Desde la experiencia: la defensa de la vida en la calle

A por el compromiso pleno Pro Vida (1)

Ahora deseamos realzar la respuesta que, por falta de tiempo y por las circunstancias, no dimos al estupendo matrimonio pamplonica pro vida que nos visitó en la concentración “ABORTO NO. Dios ama al embrión”, celebrada enfrente del Parlamento de Navarra el pasado 25 de julio.

En el artículo anterior “Tres sucesos -no está mal- en la concentración "Aborto No. Dios ama al embrión"…, ofrecimos tres argumentos para mantener la concentración aún siendo pocos los presentes: lo que importa es lo que se lee en la calle, esto es, el mensaje de la pancarta.

Lo que no comentamos con nuestros amigos, aún siendo lo más importante de cara a la famosa "unión" práctica de todos los pro vida que nos proponían, es que la CTC ha estado de lleno en la coordinadora navarra por la vida en las dos grandes etapas que ésta ha atravesado durante años. Así mismo, los de la CTC han colaborado como los que más poniendo carteles en la calle, con su presencia y en otras gestiones, y siempre la CTC ha convocado a sus actos a todos los demás, pero cada uno con su propia pancarta. Los tradicionalistas nunca han querido diluirse entre los demás en este gran tema, cuando precisamente el tema del aborto también es político, y consideran que la llamada derecha política hace una política mala y hasta catastrófica que anula los deseos de la “derecha” social, es decir, del buen hacer, del sentido común y del alma católica de buena parte de la sociedad. Los hechos nos han dado desgraciadamente la razón.

En la primera etapa de la coordinadora navarra por la vida, costó que dejasen que la pancarta de la CTC estuviese entre las otras, y costó atendiendo a que era una pancarta “política”. (Vaya, resulta que decir “Aborto no”, no es política). Ahora bien, en una reunión durante la segunda etapa, la cosa se perfiló definitivamente a beneficio de que la pancarta y actuaciones de la CTC y otros sectores políticos minoritarios y no parlamentarios (AES, DNyE) pudiese estar “entre ellos”. Alguien dijo -y ese pobre argumento fue definitivo- que hoy era necesario expresarse con el colorido que precisamente pone la diversidad social.

Nosotros creemos que el tema del aborto es eminentemente social y por ello político -lo que une-, pero que no debe ser partitocrático -lo que separa-. Es decir, creemos que no debe dividir -sólo faltaba- a los que piensan igual en este tema, que los grupos integrantes no deben utilizar los grandes temas y los apoyos desinteresados de la buena gente para medrar personalmente, que la partitocracia no debe concentrar en sí la proyección política de la voz social, que los grandes principios no se deben confundir con las nobles ambiciones de partido, que Dios debe estar presente en la política como el primer argumento -porque lo es, porque muchos lo creen así, y porque hasta se hace ver a los incrédulos la importancia que lo que se defiende tienen para quienes lo defienden... -.

Los recelos hacia la presencia de siglas políticas actuales en la Coordinadora tenían un toque de justificación precisamente por los errores partitocráticos de la política liberal que imbuye el ambiente -por otra parte admitida por todos salvo por los amigos de dichas siglas-, política que los carlistas siempre rechazaron. Lo llamativo y contradictorio es que quienes aceptaban de hecho la existencia de la política partitocrática -que fagocita de hecho, como hemos visto hasta ahora, la proyección política de la voz social-, estaban tentados a rechazar las siglas políticas no dominantes por antipartitocráticas que se presentasen.

Desde hace años la CTC cursa cada invitación mensual de la concentración “ABORTO NO. Dios ama al embrión”, a muchos miembros de otras organizaciones -a los amigos de Derecho a Vivir etc.- y, antes, a las mismas organizaciones: la pena es que casi ninguno ha venido, y que si alguno de CONCAPA comenzó a venir con mucho entusiasmo relativamente hace poco, de repente lo dejó. Hace ya tiempo estuvieron juntos mensualmente en dos o tres ocasiones, y desde luego siempre lo han estado en las concentraciones anuales, salvo en la última, en que la CTC no fue invitada debido a la dispersión e inoperancia previas de la Coordinadora. Los tradicionalistas quisieron superar esta dispersión e inoperancia creando a una Coordinadora por la vida, criticada por algunos inoperantes Es una pena que no siga la unión mensual, la del día a día, necesaria para la vitalidad del movimiento pro vida, reducido hoy a un status irrelevante.

Nosotros creemos que con ser muy buenos, lo que más importa no son los pequeños Congresos teóricos o académicos cada varios años donde sólo acuden los amigos, se desarrollan en sedes privadas como de la Iglesia, y en lugares lejanos al centro de Pamplona, sino que lo que más importa es la calle y el día a día en la calle. Hay que unir los dos estilos, siendo el estilo de la calle el ordinario y, el congresista, el extraordinario. Mientras nosotros lógicamente -a fuerza de ciudadanos completos- acudimos a ambos ámbitos, otros sólo acuden al primero, que es realmente vistoso y de prestigio… pero poco o nada práctico. Está visto que la calle no busca lo vistoso y el prestigio social, sino sobre todo una voz directa, sincera y sencilla, como también expresan los de SAIN (“No matarás. Dios”).

Lógicamente, entre los congresistas cabrán votantes malminoristas del PP, lo que en la "lucha" en la calle es mucho más difícil, sobre todo cuando una de las siglas concurrentes como la CTC siempre ha denunciado la política abortera del PP. ¿Por qué?; pues porque el malminorista, con la tentación conservadora y semipelagiana, busca llamar la atención, la “buena” imagen, y el éxito, y abandona el trabajo político a la partitocracia -según propugna por otra parte “el sistema” imperante-, mientras que en la calle se lanza el testimonio, y se es rebelde a los estereotipos partitocráticos y a la política liberal, que tanto daño hacen a la sociedad. He aquí el quid de la cuestión.

Lo mismo ha ocurrido en otras etapas de la historia de España -tras 1876, antes de 1923, de 1931 a 1936, tras 1939 y 1976...- , siendo así que los que quieren influir a través de la calle mantienen la tensión social para sacar las castañas del fuego, mientras que a los otros les puede resultar mucho más fácil chaquetear -los hay para todo- con las instituciones de hecho, por aborteras que sean hoy día. Y chaqueteando, así estamos: con un PP mantenido con votos de "católicos" (aunque ni todos ni sólo) tan abortero como la ultraizquierda. Por eso algunos no quieren poner su pancarta con la de la CTC, pues hacerlo podía interpretarse como una crítica al voto del mal menor, y quizás pondrían en evidencia a los partidos del centroderecha.

Pero… tranquilos, que la realidad y cualquier hecho que hagamos, compromete. ¿Manchamos?; no, comprometemos. Y los hechos nos han dado la razón. Con grandes desengaños siguen apareciendo partidos políticos nuevos que, salidos del alma partitocrática o bien aceptando las coordenadas que tanto mal producen, han traído y traerán nuevos desengaños.

Hoy más que nunca, para llegar a la política hay que llegar al hombre de la calle, en la calle misma. Desde luego, no hay política sin sociedad, y si la política liberal ha deshecho la sociedad desde la mala política -aupada por la gente engañada, recuerden cómo la UCD se construyó desde el Estado- los tradicionalistas descubrimos a la sociedad que necesita otra política.

El “o todo o nada” que nos achacan a los tradicionalistas como defecto, significa: “o actuamos en todos los ámbitos con respeto para todos ellos e integrándolos con una proyección política”, o nada, porque hay aspectos del sistema liberal que corrompen. Esto, bien grabado en el alma, quizás permitiese navegar en inmundas aguas.

José Fermín Garralda

  • GARRALDA ARIZCUN, José Fermín, “Aviso en defensa de la vida del “nasciturus”: “Aborto no. Dios ama al embrión, CTC”, col. Bemba nº 3 (2014), 53 pp. Blog historiadenavarraacuba.blogspot.com, entrada sábado 3-I-2015.