El sentido de la defensa de la bandera de Navarra frente a la ikurriña (2)

Trampas liberales y después separatistas, más comodidad en la praxis conservadora.

1. Ayer fue la entrega de la verdadera Navarra con trampas en la transición/ruptura de 1978, y desde entonces hasta hoy se ven las trampas posteriores a la entrega

LA ACELERACIÓN de la actual crisis ha hecho que muchos navarros se resistan a dilapidar la herencia recibida de sus abuelos y padres.

¿Qué ha ocurrido hasta ahora?

En primer lugar, que el liberalismo de la década de los setenta, de forma positiva o por omisión, y en algunos como reacción a los excesos de los planteamientos intervencionistas del socialismo, ha traído el abandono teórico-práctico de lo que era Navarra. Promovió la costumbre de dejar hacer, y ello mientras los euzcadianos porque marxistas trabajaban de firme, incluso atizando el terrorismo etarra y urbano, en ese tiempo la cara ilegal cultivada por el marxismo.

Navarra ha vivido durante más de cuatro décadas de rentas sociológicas, espirituales y religiosas. No ha construido gran cosa porque el liberalismo es malo y desvertebra la sociedad, es ingenuo y no conoce la obligación ni de frenar el mal ni de ayudar a sembrar el bien, y, sobre todo, da libertad al mal que todo lo deshace.

En segundo lugar, los navarros han sido víctima de muchos engaños en la etapa de la transición-ruptura de las instituciones forales. Y eso que la última Diputación del vicepresidente Amadeo Marco Ilincheta (cuatro diputados forales fueron fieles a sus juramentos frente a tres, como escribió Juan Indave Nuin) fue perfectamente leal a Navarra.

Entre los engaños a los que nos referimos estaban las consideraciones siguientes:

1. La política para los políticos, lo que ya venía del mal llamado “franquismo”.

2. Que sobre todo me dejen a mi en libertad y, para justificarlo, que dejen si quieren libertad para lo malo y vicioso, posicionamiento que procede de la mal llamada democracia cristiana y clerical.

3. Desengancharse de las instituciones buenas que había en el llamado “franquismo” sociológico, por motivos igualmente sociológicos de quedar bien, de hacerse todo con todos pero en este caso para perjudicar a todos, de mostrar un oportunismo desleal a los principios y a las personas etc.

4. Declarar el equívoco de la igualdad absoluta (igualitarismo) de todos y de todo ante la ley, confundiendo las personas con sus hechos, y lo esencial de las circunstancias.

5. Olvidarse de la dimensión trascendente del poder político y de nuestra vida en sociedad, creyendo que así no iba a mezclar religión y política, afirmación por otra parte falaz, y que conllevará el escándalo del sostenimiento de la democracia liberal por la jerarquía católica española, con los pésimos resultados que vemos hoy, cuando los católicos están sin partido político salvo aquellos que por ahora no tienen representación parlamentaria.

6. Calmar a los que buscan la síntesis provocando para ello antítesis.

7. El seguidismo de la política de Madrid como si el Fuero no implicase derechos propios y verdaderamente pre o para constitucionales etc..

Esto es lo que llamamos la entrega de los valores y principios de Navarra al liberalismo, realizada con trampas desde 1976 por lo mismo que España cayó en la trampa de la dicotomía siguiente: o dictadura (que desde todos los puntos de vista nada tenía que ver con las de Europa oriental) o democracia, pero ésta el clave liberal-socialista. Así, desde 1978 los navarros se abandonaron a los partidos políticos liberales como UCD, que hicieron la ruptura política con la sana y próspera Navarra existente, que en parte había sido restaurada no sin tragedia en 1936.

Pero los engaños siguieron, surgiendo recientemente otros: A los anteriores se fueron sumando las subvenciones a las madres que mataban a sus hijos en el seno materno realizadas por los Gobiernos de UPN y Geroa Bai, la adopción de parejas homosexuales impuesta por el Sr. Alli a comienzos de un mes de julio aún sin mandato imperativo alguno, la imposición de Educación para la Ciudadanía por el Sr. Sanz (UPN) adelantándose incluso a lo exigido por el Ministerio de educación del PSOE etc. El PP del sr. Aznar hizo cosas escandalosas y horribles con el voto de los católicos, que ni prometió en las elecciones e incluso que decía vetar, y lo mismo el Sr. Rajoy. Así han pasado los años y el sistema, que era deficiente y hasta corruptor, se ha ido socavando hasta lo indecible. Así estamos, promoviendo todo lo más tronos a las premisas y caldalsos a las consecuencias. Ahora el PP (Cristina Cifuentes) de Madrid quita la patria potestad de los padres en la educación de sus hijos por el lobby homosexual, como hizo Rodríguez Zapatero (PSOE) con Educación para la Ciudadanía, y promueve la ideología de género. Los socialistas como el difunto Gregorio Pérez Barba y otros prometieron la desobediencia civil a las leyes del PP -y ¡ay de aquel que les criticaba por la desobediencia que tenían en gala!- , mientras que el PP prohíbe la objeción de conciencia a los católicos. Al PP nacional le costó suprimir Educación para la Ciudadanía aunque la sustituyó por la educación a través de los ejes transversales que ya existían con Felipe González… Para el caso, patatas. Sí, los partidos en el poder mienten con frecuencia, y a ello lo llamamos trampas posteriores a la entrega.

Son las trampas liberales.

Ahora vienen las trampas separatistas.

Justamente por lo anterior, más la costumbre del marxismo en mentir, no nos extrañan las actuales TRAMPAS de los nacional-separatistas de Navarra, cuando suprimen la Ley de símbolos con el objeto de ir colocando la ikurriña tramposamente -pues se trata de es la bandera de otra Comunidad- en los ayuntamientos navarros y otras instituciones públicas. Así meterán la bandera de Euskadi (o Euzcadi) antes de que haya un referéndum en Navarra para consultar si quiere incluirse o no en la CAV (Euskadi). Esto es: al pueblo se le maneja con trampas sobre trampas. Pero no creo que las trampas sean consentidas sino impuestas de hecho por los aprovechados del sistema.

2. El valor de la verdad ante la trampa continuada y la laureada del escudo de la Comunidad Foral.

Contemplemos el valor de la verdad ante las trampas continuadas con ocasión de las estupendas manifestaciones populares en Pamplona y Tudela del 3 de junio.

Es una trampa considerar que la laureada del escudo de Navarra es contraria a la paz y la reconciliación. Hay que explicar que eso no es así. En efecto, la laureada fue todo lo contrario, pues detuvo la Revolución que se avecinaba con deshacer todo. Es el derecho a la legítima defensa. Sin embargo, en 1982 los partidos políticos ideológicos y contrarios a la Cruzada, que estaban “en contra” de lo que no fuese su ideología, identificaron a la laureada con la guerra, enervaron las conciencias, agriaron el ambiente con las tensiones y propagandas, convirtieron la realidad en artificio, y no se les debió hacer caso. Y la quitaron.

Buena parte del pueblo navarro se manifestó en Pamplona y Tudela el 3 de junio con el pabellón rojo y el escudo con sus cadenas, la esmeralda y la corona rematada con la cruz. Es una pena que la Cruz ya la han quitado del Fuero y la Constitución con fatales consecuencias, y que ya no se sepa qué es el hombre, la familia y la misma sociedad.

Los carlistas o tradicionalistas, que ya explicaron su posición ante esta gran y simpática manifestación del 3 de junio, y con la que han colaborado popr decir Ikurriña NO, echan en falta la innegociable laureada de orla el escudo y que para ellos perdura en el tiempo. Que el escudo sin laureada lo lleven otros, que suponemos ignorantes de la realidad y los significados. Nosotros no podemos llevarlo. Aunque bastaría para dar colorido el pabellón de Navarra que es sólo rojo, nosotros afirmamos el derecho de la laureada, a sus significados, y a sus realidades.

En la manifestación del 3 de Junio los carlistas llevaron la laureada en imagen y en el pecho, porque no iban a ser los únicos que se iban a quedar sin portar la bandera. Debían estar todos los navarros. A las minorías navarristas hay que respetarlas también en Navarra, máxime cuando la dejación de la laureada en 1982 fue por un voto en el Parlamento (paradójicamente de un tal Zufía, huguista), sin mandato imperativo, de forma ilógica y, lo que es más importante, poniendo por delante de la realidad objetiva el gusto y prepotencia de varios partidos, y una supuesta concordia -que ya existía y cada vez exista menos-

¿Qué es el escudo laureado? La laureada del escudo de Navarra fue el fruto maduro de la Navarra anterior a 1931, fue el espíritu tradicional y secular de los navarros del s. XIX y XX materializado en la defensa de la religión perseguida y la patria amenazada por el laicismo, la masonería y eal estalinismo, fue el esfuerzo objetivo y heroico en Armas frente a la República revolucionaria y el frente de batalla en 1936, y fue la Navarra posterior que se trata -seguimos en el dato objetivo- la época más floreciente que Navarra ha tenido en su historia, con millares de padres de familia honrados, con miles de vocaciones religiosas, sacerdotales y misioneras, con gobernantes estupendos como los vicepresidentes de la Diputación foral, incluidos Félix Huarte y Amadeo Marco, con el “desarrollismo” económico, la industrialización y la revolución urbana de 1960-1975, etc..

En estos temas no se pueden mezclar churras y merinas, ni coger el rábano por las hojas, sino ser sinceros en detectar el significado real de las cosas A partir de 1978 llegó el establecimiento del Liberalismo declarado en las instituciones, ordenado esde Madrid y con la resistencia casi heroica de la última Diputación foral de Navarra, y desde ahí se ha vulnerado una y otra vez la sociedad hasta la actual situación. La alternativa de entonces no era o “franquismo” o “Liberal-socialismo”, sino que estaba presente la tradición arrinconada durante más de un siglo por ideologías, centralismos y tecnocracia, y embadurnada artificialmente en Montejurra de 1976, acontecimiento que sin duda tuvo altas implicaciones de Estado. No en vano los tradicionalistas o carlistas fueron arrinconados y mal vistos en el régimen posterior a la guerra.

Si hablamos de los emblemas utilizados por algunos en la manifestación en Pamplona del 3 de junio, digamos que en los balcones de dos casas lució la laureada. Un grupo lució la pegatina con el escudo laureado en el pecho para que no les confundiesen, lo que a algunos llamó gustosamente la atención. Se repartieron algunos tacos de ellas entre los amigos para su posterior propaganda. Incluso una bandera con el escudo laureado lució desfilando en la manifestación aunque los de “seguridad” ordenasen su retirada, por supuesto que con buenas maneras -sólo faltaba-. Hubo dos mujeres desconocidas con boinas rojas. También lucieron -bien visibles- al menos dos banderas de España con el Corazón de Jesús.

Hemos dicho que una bandera desfiló con el escudo laureado. Pues bien, con solo verlo, uno de la organización se acercó para exigir que por favor (tres veces) se retirase, haciéndole caso por que ellos no eran convocantes y no querían líos que fuesen detectados y tergiversados por la prensa sectaria como Diario de Noticias, Gara u otros.

A cambio de la bandera con el escudo laureado, se exhibió la bandera de España con el Sgdo. Corazón de Jesús, que utilizan los tradicionalistas en España. Un total de dos banderas con el Sgdo. Corazón e Jesús dirigían la mirada de los navarros a lo alto, a la verdadera dimensión de la vida humana y social. Esta bandera ha sido muy apreciada por muchos asistentes, como también el escudo laureado que algunos llevaban en el pecho. Pero en esas estamos: el escudo bien visible en el pecho y quien pueda en el pañuelico de San Fermín con el escudo laureado.

Un signo, un símbolo de lo que algunos de los manifestantes querían.

Ahí estuvo la laureada, aunque ya sabemos a qué atenernos y a qué no renunciar en las manifestaciones donde se sume la partitocracia y se ensanchen los límites de la propia casa para defender tan sólo la muga.

También en la gran manifestación de 2007 hubo laureadas enhiestas -pero no pegatinas al pecho-, muchas más que el año actual de 2017, y varias se salvaron de la persecución de la policía. En 2007 ello produjo que doña Mari Carmen Lafuente, navarra de pro, falleciese esa noche por el disgusto que tuvo ante las dificultades que tuvo para recuperar la bandera de Navarra laureada de manos de la policía foral. Heroína ésta que no olvidamos sino que nos da ejemplo a todos. Al día siguiente a aquel suceso, la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra -Sr. Garisoain y Sr. Garralda- convocó una rueda de prensa en el C.M. Larraona, denunciando el hecho. Está publicado lo que dijeron. Pero volvamos a 2017.

Esta vez no ha ocurrido esta réplica de banderas laureadas, porque las cosas están peor, pues el objetivo del 3-VI-2017 -a diferencia de la relativa seguridad a pesar de los manejos de ZP en 2007- es UN URGENTE ikurriña no, en vez de decir qué es Navarra.

Tener y no tener a la vez la laureada como símbolo de Navarra, es un contrasentido muy propio del intelectualismo oportunista y malminorista.

La manifestación del 3 de junio, a la que los carlistas se han adherido con ilusión en lo que esta podía ofrecer, ha sido de mínimos para declarar: Ikurriña NO. De mínimos no significa que no fuese importante, y la prueba es que los contrarios a Navarra en España están de pataleta monumental. Que purguen sus pecados.

De ésta manera, es evidente que t mucho que hacer. No nos podemos perder en la marea de una Navarra solita pero con leyes y realidades deleznables, pues trabajar de verdad desde Navarra debe ser salvar la Navarra de verdad. La cuestión del escudo laureado o no, no es de oportunidad. Además, cada cuál es lo que es y se debe mostrar como es. Ello no exige que la Comunión como tal deba llevar hoy sus insignias a todos los actos cuando los organizan otros.

El símbolo de Navarra habla de qué Navarra se quiere. Es como la bandera de la revolución francesa, que los católicos se resistieron a utilizarla y sólo la portaron cuando insertaron el sagrado corazón de Jesús en el campo heráldico. Seguramente usar hoy el mismo escudo de la Navarra de siempre pero sin laureada tras 35 años de caer en desuso oficial, no es tan dramático como usar la bandera tricolor. Sin embargo, es muy significativo por la Navarra a la que se renuncia, y porque no puede guardarse silencio ante la ofensiva de la desmemoria histórica, tolerando que la memoria de héroes y mártires sea mancillada. Hay que llevar la laureada con naturalidad. Lo que se debe defender de Navarra o recuperar más allá de la laureada ya es suficientemente contradictorio con lo establecido como para soportar las iras de los partidos mas enrarecidos. Si se explica qué es la laureada, ésta no añadirá más iras en contra que si sólo se plantean otras reformas.

Nada nos debe llevar a negar qué es Navarra: el esfuerzo heroico de Navarra va unido a qué Navarra, y a la Navarra que básicamente se mantuvo después puertas adentro, que es donde estaba su auténtico ser, jurisdicción y poder.

3. La comodidad de la praxis liberal.

Es la comodidad del no ir contracorriente, del malminorismo, del último recurso ya que más bajo hoy no se puede caer.

No sólo importa que Navarra no sea absorbida por Euzkadi, sino qué es Navarra. Su bandera y escudo debieran significar el reconocimiento a Dios por ser Él quien es en cuanto que el hombre es sociable por naturaleza y Él nos quiere en sociedad, la sociedad bien configurada conforme al derecho natural garantizado por el derecho cristiano, las libertades de las familias, las instituciones y sociedades, los Fueros como pacto eqüe-principal entre las dos partes en juego -las autoridades de Navarra y el máximo representante del resto de España-, la solidaridad hacia el resto de los españoles como nación y pueblo, una verdadera representación social en la política, la atención al ámbito de la precariedad, las minorías y el mundo laboral, revalorizar el trabajo al servicio del hombre y la sociedad, y un rey que reine porque gobierne en lo que le competa.

En las corrientes que siguen la praxis liberal se vive más cómodo y aparentemente libre que dentro de una tradición que supone un bagaje, unos saberes y una organización social por mínima que sea.

Se vive más cómodo y libre, pero también y de forma insensible de modo más influenciable, algo ingenuo, inseguro y defraudado si no hay éxitos, sin contraste objetivable respecto a otras épocas, sin garantía de desinterés individual o grupal en el momento, y es menos fiable de cara al futuro.

Esta comodidad se confunde con el deseo de eficacia y el prurito de poner en evidencia que se está inserto en la sociedad a la que se pretende convertir.

Decimos que en realidad se vive más cómodo porque uno parte y se queda en sí mismo -como si cada uno sólo fuese responsable de sí mismo y no debiese comprometer a los demás-, uno es a modo de rey de sí mismo, hace lo que se quiere o desea teniendo el único juicio personal como fundamento último, y no está sujeto a organización y disciplina alguna. Uno elige todo y en cada momento, y claro que eso es liberalismo aplicado al ámbito natural. Como esto no es viable, en realidad se han buscado sus maestros en diferentes organizaciones eclesiales y de influencia social.

José Fermín Garralda

Pamplona, 12-VI-2017