreso Nacional de CTC celebrado en Madrid el 15 y 16-X-2022.
Gracias, muchísimas gracias, Telmo Aldaz, por haberte arriesgado y sacrificado profesionalmente estos años de tu madurez joven, como nuestro presidente, por esforzarte en estar junto a los jóvenes y familias, por estar presente en todos los lugares de España que te ha sido posible, y por llevar el barco de la Comunión hasta buen puerto por la dificilísima "derrota" marina del covid, así como de cualquier situación por rara que nos parezca.
No nos cabe duda que, manteniendo el sacrificio, seguirás activo entre nosotros. Por eso, estas líneas son lo más contrario a una despida de impostada cortesía, pues desean significar lo que somos y necesitamos. Necesitamos -de verdad- que sigas siendo líder y ejemplo para nuestros jóvenes y familias -a las que ellos pertenecen-, los campamentos y jornadistas "borgoñones", a quienes debieras cuidar especialmente, ayudar a formar y multiplicarse... porque tienen en presente el germen del futuro. La importancia de esto la hemos redescubierto de nuevo. Queremos que lleves la voz de España y la Tradición de las Españas como embajador por toda Hispanoamérica, y desearíamos que también te encargasen del Premio Hispanidad capitán Carlos Etayo, y, por supuesto, de impulsar en la medida que puedas todos nuestros eventos.
Síguenos recordando la necesidad de preferir la claridad, y la firmeza in extremis, a la vista de todos; el servicio rotundo y desinteresado al bien general en el discurrir de la vida, por encima de todo lío, interés particular o situaciones extrañas, siempre en cumplimiento de las obligaciones estatutarias vigentes.
Necesitamos la necesaria flexibilidad y firmeza en el actuar humano; la sencillez frente a la impostación del cargo; figurar no como "figurón" sino como quien realmente sirve, es eficaz, y dispone con rotundidad cuando es necesario. Necesitamos el equipo, la jerarquía y disciplina básica para conducir la tripulación a buen puerto, y tu desvelo y defensa práctica de la justicia social, que primeramente se extiende a quien trabaja para nosotros.
Nuestras familias con sus jóvenes y niños, nuestros veteranos, todos, los muchos simpatizantes -que debieran afiliarse-, los afiliados de siempre y los numerosos de última hora, los convocados y no convocados, y los que desempeñan algún cargo (o carga, inmensa la de nuestros secretario general y tesorero de la Comunión, a quienes tanto agradecemos sus desvelos), por muy brillantes profesionales que todos sean, todos necesitamos, Telmo, personas con tu viveza alegre y confiada, tu convicción y empuje, tu llaneza, tu capacidad y nobleza para hacer amigos y responder a las contradicciones con responsabilidad, y tu conocimiento de mundo y de distintos entornos y situaciones. Conoces, eres muy conocido, y tu eres nuestro mejor embajador, con la Causa de Dios - Patria - Rey por encima de todo. Con las limitaciones de todos, has sido -porque eres- un firme y noble capitán.
Quiero terminar este agradecimiento, redactado en un fluir a trompicones con permiso del amable lector y sobre todo de aquel a quien se dirige, con dos fragmentos del gran Carlos VII, insertos en mi ponencia "larga" (que sólo envié a algunos, pues la que conocéis es la "corta"), fragmentos destacados en los primeros boletines de "Acción Carlista" de 1986, en la fecha del Ier Congreso de unidad de los carlistas. Es un aviso a navegantes ante la galerna o bien en la "calma chicha":
Carlos VII escribió en su Diario:
“He dicho, y he dicho concisamente, cuál es nuestra situación, cuáles los síntomas, cuáles las esperanzas, y también he dicho dónde están las esperanzas y también he dicho dónde está el triunfo, pero he guardado silencio sobre el resultado. Claro está que si no hubiese tanto majadero, el triunfo sería seguro, pero la partícula SI lo hace dudoso (…) Sí pensaba, pero no veía tan claro como hoy. Como hoy veía el triunfo, pero no creía que nos costaría tan caro y que quizás lo pondrían en peligro ambiciones bastardas y tonterías sobre todo (…)” (citado por Santiago Arellano en “La hora del Carlismo” (Acción Carlista 2º Tr. 1986, p. 1).
De nuevo Carlos VII:
“Durante el largo y accidentado período de mi vida, mil veces he oído decir en torno mío: pasó la ocasión; esta vez sí que se hundió la Causa; todo se acabó. Y cada vez que lo oía, encogíame de hombros. Una Causa como la mía, que es la Causa de España y del Derecho, no perece nunca, es inmortal. Los que se hunden son los desalentados, los cobardes, los hombres de poca fe, los que por intereses particulares, o sentimentalismo del momento, se cobijan de paso bajo nuestra gloriosa enseña, no tanto para defenderla como para ser defendidos por ella. Al presenciar esos decaimientos, contestaba desde el fondo del alma: adelante, que fue la divisa de mis primeros años, como hoy contesto: haz lo que debas, y suceda lo que Dios quiera” (Acción Carlista 2º Tr. 1986, p. 1).
(Sólo añadiré que la vanidad de la apariencia o del poder es el principal peligro de los tontainas. También informo con cierto orgullo que el presidente saliente y el entrante de la Comunión Tradicionalista Carlista son navarros).
Desde el milenario Reino de Navarra, un gran abrazo a la nobleza de cuna y de alma, cuando dejas la presidencia de la Comunión por la puerta grande del servicio bien hecho.
José Fermín Garralda. Pte. de la CTC de Navarra
Fotos: JFG2022
(1) Telmo Aldaz, Ldo. en Derecho, marino y explorador.
(Tomado del digital "Ahora Información" 18-X-2022)