Blogs 2020

LA HISTORIA DE YOUNOUSSA

Marina Ramón y Manu Llana

Younoussa Diallo es un chico de 20 años que trabaja en un taller textil en la ciudad de Kedougou, la capital de una de las regiones más pobres de Senegal. Como tantos jóvenes de su edad, se vio obligado a dejar la escuela y a empezar a trabajar de muy joven para poder sobrevivir.

Su padre murió cuando él era pequeño y su madre se tuvo que volver a casar con un hombre que no le quería mantener. Se vio obligado a dejar la pequeña aldea de Nandoumari, situada en la meseta, cerca de la frontera con Guinea Conakry, y buscarse un oficio en la ciudad. Solo en fechas señaladas volvía a su pueblo natal para pasar tiempo con su madre y sus hermanas.

Con esta familia vivieron Manu y Marina, dos biólogos españoles, mientras eran voluntarios en un proyecto de conservación de la naturaleza y desarrollo sostenible del Instituto Jane Goodall en Nadoumari. Fue entonces cuando conocieron a Younoussa, con el que quedaron muy unidos. Esta aldea no dispone de luz eléctrica, el agua se obtiene de pozos y la gente se dedica a la agricultura de subsistencia. No hay tiendas ni transporte público; solo una pequeña escuela y una mezquita.

El puesto de salud más cercano, donde se da una atención muy básica, se sitúa a 6 kilómetros de distancia y hay que bajar la montaña a pie, debido al desnivel del terreno.

A principios de 2017, andando para volver a la casa que compartía con un tío después de una larga jornada laboral, Younoussa se dio cuenta que algo le pasaba a su pierna. Pasó semanas con mucho dolor, una hinchazón muy pronunciada en toda la extremidad y una dificultad creciente para poder andar.

Fue al hospital regional y acudió a curanderos, pero nada conseguía mejorar su situación. Pasaron las semanas hasta que Yakaar África se cruzó en su camino al estar desarrollando una misión sanitaria en esa zona rural. Sabiendo que médicos españoles estaban en la zona, varios vecinos se organizaron para bajar a Younoussa a cuestas hasta el pequeño ambulatorio donde la ONG estaba visitando a enfermos. El chico llegó con fiebre muy alta y con una infección muy avanzada. Le sacaron 70cc de pus de la zona afectada. Estaba al borde de sufrir una sepsis y había un riesgo muy alto de necesidad de amputarle la pierna.

De urgencia, se le mandó al hospital de Kedougou, donde estuvo ingresado durante semanas. Le hicieron una limpieza de la zona afectada y le administraron antibióticos por vía intravenosa.

Desafortunadamente, el hospital donde fue atendido dispone de muy pocos medios y, a pesar de mejorar su situación, creemos que no se llegó a eliminar completamente la infección de su cuerpo. Meses más tarde, recibió el alta, volvió a la aldea de Nadoumari y siguió tomando antiinflamatorios orales. Aún se quejaba del dolor y tenía muchas dificultades para andar, necesitando usar un bastón. Durante los meses posteriores se fue recuperando poco a poco y volvió a Kedougou para trabajar.

Después de haber estado al borde de la muerte, su vida parecía haber vuelto a una cierta normalidad y estaba contento. Pero al cabo de un tiempo, empezó a sentir dolores de forma periódica en la zona de la cadera. A principios de 2019, el dolor era cada vez más fuerte y muy limitante. Le impedía poder caminar y trabajar. En marzo de ese mismo año, se hizo una radiografía de la cadera en el hospital de Kedougou y, sin concretarle exactamente qué le ocurría, los médicos le indicaron que fuera al hospital de Tambacounda, a unos 200km de distancia. Las referencias de ese hospital respecto a casos complicados como el suyo no son nada buenas, ya que tienden a amputar extremidades. Por miedo y falta de recursos, Younoussa nunca fue al hospital de Tambacounda.

En verano de 2019, Marina tuvo la oportunidad de volver a Senegal a visitar a la familia que le acogió años atrás. Younoussa le mostró la radiografía y le explicó los síntomas que estaba sufriendo.

Solo en un hospital de Dakar, la capital del país, le podrían tratar, pero pasar consulta médica en Dakar, a 700km de donde vive Younoussa, tiene un coste económico inasumible para el chico, ya que tiene un trabajo que solo le da para subsistir y no dispone de ningún soporte familiar. En Senegal, los pacientes pagan el coste completo de las pruebas médicas, que pocas personas se pueden permitir. Por ejemplo, un escáner en un hospital público cuesta 65.000CFA (unos 100€), el equivalente a un sueldo mensual digno en la zona donde vive Younoussa.

Por segunda vez, Yakaar África fue clave en esta historia. Manu y Marina supieron que la ONG volvería a organizar una misión sanitaria en esa misma región a principios de 2020, y le indicaron a Younoussa que fuera al centro de salud. Los voluntarios de Yakaar examinaron al chico y revisaron el caso. El diagnóstico, a la espera de pruebas concluyentes, fue que Younoussa sufre una osteomielitis con osteonecrosis (muerte ósea) en la cabeza del fémur. Los profesionales sanitarios españoles indicaron que se tendría que tratar en el Centre Hospitalier de l’Ordre de Malte (CHOM), hospital de referencia en Dakar y Yakaar África asumió de facto el caso adelantando los recursos necesarios

Así pues, en marzo Younoussa viajó hasta la capital para pasar consulta allí. Le dieron cita para el mes siguiente para hacerse pruebas y evaluar su estado. Debido a la pandemia de Covid-19, estos planes tuvieron que ser cancelados. Las carreteras entre regiones estuvieron bloqueadas durante meses, el transporte público no estaba operativo y en Dakar se concentraban la mayoría de casos de coronavirus de todo el país. Sin embargo, durante este tiempo, los periodos de dolor intenso que Younoussa sufre no dejaron de crecer en frecuencia e intensidad, impidiéndole andar y trabajar.

A finales de este año hemos podido retomar el caso, ya que la situación de la pandemia en el país ha mejorado y vuelve a ser posible viajar entre regiones. Finalmente, se han podido realizar las pruebas que llevábamos tanto tiempo esperando: un escáner y una nueva radiografía de la cadera, las cuales han terminado por confirmar el diagnóstico inicial.

Tanto los médicos del CHOM, como profesionales de referencia consultados en España gracias a la ayuda de otra ONG Projecte Tabassaye, organización invitada por Yakaar África a visitar la zona, coinciden: la única solución para devolver la calidad de vida a Younoussa, que deje de sufrir dolores y pueda trabajar, es extirpar la parte muerta del hueso y poner una prótesis total de cadera, incluyendo la cabeza del fémur y el acetábulo. Esta intervención se podría realizar en el mismo CHOM, con un coste estimado de 1.623.000 francos CFA (unos 2.500€), solo teniendo en cuenta la operación y la prótesis. A esto, habría que añadir otros costes no especificados por el hospital como la propia manutención del paciente, medicación y cuidados extra o su transporte, con un coste total estimado de unos 3.000€.

El equipo médico y el paciente ya estan prepa-rados para iniciar el procedimiento quirúrgico, pero necesitábamos encontrar los recursos económicos para poder cubrir todos los costes y asegurar que Younoussa pueda recuperar su vida.

Yakaar África, a pesar de su vocación de atender sola-mente proyectos colectivos que mejoren la vida de las poblaciones en general, ha asumido la búsqueda de un patrocinador individual para Younoussa. Dicho patrocinador ha sido rápidamente encontrado entre sus propios socios. Hoy Younoussa, gracias a Ana y Enrique, tiene el futuro a su alcance.

VIAJE A SENEGAL: SEGUNDA PARTE

José Mº Piñero

Después de un día de relativo descanso, era el penúltimo día de mes y ese día lo dedico mensualmente casi de modo íntegro a elaborar el boletín del mes, retomo las actividades de Yakaar con renovado ímpetu. Por la noche visito el gallinero de los jóvenes de Bandafassi. Siguen con su compromiso de poner en marcha pequeños proyectos que ayuden a su asociación. Ya es la tercera generación de pollos que crían en este difícil año del Covid. Son 150 pollos que están criando con muy poquitas bajas.

REUNIÓN EN BANDAFASSI

Hoy me ha invitado el vicealcalde de Bandafassi a participar en la reunión anual de preparación de los presupuestos municipales. Una experiencia única. En el salón de reuniones municipales se agolpan un buen centenar de personas ya que están convocados todos los jefes de los 37 poblados que componen Bandafassi, las presidentas de las asociaciones de mujeres y los presidentes de las asociaciones de jóvenes.

Es curioso comprobar, que en una sociedad tan poco preocupada por los derechos de las mujeres, éstas, a través de un potente movimiento asociacionista, han conseguido un estatus parecido, si no superior, al de los jefes de los poblados.

Presiden la reunión el alcalde Mamadou Yero Ba y el subprefecto de Bandafassi. Están invitados los representantes de los servicios técnicos regionales, se supone que de aguas, veterinaria, etc. pero la verdad es que su presencia es escasa. También estamos invitados los “partenaires” pero solo un chico de una asociación, que se llama algo así como ARD, y yo estamos presentes.

La reunión se desarrolla en una mezcla de pular, malenke y francés difícil de gestionar, aunque al final se impone el pular como lengua común de la mayor parte de los presentes. Ello no impide que me entere de la mayoría de lo que pasa, porque a la hora de establecer el resumen escrito de la reunión se recurre al francés.

En la introducción de la reunión, el alcalde agradece nuestra presencia como uno de los “partenaires” destacados de la comuna, no agradece a nadie más, por lo que imagino que somos el único “partenaire” relevante que asiste a la reunión.

El método de trabajo es muy “primer mundo”. La alcaldía ha elaborado una lista de posibles proyectos por temas y quiere que la asamblea allí constituida los priorice de modo que puedan elaborar, a partir de dicha priorización, un proyecto de presu-puestos de la alcaldía para 2021.

Dividen los temas en tres grupos y la presi-dencia designa quien debe estar en cada grupo para la toma de decisiones. En cada grupo hay un Presiden-te y un secretario que son quienes deben dirigir y tomar nota de las decisiones que se toman. Yo me quedo en el grupo de Educación, Sanidad, Hidráuli-ca y Pesca. Más que curiosa la distribución de los grupos ya que no parece que exista mucha relación entre Educación y Pesca, por poner un ejemplo.

Aunque en mi grupo hay designada una presidenta, una mujer muy elegantemente vestida, que me cuenta que viene de Kedougou donde está llevan-do un proyecto relacio-nado con el embarazo precoz y las enferme-dades de tras-misión sexual, en realidad todo el trabajo de coordinación lo llevan entre tres jóvenes, dos chicos y una chica, que

son los que se encargan de leer los diferentes proyectos previstos y solicitar al auditorio su opinión. A pesar de habernos dividido en 4 grupos el auditorio sigue siendo bastante numeroso y llegar a conclusiones no parece fácil. La labor del grupo de dirección es más que notable, se les ve jóvenes y preparados.

No se produce ninguna votación y las prioridades que van surgiendo son más bien fruto de la aclamación popular entre los allí presentes. Los proyectos que se priorizan son del tipo de:

  • Construcción y equipamiento de la Case de Santé de Djindji, Santanco y Hamada Hery

  • Puesto de salud de Bandafassi, reconstrucción y equipamiento

Es curioso ver que se mezclan proyectos de muy diferente tamaño, porque, por ejemplo, la reconstrucción del Poste de Santé de Bandafassi cuesta más de 120.000 euros y dudo mucho que exista presupuesto para hacerlo. A todos los proyectos se les asigna como fuente de financiación un socorrido: Estado, Ayuntamiento y Partenaires.

Me hubiera encantado haber adoptado una posición más activa y haber revolucionado un poco aquel cotarro con mis ideas de “blanquito”, pero entiendo que, ni va con la filosofía de Yakaar, ni era algo “sostenible” el que yo, que pasaba casi por casualidad por allí, me las diera de listo. Sí que me ha quedado la idea de que una formación en gestión y presupuestación de proyectos y en dirección de reuniones no vendría nada mal.

NUEVO PACIENTE PARA OPERAR

De vuelta a nuestro campamento de Bandafassi, nos damos cuenta de que no hemos terminado la jornada ya que nos espera una pareja con un niño. Son de Nathia y al señor le han dicho que hay unos españoles por aquí y se ha creído que yo soy médico. Gracias a dios, aunque no soy médico, si puedo dar solución a su caso ya que el niño de apenas un año presenta un clarísimo labio leporino, de esos que el Dr. Bardají y su equipo de la asociación Hope & Progress arreglan divinamente. Así que le decimos que esperamos que próximamente el equipo de Hope & Progress vuelva a Velingara y podemos a operar a su hijo. Tomamos los datos para poderles avisar cuando llegue el caso.

Termina la jornada con encerrona, ya que mis chicos de Bandafassi, Ambrosio y Khalifa me obligan a hacer una tortilla de patatas. Me da miedo por los “medios” con los que pueda contar pero encuentro una sartén razonable, aunque se pega un poco, y una tapa que puede hacer las veces de tortillera y con esos mimbres fabrico una tortilla que no queda mal de todo. Eso sí, la hago bien cuajadita, que por estos lares la confianza en el huevo líquido alcanza niveles muy bajos.

ENCUENTRO CON PROJECTE TABASSAYE Y VISITA A IWOL/IBEL

Hoy se produce el encuentro con Denis y Ainoa, los responsables de Projecte Taba-ssaye. Les hemos recogido en Tamba-counda y les hemos traído a nuestro campa-mento de Bandafassi. Con ellos vamos a compartir los próximos días, visitando nuestros proyectos y ¿porque no?, visitando los encantos turísticos de nuestra zona.

Empezamos la vista por Iwol y su poblado beddick que hace las delicias de nuestros visitantes.

NUEVO PACIENTE EN BANDAFASSI

Nuevo encuentro inesperado, Bilali, uno de los jóvenes que trabajan con nosotros en Bandafassi, nos espera con su hijo Amadou que se ha roto el brazo hace más de 3 meses y no le han hecho nada.

Tiene el hueso completamente desplazado y en el brazo por fuera se nota perfectamente que presenta una curvatura extraña, una auténtica pena. Denis y Ainoa que están con nosotros, rápidamente gestionan el caso. Son los responsables de la maison guérisson de Kolda que visitamos hace unos días. Tienen experiencia en este tipo de casos y rápida-mente contactan con un cirujano ortopédico en Kolda que les dice que acepta el caso. Así que el sábado, cuando ellos marchen, el padre y el hijo partirán con ellos.

VISITA A DINDEFELO

Vamos a Dindefelo y lo primero que hacemos es ir a la cascada para darnos un baño. A Denis y Ainoa les parece un lugar mágico, como a mí. En esta ocasión he perdido el miedo al frio de la cascada y me he dado un estupendo y largo baño, acompañado por mis invitados. Al llegar al campamento hemos comido el típico pollo con mafe y ha comenzado el rosario de reuniones.

REUNIÓN CON EL ALCALDE DE DINDEFELO

Tenemos una reunión con Kikala, el alcalde de Dindefelo, con el que tratamos de varios temas, especialmente, del proyecto de residuos y la necesidad de revitalizarlo, una vez que parece que la pandemia puede estar remitiendo. También debatimos sobre las posibilidades de mejora de la dotación económica de las cases de santé y de la situación de su hija posible enferma de drepanocitosis. Finalmente, hablamos del centro construido enfrente de la alcaldía que podría ser dotado de ordenadores y energía solar. Curiosamente nos pide, especialmente, la posibilidad de tener impresoras, ya que es imposible imprimir un documento en toda la comuna.

REUNIONES CON LOS JOVENES DE DINDEFELO E IBEL Y SUBIDA A DANDE

La últimas reuniones del día son con los líderes de las asociaciones de jóvenes de Ibel y de Dindefelo. Hace tiempo que estamos tratando de motivar a los jóvenes para que pongan en marcha proyectos que les puedan proporcionar algunos recursos y estimulen su apego a la zona, de modo que puedan permanecer en la misma luchando por mejorar las condiciones de vida de su propio pueblo.

Parece que dos asociaciones de jóvenes de los pueblos mencionados están dispuestas a recoger el reto. Los de Ibel, dirigidos por un joven que ha estudiado ganadería, quieren hacer un proyecto de dicho tipo. Los de Dindefelo nos proponen poner en marcha un centro cultural en Dindefelo que pueda realizar actividades de cara al turismo. Parecen proyectos arriesgados que deberán ser evaluados por nuestros expertos locales para ver cuál puede ser su viabilidad y sostenibilidad.

Como colofón de la jornada subimos a Dande para pasar la noche, con la intención de visitar los dientes de Dande y completar la parte turística del recorrido con los compañeros de Projecte Tabassaye. Hemos terminado tan tarde que solo podemos completar la primera parte del recorrido y debemos dejar la visita a los dientes para el día siguiente.

VISITA A AFIA

Desde Dindefelo pasamos a Afia donde la Asociación Bassari África tiene el proyecto del taller de costura. El proyecto tuvo que ser cerrado a causa de la pandemia, sin que, en el momento actual, Alpha, su director, tenga perspectivas claras para su reanudación. Conocemos el esfuerzo enor-me que Bassari África está realizando para poder reanudar el proyecto y junto con Ainoa y Denis imagina-mos posibilidades de poder ayudar a fortalecer la red de comercialización de los productos del taller, prome-tiendo contactar con las responsables de la Asociación para ponernos a su disposición para ver si alguna de las posibilidades que se nos ocurren pueden resultar útil para ayudar a tan interesante proyecto.

La comida en el campamento Taco Mayo de Afia es, como siempre, espléndida y las vistas del rio y de las buganvillas que adornan el campamento un auténtico relax para vista.

DE VUELTA A BANDAFASSI

De vuelta al campamento, supuestamente para descansar, seguimos con nuestra actividad. Nos vuelve de nuevo a visitar Bilali, con su hijo Amadou, que mañana van a viajar con Denis y Ainoa a Kolda para tratar de reparar su rotura del brazo, completamente desplazada, y que si no se arregla dificultará enormemente su movilidad. También recibimos a Boubacar Diallo, nuevo estudiante de enfermería financiado por Yakaar. Boubacar viene de un pequeñito pueblo de la zona llamado Lande que se encuentra bastante perdido en la zona beddick. Eso nos resulta especialmente interesante ya que puede servir para extender nuestra red de futuros “líderes” locales que sirvan para impulsar el desarrollo de sus poblados rurales.

Ya se termina nuestra estancia por estas tierras pero todavía tenemos tiempo de hacer unas cosillas más. Recibimos a tres nuevos aspirantes a estudiantes de agricultura. Son Younoussa Diallo de Boundicoundi, Watchindemi Charo Camara de Nenefessa y Frederick Kanté de Gingara. Quizás la característica más interesante de estos tres jóvenes es que son de poblados de los que nunca hemos tenido estudiantes. Hemos comprobado que sacar a estos chicos de sus poblados y llevarles a estudiar a otra ciudad alejada más de 500 kilómetros de su casa, no solo les proporciona unos conocimientos que hasta entonces les estaban vedados sino que les abre la mente de una manera extraordinaria.

Estos jóvenes, que hoy son extraordinariamente tímidos, mañana son líderes de sus respectivas comunidades y son capaces de marcar un camino que los demás chicos de sus poblados pueden seguir con mucha mayor facilidad. Son unos auténticos héroes, porque la experiencia no es ni mucho menos fácil para ellos, pero de su valor y coraje se pude derivar el verdadero cambio. Así ha pasado con todos los chicos que han vivido la experiencia.

VISITA A GINGARA

Nos ha impresionado especialmente la historia de Frederick que viene de un pequeño y perdidísimo poblado beddick que se llama Gingara, desconocido para nosotros. Así que, ni cortos ni perezosos, decidimos ir a conocer su poblado. Verdaderamente es un pueblo perdido en mitad de la nada. El camino lo tenemos que hacer mitad en coche, mitad en moto y mitad andando, pero luego tiene el encanto de los lugares apenas hollados por la civilización.

Unas cuantas familias viven en el poblado gobernado por un simpático jefe y con uno de los hermanos de Frederick ejerciendo de guía inesperado del poblado. Nos cuenta que él ha terminado también el bachillerato pero que no ha podido continuar por falta de medios. Se le ve orgullosos y esperanzado de ver que un hermano suyo haya podido tener la oportunidad que él nunca ha tenido y se muestra dispuesto a contribuir en la medida de sus posibilidades a que su hermano alcance su sueño.

Es un pueblo muy bonito con un pequeño manantial permanente del que sale un hilo de agua que les permite incluso tener una pequeña plantación de plátanos. Sus gentes parecen salidas de otros tiempos y conservan esa inocencia de las gentes no maleadas por la civilización. Ha sido una experiencia inolvidable.

ALEGRÍA, ASOMBRO, AGRADECIMIENTO, ADMIRACIÓN Y ESPERANZA

Laura Hernández

Desde que fui conocedora de la existencia de Yakaar África he insistido bastante con hacer este viaje, y la verdad nunca podría haberme imaginado la mezcla de emociones que me esperaban.

Alegría contagiosa en Oussouye viendo como un pueblo entero celebra la entrega de material para una radio local que contribuye a la información y a las oportunidades entre los locales. Muchos no me creeréis cuando digo “celebra” pero es literalmente una fiesta con recibimiento, baile, y música!

Asombro cuando ves con qué pocos recursos cuentan para cubrir servicios básicos como la sanidad. Y que un par de cajas de ibuprofeno, paracetamol y algo de suero sea lo único que hay en la farmacia de un centro de salud que presta servicio a miles de personas.

Agradecimiento cuando una niña en la escuela infantil de Cagnout te da un cacahuete que saca del bolsillo...la gente que no tiene nada te lo da todo.

Admiración ante la elevada concienciación de la población de que la situación del país mejoraría considerablemente si los jóvenes se quedasen allí para poder emprender y contribuir con su capital humano en lugar de subirse a un cayuco alejándose de sus raíces.

Esperanza de futuro, traducción del nombre de la ONG, de que gracias a proyectos como este, podamos contribuir a que muchas personas tengan una vida mejor.

EL PLAN DE CAMILO

Camilo Alcalá

Dice Camilo que su plan para hacer socios de Yakaar África es fácil, pero los que lo hemos intentado sabemos que es todo lo contrario. Debes tener una gran credibilidad personal para que la gente te haga caso y, sobre todo, mucha, mucha tenacidad. Está claro que Camilo tiene las dos cosas en enormes cantidades.

Me llamo Camilo Alcalá y me hice socio de Yakaar África porque desde el primer momento me llamó la atención la energía de José María Piñero y la ilusión con la que transmitía los logros que en su larga etapa al frente de la ONG habían conseguido en Senegal.

Recientemente, le pregunté ,¿Por qué no intentamos hacer una masiva adscripción de socios? Me contestó: adelante.

Me puse a ello y pensé, ¿qué mensajes cortos y rápidos puedo dar a mis amigos y conocidos para que se hagan socios.?.

Lo primero, me di cuenta que escribir mails era poco eficaz, que la mejor manera de conectar con ellos era vía whatsapp.

Lo segundo, envié a todos un breve comentario sobre que era Yakaar y sus valores: una ONG pequeña que identificaba necesidades concretas e intentaba resolverlas sin querer coger más tamaño que el necesario pues cuando menos tamaño se tiene menos gastos de estructura se provocan.

Esto es lo que más le ha gustado a mis amigos y conocidos, pues les envié un enlace de la web de Yakaar y les llamé la atención en el hecho que el dinero de los colaboradores era casi casi un África Directo, sin pérdidas en coches Mitsubishi, ni grandes viajes, ni grandes hoteles, que la adminis-tración se llevaba desinteresada-mente, que la revista la hacíamos desde la propia Yakaar, en fin, que era todo o casi todo para los proyectos de colaboración.

Lo tercero les llamé la atención en el hecho que cuando en el Norte estamos con Pandemia, en el Sur se mueren directamente.

Lo cuarto, les recordé que la cuota mínima era 10 €/mes, que representaba dos cervezas y un pincho.

Finalmente les añadí una frase de Gandi: “Cuando ayudes a alguien, hazlo dando gracias, pues la vida te ha puesto en el lugar del que da y no en el lugar del que necesita ayuda.”

Además de todo esto, la verdad, es que fui un poco “pesado durante tres fines de semana“ y conseguí varias conversaciones con muchos amigos por whatsapp y finalmente según José María parece que se ha conseguido el objetivo y al final del camino se habrán apuntado cerca de 50 nuevos socios.

Os animo a hacerlo pues es fácil y podemos ampliar nuestra base de socios con facilidad.

Animaros y veréis que es muy fácil pues las personas están deseando hacerlo en estos tiempos.


EL PLAN DE CARMEN

Carmen Pina

Carmen nos demuestra que con esfuerzo y con imaginación, ideas sencillas pero eficaces, se puede conseguir un montón de ayuda. No os perdáis este sencillo pero emocionante escrito.

Hola, mi nombre es Carmen, soy cooperante de Yakaar-África. Este año estuve en la misión sanitaria en País-Bassari, de regreso, en febrero, ya tenía la certeza absoluta de que iba a volver en la siguiente misión. África sin duda me dejó huella.

En marzo llegó covid-19. Una pandemia que asoló el mundo entero.

La organización tenía mercancía, para recaudar fondos en los mercadillos benéficos, pero con el estado de alarma no nos permitieron organizar los mercadillos. Entonces a Isabel se le ocurrió que podíamos vender a nuestros allegados a través de mensajes de whatsapp y así empezó nuestro mercadillo on-line.

A pesar del esfuerzo, porque era un lío con tanto whatsapp, logre vender con buenos resultados.

A finales de agosto Isabel me pasó la maleta con la mercancía que aún quedaba, y como estaba mareada con tanto mensajito ideé un plan, organizar meriendas en mi casa para mis grupos de amigos. Entre tortitas de avena, wafels, zumos y cafés, cual demostradora de Avon, Tupperware o Stanhome, ofrecía mi mercadillo africano con gran éxito.

Fue divertido reunir amigos, pues tras el confina-miento, no nos habíamos visto y venían a casa con mucho placer, y eso garantizaba mis ventas.

Actualmente seguimos con la misma incertidumbre, y la pandemia sigue arrasando. El daño es enorme y las ayudas escasas o nulas.

Pero nos reinventaremos, si hace falta, y seguiremos aportando nuestro granito de arena para nuestros hermanos africanos.

QUEREMOS DAR A LA EXPRESIÓN ''YAKAAR AFRICA'' (LA ESPERANZA DE TODO UN PUEBLO) SU VERDADERO SIGNIFICADO

Cheikh Mohamet Diallo y el resto de estudiantes de enfermería en Dakar

Estimados miembros y simpatizantes de Yakaar África, en primer lugar reciban nuestros más cálidos y respetuosos saludos. Como solemos decir, siempre es un placer escribirles. Permítanme comenzar lamentando la difícil y desagradable situación que todos hemos estado experimentando durante meses. Una situación que nos hunde a todos en la angustia y nos impide actuar como deseamos, lo que explica que no podamos contar con ustedes entre nosotros este año en el marco de las misiones de salud que acostumbramos a realizar cada año: ES UNA PENA.

Es una lástima porque estas misiones sanitarias son muy importantes para nosotros porque nos permiten no sólo consolidar nuestros logros sino también, bajo su liderazgo por supuesto, desmitificar ciertos gestos o cosas que a veces tendemos a demonizar. Nuestras experiencias sobre cómo poner inyecciones son un ejemplo de esto. No podéis venir este año, ni a Casamance ni al país de Bassari, lo entendemos y aceptamos porque como solemos decir ''El hombre propone y Dios dispone''.

Por supuesto, no podéis venir, pero tampoco podéis quedaros sin hacer nada: es lo que hacéis siempre, es vuestra perspicacia para encontrar siempre algo que hacer. Somos conscientes de vuestro enésimo apoyo a nuestro pueblo. Me refiero a los medicamentos que habéis puesto a disposición de nuestras estructuras de salud hace apenas unos días, sin mencionar vuestro apoyo financiero y material en la lucha contra la pandemia del covid 19 hace ya unos meses. Todo esto es un testimonio y una confirmación de vuestra determina-ción, vuestra sincera e incondicional voluntad de ayudar a nuestras diferentes po-blaciones: NUESTRO AGRADECIMIENTO ... MUCHAS GRACIAS.

Sabemos de memoria y nunca hemos perdido de vista lo que estáis luchando: es, por supuesto, una lucha para hacer un mundo más justo, más equitativo, un mundo en el que cada alma podrá encontrar un hombro en el que llorar. Es difícil, sí, muy difícil, pero posible, muy posible, sólo se necesita la voluntad firme y sincera de todos. Si es así, sepan que tenemos un doble objetivo: en primer lugar, queremos sinceramente hacer que su inversión en nosotros se rentabilice de la mejor manera posible y, en segundo lugar, queremos dar a la expresión ''Yakaar Africa'' (La esperanza de todo un pueblo) su verdadero significado a través de nuestras habilidades, nuestros conocimientos y, sobre todo, nuestra disponibilidad para con nuestro pueblo: ESTE ES NUESTRO SACERDOCIO. Sepan que juntos, mano a mano, tendremos éxito.

Queridos amigos, sepan que nunca podremos agradecerles lo suficiente por toda la felicidad que nos traen a nosotros y a nuestras diferentes poblaciones. En efecto, como solía decir Josef Ki Zerbo: "Una sociedad que renuncia a hacerse cargo de su juventud y a darle las herramientas para una promoción óptima está enterrando su propio futuro, es una sociedad suicida".

No sois de nuestra sociedad y sin embargo nos cuidáis, nos proporcionáis herramientas médicas para las necesidades de nuestro aprendizaje, sin olvidar el apoyo financiero, lo que os convierte ahora en uno de los nuestros. GRACIAS DE NUEVO. Aseguraos de que somos conscientes de la suerte que hemos tenido gracias a vosotros.

Ahora, permítanme dar la bienvenida a los nuevos candidatos. Les agradecemos mucho su aceptación. Queremos que sepáis que hay un inmenso talento que yace latente en algunos de nosotros. Hay jóvenes que sólo necesitan un pequeño empujón, una peque-ña chispa, un poco de luz en su camino, en definitiva, alguien que crea en ellos y les dé la oportunidad de lograr algo grande.

Así que sí, vengan en gran número, vengan en masa a participar en la construcción de este mundo más justo y equitativo, un mundo en el que todos tendrán el respeto que se merecen, un hombro sobre el que llorar, en definitiva, un mundo en el que todos podrán beneficiarse de lo que les corresponde por derecho. Les instamos a que lo hagan, no se rindan.

Unimos a nuestro agradecimiento al de nuestro pueblo para decir "NUESTRO AGRADECIMIENTO".

No puedo terminar mis comentarios sin tener un pensamiento piadoso para todos los enfermos de Covid 19, les deseo una pronta recuperación.

Adjuntaré algunas de nuestras fotos para decir que vamos a echar mucho de menos los momentos que compartíamos durante las misiones sanitarias.

UN GRAN ABRAZO A TODOS Y HASTA LA PRÓXIMA, INCH ALLÁ

¡¡¡VIVA YAKAAR AFRICA!!!

EN LA VIDA HAY TIEMPO PARA TODO, MENOS PARA RENDIRSE

Isabel Chacón

Yakaar África organizó una exposición fotográfica en el Pessoa en marzo y el confinamiento nos la estropeo...

En Agosto quisimos organizar un mercadillo solidario en el Pessoa para dar a conocer la labor de la ONG y, sobre todo, recaudar fondos para nuestros hermanos senegaleses... ya que las noticias que estamos recibiendo son terribles. No los está matando el Covid... los está matando el hambre y la malaria debido al cierre de fronteras y el cese de la ya de por sí empobrecida economía... el rebrote de la pandemia lo volvió a estropear... NO PODÍA SER POSIBLE TANTA FATALIDAD

Pero nos hemos reinventando... hemos conseguido realizar un "mercadillo solidario on line" entre nuestros compañeros, amigos y familiares y les hemos transmitido nuestra misión con las maravillosas galletas de Cristina Durán y su incansable entusiasmo, que hacen que este mundo valga la pena vivirlo... A PESAR DE TODO, LO VAMOS A CONSEGUIR

Con la colaboración y el esfuerzo de mucha gente hemos hecho a YAKAAR AFRICA de la primera recaudación del mercadillo... ya que no podemos ir por ahora, vamos a intentar aportar nuestro pequeño granito de arena para paliar la difícil situación en la que se encuentran nuestros compañeros traductores en las misiones sanitarias...

Seguiremos trabajando... somos un equipo!!!

Gracias a Cristina Durán por sus maravillosas galletas solidarias...

Gracias a Rosario Ros por hacernos visibles en su blog de cuidados neonatales

Gracias a Trini Fernandez Arnau por la gran aportación de su cumpleaños solidario...

Gracias a Pepa Moreno por sus aportaciones africanas al mercadillo...

Gracias a Carmen Pina por recoger el testigo y llevar el mercadillo a otros lugares...

Y por supuesto, gracias a Amparo Mari Lozano por sus consejos y su incondicional apoyo.

Y gracias a todos los que de una forma u otra han contribuido a que este mundo sea un poco más humano.

Con el dinero recaudado hemos podido proporcionar una pequeña ayuda a todos nuestros colaboradores de las misiones sanitarias en Senegal. Ha sido una especie de pequeña paga extra que les pueda mantener durante este terrible periodo en el que sus ya mermados ingresos han desaparecido completamente.

Ellos, que hacen el esfuerzo de trabajar duramente en nuestra misiones sanitarias por la mitad de precio del que cobran normalmente por trabajos mucho menos duros, han visto en esta ocasión como YAKAAR ÁFRICA no se olvida de aquellos que se ha dejado la piel por nosotros y está a su lado cuando más lo necesitan.

Los senegaleses, siempre tan agradecidos nos han empezado a enviar ya sus primeras muestras de agradecimiento. Los traducto-res y asistentes del País Bassari nos dicen:

Hola queridos, somos los traductores del Proyecto. Os escribimos esta carta para daros las gracias a todos los sanitarios de Yakaar.

En estos momentos muy difíciles que ocurren en el mundo. Además con tantos problemas y dificultades que tenemos nos habéis mandado a cada uno de nosotros un dinero para ayudarnos. Su aporte ha sido sin duda un estimulo para continuar luchando por un mundo mejor. Les deseamos los mejores éxitos en sus labores futuras por supuesto con nosotros

Así que os escribimos estas palabras a todos los componentes de la misión sanitaria por el gesto que habéis tenido con nosotros. Justos venceremos y compartiremos nuevos momentos.

Firmado: los guías y ayudantes que han tenido la suerte de recibir esta ayuda:

Doba Diallo, Arouna Ba, Daniel Diallo, Alpha Diallo, Diaw Diallo, Boudy Sylla, Assanatou, Mareme Ly. Aliou Diallo, Seydou Ba y Arouna Woury

También Malick en nombre de los traductores de la Casamance nos ha hecho llegar su carta de agradecimiento:

Al equipo sanitario:

Kassoumay!!!

Es verdad que el mundo sufre a causa de la pandemia que afecta a todo el sector económico, no cesaremos jamás de agradecer a todo el personal sanitario, que a pesar de la situación no ha ahorrado ningún esfuerzo para acudir en ayuda de las personas infectadas infectadas.

Queridos sanitarios, habéis enviado un donativo a los jóvenes traductores de Yakaar África. Por la presente queremos daros las gracias calurosamente por vuestro gesto particularmente gene-roso.

Este gesto simbólico hacia nosotros es el testimonio de la señal de afecto que nos habéis reservado en el fondo de vuestros corazones.

En nombre de todos los traductores de la Casamance os doy las gracias infinita-mente.

Evidentemente no dejaremos nunca de colaborar con Yakaar África en sus diferentes actividades de salud, pues los equipos sanitarios han permitido a algunos acceder a buenos cuidados y a otros, que sufrían, volver a la vida normal.

Decimos Yuhu!!! al equipo sanitario y esperamos reencon-trarnos de nuevo lo antes posible.

Oussouye, 23 de sep-tiembre de 2020

Firmado: Malick Chimère Diaw

CARTA DE AGRADECIMIENTO

Khalifa Badji

Khalifa Badji ha terminado su formación como Ingeniero Técnico Agrícola. No ha querido terminar sus estudios sin agradecer a Yakaar África el esfuerzo realizado para financiar su carrera mediante la siguiente carta.

Ziguinchor 27/09/2020

Yakaar África España

Asunto: Agradecimiento

He tenido el honor de recibir la formación de técnicos en agricultura y ciencia rural que se ha desarrollado en el seno de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola de Ziguinchor.

Esta formación me ha permitido consolidar mis conocimientos y confirmar mi pasión por el dominio de la agricultura. Os agradezco profundamente por vuestra contribución enriquecedora desde el principio hasta el final de mi carrera profesional. Además estoy definitivamente convencido de orientarme hacia este sector que encuentro que es los que más me conviene.

Agradezco la oportunidad que me habéis brindado, pero también por vuestros consejos, vuestra paciencia, vuestro profesionalismo. Porque gracias a ustedes mi porvenir es de lo más prometedor. Esta experiencia ha sido muy enriquecedora y va necesariamente a ayudarme durante toda mi carrera. Estoy dispuesto a acompañaros en todos vuestros proyectos, ya sean agrícolas o de otro tipo.

Con todo mi agradecimiento, os pido que recibáis la expresión de mi consideración mas respetuosa.

DESPEDIDA DE PAPE

Elena Guerrero

Hola querida familia de Yakaar África!!!

Quería compartir con vosotros este momento de despedida de nuestro angelito Pape … no tan bonito como la bienvenida pero también con su encanto particular pues pienso que tanto él como nosotros necesitábamos este momento.

Ya han pasado más de 6 meses desde que aterrizamos en La Coruña con la mochila cargada de planes, de ilusiones y de fuerza para llevar a cabo todo el trabajo que se nos presentaba, pero no contábamos con que la vida nos tenía guardados momentos más duros de los que nos imaginábamos y no precisamente por exceso de actividad sino al contrario.

La primera etapa que duró dos meses Pape respondió como un auténtico luchador, el estrés al que fue sometido para adaptarse a su rehabilitación diaria y a las rutinas en su clase de primero de infantil lo traían agotadito, descansaba como un angelito la noche entera para prepararse para el día siguiente lleno de energía y motivación, como si él mismo supiera que estaba aquí

para darlo todo y para avanzar todo lo que estaba en sus manos durante el tiempo que pudiera estar aquí, me asombraba cada día las ganas que tenía de pelear, su vitalidad…era un auténtico guerrero.

Pero todo cambió el 13 de marzo cuando en el cole nos dicen que de momento no podemos volver a clase, para él la rutina era fundamental para sentir esa seguridad que le empujaba a luchar sin miedos y con alegría.

Quizás los primeros quince días los tomamos como un respiro a aquel ritmo tan estresante, el cual hasta lo agradecimos todos. Pero a medida que los días iban pasando Pape empezaba a incomodarse, al igual que todos los miembros de la familia pues cada uno vivía esta situación extraña como buenamente podía o sabía , sin duda era un escenario complicado para todos… intentábamos seguir con las actividades online del cole pero no tenía ganas, tampoco quería jugar con Brenda ni con nosotros…, cualquier proposición que se le planteara no le atraía, sólo estaba a gusto viendo la tele… el sueño por las noches ya no era reparador.

sino que se había convertido en una parte del día incómoda donde se daban los berrinches , los caprichos , donde tampoco tenía claro qué es lo que quería.

Este comportamiento lo cónsul-tamos con su neuróloga y efectivamente nos confirmó que era el modo de expresar su desaprobación a aquella situación que sólo le aportaba frustración y desorientación.

El 10 de mayo nos llamaron de la clínica de rehabilitación para ofrecernos la posibilidad de retomar su tratamiento y así lo hicimos, los dos primeros días no le disgustaba y no se oponía a ir pero a partir del tercer día se negó en rotundo, y tiene su explicación, tristemente la situación no era la misma que antes, las medidas a tomar interrumpían cualquier situación espontánea , el personal no se acercaba tanto a él con abrazos o besos, se apreciaba en general sensación de inseguridad, de dudas, que lejos de ayudarle aún le generaba mayor tensión impidiendo que sus tendones se relajaran suficiente como para poderlos trabajar . En resumen, no era la situación ideal para él en ese momento, así que no nos quedaba más opción que parar el tratamiento hasta más adelante.

El 22 de junio hubo oportunidad de asistir a campamentos de verano al aire libre donde nos ofrecían un ambiente “seguro” en el que los niños pudieran interactuar con otros niños y a través de los momentos de juego olvidar la situación… los dos primeros días pensábamos que había sido la solución pues íba muy muy contento, cantábamos de camino en el coche la canción de “la vaca lola” en bucle, lo veía feliz!!!

Pero supongo porque él necesitaba esa cercanía que antes vivía, con abrazos, con besos…creo que no aceptó el distanciamiento que la nueva situación nos exigía en cualquier momento fuera de casa, nuestro angelito volvió a experimentar el rechazo a ir a campamentos.

Llegado a este punto era momento de parar a hacer balance sobre la opción de prolongar su estancia en España en estas circunstancias que a corto plazo no tienen fácil solución o bien ofrecerle la opción de regresar a su casa, con su familia, su entorno donde creemos va a sentirse más cómodo. Sin duda optamos por la segunda y así fue que el pasado 7 de julio ya volábamos a su hogar… creo que acertamos en la decisión… no os puedo transmitir la expresión de satisfacción al reencontrarse con su padre…

Nos hemos quedado un poquito tristes y sobretodo con la insatisfacción de no haber alcanzado todo lo que nos proponíamos en este viaje pero estoy segura que habrá una segunda y muchas más oportunidades que nos permitirán a Pape y a nosotros alcanzar los propósitos actuales y otros muchos que marcaremos durante todo el camino que nos queda por andar juntos.

Muchísimas gracias queridos amigos por acompañarnos en nuestro precioso y mágico camino con Pape.


CARTA DE AGRADECIMIENTO DE LOS TRADUCTORES DE LA MISIÓN SANITARIA

Malick Chimére DIAW

¡Querido Presidente!

En primer lugar, reciba nuestros más cálidos y sinceros saludos.

Aunque la pandemia covid19 no ha perdonado a nadie en el mundo, nosotros estamos bien, damos gracias a Dios por ello. No dejaremos de agradecer a todo el personal sanitario que, a pesar de la grave situación de propagación de la enfermedad, no ha escatimado ningún esfuerzo por ayudar a los infectados con covid19.

Esta pandemia ha afectado a todos los sectores económicos del mundo, especialmente al sector del turismo, en el que trabajan muchos jóvenes. Es por eso que estamos particular-mente agradecidos a quien, a través de la colaboración, nos ha brindado apoyo financiero con nuestra contribución a sus diversas actividades de salud en el país con los equipos de voluntarios a través de la traducción.

Sepan que es un gran placer para nosotros llevar a cabo este trabajo, y estamos muy contentos de colaborar con ustedes, todavía más porque se acompaña de una remuneración.

En nombre de todos los jóvenes que han colaborado con ustedes, a través de mi voz, les hacemos llegar nuestro agradecimiento.

Esperamos que pronto las fronteras físicas de nuestros países se abran de nuevo. Nuestras fronteras emocionales nunca han sido, ni serán, cerradas. Y no habrá ningún virus o crisis que las cierre. Contamos con usted, como usted siempre puede contar con nosotros.

Por favor, reciba nuestro sincero agradecimiento y esperamos trabajar con usted muy pronto.

Oussouye le 24 juin 2020

CARTA DE AGRADECIMIENTO DE LOS JÓVENES DE BANDAFASSI

Nosotros jóvenes del pueblo de Bandafassi, decidimos escribir esta carta en nombre de todos para mostrar nuestro agradecimiento a todos los socios y simpatizantes de la asociación Yakaar África en España. Si os acordáis bien, en octubre tuvimos la suerte de encontrar el presidente de la ONG y el equipo de Senegal en el pueblo donde habéis instalado vuestro campamento. Este día ha sido una primera toma de contacto con vuestra organización.

Unos días después, hicimos la lista de los posibles jóvenes que tenían el bachillerato para ver si podían tener la suerte de conseguir la beca que la organización suele dotar a los jóvenes de la zona, como el año pasado uno de nosotros que se llama Cheikh Tidiane tuvo la suerte de incorporarse al grupo de los estudiantes de Yakaar en formación de enfermería enDakar con los demás estudiantes de la zona.

Este año, tuvimos la misma oportunidad de presentar la lista y de allí habéis elegido dos de nosotros que son Yaya Keita, en la misma escuela de formación de la persona que acabo de nombrar que se llama Cheikh y otro chico en la escuela de formación de Ziguinchor de agricultura de nombre de Ibrahima Diallo.

Unos meses después, habéis querido acompañar a la asociación de los jóvenes del pueblo para montar una granja de pollos de 250 pollitos que había que criar durante un mes y medio y venderlos al cabo de este tiempo.

La experiencia fue genial, hicimos una segunda vuelta también bajo la ayuda y supervisión de Yakaar África también un éxito salvo el calor que nos ha costado mucho hacer crecer bien los pollos. 250 pollitos otra vez y al cabo de 45 días o dos meses hemos vendido 150 y perdido 100. No muy buena noticia pero sabemos dónde está el fallo y a partir de aquí ver cómo evitar tener que llegar en esta situación. También ha sido por culpa del Covid 19 que no hemos podido ir a vender bien, en comparación con la primera experiencia. Tenemos en la caja 600 000f cfa mas 450 000f un total de 1.050.000f cfa quitando los gastos que se podrán estimar a 150 000f cfa. Es decir que nos queda dinero para la tercera experiencia con un puesto de trabajo de un joven por lo menos permitir a la población del pueblo de tener posibilidad de comprar y comer carne a un precio accesible para seguir la lucha de la mejora del alimento familiar de cada familia.

Por todo lo dicho, arriba queremos dar las gracias a la ONG y los simpatizantes de Yakaar África por la confianza depositada en nuestro grupo y dar las gracias por los estudiantes de Yakaar África del pueblo por abrirnos esta oportunidad trabajando bien en las escuelas de formación. No dudéis que haremos todo lo que entra en nuestro poder para merecer la confianza y poder trabajar para llevar arriba la organización de los jóvenes. Muchas gracias a todos.

CARTA DE AGRADECIMIENTO DE LA COOPERATIVA DE MUJERES DE SEGOU

Presidenta Moumini Ndiaye

A nuestros queridos colaboradores de Yakaar África

Objeto: Carta de agradecimiento

Nosotras de la agrupación de interés económico de Haldi Fotti de Segou por la vía de su presidenta Moumini Ndiaye, venimos a presentaros nuestro agradeci-miento caluroso y a expresaros nuestro mayor reconocimiento en relación a ustedes

Este pozo con abundancia de agua, que nos acabáis de poner a nuestra disposición nos alegra y nos relanza en la prosecución de nuestras actividades hortícolas. Os aseguramos una buena utilización de este recurso.

Además como dice el adagio: “la mano que da, esta siempre encima de la mano que recibe” no dejaremos de pedir una vez más un muro de cierre cuando las condiciones sean propicias para una mayor seguridad.

Al señor Doba Diallo, un digno hijo de la localidad, le decimos esta pequeña palabra de cinco letras, pero llenas de sentido: MERCI

Yakaar África, no sabríamos despedirnos de vosotros sin reiterar nuestro sincero agradeci-miento y rogar por el éxito de todos vuestro proyectos.

Cordialmente

REFLEXIONES DESDE EL CONFINAMIENTO

Isabel Chacón

“GRANOS DE ARROZ CON SABOR A REENCUENTRO, SUEÑOS SIN CUMPLIR Y MELANCOLÍA”

Recuerdo que en el día de la despedida de Casamance escribía: “Tenemos el corazón dividido entre las ganas de volver y ver a los nuestros y las ganas de quedarse para siempre con nuestra segunda familia africana… es lo que tiene la teranga senegalesa, que te atrapa para siempre…

Hoy, más que una crónica de mi experiencia, es una reflexión desde el confinamiento, porque la vida siempre acaba dando vueltas inesperadas…porque a veces creemos tenerlo todo claro y de pronto, nada es tan firme como pensamos.

Regresé a España a finales de febrero, después de dos misiones encadenadas… agotada, pero feliz.

La misión en Casamance fue mucho más tranquila que en País Bassari, ya que la naturaleza y el clima son más benévolos, aunque como en la mayoría de las zonas de Senegal hay una gran carencia de unas mínimas condiciones sanitarias. Volví con mucho trabajo pendiente y mucha ilusión de poder ayudar a la población, con las 130 derivaciones de cirugía para la ONG Hope&Progress y las 140 derivaciones para intervención de catarata de ambas misiones. Había que ordenar, clasificar y remitir este arduo trabajo realizado por todo el equipo, para que las siguientes misiones con las que colaboramos obraran el “milagro” de poder mejorar el pequeño universo de alguien, aunque no podamos cambiar el mundo porque no está en nuestras manos.

Al volver tuve que ir a un congreso relacionado con mi profesión donde hablé de “Humanización en los cuidados” y comenté orgullosa como había visto en Senegal prestar unos cuidados humaniza-dos a su población sin necesidad de protocolos y con una gran falta de recursos… y me preguntaba que algo no estábamos haciendo bien en este mal llamado “primer mundo”.

Y llega la pandemia y le da la vuelta al mundo entero… desde el confinamiento, y a pesar de estar en primera línea me ha dado mucho tiempo a reflexionar… y es en estas últimas misiones, tan lejanas en la geografía y a la vez tan cercanas, donde encuentro algo de consuelo…

Apenas hablé con nadie en los primeros días en los que me mantuve enclaustrada, caí en la más absoluta de las tristezas, porque todo el trabajo realizado se había ido al garete, se suspendieron todas las misiones, adiós a las intervenciones quirúrgicas y de cataratas, adiós a todas las ayudas en el terreno a una población tan necesita-da…todo esto unido al estrés laboral y mental por la falta de medios de protección, la incertidumbre y la saturación, que yo ya había visto en África, pero a la que mis compañeros no estaban acostumbrados… no podía parar de llorar.

Aunque también he entendido, trasladado a esta realidad, como el coraje y la pasión por el cuidado del prójimo pueden empujar a algunos profesionales a acometer a veces acciones imposibles más allá de su seguridad. En el fondo, empiezo a creer que no estamos tan deshumanizados,,,

Está siendo muy duro, duelen las fronteras más que nunca, vuelvo a tener el corazón dividido, pero ahora es mucho peor…duele pensar en mi segunda familia senegalesa, duele hablar con ellos y sentir su miedo al futuro, ya que ahora son más vulnerables que nunca, no sólo por la pandemia, que afortunadamente parece que no les está afectando tanto, sino por todas las consecuencias del cierre de fronteras, de la dejadez de los gobiernos, de la corrupción de la policía, del abandono de los niños talibés que están en las calles, de abusar siempre del más débil.

Mis amigos allí tienen la sensación de que no los va a matar el coronavirus, los va a matar el hambre y la injusticia… y no puedo parar de llorar.

EL VIAJE PERSONAL COMIENZA EN EL MOMENTO QUE VUELVES A ESPAÑA

Javier Martin

Me apunté a la misión por recomendación de mis dos residentes mayores (Lorena y Rosa), que estuvieron allí el año anterior, y no me arrepiento para nada. Como sanitario, siempre he tenido la inquietud de querer echar una mano en aquellos lugares donde no existen los mismos medios que tenemos aquí para desarrollar nuestra profesión.

Ya de estudiante me fui un verano con otra ONG a Bolivia, ayudando a pasar consulta a un médico internista en una posta sanitaria de la ciudad de El Alto. Fue mi primera toma de contacto con la sanidad de otro país (muy necesaria para valorar lo que tenemos aquí en España).

Pero esta vez ha sido diferente: esta vez he podido participar activamente en la misión como “médico titular”, no estudiante. Esta vez era yo el que decidía qué hacer o qué no hacer cuando tenía un paciente frente a mí. Es verdad que al estar cursando la residencia de Medicina de Familia y acostumbrado a hacer guardias puedo tener más seguridad en el trabajo que realizo

Pero allí no, allí no eres residente dependiente de un adjunto, allí tomas tú las decisiones (consultando con el equipo cuando lo necesitas, por supuesto) y tienes que guiarte con tus manos y tu fonen-doscopio. Allí es donde te das cuenta de que en el día a día no precisas de un amplio estudio con pruebas complemen-tarias para tratar a todos los pacientes que ves. Bueno, y hasta aquí mi valoración de lo aprendido a nivel “profesional”.

Mi primer pensamiento durante el primer día de consulta fue: “¿Qué hago yo aquí? Estoy dando ibuprofeno/paracetamol a personas con dolor generalizado que van a volver a presentarlo en el momento que se les acabe la medicación”. Desde que me apunté a la misión tenía claro que al estar allí no iba a cambiar el mundo ni mucho menos, pero atendiendo a los primeros pacientes fue cuando me vi realmente “inútil”. Hasta que llegó el primer paciente con cataratas, ahí fui consciente de la importancia de hacernos presentes en aquella población.

Teníamos la posibilidad de identificar a esos pacientes (cataratas, hernias inguinales, derivaciones al hospital…) y mejorar su calidad de vida con la asistencia que se les ofrecía después (curas de heridas, cirugía, pruebas diagnósticas…). Si no estamos allí, dichos pacientes no acudirán al centro de salud/hospital por motivos económicos y nunca podrán ser tratados.

A medida que pasaban los días recibía mensajes por parte de mi familia y amigos: “¿qué tal por allí?”; y mi respuesta siempre era la misma: “mucho curro, pero muy contento”. Tal cual, era lo primero que me salía. Al día, podría ver más pacientes que en una guardia, de ahí mi percepción de “mucho curro”; pero jamás lo describiría como un trabajo cansado. Sabía que estaba ayudando a personas que venían a consul-tar cualquier dolencia/preocupación y eso me hacía tener fuerzas y ánimo para seguir.

Otro aspecto que me ha llamado bastante la atención es la diferencia cultural en cuanto al concepto de sanidad. En España estamos acostumbrados a una atención gratuita inte-gral las 24 horas del día (y hasta a veces nos quejamos por tener que esperar un par de horas).

Según me contaba un paciente, ellos ven “imposible” que un médico esté dispuesto a atenderlos de manera gratuita (con sus consejos y tratamientos incluidos). Y como norma general se despedían dándote las gracias mil veces y con una sonrisa en la cara, aunque no pudieras resolver su patología (ya sea por cronicidad o los medios disponibles).

Son personas que están acostumbradas a vivir con lo básico y son felices porque no necesitan grandes cosas. Reconozco que esperaba más pobreza de la que he visto, aunque es cierto que hemos estado en una región “menos pobre” con respecto a País Bassari (por lo que contaban compañeros que han estado en ambas misiones) u otros países del continente. También resulta un buen ejercicio para nosotros desprendernos de las comodidades del día a día en el “primer mundo” y ser conscientes de que podemos vivir con menos. Personalmente destaco el simple hecho de tener que utilizar agua embotellada para tener que cepillarnos los dientes, comparado con lo fácil que es abrir el grifo y disponemos de agua corriente depurada.

También me gustaría destacar la necesidad y la importancia del trabajo en equipo que hemos realizado allí, tanto a nivel asistencial como personal. Esa complicidad para disfrutar los buenos (y no tan buenos) momentos nos ayuda a todos a sentirnos más cómodos en aquel ambiente desconocido para nosotros.

Con la vuelta a la realidad, mi caballo de batalla siempre es el mismo: intentar no olvidar todo lo vivido y aprendido. Es muy fácil caer en la rutina y volver a sumergirte en las comodidades del día a día. Para mí, la verdadera experiencia y el esfuerzo no son coger un avión, ir para allá y echar una mano (que también lo son), sino volver e intentar llevar una vida más acorde con las lecciones aprendidas. El viaje personal comienza en el momento que vuelves a España.

CRÓNICA DE UNOS "TUBABS" DURANTE UNA MISIÓN EN PAÍS BASSARI

Cristina Durá

Nuestro primer encuentro con la misión fue en el Café Pessoa con nervios y muchas dudas. Isabel vino con una carpeta llena de papeles, listas, mapas, etc., que ni entendíamos, que si 23kg de maletas, latas, mucho trabajo, no cobertura, relec, etc. Seguimos con los mercadillos en La Fe vendiendo collares, bolsas, pulseras, tazas, galletas. Seguida de la visita, en grupo, obligada a la consulta de vacunas y consejos varios, no verdura fresca, mucho relec extra fuerte, no colonias, ¿manga larga y pantalón largo? ¿a 40º? este Juan no sabía a dónde íbamos. ¡Querido Juan dormíamos desnudos del calor!

Luego pasamos a recoger las cajas en Farmamundi, haciendo tetris en los coches de Lola y Cristina. Y por fin llegó el día más esperado de repartir toda la medicación en cajas entre todos en “Ca Lola” habiendo ordenado antes miles de blísteres en paquetitos con sus bolsitas, jarabes, gotas, etc. y pesando todas las cajas antes de marcharnos, repartiendo gafas y collares a todos.

Tras los preparativos e intentar introducir tooodo en la maleta y caja, ropa, juguetes, medicación, zapatos, algunas utilizando bolsas al vacío y hacer varias veces el tetris por fin llegamos al aeropuerto, algunas con exceso de peso...pero lo compensamos con el resto y salimos del paso.

Vuelo Valencia-Madrid, última hamburguesa para algunos antes de partir a Senegal. Recogimos al gran Ousmane y a nuestra compi Estefanía y entre fotos, cafés y baño nos tocó correr para no perder el avión al grito de Estefanía!!!. Avión grande y petao, pero estrecho y ya con dolor de piernas, pero aun así llegamos ilusionados. Recogida de maletas con la pérdida de dos cajas y 2h para atendernos con la parsimonia del funcionario de turno y los gritos de una senegalesa al borde de un ataque de nervios. Mientras tanto Isabel cada 15´ buscaba la "carpeta gorda", aunque la tuviese en la mano. Por fin pudimos atravesar el control de aduana sin problemas, recogida con furgonetas, presentación del equipo senegalés y llegada a una casona italiana en Mbour donde apenas dormimos 4h.

Empezaron los madrugones, nuestro primer desayuno playero, cambio de dinero al “señor del banco” y partimos hacia el fin del mundo. Este largooo viaje al mando de Mor con trece personas a bordo, apretaos, con calorcillo, sueño y por la única carretera que van muchos camiones, nos dio para mucho. Alba peluquera, Estefanía dormía, vimos muchos animales, oímos historias de Arouna, cantamos "Fatouyo", cantajuego senegalés-español, vimos a mucha gente viviendo al lado de la carretera, comimos nuestro primer pollo picante sin saber que nos esperaban unos cuantos más, juegos con Ousmane, alguna cabezadita, Estefanía seguía dormida, oímos música de Fer, sudamos, vimos babuinos al lado de la carretera, atravesamos el parque nacional Niokolo Koba, se hizo de noche, vimos fuego... pero el fin del mundo no llegaba...Estábamos en África y aquí todo es lento....

Por fin, llegamos a Mako… maletas suben y bajan ...un paraíso nos pareció, ducha debajo de las estrellas, cena en un entorno precioso, a Ousmane se le calló un diente y tuvimos visita del ratón Pérez, “las princesas" juntas no pararon hasta atascar el baño, vimos las estrellas, algunas con cambio de gafas, dormimos muy bien aunque el frío le sorprendió a más de uno

Estupendo desayuno y búsqueda de hipopótamos en el río Gambia con nuestro guía "Ambrosio Cambiaplanes", no había ni uno, así que con el caloraco ya en nuestro cuerpo partimos hacia Kedougou a visitar en el Hospital a un simpático Dr. Keita, al jefe de hospital de la comarca Dr. Touré, al ministro de sanidad ,etc…todo esto siempre rodeados de animales, cabras, vacas, gallinas y polluelos que forman parte del vecindario. Y sin llegar aún a nuestro primer campamen-to...llevábamos ya dos días desde que partimos de Valencia y no veíamos el fin.

Despedimos a nuestro queridísimo Ousmane con muchos besos y abrazos y cambiamos la ya aburrida furgoneta por dos todoterrenos (cambio de cajas y maletas) para poder llegar por estos caminos hasta Dindefelo con baches, pedruscos y tierra roja que penetró en nuestras narices para siempre y nunca nos abandonó en el viaje.

Llegamos a Dindefelo algo cansaditos, je, je, pero tras bajar cajas y maletas nos fuimos a ver la famosa Catarata, así, de repente, después de estar bambando dos días y medio, sin un cafetito, ni merienda, ni ducha...esto es África, ¿será preciso ahora? pues sí, allá fuimos, pero la verdad es que valió la pena, un lugar bonito y fresco donde los más valientes se atrevieron a bañarse debajo de ella.

Así fue como convivimos 5 días en este campamento… las Princesas marchosas y presumidas, los Spiderman tejiendo sus telas de araña cada noche, las Expertas con algún grito nocturno y la Reina de ÁFRICA con chinches comiéndose sus piernas, pero como decía Daniel... es normal. Cada noche con nuestras cervezas, charlas, duchas con cazos del agua del pozo, nuestras mosquiteras, nuestro relec extra fuerte, nuestra cenas, nuestra cama dura y sin luz pero con frontales que no ayudan a encontrar nada, jamás había perdido tantas cosas en tan poco espacio.

Empezamos a currar con la ausencia de dos famosas e imprescindibles “cajas negras” que llegaron tras varias gestiones a los varios días en el autobús de línea. ¡Que intriga teníamos por ver las cajas¡ Y las cajas perdidas en el aeropuerto con la parsimonia que les caracteriza creo que llegaron casi al final.

La subida a Dande fue agradable para el equipo en forma y disfrutando del paisaje. Eso sí con una Cristina rezagada que subió mirando a las piedras, a veces a gatas, taquicárdica y sudorosa acompa-ñada y alentada en todo momento por Daniel y Budy, mientras los niños bajaban corriendo y con chancletas, e incluso un hombre bajaba con una bici a cuestas. Esto normal no es…esto es África. Pasamos consulta un poco hacinados, pesamos a los bebés en un peso colgado de un árbol y disfrutamos de los niños simpáticos llenando sus barrigas de lacasitos durante la comida en el poblado.

Visitamos un poblado nuevo, Pelel, donde nos esperaban todos debajo de un mango precioso, mucho calor y mucha gente en un cole algo destartalado donde montamos camillas improvisadas con bancos y mesas y telas y manteles, en vez de parabanes. Disfrutamos del “momento triaje” entre divertido y agobiante con calor humano a tu alrededor, mientras un señor a tu lado gritaba los nombres en peul a "Ambrosio Cambiaplanes" y sin entender nada...con diagnósticos varios, como, dolor de cuerpo, de corazón, de cintura, de barriga, escupe mucho, come tierra, calor en el cuerpo, etc...aun así encontramos algún amarillo. Señoras que se quitan años, imposible ver las caras de todos, eso sí, ni una pelea entre ellos. Acudieron todos los Touré, Ba, Camara, Mariama, Fatoumata, Fanta, Ibrahim, Hawa, Mamadou, Ousmane, Moustapha, Adama y los herederos del País Bassari "los Diallo" que estaban en todas partes. Anotamos tantas veces estos nombres que se quedaron en nuestra memoria para siempre.

Así fue como compartimos montones de adultos, curas y niños entre calor, sudor, gritos, lloros, MUACS, peso, HB, paracetamol, ibuprofeno, té hirviendo, comida picante compartida y tras una ausente siesta acabamos ya de noche.

Eso sí, no faltó un partido de futbol de los pediatras a 40º y el paseo en moto con el kamikaze de Fer. A pesar de todo la vuelta con 4x4 nos daba la vida, cantando "cada canción un recuerdo”, nos las sabíamos todas, intensas y felices vueltas incluso con un señor senegalés que nos acompañó tocando el tambor al ritmo de “fatouyo” con Daniel como director de orquesta…Cristina que quería montar un guateque y Lola aplaudiendo a los mangos... todo es posible. Lo que sí nos quedó claro es que "No queremos volver a Pelel pues fa molt caloret". Desde entonces la gente de Senegal dice "Vete a Pelel a pasar el día" sustituyendo a ¡vete a la mierda!

La despedida del poblado fue con baile africano, tambor y palmas rodeados de mujeres y niños que nos aplaudían al ritmo de las ”toubab” que movían coletas, culos y brazos como podían, todos encantados ante la risa de Budy y Arouna. Unas más efusivas (Isabel) que otras y con alguna sevillana (Alba y Ana), lo dimos todo tras un día agotador.

Partimos a Afia atravesando el mercado de Dindefelo con el 4x4 mientras bajan nuestros spiderman a salvarle el ojo a una niña del mercado al clamor de nuestros aplausos y vítores (por el ojo de la niña yo daría lo que fuera, por el ojo...). Momento impactante de película africana. Campamento de Afia precioso y visita al río Gambia donde hicimos un reportaje “apesadumbrados" y una vista de las estrellas preciosa.

Hubo noches y noches, algunas con insomnio, con gritos a mitad noche por sueños con insectos, con calor, con arañas, con abejas voladoras, con tapones en oídos, con colchón hundido, mugidos de vacas, angustia, canto del gallo de Afia a las 4h, con Carmen Pi que quería convertirlo en pollo en pepitoria.

Participamos del “cumpleaños de Manolo” en Bandafassi.. si, si como lo oís, ¿No habéis oído hablar del famoso cumple de Manolo un niño de Bandafassi de 2 años? pues es flipante...niño dormido en su cama con mosquitera en la cabaña y la gente entraba a verlo, por supuesto el niño solo. Nosotros los “toubabs” acompañados por nuestros traductores por un camino con animales y a oscuras llegamos a una verbena africana con unos bafles enormes y música a toda pastilla haciendo la “conga” mientras los africanos nos aplauden y nos sacan a bailar constantemente entre el polvo de tierra y sudor…muy divertido e intenso. ¡Muy surrealista todo! Estos senegaleses tienen la música en las venas! ¡No sé qué fiesta harán cuando Manolo cumpla 18 años, pero no me la pienso perder!

Operación Charli; en una ocasión ante la incredulidad de alguna de la existencia de José María (alias Charli) tuvimos que comprobar si era una máquina o una persona simulando que la Reina de África estaba enferma, con gotero de Gazelle (oculto), mascarilla, tensiómetro, saturímetro, y el pobre hombre picó, decía...¡al hospital NO! mientras hacía varias llamadas para averiguar que le pasaba. Menos mal, que tuvo un final feliz y al mensaje de ¡¡¡CABRONAS!!! nos quedó claro que era muy humano.

Y tras varias negociaciones con Ambrosio Cambiaplanes, por fin llegó el día de la excursión a Iwol, poblado precioso de etnia beddick, animista, no pisar zonas sagradas, baobab sagrado, enorme, hilandero haciendo tela y señoras tratando el algodón.

Érase una Reina de África, Isabel, una mujer pegada a una carpeta y cuando dejaba de verla entraba en bucle... ¿y la carpeta, y la carpeta, donde estará?, Daba tanta pena que al oírla nos poníamos a buscarla todos y siempre estaba cerca. Dicen las malas lenguas que dormía abrazada a ella.

Compartimos comidas picantes, donde el picante era el plato principal compartido con otros ingredientes, mijo cocido con verdura, arroz con salsa de cacahuete, arroz y fideos con pollo picante en centro de salud de Thiabedji, espaguetis picantes, mijo con carne, arroz con salsa picante a tope en casa del enfermero de Nenefessa, algún huevo frito buenísimo nos hizo Daniel en el campamento y a algunos se nos saltaban las lágrimas. La buenísima y fresca cerveza Gazelle que nos daba la vida, nos quitaba el calor y estoy segura que lleva algo para el agotamiento.

Despedida de nuestros amigos senegaleses que nos han acompañado estos días, Budy el niño grandullón, Alpha el musulmán de izquierdas, Arouna el festero, Doba el diplomático, Diao el risueño, Daniel el cocinero, con besos, abrazos y fotos. Nos acompañaron al mercado de Kedougou donde nos volvimos locos comprando telas, pulseras, collares… Y ya de regreso la sorpresa fue parar en un hotel

con agua corriente, piscina, aire acondicionado, buena cama…!el paraíso! Disfrutamos mucho y nos sirvió para descansar. Algunos no se despegaron de la hamaca y nos tomamos nuestras últimas Gazelles. Al día siguiente ya de camino al aeropuerto dormitando en la furgo, despidiéndonos del asombroso paisaje de baobabs, nuestra última parada en Mbour con la última visita a la playa, una imagen preciosa y las últimas compras como locas a las señoras que paseaban por la playa.

Ambrosio Cambiaplanes nos acompañó al aeropuerto (ante la incertidumbre de si a última hora cambiaría de plan y nos llevaría a otro poblado) y volvimos dormitando por los aeropuertos, en el avión. Así fue como estos "toubabs" regresaron a sus casas, muertos, mataos de currar, madrugar, viajar, de las altas temperaturas, pero contentos de haber vivido esta aventura y compartir días, kms y kms en furgoneta y 4x4, sudor, trabajo, bailes, canciones, música, relec, cervezas, sueño, madrugones, cansancio, tristeza, rabia, risas, te, mucho picante, historias, excursiones, alegrías, termiteros, baobabs, árbol del mango africano, carité, fotos, fiestas y muchas cosas más que se quedan en nosotros para siempre.

Hay lugares y gente que se quedan en uno para siempre

DAÑOS COLATERALES DEL CORONAVIRUS: LA MEDICACIÓN DE OUSMANE

José María Piñero

Nada más desencadenarse la crisis del coronavirus, Ricardo y yo nos dimos cuenta de que se nos echaba encima un problema bastante complicado: a Ousmane se le terminaba la medicación el 8 de abril y necesitaba una nueva medicación. Nos pusimos manos a la obra inmediatamente y conseguimos que el hospital nos adelantara la medicación de los tres meses próximos y conseguimos que nos la dieran con tres semanas de antelación. En paralelo, Samuel, el padre de acogida en España, consiguió el resto de medicación no hospitalaria. Pero, justo cuando conseguimos juntar toda la medicación de Ousmane, se acababan de cerrar las fronteras de Senegal. No dejaban aterrizar aviones en el aeropuerto, no dejaban entrar a los extranjeros, todo estaba bloqueado.

Entramos en contacto, con el Dr. Medrano del Hospital Gregorio Marañón, que nos programó una reducción de la medicación de Ousmane, por si acaso no llegábamos a tiempo y se lo explicamos a Ousmane para que tratara de estirar al máximo la medicación que allí tenía. La reducción era en dos fases, la primera era muy fácil y la entendió perfectamente, pero la segunda era más complicada y no la enten-dió, dejando de tomar una de las medicinas más importantes.

Fue necesario que le hiciéramos llegar a su poblado a uno de los estudiante de enfermería becados por Yakaar, Daouda, al que previamente conseguimos explicar todo lo necesario, para que le contara lo que realmente tenía que hacer.

En paralelo, nos pusimos en contacto con la embajada de España en Senegal y la de Senegal en España, pero ninguna de ellas nos podía ayudar, porque la valija diplomática estaba suspendida a causa de la pandemia. Ambas embajadas no recomendaron que nos pusiéramos en contacto con DHL, pero DHL nos comunicó que tenían también suspendido todos sus envíos a Senegal y mucho más si el envío era una medicación que necesitaba de una autorización especial de la AEMPS.

En esto, nos enteramos de que había un vuelo de repatriación de españoles la semana siguiente con Iberia y a través de dos tripulantes amigos nuestros, conseguimos contactar con uno de los tripulantes de ese avión que se prestó de manera maravillosa a llevar la medicación.

Pero quedaba un cabo suelto, y es que el tripulante de vuelo no podía tocar suelo senegalés, con lo que teníamos que encontrar alguien en el aeropuerto que fuera capaz de acercarse hasta el avión a recoger las medicinas. Camilo, nuestro secretario, contactó con el jefe de escala de Iberia en Dakar que prometió intentar acercarse al avión.

En paralelo el Embajador de España, Alberto Virella, se había interesado especialmente en el asunto y había conseguido que el Director de DHL Senegal aceptara hacerse cargo de la mercancía y reclamarla a Madrid. Pero DHL Madrid seguía poniendo problemas por ser medicación y nos exigía un montón de documentación.

Así que, en un momento dado, me encontré con dos vías estupendas para llevar la medicación, pero ninguna segura al 100%, así que, en un arranque, decidí dividir la medicación de tres meses en dos grupos de 2 meses, uno completo y otro reducido siguiendo las indicaciones del Dr. Medrano y decidí mandar cada uno de los grupos por un camino.

El primer grupo llegó a Dakar rapidísima-mente y, sin ningún problema. El día 25 de marzo estaba en manos de Demba, que la recibió del jefe de escala de Iberia en Dakar. La medicación enviada por DHL se retrasó 10 días más.

Primero repasando toda la documentación que enviamos, recetas y muestras de medicamentos incluidas, y luego repasando el paquete para comprobar que coincidía con la medicación. Hay que reseñar que no era tarea fácil, ya que la medicación iba fuera de sus cajas, distribuida en pastilleros con las dosis necesarias para cada toma del día de cada medicina, para asegurar que Ousmane tomaba su mediación correctamente.

Pero faltaba un obstáculo más. Una vez la medicación en manos de Demba, se había producido un nuevo avance en las restricciones al movimiento en Senegal y ya no era posible que las personas se movieran de una región a otra. Si era posible transportar mercancías, pero en Senegal no existe ningún servicio de transporte de mercancías que no sea en los autobuses o barcos de viajeros

Pasó más de una semana hasta que Demba encontró el modo de hacer llegar la mediación a Kedougou. De nuevo utilizamos a Daouda, el estudiante de enfermería, para que la recogiera y se la llevara Ousmane y después de unos angustiosos días conseguimos que tuviera la medicación asegurada para otros dos meses. Después con más calma le haremos llegar la correspondiente a los meses de Junio y Julio que llegó más tarde a Dakar por DHL.

Afortunadamente, la historia ha terminado con un final feliz. Desde aquí quiero dar las gracias a todos los que lo han hecho posible, que han sido tantos que no me atrevo a enumerar para no dejarme a ninguno.

EDUCACIÓN DE OUSMANE

Adicionalmente, decir que Yakaar África se ha hecho cargo de ayudar a Ousmane de Landieni que estaba curándose en España, como hicimos con Ramata de Ibel, que estuvo también en Valencia, para seguir una formación de costura en Kedougou. Ousmane ahora tiene un estudiante para él que le acompaña tres días en la semana, dos horas al día; esperando que le pueda servir para recuperar el francés y tener un nivel interesante como todos los niños de su edad con la implicación de su familia y el técnico de agricultura de Yakaar que va un día a la semana a la huerta del pueblo. También van a veces los mismos estudiantes de salud de la zona para hacer el control y el seguimiento en su casa y que todo salga bien.

NO SABÍA LO QUE EL DESTINO ME DEPARABA

Carmen Pina

Cuando salí de España hacia Senegal, no sabía lo que el destino me deparaba. El viaje hasta llegar fue largo y pesado. Pero una vez allí, los días se iban sucediendo, casi sin darme cuenta.

El país me acogió con una emocionante alegría. Sus paisajes, sus gentes, y los traductores siempre atentos ante cualquier necesidad.

Atendimos poblados muy aislados, y tanta pobreza y enfermedad era desolador. Trabajamos en condiciones muy duras, tanto por las temperaturas tan elevadas, como por los medios, que aquí en España estamos acostumbrados, y allí ni existían.

Cada día acabábamos exhaustos, pero con una fuerza que no sé de dónde salía. Al acabar cada día regresábamos al campamento cantando y con alegría.

Tengo que reconocer que hicimos muy buen equipo todos juntos en general.

Ahora, después de casi un mes del regreso, se han desatado en mí sensaciones encontradas, que no me dejan ajena a la situación de lo que allí dejamos.

BEBÍ UN GRAN TRAGO DE AGUA Y CON ELLA ME TRAGUÉ LA RABIA, LA IMPOTENCIA Y LAS GANAS DE LLORAR

Carmen Barra

Y ahora ya, desde la otra orilla, y todavía con el sabor de la papaya y el olor a karité, hago mi particular balance.

En 2019 tuve la gran suerte de formar parte de la décima misión que realizó Yakaar a Casamance. Fue tanto lo que me dio la Teranga senegalesa, que cuando Isabel (responsable de misiones en Valencia) me propuso volver, ni lo pensé dos veces, ni tardé un segundo en responderle que sí, quería volver. Y volví. Pero esta vez no reconocí aquel Senegal de un año atrás.

Esta vez, la bella Casamance se quedaba chica frente a un imponente y arduo País Bassari.

Fue como si un director de cine estuviese preparando una película con decorados y escenarios creados únicamente para esta ocasión. Largos caminos de tierra rojiza y polvo, terrenos escarpados y pedregosos, que hacían difícil el acceso a poblados con cabañas hechas de adobe y paja, beduinos que se asoman con miradas desafiantes para recordarte que estas en su territorio.

Grandes demarcaciones de termiteros y de Baobab (de quién se dice que es el árbol de la vida) Y después de dos días de travesías, con parada nocturna en el campamento de Mako, llegamos por fin a Dindefelo nuestro primer campamento. Dindefelo y su cascada. Una maravilla de la madre tierra, un asombroso paraíso natural que contrasta con la dureza con la que viven sus gentes.

Y allí estaba, cansada y sin apenas agua para darme una gran ducha. En mi cabaña había un barreño con agua del pozo y un cazo para echármela por encima, dos camas que juntas hacían una con unos hundidos y raídos colchones de los cuales se me dijo, que no les diera la vuelta. Sin más armario que el espacio frente las camas y que es donde dejo mi maleta la que doné y con la que no volví. Pero eso es otra historia. Y así cerrando los ojos, y respirando hondo comienza mi andadura fuera de mi zona de confort.

A la mañana siguiente me encontré que los 10 o 12 grados de temperatura que dejé en mi ciudad europea, se habían convertido en 30 grados en éste poblado africano y que a lo largo del día oscilarían de entre 38 a 41 grados. Tengo calor, me asfixio, pero me recojo el pelo en un moño y me arremango el pantalón.

Llegamos al centro de salud y comenzamos a montar. Jeringas, jarabes, la sala curas, la de adultos, tensiómetros, termómetros, pediatría…etc. Las condiciones no son las más idóneas y el calor va en aumento, pero también nuestras ilusiones y las ganas de trabajar.

Y AHÍ VA!! Una llamada de socorro del enfermero. Tiene constancia que a 6 km de donde nos encontramos una mujer que parió el día anterior a su bebé, siente fatiga y le cuesta respirar. Rápidamente se desplazan con él una enfermera y una médica con el maletín de primeros auxilios mientras el resto del equipo, con el corazón encogido, sigue pasando consulta. Poco más de una hora, regresan nuestras compañeras y sus rostros desencajados y el aspecto desolado lo dice todo. La mujer, que resultó ser una niña de 17 años ya estaba en parada respiratoria cuando llegaron y nada se pudo hacer.

Bebí un gran trago de agua y con ella me tragué la rabia, la impotencia y las ganas de llorar.

Pero seguimos, como no seguir. Y en unos días desmontamos y en otro poblado volvimos a montar y otra vez desmontamos y a volver a montar.

Así hasta un total de siete. A cada cual con su dureza. En todos hay un caso que te llega al corazón. Y alguien me pregunta… ¿te merece la pena?

Y ocurrió que una gastroenterocolitis me obligó a quedarme en el campamento mientras el resto de misión iba a Thiabedji. Y así tirada en la cama con la mirada perdida en la nostalgia de mi hogar y con la soledad de mi propia vulnerabilidad pensé en el pueblo senegalés. Es agradecido. Lo da todo sin tener nada. Te abre las puertas de sus casas y te da de comer. Es alegre y hospitalario. Su abrazo es tan fuerte que traspasa tu cuerpo y te llega al alma, y entiendo que el universo creó la tierra y los seres por igual y que sólo las personas nos vemos diferentes.

Reconozco ante mi misma que ha sido una misión dura, pero mi respuesta es….…sí, todo mereció la pena. Cada una de mis incomodidades mereció la pena. Y tanto que mereció la pena.

En ésta misión se han visto 1.000 criaturas, entre niños y niñas, .1200 personas adultas, se han triado 40 casos de cataratas y se han derivado 60 personas a diferentes hospitales.

Mi regreso a casa no fue en avión, como en el caso algunas personas, yo volví en una gran nube blanca atravesando un mar de agradecimiento y de la cual, todavía hoy me cuesta aterrizar.

YAKAAR es sinónimo de solidaridad, hermandad, apoyo, devoción... y ante esa grandeza, tanto de la ONG como de las personas que la crearon una se queda falta de palabras. Sólo me queda agradecer la oportunidad que me brinda de crecer y compartir esa hermandad con el pueblo senegalés. Gracias, gracias y mil veces gracias YAKAAR.

ME LLEVO EL CORAZÓN LLENO DE AMOR

Ángeles Llaosa

Soy Angeles Llaosa, y en mi interior había un sueño, el de ir a África de cooperante. Esto era un sueño que albergaba desde la niñez, y que pensaba que cumpliría a la edad de 40 años, aproximadamente. Y mira…los sueños a veces se cumplen, aunque un poco más tarde de lo esperado, pero dándome igual, francamente.

La mente se prepara, imaginando los más duros y difíciles escenarios, pero el corazón, con sus emociones, no, pues él, responde en tiempo real. África es intensa, para lo bueno y lo malo. Esa intensidad que da estar tan cerca del modo supervivencia.

He detectado en estas gentes, comunidad, unión, solidaridad, humildad, agradecimiento, res-peto, inocencia, sencillez, buen humor, pero también, falta de motivación, resignación, algo de dejadez, arraigo a sus costumbres. Y yo me pregunto: ¿Podemos los cooperantes actuar sobre esos aspectos más negativos, que les impide su desarrollo y avance?.

No lo sé, pero este pensamiento, me produce ciertos sentimientos de impotencia, que me hacen tener un sabor agridulce de esta experiencia.

También he visto su carencia en infraestructuras básicas, como son, la recogida de basuras, canalización del agua, asfaltado, estado de Escuelas y Centros de Salud.

En cuanto a mi labor allí, ha sido más asistencial, que cooperante, que sería el objetivo ideal, para que ellos continúen extendiendo y mejorando el ámbito sanitario, cuando nosotros no estemos presentes.

A pesar de lo relatado, como Enfermera, he sentido mucha satisfacción curando heridas, que nunca o rara vez habría visto en España, desarrollándome en el aspecto de enfermería Social, intentando comunicarme con ellos y ellas, a pesar de la barrera del lenguaje, pero a veces bastaba con el intercambio de miradas y / o sonrisas.

He sentido los límites tan injustos de este país y la impotencia al sentir muchas veces que allí "el hilo que separa la vida de la muerte es mucho más fino" y este pensamiento se me presentaba con bastante frecuencia en Senegal.

Personalmente, de todo esto, he sacado la conclusión, que a pesar de trabajar en Enfermería Pediátrica, hace ya como unos 15 años, y estar en un lugar de trabajo muy especializado como son los Cuidados Intensivos Neonatales, no me importaría cambiar a un trabajo en un Centro de Salud,

incluso con pacientes adultos. Y es que África te trasforma y cambia tu forma de ver las cosas, y amplia mucho la óptica que tienes de éstas.

Cosas que desde mi experiencia que se podrían mejorar: mayor abundancia de agua, algún refresco con azúcar entre horas, asegurarse que al menos funcionan todos los ventiladores, más días en Dande, donde hay más pobreza y déficit de salud.

Como factor positivo de nuestra labor, me quedo con los casos detectados y derivados para tratamiento médico o quirúrgico, cuyo coste corre a cargo de la ONG Yakaar África, y es nuestro pequeño-gran granito de arena lleno de Amor.

Por supuesto, me llevo el corazón lleno de Amor y siento que África, me ha dado mucho más a mí, de lo que yo, le he dado a ella.

Gracias a la ONG por permitirme esta experiencia y al grupo de cooperantes de País Bassari por su apoyo, trabajo y buen humor. Solo puedo sentirme agradecida.

ESTAS DOS MISIONES EN ÁFRICA HAN CAMBIADO MI VIDA

María Dolores Verdial

País Bassari ha sido la segunda misión que he hecho con Yakaar África en estos dos últimos años. La primera vez fuimos a la región de Casamance, y esta vez le ha tocado el turno a País Bassari.

Cuando tomé la decisión de volver a participar, pensé que estaba preparada porque tenía como referencia mi propia experiencia, ya que lo vivido en Casamance fue bastante impactante al ser la primera toma de contacto que tenía con la vida en África, pero lo que he vivido en País Bassari ha sido completamente diferente.

Ese lugar me enamoró desde el primer momento, desde la belleza de sus gentes y del paisaje; hasta su cultura, su modo de vida y el cómo se enfrentan a ella cada día sin perder la sonrisa. Por lo que he podido apreciar, tienen una amabilidad que les caracteriza y que te envuelve en un sentimiento de bienestar y paz. Te integran sin problemas, te hacen ser una más y gracias a eso, he podido disfrutar al máximo con ellos, ya que me han hecho reír, llorar, cantar e incluso bailar.

Por suerte o por desgracia, también he visto la realidad de sus vidas y he podido, durante un breve periodo de tiempo, compartirla con ellos. He sentido dolor e impotencia en más de una ocasión por ver la situación en la que se encuentran. He visto la pobreza en la que viven, los escasos

recursos de los que disponen, las carencias y limitaciones, las dificultades que tienen para acceder a una atención básica sanitaria. No obstante, también he visto que la forma que tienen de adaptarse a esas situaciones les hacen ser personas increíblemente fuertes, tanto en sentido físico como emocional, desde la infancia.

Durante 17 días he podido experimentar la vida tal y como lo hacen ellos, sin agua, sin luz, sin un techo y una cama en condiciones y sin un simple refresco para poder combatir temperaturas de hasta 41° que no desaparece cuando anochece.

Convivir con ellos sin ninguna de las comodidades a las que estamos acostumbrados es muy duro, pero es, al mismo tiempo, tremendamente satisfactorio y esto es lo que me ha sorprendido gratamente.

Es maravilloso haber podido ver más allá de la aridez del paisaje y dejar a un lado las condiciones en las que hemos estado viviendo, para poder sentir tanto cariño por la gente que he podido conocer y haber vuelto a España con un precioso recuerdo de Senegal.

Todo lo que he vivido durante este tiempo ha dejado huella en mi y puedo decir muy orgullosa que estas dos misiones en África han cambiado mi vida. Por esa razón, le doy las gracias a Yakaar por haberme dejado ser parte de esto; por permitirme participar en la mayor experiencia de mi vida.

¡HASTA SIEMPRE ÁFRICA!

Cristina Durá

¡Sin ninguna duda ha sido la mejor experiencia de mi vida!

Mi aventura empezó cuando me propusieron formar parte del equipo sanitario de Yakaar África para la misión de P Bassari, siempre había soñado con esta oportunidad así que no me lo pensé y empecé a informarme y prepararme con mucha ilusión y nervios. Aunque mis dudas tenía al partir…seré capaz, me entenderán… pues les entendí ya que sus miradas, gestos y apretones de mano te lo decían todo, y por supuesto con la ayuda de los traductores y mis compañeros me fue fácil adaptarme al trabajo de allí siempre con ganas de aprender y ayudar.

Llevar la sanidad al País Bassari me ha parecido una experiencia apasionante y dura pero me siento privilegiada tanto a nivel profesional como personal de haber podido estar ahí para darles lo mejor de mí y sobre todo de lo que me llevo de ellos. Me han aportado sabiduría, paciencia, empatía, fortaleza, humildad, valorar más lo que tenemos, aprender a compartir a comprenderles y escucharles.

Sus terribles dolencias me hacían sentirme tan mal ante tanta injusticia y al mismo tiempo su agradecimiento con un apretón de manos, abrazo, sonrisa o mirada me hacían sentir tan bien..

Por ello cada mañana me levantaba con entusiasmo para seguir ayudándoles disfrutando de cada momento: de curar, pinchar, colaborar con mis compañeros, dar gafas de sol y de vista donde los mayores acababan viendo mejor y su alegría me la transmitían, ayudar en el triaje, hacer somatometría a niños asustados, repartir ropa y juguetes, vestir a algunos niños y hacerles fotos y selfies que nos pedían, cantar, bailar y jugar con ellos. Todos estos momentos los tengo grabados para siempre en mi corazón.

Todo ha sido muy intenso, muchas emociones diferentes en tan poco tiempo junto a mis compañeros sanitarios y senegaleses de los que aprendí mucho tanto a nivel profesional como a nivel humano, trabajando sin parar y compartiendo tristezas, rabia, alegrías, cansancio, trabajo, sueño , risas, canciones, música, bailes, estrellas, amistad, té, relec, km y km en furgoneta, mucho calor, duchas, sudor, cervezas, mucho picante y muchas historias…

Juntos hemos disfrutado y también sufrido en ocasiones de una África rural y auténtica donde las necesidades básicas y derechos de las personas no se cumplen. Muy a pesar de ello nos han dado una auténtica lección de vida regalándonos momentos alegres con sus canciones y bailes, hospitalarios, respetuosos, generosos… y además con ese ritmo en sus venas que te contagian a pesar del cansancio y el calor y allí estábamos dándolo todo.

MI gran respeto al pueblo senegalés y a la gente de allí que colaboran con Yakaar África tanto personal sanitario (matronas, agentes de salud, enfermeros) como no sanitario (traductores, chofer, cocineros, voluntarios) que trabajan para hacer de su pueblo un lugar mejor.

Gran trabajo de Isabel Chacón tanto profesional como personal siempre pendiente y preocupada de todo y de todos, muchas veces luchando contra corriente, la admiro y como le decía a veces --¡" yo de mayor no quiero ser como tú"- puf ...que responsabilidad ¡

Me ha encantado ser "toubab" para esos niños siempre con una sonrisa y su intensa mirada que te rodean tocan y abrazan a modo de bienvenida, me daban la vida.

¡Bestial experiencia que me ha hecho crecer como persona y además poder compartirlo al volver con la gente que quiero!. Desde luego es mucho más bonito dar que recibir

Me he sentido muy a gusto, respetada, valorada y feliz y mis emociones positivas de amor, alegría y felicidad por poder estar allí aportando un poco de mí han supera-do con creces a las negativas, rabia, tristeza e impotencia por lo que me ha sabido a poco...y al llegar a España es cuando me doy cuenta de que hay tanto por hacer... que esta aventura no puede acabar así…

Hay lugares que se quedan en uno ¡HASTA SIEMPRE AFRICA¡

HA SUPUESTO UN BUEN APRENDIZAJE VITAL

Joan Pacheco

Hacía mucho tiempo que quería participar en un proyecto de cooperación sanitaria y gracias a la buena experiencia de otros compañeros conocí la posibilidad de hacerlo con Yakaar África.

Después de muchos meses de imaginarlo, con ilusión y buenas expectativas, llegó el día 18 de enero y cogimos el avión. De repente ya estábamos allí, sin tiempo para acostumbrarnos, en un país con una forma de vida tan diferente a la nuestra. En un ambiente de gran emoción, estimulado por las continuas nuevas sensaciones, aunque también incertidumbre, emprendimos el camino hacia Kédougou. En poco tiempo ya estábamos trabajando en la consulta atendiendo niños y llegó el momento de confrontar todas las expectativas con la realidad.

He disfrutado del trabajo diario, he sentido felicidad a través de la implicación con los demás y he redescubierto la importancia y la satisfacción de un buen trabajo en equipo con los compañeros. En cuanto a la población que atendimos y conocimos, son gente encantadora, generosa y resistente hasta niveles inimaginables. No siempre ha sido agradable, en consulta se han vivido casos frustrantes y dolorosos para todos.

El debate sobre la organización de la cooperación sanitaria es algo socialmente extendido y allí también han existido momentos de duda sobre nuestro papel. Esa mezcla de ilusión y reflexión constructiva generó un ambiente enriquecedor que para mi ha supuesto un buen aprendizaje vital, y que espero poder aprovechar para futuros proyectos.

TRATANDO DE ACLARAR UN MALENTENDIDO

José María Piñero

Hola, me llamo Eva García, soy de La Coruña y estoy ayudando a un chico Senegalés de nombre Demba Baldé a estudiar en el ISEC en Ziguinchor desde este curso escolar. Leo en la web de vuestra ONG Yakaar África, que entre otras actividades ayudáis en la formación a estudiantes senegaleses. Necesito apoyo en este momento para aclarar unas dudas importantes con la persona que estoy tratando de ayudar, él habla español pero no nos estamos entendiendo. Mi pregunta es si alguien español de la ONG está habitualmente o en este momento en Ziguinchor para poder contactar directamente con este chico.

Con este mensaje me despierto una mañana en mi bandeja de correo y mi respuesta es inmediata: “Esta mañana llego a Ziguinchor, pero solo voy a estar un rato. Dime qué quieres y puedo tratar de ayudarte.

La respuesta llegó enseguida: “Buenos días José María, lo primero puedas o no ayudarme, muchísimas gracias por tu rápida respuesta y tu disposición a ayudarme.

De todas formas ahora Demba me dice que está en su poblado en Boyouyé, por tanto no sé si ha dejado ya sus estudios ... Ayer me transmitió su intención de una forma poco comprensible para mí. Pero te agradecería muchísimo si puedes hablar con él por teléfono y tratar de ayudarnos a los dos, porque es un tema en el que me involucré y ahora no sé si lo estoy haciendo bien.

Trato de hacerte un resumen: Hace 1 año aproximadamente estuve de vacaciones en la Casamance. En una visita al poblado de Boyouyé, me llamó la atención el chico que nos enseñó su pueblo. Era de la edad de mi hijo, por lo que quizás reparé más en él. Me pareció inteligente, correcto, con muchas ganas de aprender y hablaba bastante bien el español lo que me permitió hablar un poquito con él al final.

Me contó que él no podía estudiar aunque le hubiese encantado seguir sus estudios en la universidad (o algo similar) en Ziguinchor. Era el mayor de los 7 hermanos por parte de madre y no tenían dinero para sus estudios ... Si, lo sé, lo que le ocurre por desgracia a tantas personas en este mundo, pero él se cruzó en mi camino y me interesé porque pensando en mi hijo que ha tenido una vida en bandeja ... al comparar las oportunidades de uno y otro por haber nacido cada uno en un lugar del mundo diferente, me parecía muy injusto. Yo no podía cambiar el mundo, pero pensaba y pienso que si al menos cada uno de nosotros tratase de ayudar a una persona, este mundo injusto podría mejorar un poquito. Así que decidí intentar ayudarle si él respondía, quería ayudarle a estudiar pero no quería que abusasen de mi buena disposición. Y lo estoy haciendo. Empezó su curso de Gestión y Administración de empresas (o algo así) en el ISEC en Ziguinchor. Allí tenía familia para estar gratis y pactamos que yo le pagaría la matrícula de sus estudios y también le ayudaría con la manutención, mientras que él se buscaría un trabajo para hacer frente a oros gastos como transporte, fotocopias u otros ... A cambio le pedí que él tenía que justificarme todos los pagos en relación a la matrícula de la Universidad, así como enviarme periódicamente justificantes de que realizaba sus estudios con provecho algo que justificase que el dinero iba para sus estudios y que los aprovechaba.

Él siempre se mostró muy agradecido conmigo. Hemos estado en contacto todo este tiempo, pero desde que empezó solo me justificó el pago de la primera mensualidad. Al insistirle pidiéndole papeles me envió entre otros uno que recoge la concesión de una “bourse entière” de lo que yo deduzco claramente que consiguió una beca que cubre la matrícula durante todo el curso por lo que dejé de enviarle las 2 últimas mensualidades.

Mi decisión para mis adentros fue pese a todo, darle otra oportunidad y seguirle pagando la ayuda para manutención hasta acabar el curso, pero ayer me escribió dándome las gracias por mi ayuda pero que tendrá que regresar a su pueblo porque no puede seguir estudiando mientras no pague en la Universidad ...”

Por no hacerlo largo, decidimos poner en marcha un doble sistema de chequeo. Yo tenía que pasar por un campamento en Cap Skirring a escasos 5 kilómetros del poblado del chico, por lo que podría aprovechar para tener una primera entrevista con él. Luego, Demba, nuestro Demba, trataría de confirmar por teléfono la historia del otro Demba hablando con él y con sus profesores.

El día 18 por la tarde, en medio de un terrible calor, Demba Baldé vino a mi campamento y tuvimos una entrevista de más de una hora. Me costó un buen rato saber lo que pasaba. El malentendido procedía de la expresión en francés “bourse entière” que en español se puede traducir como beca completa pero que en Senegal significa que es la beca máxima que se puede conceder. Ello no significa que cubra todo el coste de la educación. En el caso de Demba Baldé solo cubría menos de un tercio del total, por lo que el resto tenía que seguir siendo subvencionado por Eva si quería que Demba siguiera estudiando.

En cuanto a los resultados de los estudios, Demba me contó que había hecho dos ejercicios, pero que su escuela era filial de otra mayor que estaba en Dakar y que los ejercicios se corregían allí, eso hacía que se demoraran muchos los resultados esperando los primeros para dentro de unos días.

En general el chico me causó muy buena impresión y aproveché para, tratar de empujarle en el sentido de la filosofía “Yakaar”. En ese sentido le pedí que si él había tenido la suerte que otros chavales no habían tenido de poder estudiar, debería en cierta medida tratar de devolver a la sociedad los beneficios obtenidos, por lo menos en los primeros años de su ejercicio profesional. Algo que nosotros hacemos sistemáticamente con nuestros estudiantes de agricultura y enfermería.

Posteriormente nuestro Demba contactó con el chico y confirmó todo lo hablado, pudiendo explicar detalladamente a Eva la situación y desbloqueado la financiación de los estudios de Demba Baldé.

Esta pequeña historia quizás no tenga mucho valor en sí misma pero nos ha dejado un buen sabor de boca, al ver que con un pequeño esfuerzo, hemos sido capaces de hacer que dos personas se entiendan y que un chico más pueda acceder a unos estudios que de otra manera le hubieran sido vedados.

SU FORMA DE ENTENDER LA VIDA

Carlos Andrés González

Mi amiga Sonia me contó hace unos meses que iba a ir a visitar Senegal con un compañero suyo de trabajo (Victor) que colaboraba con una ONG. Me contó que iba a ir más gente en viaje y que me podía apuntar así que como me encanta viajar y lo que sabía del plan parecía prometedor, con las mismas me animé a ir.

Así que el 20 de Octubre del 2019 quedé en el aeropuerto con mi amiga Sonia y allí conocí a Victor (colaborador de YAKAAR), Mari (madre de Victor) y Sandra (sobrina de Victor). Desde el primer minuto del viaje me sentí adoptado por aquella familia y me he reído mucho con ellos durante todo el viaje como si les conociera de hace años.

Al llegar al aeropuerto de Dakar nos recogieron Demba y Babacar y fuimos a un alojamiento cercano al Lago Rosa el cual visitamos al día siguiente. Ese primer día Demba empezó a contarnos un poco cómo funcionan las cosas en Senegal y las ideas de Yakaar África para ayudar y bueno… ahí empezó a calar un poco su mensaje.

A la mañana siguiente fuimos hacia la lengua de Barbarie donde estuvimos un par de días y desde donde visitamos Sant Louis y la reserva de aves de Djoudj. Visualmente la zona es espectacular y cuando nos desplazamos a St Louis o a la reserva me resultó muy curioso ir mirando por la ventanilla de la furgoneta. Es una de las cosas que más me ha llamado la atención del viaje. Desde tu sitio en el vehículo puedes ver como los niños van a clase, la gente comprando, las madres con sus críos a la espalda, los vehículos por la carretera hasta arriba de gente en posiciones inverosímiles, las cabras por todos los lados, la gente tomando el té en la puerta de casa con sus vecinos.... era como ver lo más cotidiano de sus vidas sin que nada se vea alterado por sentirse observados por unos turistas.

La reserva de aves de Djoudj es impresionante y Sant Louis es una pasada, aunque resulta un poco duro ver a los niños por la calle y en general lo complicada y diferente que es la vida de la gente allí comparada con la nuestra.

En contraposición te das cuenta de que a pesar de lo difícil que son sus vidas la gente sonríe mucho más que aquí.

Por la tarde vamos hacia el desierto de Loumpoul donde nos quedamos a dormir en una jaima y echamos unos bailes por la noche aunque hay poco que hacer con el ritmo innato de los senegaleses.

En la próxima jornada de viaje ponemos rumbo a Kaolack que está a un trecho y hacemos parada en Touba para ver su mezquita. Otra de las cosas que más nos llaman la atención por lo que vemos y por lo que nos cuenta Demba es el respeto y aceptación mutuo que hay entre la religión islámica, cristiana y animista en todo el país y que pueden convivir sin problemas. Ya en Kaolack damos una vuelta por el gigantesco mercado.

Un día después cruzamos Gambia usando el nuevo viaducto hasta llegar a Ziguinchor en la región de Casamance que Demba se ha encargado de publicitarnos durante todo el viaje.

Deberían de hacerle embajador vitalicio de la región. La famosa Casamance es la parte que más me ha gustado de nuestro viaje y es donde vamos viendo gran par-te de los proyectos de Yakaar África que Demba nos ha ido contando en los largos trayectos en coche.

Tras dormir en Ziguinchor va-mos a Cap Skirring y paramos en el centro de salud de Agnack de Ya-kaar.

Nos enseñan el centro que la verdad es que está genial pero te das cuenta de lo difícil que es el acceso a la medicina básica que en España damos por sentado. En Cap Skirring disfrutamos por la tarde de la playa, el atardecer y la cerveza Flag.

A la mañana siguiente visitamos el orfanato de Cabrousse y da gusto ver lo bien organizado que tienen todo y que con muy pocos recursos, a los chavales que se han quedado sin nada les dan una oportunidad de poder salir adelante. También visitamos una escuela (Bouyouge) y estamos un rato con los niños que son majísimos y no paran de reírse con nosotros.

El siguiente día vamos al poblado de Mlomp a aprender sobre las costumbres de los diolas. También visitamos una granja de pollos en las que Yakaar les ha enseñado a criar pollos y a comercializarlos y donde nos reciben cantando y con una alegría que te conmueve.

Vamos también a una huerta donde trabajan varias personas y tienen diferentes cultivos. Luego vamos a el colegio de Cagnout que fue uno de los ratos más emotivos del viaje. Todos los críos cantando, bailando, riéndose….

Mientras que estaban bailando los niños yo estaba sentado al sol y se me acercó una mico que no debía de tener más de 6 años y me puso su gorro en la cabeza para taparme del sol. Con que les hicieras unas cosquillas o lo que fuera se partían de risa.

De aquí nos marchamos a Carabane donde estuvimos durmiendo un par de días. Allí visitamos el centro médico, la huerta y Demba nos enseña las cosas que han ido haciendo a lo largo de los años para mejorar la isla y el poblado.

Es la parte que más he disfrutado del viaje porque es donde más tiempo hemos pasado con la gente y te das cuenta de que la hospitalidad de la que presume Senegal no es un tópico sino que es real. También me llama la atención la cercanía de la gente, el concepto de comunidad y ayudarse unos a otros, su amabilidad…. Todo el mundo te da los buenos días y te preguntan cómo estás y ves como entre ellos se paran a interesarse los unos por los otros… Igualito que cuando vas en Madrid en el metro.

CONOCÍ EL TESORO SENEGALÉS

Teresa Quintana

Me gustaría empezar agradeciendo a Aarón, Rocío y José María por haber puesto su confianza en Nacho y en mi para darle continuidad al proyecto y por dejarme disfrutar de esta experiencia. Gracias a ellos he vivido uno de los meses más intensos de mi vida, de los que me llevo mucho aprendizaje y muchas ganas de seguir participando en proyectos de cooperación. El viaje lo he vivido desde dos puntos de vista diferentes, Dindefelo e Ibel.

Dindefelo, fue una experiencia complicada y la misma vez gratificante, porque consistía en ejecutar un proyecto de residuos y había muchos agentes participantes distintos. Cada día había una sorpresa nueva y sentíamos que cada agente pensaba en su beneficio propio.

Además, allí, los tiempos son más largos de lo que estamos acostumbrados, y todo el plan inicial se alargaba mucho. Pero al final se consiguió cuadrar todo, y nos fuimos de Dindefelo con muchas esperanzas puestas en el funcionamiento del proyecto y en la motivación de los agentes participantes.

Por otro lado, en Ibel viví una experiencia diferente, el contacto con las familias, mujeres, jóvenes y niños fue más estrecha. Conocimos una realidad distinta, su realidad era pasar cuatro horas en una cola para obtener agua de un pozo, que más tarde, comprobaríamos que estaba contaminado. Gracias a la generosidad y motivación del poblado el trabajo se hizo ameno y eficiente.

Lo más importante del viaje fue que en ambos poblados conocí el tesoro senegalés, la TERANGA, que significa, hospitalidad. Las amistades que hice allí y las personas que conocí son el mayor regalo y recuerdo que me llevo. Conocí su buen humor, historias, ideales, sueños, ganas de crecer y ambiciones. Muchas gracias a Diao, Daniel, Ambrosio, Demba, Djibril y Diouma por el trabajo y esfuerzo. Por último, Alpha y Nacho, mis grandes compañeros de equipo, sin ellos todo el trabajo y toda la diversión no hubiera sido posible, millones de gracias, sois los mejores.

Hasta muy pronto Senegal.

ES UNA EXPERIENCIA IMPAGABLE

Nacho Mollá

Se podría decir que hemos vivido dos experiencias distintas. Por una parte, el hecho de que son gente muy agradecida y hospitalaria, hacen que te sientas cómodo. Nosotros llegábamos a sus casas para preguntarles como resolvían sus problemas con respecto al agua y los residuos, y antes siquiera de preguntarte porqué estabas allí, te ofrecían un banco a la sombra y un cubierto a la hora de comer. Y ya después de una amable conversación de introducción era cuando pasaban a preguntar sobre nuestra visita. Al contarles los motivos, nos mostraban su agradecimiento de una manera muy sincera. Era realmente bonito, era lo que ellos llaman la “Teranga” senegalesa, algo muy real.

También fue increíble el trato con los niños, como asimilaban el mensaje y lo felices que eran al escuchar hablar del proyecto. Les dimos una charla sobre gestión de residuos, y durante el resto de los días nos mostraban orgullosos como habían recogido un plástico por la calle, o como tiraban una pila en el contenedor correcto, eso era realmente satisfactorio.

Por otra parte, muchas veces tuvimos que lidiar con la administración o con distintos actores que intervenían en el proyecto, y ahí ya no era tan idílico. Entrabamos en temas de plazos, dinero y trabajo, y las cosas eran más arduas. Es normal que sea así, que intenten conseguir algo más de dinero, en Ibel nos llegamos a encontrar con familias que no podían pagar ni los 5 céntimos que costaban 20 litros de agua de la fuente, que se iban a los pozos, contaminados en su mayoría con E. Coli. Es importante destacar que hacer un proyecto en África no consiste solo en llevar un proyecto y mucho dinero, por supuesto hacen falta esas dos cosas, pero también es necesario involucrar a la población y saber tratar con ellos (los traductores se encargaron estupendamente de ello), conseguir que se den cuenta de la necesidad del proyecto (esta es obvia cuando se trata de abastecimiento de agua, pero no tanto si hablamos de gestión de residuos); porque son ellos los que deben dar continuidad a los proyectos.

Yo me fui de Senegal con un buen sabor de boca, hicimos todo lo que estaba en nuestra mano para sacar el proyecto adelante, lo peleamos y aunque parecía que las cosas se tambaleaban, finalmente salió todo muy bien. Ahora lo más importante es que haya continuidad, que se vaya tomando nota de cómo evoluciona el proyecto y que se les siga apoyando hasta que sean capaces de gestionarlo totalmente solos, y para eso Yakaar cuenta con multitud de aliados entre la población. Confío en que saldrá bien, lo estamos viendo en las fotos que nos siguen enviando, la gente está muy motivada.

No quiero perder la ocasión para agradecer a Demba, Diao, Ambrosio, Djibril y Diouma su colaboración en el proyecto, y sobre todo quiero agradecer la inestimable ayuda de mi compañera Teresa y de nuestro traductor, Alpha, que ha trabajado más que ninguno de nosotros dos, que siempre ha estado dispuesto a traducir y a aportar ideas y que muestra un compromiso incuestionable con la ayuda humanitaria. Y por último, quiero animar a cualquiera que tenga la oportunidad de embarcarse en una aventura así, es una experiencia impagable que te enseña otra forma de vida, y de la cual siempre sacarás cosas positivas, pero sobre todo, porque aún queda mucho por hacer.