Blogs 2017

MARIO EN CAGNOUT

Las cadenas de favores es lo que tienen. Un día decidimos traernos a un niño senegalés que no podía casi andar por una rotura jamás curada en una pierna, Edouard. La familia de acogida, Josep, nos puso en contacto con una organización interesada en ayudar a África y una empresa de aguas que podría también aportar ayuda. Una voluntaria, Ana, dedico sus vacaciones a diseñar un proyecto de agua y medio ambiente en Cagnout. Ahora, Mario, responsable de dicha organización y de dicha empresa ha venido a conocer el proyecto y a la gente de Cagnout de la mano de nuestro Papau.

Ya sólo queda el último paso y..... A esperar que el proyecto sea una realidad. Mario nos lo cuenta:

Mario Ferrer, Ingeniero de Caminos

Presidente Grupo del Agua Rotary 2202

Este ha sido un viaje importante para mí. Llevo años trabajando en la ingeniería del agua, en grandes empresas de saneamiento y de abastecimiento de agua potable. He dirigido muchísimos proyectos y obras como el proyecto que Ana Cachón y la ONG YAKAAR ÁFRICA están realizando en Cagnout (Senegal).

Por eso cuando conocí el proyecto, un abastecimiento de agua potable para el pueblo de Cagnout en Senegal, enseguida me ofrecí para lo que necesitara. Iba a viajar a Gambia en un proyecto solidario financiado por mi Club Rotario de Santa Coloma de Gramenet, así que por unos kilómetros más ayudaría a mis amigos de la ONG YAKAAR ÁFRICA.

Sólo tenía que recoger cuatro datos físicos del pozo del agua en Cagnout, y si había tiempo realizar unas analíticas microbiológicas del agua del pozo y poco más. Pero como guinda del pastel, Ana me sugirió que le echara una miradita al proyecto, la viabilidad del proyecto, la factibilidad de construcción, la predisposición de la población frente a la construcción etc. etc.

El viaje fue un poco largo, ya se sabe que desde España parecen pocos 450 km pero allí la velocidad no es la misma. “Esto es África” te repiten a cada instante, a cada obstáculo. El paso de la frontera, tan caótica como estricta, marcial, con las tanquetas y los fusiles en mano vigilándote…Y de nuevo controles de policía cada 5 kilómetros, a la entrada de cada pequeño pueblo. ….para aburrirse.

Pero siempre se llega. Nos recibió Papau, muy amable y con un castellano perfecto. Nos enseñó el pozo, tomamos muestras, analizamos el agua.

Después nos comunicó que el consejo de ancianos estaba a punto de llegar. Había pensado en tomar contacto con algún representante de la comunidad, pero no con todo el consejo de ancianos. ¡Vaya responsabilidad!

Papau realizó las presentaciones y la traducción. Planteó mi colaboración con Ana Cachón en el proyecto de YAKAAR en Cagnout y el consejo empezó a plantear sus dudas y puntos de vista. El ambiente era relajado pero lleno de una gran seriedad, cada anciano hablaba a su turno y todos escuchábamos con gran respeto. Realmente era un consejo de sabios. Finalmente les planteé que el proyecto estaba supeditado no sólo al trabajo de ingeniería, sino sobre todo al trabajo de la organización YAKAAR para conseguir la financiación y las subvenciones. Reconocieron con confianza la gran dificultad y esfuerzo que deberá realizar la organización.

Sólo me quedó resumirles que el proyecto servirá para mejorar sus condiciones y estándares de vida y para que puedan ser más felices. En ese momento vi que recibieron mis palabras con ilusión y alegría. Un “ojala lo podamos ver pronto” dicho por el más anciano dio por terminada la reunión.

En el camino de vuelta, repasando lo sucedido me impresionó como un grupo de ancianos de un país tan distante del mío, valoraban tanto el trabajo, los conocimientos, los esfuerzos de unos desconocidos por conseguir unas subvenciones y por realizar un proyecto de futuro para su comunidad.

Así que comprendí que “YAKAAR Esperanza en el futuro”, es el nombre perfecto para esta organización.

FELICIDADES YAKAAR POR TODO VUESTRO ESFUERZO Y POR CONSEGUIR UNOS AMIGOS QUE OS VALORAN Y APRECIAN TANTO.

20 DÍAS LLENOS DE MOMENTO

Joseba, Izaskun, M Asun y Sara

La llegada fue chocante. Chocante, excitante y finalmente satisfactoria….

Nunca habíamos vivido en una casa con tan poco, y lo hemos conseguido, aunque lo verdaderamente difícil es vivir con tan poco cada día de tu vida….

Aun así, éramos la casita privilegiada del barrio, puesto que teníamos luz, agua y baño propio. El resto de nuestros vecinos, vivía con velas y hacía cola en el pozo.

Lo mejor de nuestro viaje ha sido el “álbum de momentos” que nos llevamos a casa, puesto que tenemos en nuestra cabeza un montón de “fotografías” desordenadas de buenos momentos grabados:

Son las 5.30 de la mañana, el gallo canta una vez mas bajo nuestra ventana sin cristal. Te levantas malhumorado, y te asomas a la puerta para ver aun en penumbra decenas de personas oscuras con ropas de colores brillantes, ojitos blancos y sonrisas rosas, que caminan en silencio de aquí para allá portando elegantemente sobre sus cabezas cubos y cubos de agua del pozo hasta sus casas. En cuanto te descubren asomado, ya sonríen al ritmo de un eterno “Kasumay” y preguntas sobre que tal tu familia y sobre si has dormido bien o no.

Estas comiendo con desconocidos, de un gran plato comunitario, en el que predomina el arroz y con un poquito de pescado o carne en el centro, y descubres que esos desconocidos o “recienconocidos”, te “cuidan” y te envían discretamente los mejores trocitos de pescado o carne, al “sector” donde tu comes.

Todos los vecinos duermen en sus casas en silencio, pero en la terraza de nuestra casita sigue el movimiento. A oscuras nos hacemos un té que tomamos sobre una esterilla mientras charlamos sobre las experiencias del día.

Acabamos de dar una charla en el Liceo con chavales de 17 y 18 años en la que el mensaje es: “vosotros sois privilegiados por poder estudiar, tenéis la responsabilidad con Senegal, de luchar por un futuro mejor del país. El esfuerzo económico y personal empleado en viajar a Europa, invertidlo en Senegal”

De pronto un chico levanta la mano y pregunta: “como puede desarrollarse un país? ¿desde que sector económico? ¿cómo puedo hacerlo?”

Toda la clase aplaudimos al muchacho por su decisión y su iniciativa.

Llegamos a la guardería y los niños nos rodean gritando “¡elumé, elumé!” (blanco), todos nos abrazan las piernas y montones de pequeñas manitas nos agarran.

Viajando en piragua entre manglares camino de la isla de los niños, con la brisa en la cara, y rodeados de verdes intensos, como de dibujo coloreado por un niño.

La visita al sastre en su casa, (poco mas que una chabola con montañas de retales de telas brillantes y estampados imposibles) con nuestra amiga Viviane que nos ayudó a hacernos con equipación africana.

Estamos en la escuela de Mlomp, el profesor de español ha desaparecido, y no va a venir, nos sentimos enfadados por el plantón, por su falta de compromiso con los niños y sobrepasados por la situación, hay montones de niños de diferentes edades y niveles esperando de nosotros las clases de español prometidas. Tras el primer momento de confusión, nos organizamos entre los 4, dividimos grupos y sacamos el trabajo adelante.

Llegamos a casa agotados pero satisfechos, y nos tomamos una cerveza a oscuras en un bareto del barrio, estamos de subidón, ¡lo hemos hecho bien!, aunque somos conscientes de que es una gota en el océano.

Volvemos del horno de nuestro vecino panadero camino de casa con una hoja rota de periódico, que envuelve 5 panecillos aun calientes para el desayuno.

Llegamos cada día del trabajo y los niños del vecindario corren a saludarnos gritando nuestros nombres, les abrazamos, jugamos con ellos y nos enseñan con paciencia palabras nuevas en diola.

Cocinando con nuestras vecinas con ingredientes misteriosos y un fuego de leña, aprendo que nunca lo podré conseguir tan rico.

Con nuestra amiga Mariana y su familia vasco-senegalesa disfrutando de unas “manglar-brochetas” de ostras a la brasa.

Podríamos seguir recordando pequeños detalles, momentos insignificantes que allí valoras tanto y que quizá aquí se nos hubieran pasado por alto…

A menudo tu felicidad depende de la capacidad para valorar esos pequeños detalles del día a día, pero la velocidad a la que vivimos en Europa no nos permite muchas veces percibirlos. El “nanka nanka” (poco a poco) de Senegal favorece el poder saborearlos. Nos tomaremos un poco de esa medicina cada día.

ALGUNAS SUGERENCIAS

Pasamos un breve informe de los lugares de trabajo que hemos visitado, así como de las carencias o líneas de trabajo que se nos ocurre que podrían dar frutos en el futuro.

LICEO:

Ir mentalizando poco a poco al profesorado para no insistir tanto en la gramática y fomentar un aprendizaje menos memorístico, mediante juegos, canciones….

Continuar con las charlas de inmigración, fomentar la exposición del tema en las aulas, aprovechando la visita de voluntarios españoles.

Dar charlas sobre otros temas educativos también, (contracepción, planificación familiar, modelos familiares, gestión de basuras, reciclaje, nutrición) aprovechando que la visita de extranjeros suscita mucho interés por parte de los chicos.

ESCUELA INFANTIL DE CAGNOUT:

Necesitarían armarios, baldas o contenedores de plástico para organizar el material.

Percheros para que los niños cojan hábitos de orden con sus cosas.

Establecer un plan de estudios por escrito con objetivos adaptados a las diferentes edades y niveles de desarrollo evolutivo.

Promocionar hábitos de limpieza con los niños para que aprendan a lavarse las manos, recoger la basura, insistir en el uso del WC ya existente….

Necesitan también mobiliario para los niños, sillas y mesas.

Material para manualidades

Charlas con las monitoras sobre nuevos métodos de aprendizaje no tan memorísticos y mas lúdicos

Sistematizar las clases con un horario y unas rutinas.

Hay una niña, Imba, con un retraso evolutivo, sobre todo a nivel del habla, que convendría ser valorado.

ORFANATO:

No hacen falta manos para los cuidados básicos, los niños están bien cuidados, alimentados y limpios

Sin embargo, llama la atención su falta de “vida”, de “energía”, necesitan jugar, reír, alborotar, contacto físico, cosquillas

CREACIÓN DE UNA ESCUELA INFANTIL DE SANTHIABA OUOLOFF

No hay escuela infantil construida, y dan clase en el porche de una casa, los niños están inquietos por la falta de espacio, no tienen material, ni medios. Cuando los niños llegan a primaria, no tienen el nivel de pre-escritura y pre-lectura de los niños de otros pueblos circundantes.

ESCUELA DE ESPAÑOL DE MLOMP:

Aquí es donde mas desorganización hemos notado. No tiene sentido continuar con el proyecto sin hacer profundas modificaciones de organización, desde nuestro punto de vista:

Hay niños de diferentes edades y diferentes niveles de español, convendría acotar los grupos en diferentes días

El proyecto de León es demasiado ambicioso, y quien mucho abarca, poco aprieta, hay muchos alumnos para pocos profesores. ¿podrían buscarse mas profesores? o quizá limitar el numero de alumnos y hacer una selección?

Centrar las clases solo en los alumnos que se puedan atender y organizarlos por grupos y niveles

Establecer unos objetivos pedagógicos y hacer un plan de estudios por escrito, si llegan voluntarios para dar clases de español tendrán el plan de estudios y podrán continuar el trabajo siguiendo la misma dirección

León necesita mejorar su nivel de español para continuar dando clase de español

El sistema de estudios es muy memorístico, se puede propor-cionar material didáctico como juegos y canciones

No tienen material escolar, y el que se les da, se pierde. Mas control sobre los recursos.

Se necesita mobiliario en la escuela, los bancos de madera están rotos, la pizarra en tan mal estado que no se ve

Podría ponerse en marcha un sistema de aprendizaje “en parejas”, donde cada alumno tiene un compañero con mejor nivel de español que le ayuda en su evolución.

CREACIÓN DE UN DOSSIER DE CHARLAS/TALLERES

Se nos ocurre que desde España, los socios de Yakaar, podrían voluntariamente redactar unas charlas sobre temas sencillos y de interés general en función de su formación profesional: agricultura, gestión de recursos, nutrición en las diferentes etapas del desarrollo, educación activa en las aulas, gestión de agua potable, prevención del VIH, contracepción, uso de mosquiteras, higiene dental, etc….Estas charlas quedarían en Yakaar redactadas formando un dossier que se cederían a los voluntarios.

Consistiría en algo así como formar formadores.

CLASES DE ESPAÑOL PARA ADULTOS

Esta es una línea de trabajo que tuvo bastante aceptación por parte de la población. Empezamos con unos profesores de español que venían a nuestra casa para practicar conversación, pero se unieron algunos guías y también alumnos mayores del liceo con cierto nivel de español.

Los resultados fueron buenos, pero sería bueno ubicar tales clases en algún local, nosotros lo hacíamos en la terracita de nuestra casa, pero algunas veces no teníamos sillas para todos, había que dividir los grupos por temas de intereses y no disponíamos de lugar…

MANUAL DEL VOLUNTARIO


Aunque el manual que nos envían Joseba e Izaskun es mas completo extractamos aquí la parte que nos ha parecido mas interesante

CUESTIONES PRÁCTICAS

¿Que puedo llevar que allí necesiten?

Medicinas sin receta, tipo paracetamol o ibuprofeno, etc… nos lo han pedido frecuentemente, allí les cuesta conseguirlo y es caro.

Regalos sobre todo para mujeres y niños (ropa, zapatos, juguetes, bisutería…), puesto que te relacionarás sobretodo con niños y con mujeres.

Material escolar, lo necesitan, pero puedes comprarlo allí mismo, es más barato, no necesitas cargar con ello desde España y además así dejas el dinero en el mismo pueblo.

Comida infantil, leche y cereales para bebés

Juegos comunitarios, los niños están mucho en la calle y juegan juntos, así que es mas adecuado juegos en los que jueguen varios.

¿Podré cocinar mi propia comida?

Sí, en la casita de Oussouye, hay un hornillo de camping gas.

El menaje es escasito, pero suficiente. Procura contribuir a aumentarlo y mejorándolo comprando alguna cosa mas y dejándolo para el siguiente.

Al principio parece imposible cocinar así, pero es más que suficiente.

También hay tiendas y un mercado de pescado/carne y frutas, pero deberás comprar al día, porque no hay nevera.

En Ziguinchor también hay un Carrefour con productos bastante europeos.

Detrás de la casita donde te alojas, hay un vecino que tiene un horno de pan, y te lo entrega calentito cada mañana.

Muy cerquita hay un campamento en el que puedes comer y/o cenar si llegas cansado, la comida es rica aunque poco variada.

Investiga en el centro del pueblo otros lugares donde comer, es divertido y te mezclaras con la gente.

¿Comunicaciones?

La mejor opción es comprar una tarjeta de voz y datos con numero senegalés, para comunicarte con España y dentro de Senegal. Puedes meter la tarjeta en tu móvil habitual.

En la casita tienes posibilidad de carga de móvil y ordenador sin problemas, y en el campamento cercano hay conexión wifi gratuita.

¿Dinero?

En el mismo pueblo hay lugares donde cambiar dinero, aunque no disponen de cantidades grandes, deberás de hacerlo poco a poco.

¿Qué dificultades encontraré allí?

Las dificultades serán mayores o menores en función de como las vivas tú, y todas son superables, pero algunas pueden ser:

No hay nevera, tendrás que organizarte al día.

Los bichos, deja la comida bien cerrada e intenta mantener todo limpio, aun así es inevitable alguna visita de insectos de tamaño respetable, ¡es de risa como los mataba nuestra vecinita Mareme ( 6 años) por nosotros!

El calor, la casita cuenta con 2 ventiladores y un gran árbol de mango que da mucha sombra

El idioma, Los vecinos y en general todo el mundo, se esfuerza en comunicarse contigo, nosotros no lo vivimos como problema y no sabíamos ni francés ni diola.

Las camas, hay 2 camas y 2 colchones mas en el suelo, te harás a ellos.

El GALLO, cada mañana 5.30 puntualmente, y cada 10 minutos de ahí en adelante, jaja. Resignate, y aprovecha para “espiar” el ambiente a esas horas, creeme que es muy bonito ver la gente moverse en silencio pozo arriba y abajo en la penumbra, barriendo y preparándose para el nuevo día.

La luz, la casita tiene luz eléctrica, pero necesitarás linternas para moverte por el pueblo. La oscuridad es absoluta-

¿Qué labores haré?

Lo que tu elijas, quizá te sientas mas a gusto con niños, o con adultos, o en tareas de educación, o sanitarias…. es tu elección

ALGUNOS CONSEJOS

Observa a tu alrededor, tomate tu tiempo, después la “intervención” será mas eficaz.

Observa y empatiza, trata de mejorar desde la perspectiva africana, la que ya tienen, no trates de cambiar todo radicalmente para hacer una copia europea.

Socializa con los vecinos, ellos te ayudarán mucho a ti, y aprenderás mucho también.

Aprende unas palabras en su idioma, el diola en este caso, les hace mucha ilusión, es un signo de buena voluntad hacia ellos, y tú te sentirás también muy satisfecha de tus logros comunicativos.

Cuando llegues a la casita de acogida en Ousouye, hazla tuya, organízala a tu modo, hazte tu hogar, pon tu propia decoración, te sentirás mas a gusto a pesar de la precariedad.

Anota cada día unas palabras sobre tu día, el tiempo pasa muy rápido e intenso, te gustará luego recordar momentos y pequeños detalles.

Juega con los niños, es una fuente de satisfacción increíble, y ellos te enseñarán muchas palabras e incluso a desenvolverte mejor en ese ambiente.

No busques hacer obras faraónicas, tus granitos de arena aportan más de lo que crees.

Sugiere cambios o ideas con respeto. Ellos tienen otras costumbres y hacen las cosas de otra forma, aunque en general están muy bien predispuestos a cualquier sugerencia que venga de Europa.

Al volver no te olvides, puedes hacer mucho trabajo desde España también.

¿QUÉ ESPERAR DE UN VOLUNTARIADO? ¿SATISFECHOS O DECEPCIONADOS?

Este ha sido uno de nuestros debates durante estos días…

Teníamos claro antes de ir que una experiencia de voluntario nos iba a aportar a nosotros mas de lo que podíamos dar.

Yakaar no es una ONG grande, y con una estructura que permita dar a los voluntarios unas tareas concretas.

Tanto Demba como Papo, nos enseñaron los primeros días los “proyectos” de Yakaar de la zona, y dejaron a nuestro criterio donde trabajar y que labor hacer.

La 1ª semana estábamos muy descolocados, íbamos a los lugares y observábamos, ayudábamos haciendo cosas que ellos mismos podían hacer, y nos sentíamos bastante frustrados, sentíamos que allí sobraban manos…..

Afortunadamente, la 2ª semana algo hizo “click “ y las piezas encajaron, personalmente, todo cobró sentido.

Tardamos una semana en comprender que lo que yo podía aportar no era mano de obra, sino que había ido allí para ser uno de ellos, trabajar como lo hacen ellos, y desde ese conocimiento del día a día, de sus medios y sus dificultades, sugerir mejoras, ideas, nuevos enfoques

Alguno de esos enfoques, los planteábamos allí mismo, a los profesores, a los alumnos mayores, a los guías de español que venían a recibir clases a nuestra casita…. otras ideas las enviamos a Demba y a la dirección de Yakaar en España, para su valoración.

El trabajo, está claro, no acabó allí, nos trajimos deberes a casa, y el voluntariado continúa (y debe de ser así) en España, puesto que desde casa se puede seguir trabajando por Senegal.

MALAMINE, UN TORRENTE DE EMOCIONES

Mayte y Pablo, padres de acogida

Los primeros días de Malamine en España han sido una sucesión de emociones.

El avión.

El aeropuerto.

Las escaleras mecánicas.

El frío, que hasta el 11 de noviembre era un desconocido, y que hace daño en los ojos.

La piel que se seca y se pone blanca.

Una casa nueva.

Unos desconocidos que te acogen, y la familia (mucha familia) y los amigos (muchos amigos) de los desconocidos que te acogen en su casa.

Abrazos.

La ducha.

Un idioma diferente.

La comida también diferente (¿pera? ni hablar).

Dolor de dientes y el Ratoncito Pérez.

Más abrazos.

El entorno, las luces de Navidad, la ciudad y sus semáforos.

Los juguetes y los otros niños.

La bicicleta grande y después una más pequeña.

El patinete.

Más y más abrazos.

Las tiendas, llenas de cosas apetecibles (lo quiero todo, sobre todo lo que se mueve).

Las actividades en la calle, el baloncesto y el fútbol.

Los parques con columpios, que es casi como aprender a volar.

La ropa nueva (casi toda grande).

Otro niño de Senegal en Madrid, Ousmane.

Y toda la gran familia de Yakaar.

El colegio.

El Metro.

El autobús.

El coche y el coche eléctrico que no suena.

El Hospital, qué risa y después qué miedo.

Los perros en casa, sus amigos inseparables.

Y todo esto ha pasado muy deprisa, en solo dos semanas.

Los primeros 15 días de Malamine en Madrid han sido un torrente de emociones, pero no solo para él.

Para nosotros también.

Nota: El día 20 de Noviembre le hicieron a Malamine un primer cateterismo en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. Todo ha salido muy bien y los médicos están ya preparando el plan de actuación de cara a la operación que le debe arreglar su corazón enfermo de la misma dolencia que Ousmane: una tetralogía de Fallot.

CUATRO VASCOS EN LA CASAMANCE

Sara, M Asun, Joseba e Izaskun

Nuestro socio Joseba junto con su mujer Izaskun y dos amigas Sara y M Asun están trabajando como voluntarios en nuestros proyectos de la Casamance. A la espera de su vuelta de Senegal donde nos hagan una crónica detallada de su viaje, nos van adelantando algunas píldoras que reproducimos a continuación.

LAVADO DE DIENTES

Aquí estamos enseñando a los niños vecinos a lavarse los dientes, Mare, la niña (futura jefa del poblado, sino mas) ha reunido a unos amigos para cepillarse juntos con unos cepillos infantiles muy divertidos donados por Gorka Iza, un odontólogo de Vizcaya.

Les ha encantado la actividad, aunque lo de limpiarse la lengua les ha parecido un poco raro. La verdad es que los niños están muy permeables a todo lo que se les enseña. Esperemos que automaticen la higiene dental para proteger esos pequeños dientecillos a medio salir.

Nos sentimos muy acogidos por el poblado, la gente es muy amable, todo el mundo nos saluda y nos sonríe, nos visita, nos traen comida los vecinos....

CHARLA SOBRE INMIGRACIÓN

Hoy hemos tenido una experiencia muy gratificante. Hemos dado una charla sobre inmigración a los alumnos de español del liceo de Oussouye. Impresionante el respeto de los alumnos, además han participado mucho.

Ha sido una charla en la que los alumnos han tomado parte activa, y algunos incluso han hecho algunas preguntas sospechosamente concretas: ¿cuánto se tarda en conseguir los papeles? ¿Si tienes un hijo en España este niño tendrá papeles?

Hemos salido muy satisfechos, y creemos que los alumnos y el profesor también. Nos han invitado a dar la charla a algunos grupos más. Hemos tratado de desanimarles en su viaje a Europa y transmitirles ilusión y esperanza en formarse para conseguir un Senegal mejor.

EN EL LICEO DE NUEVO

Esta vez con el Decano de español y un pequeño grupo del circulo hispánico, que se reúne para trabajar el idioma de modo practico al tiempo que conocen la cultura de España.

Hemos organizado una actividad consistente en la proyección de la película "14 kilómetros", que trata del peligroso viaje desde Mali y Níger, hasta España, de los inmigrantes clandestinos. Posteriormente ha habido un debate con los chicos, al que hemos invitado a una pareja que vive en Senegal, él es senegalés y ella de San Sebastián, y que han aportado su visión desde el conocimiento de varios inmigrantes ilegales en Europa.

Tras la proyección ha habido un gran silencio, todos estábamos muy impresionados, el Decano ha roto el hielo con unas emocionantes palabras, desarrollando la idea de que no vale la pena el esfuerzo del viaje, y eso siendo solo la punta del iceberg, puesto que aún queda la dura vida en Europa. Los chicos han reflexionado sobre ello. Muchas veces son las propias familias quienes empeñan bienes materiales para enviar a su hijo a Europa para conseguir dinero para la familia. El abandonar el viaje o volver a casa, no es una opción, puesto que es vivido con sensación de fracaso y vergüenza, por eso ocultan a la familia su penosa situación.

La conclusión tras el debate es que el futuro está en Senegal, en impulsar el progreso de África a través de la educación y el esfuerzo, y enriquecerse de la experiencia que supone viajar a Europa de manera legal.

¡FAMILIA, ESTE AÑO NOS VAMOS A SENEGAL!

Gaby Ricomà

De nuevo vuelvo a ser afortunada, otro año viajando juntos, los cinco.

El viaje que denominamos familiar y que no hemos dejado de disfrutar desde hace ya muuuuuuchos años.

Intuyo en los preparativos que en esta ocasión voy a sorprenderlos: nos vamos a Senegal!!!!!.

Mil dudas, preguntas sin respuestas, caras de sorpresa ……..surgen durante los días previos.

Por mi parte, el segundo viaje a Senegal, estoy feliz; volveré a reencontrarme con un paisaje y una gente maravillosa dispuesta a agradecer lo poquito que les das. Y porqué no lo confieso….niños y más niños que surgen de la nada y te enamoran con su mirada.

En el avión, noto un gusanillo interno que no es más que inquietud por la respuesta de los míos, los que más quiero.

Para ellos su primer viaje a un país de África negra, donde a pesar de los pocos medios irradia generosidad, y en donde la solidaridad fluye sin límites.

Como siempre Demba, artífice principal y cómplice en este viaje nos recibe en el caos del aeropuerto de Dakar. Con él, Cheikh, seguridad y profesionalidad absoluta al volante.

Y es con Demba cuando empieza la magia del viaje: su labor comprometida, su causa, su fidelidad a los más necesitados, sus proyectos, sus niños, sus mujeres empresarias y porqué no, su maravilloso país con sus ríos, costas, dunas, playas, baobabs, acacias, pesca, manglares, pájaros, sus comidas, olores, sabores, colores, nos envuelven a los cinco, mi familia.

No importa ya el calor ni los mosquitos , ni el polvo …..ya somos unos perfectos “tubabs” deseando compartir y sobre todo aprender.

¡¡¡¡Mamá, éste ha sido el mejor viaje , el más enriquecedor!!!!

Gracias Senegal, gracias familia, habéis estado a la altura.

Demba sigue así, no cambies, tus ilusiones nos las impregnas a todos.

Volveremos pronto, InshAllah!

MI EXPERIENCIA EN SENEGAL

Clara Lezcano

No es la primera vez que he viajado a África, de hecho he visitado algunos países del continente africano (Sudáfrica, Lesotho, Swaziland, Namibia, Botswana, Zimbabwe, Madagascar). Sin embargo, estos 12 días en Senegal han sido espectaculares y nunca los olvidaré.

No han sido sus paisajes, ni sus playas….lo que me ha dejado impactada ha sido la famosa teranga senegalesa (hospitalidad en wolof). Ya había oído hablar de lo maravillosas que son sus gentes, que siempre tienen una sonrisa en su boca y un saludo que darte aunque no te conozcan de nada. Y sobre todo, no olvido esos niños que te agarran fuerte y no te sueltan de la mano.

A lo largo del viaje, fuimos viviendo el día a día con nuestros guías y conductores, los cuales nos iban explicando todas sus tradiciones, su cultura y su historia. La importancia de la familia, y de compartir lo que tienen, lo cual pudimos ir comprobando a lo largo del viaje.

También nos explicaron muchos de los proyectos que tienen los españoles en el país, y hablan muy orgullosos de nosotros y de todas las ayudas recibidas. He podido visitar un centro de salud abierto gracias a la ayuda española y un colegio, que todavía no habían abierto porque no habían comenzado las clases. Fuimos recorriendo el país, comenzando en su capital Dakar y la famosa isla de Goreé, el lago Rosa, dormir una noche en el desierto de Lompoul.

Pero si tengo que destacar lo que más me gustó, me quedaría con el País Bassari y sus gentes. Después de un largo viaje para llegar hasta allí, encontrarte con todos esos niños que te están esperando, los cuales muchos te hablan en español, es lo que más me emocionó. Las ganas que tienen de aprender, bailar, reír y jugar…..eso sí, siempre con sus risas.

Conocer a la familia de nuestro guía Aruna, ver dónde viven y además tuve la gran suerte de poder visitar en su casa de Bandafassi una bebé que no paraba de llorar al verme.

En este viaje fueron muchas cosas vividas, muchos sentimientos a flor de piel y muchas ganas de volver a ver a toda esta gente que siempre, aunque sea en la distancia, llevaré dentro de mi corazón.

Desde que he vuelto, mi cabeza va a mil, no puedo dejar de pensar en ese país y en aportar mi pequeño granito de arena. Enseguida me puse en contacto con Yakaar África para ver de qué manera podía participar. De momento empezaré con una pequeña campaña de recogida de material escolar, cepillos y pasta de dientes, Paracetamol y Ferrogradumet.

Con toda mi ilusión espero conseguirlo en esta campaña que llevaré a cabo hasta Navidad, ya os iré informando. Gracias por darme la oportunidad de contar mi experiencia y espero que esto anime a mucha gente a conocer este maravilloso país y sus gentes, de las cuales tenemos mucho que aprender.

También aprovecho para dar las gracias a Arouna, Campos, Ley, Youssou y todos los senegaleses que han compartido este viaje, por su amabilidad, honestidad y hospitalidad. Ha sido un auténtico placer compartir esta experiencia con ellos. A día de hoy, estoy buscando excusas para volver.

ME SENTÍA PARTE DE ELLOS

Hanane Laghrich

“Éste es el país de la teranga (hospitalidad en wolof)”. Pude oír esta frase veinte veces durante mis dos meses en Senegal.

Al principio no acababa de verlo. Yo hacía mi vida: casa-escuela, escuela-casa. No me paraba a pensar en si la gente allí era especialmente hospitalaria, tampoco era algo que me hubiese llamado la atención. Yo seguía mi rutina: todos los días iba a la escuela, los niños venían corriendo a abrazarme, Leon (el profesor senegalés que me ayudaba) me recibía con una sonrisa y me preguntaba cómo estaba, daba la clase, me despedía de ellos mientras me seguían corriendo y gritándome “hasta mañana” detrás de la moto, y volvía a casa.

Llegar a casa era que me saludara cada persona del barrio y me preguntara que qué tal habían ido las clases ese día, que el mecánico del barrio se preocupara por si la moto me había dado algún problema, que al llegar ya me estuvieran citando para el té de esa tarde, y que las vecinas me llamaran a comer con ellas, todo con normalidad.

Y, entonces te das cuenta, ahí estaba la clave: en la normalidad con la que hacían todo aquello. Yo acababa de llegar, llevaba a penas una semana viviendo en Oussouye y dando clases en Mlomp. Era una extraña para ellos, y en ningún momento me sentí como tal. Siempre tuve la sensación de que volver a Oussouye era volver a casa, de que estar en la escuela de Mlomp era estar en familia. Y fue lo mismo al mudarme a la Isla de Carabane a dar clases.

Y lo ves: eso no es lo normal, “éste es el país de la teranga”. Me sentía parte de ellos, parte de sus barrios, de sus pueblos: ellos me hicieron sentir así. Y, más allá de eso, cuando les contaba lo que estaba haciendo allí, todo eran palabras y gestos de agradecimiento: no daban crédito a que asociaciones españolas se preocuparan por lo que pasaba en su país.

Por supuesto, la despedida fue dura. Todos me deseaban lo mejor y me daban las gracias por todo. Y yo a ellos, no podía creerme cómo en tan poco tiempo todos se habían ganado gran parte de mi cariño, como me habían hecho sentir que la Casamance era mi hogar también, cómo me habían hecho sentir que lo que hacía merecía la pena, cómo podía haber un pueblo tan agradecido y lleno de bondad.

MI EXPERIENCIA EN SENEGAL

Ana Cachón

De mi primer viaje a Senegal, hace casi un año, me volví con la sensación de que era poco, que necesitaba más tiempo para poder conocerlo un poco mejor, así que me puse a buscar excusas para volver.

Y entre estas excusas lo primero que viene a la cabeza es hacer algún tipo de proyecto, ¡hay tantas cosas que hacen falta! Educación, sanidad, gestión de residuos, mejoras en la agricultura, en los servicios…

Lo siguiente fue pensar qué es lo que soy capaz de hacer yo, y esto ya lo tenía un poco más claro, algo relacionado con el agua. También tenía bastante peso porque cuando pregunté en un pueblo fue lo que me dijeron que hacía falta.

A través de gente que había conocido en el viaje, cuando les hable de mis intenciones de volver, pero haciendo algo, me hablaron de Yakaar África, y me puse en contacto con ellos. Les conté mi idea de hacer un proyecto de abastecimiento y saneamiento y me propusieron la localidad, Cagnout.

Perfecto, mi idea iba tomando forma. Empecé con la búsqueda de información que se puede hacer desde casa y sobre todo de fechas para poder ir a ver la situación real, coger datos, etc… Y en este tiempo y por sorpresa resulta que ATLL CGC SA, la empresa para la que trabajo, decide emprender un programa de voluntariados. ¡No podían cuadrar más las cosas!

Obviamente en cuanto me enteré me puse en contacto con las compañeras que lo gestionaban para contarles mi caso, que ya estaba con este tema en marcha y si podía entrar dentro de los voluntariados que habían planteado. Por supuesto no hubo ningún problema, al contrario, les encantó la idea.

En ese momento ya me puse totalmente manos a la obra, decidí las fechas en las que podía viajar, y el 21 de agosto cogí un vuelo a Dakar. 15 días son muy pocos, pero ya tenía hecho el planning de lo que tenía que hacer, así que iba a tiro fijo.

Al llegar a Dakar me recibió Demba, me buscó alojamiento para esa primera noche y me ayudó con el vuelo para ir a la Casamance. El día 22 ya estaba en Ziguinchor, donde me recibió Papau, me llevó a Oussouye, el pueblo donde me alojaba, y ya se involucró totalmente en mi proyecto. Sin él no habría sido capaz de hacer nada, ¡¡por muy planeado que lo tuviera!!

Cuando paró de llover (agosto es muy mala época para viajar al trópico) y una vez vencidos los nervios iniciales, comenzamos a trabajar, visitando a los jefes del poblado para que nos explicaran las necesidades especiales, la disponibilidad de terrenos, mano de obra, existencia de pozos…

Todos coincidían que el mayor problema es el saneamiento, sobre todo los días que hay alguna fiesta o eventos de lucha senegalesa, porque viene mucha gente de fuera. Actualmente, como no hay letrinas se van al bosque para las necesidades más básicas.

Para saber el número de habitantes actual nos recomendaron ir al ayuntamiento, en Mlomp, pero el secretario no estaba, por suerte en el hospital también tienen el registro. Mientras esperábamos para pedirlo, Papau vio que había un cartelito en el que lo ponía, mi sorpresa al acercarme fue que iba acompañado de un mapa del pueblo, ¡un punto más que me facilitaba el trabajo!

El primer día que fui sola desde Oussouye hasta Cagnoute, por el camino iba pensando que no sabía cómo lo haría para moverme por el pueblo sin perderme, pero por suerte siempre hay solución, y llegando al pueblo con la bici me encontré a Vanesa, una niña del barrio de Ouyoho, que venía de la escuela de verano en Mlomp. Le conté quien era y lo que quería hacer, y le pregunté si me podría ayudar.

Y no solo es que me ayudara, ¡es que me adoptaron como de la familia! Otros días mientras Vanesa estaba en la escuela me ayudaba Rachid, su prima.

Nos recorrimos todo el pueblo, me presentaron a un montón de familias y conseguí que me quedara claro cómo va lo de las casas y los terrenos, bastante importante a la hora de diseñar un proyecto de este tipo.

Sorprende ver cómo la gente se involucra, se ilusionan por un proyecto y tienen ganas de hacer su aportación. Saben que es un beneficio para ellos que tardaría mucho en llegar si dependieran solo de lo que puede hacer su gobierno.

Cuando visitábamos los pozos para ver en qué estado están mucha gente se acercaba para dejarnos el cubo para sacar agua o sencillamente para ver que hacíamos. Y también con esto hubo suerte, a pesar de que algunos de los pozos sean poco profundos y cojan agua superficial (¡y vivan tortugas y lagartos!), hay algunos pozos que cogen el agua de una zona más profunda, por lo que no están contaminados.

Al final, después de haber pasado tiempo con la gente del pueblo, me vuelvo incluso con más ilusión y ganas de ponerme a trabajar en todo lo que me queda por hacer, y con esperanzas de poderlo construir cuanto antes. ¡Ojalá!

OUSMANE: DE LA NIEVE AL MAR

Begoña Verdejo

Ousmane está ya muy recuperado, pasando un verano de fábula con muchas experiencias diferentes y conociendo entornos diferentes a los cuales se adapta sin ningún problema.

Hoy le han repetido el cateterismo y sabemos que estará con nosotros unos meses más para seguir acumulando experiencias

La semana de Agosto ha sido muy especial para nosotros, ya estuvo en casa un fin de semana, pero no tenía el alta médica y su libertad de movimientos era menor, aun así pudimos enseñarle la nieve y él disfrutó haciendo un muñeco, plastiqueando y teniendo una guerra de bolas de nieve con mi hijo Mario.

Aunque esto parecía lo más importante de ese fin de semana cuando le hemos recogido el Domingo su primera pregunta fue sobre el Scalextric, y cómo recordaba las carreras que hicieron. Por suerte no lo hemos tocado y está la pista tal y cómo él la diseñó, así que podéis imaginar que es lo primero que ha hecho al llegar a casa, bajar al sótano a ponerlo todo a punto para las primeras carreras antes de la cena.

Esta cansadillo y se acuesta pronto después de ver un poco la tele porque mañana empieza un campamento de actividades variadas durante las mañanas de la próxima semana, así mientras yo puedo trabajar y disfrutar sin compromisos de él por la tarde. El lunes se levanta contento, pero luego le entran los nervios y se pone más serio, pero le prometo quedarme con él hasta que lleguen todos los niños.

La mañana se pasa rápido y voy un poco antes de la hora a buscarle para ver qué tal le encuentro sin que se entere y me lo descubro comiendo gusanitos con otros niños como loco, y jugando en el césped de la piscina. Está muy contento y me dice que mañana se trae él dinero para invitar a sus amigos que hoy han compartido con él las chuches.

Siempre está dispuesto a todo y por la tarde me ayuda un montón y podemos hacer la compra llevando dos carros (la nevera estaba vacía después de las vacaciones).

El resto de la semana lo pasa en el campamento estupendamente, hacen yincanas y me quedo un poco a verle porque la primera parte es correr y estoy un poco preocupada, aunque ya lo hablé al apuntarle al campamento. Pero sin problemas, él se regula fenomenal y para cuando no puede, además los niños antes de llegar a la meta le esperan. ¡Deberíamos aprender de ellos!

Hoy ya me dice que no hace falta que le recoja tan pronto y se prepara para ir de excursión mañana, a las Presillas de Rascafria, donde me dice que no se baña porque el agua estaba muy fría. No se cansa y organiza un partido de futbol con los niños de la piscina de la urbanización, y no se va a la cama sin antes jugar al scalextric.

Se acuesta pendiente de no hacerse pis porque Alfredo (“El petardo”) le dice que le cogerá de las orejas.

En el campa el resto de los días hay taller de cocina (batido de chocolate, no le gusta y nos lo quiere traer a casa, pero no le dejan) y tatoos, un dragón enorme en la espalda y a disfrutar de los hinchables. El último día se despide con mucho cariño de todos ¡Ha hecho muchos amigos!

Sin darnos cuenta llega el fin de semana y nos vamos a Valencia, y aunque quería quedarse en la cama cuando se dio cuenta que nos íbamos a la playa se levantó corriendo y quiso hasta desayunar en el coche. Casi no conseguimos que se duerma con los nervios que lleva.

Al llegar se quedó mudo, solo abría mucho los ojos, enseguida a andar por la arena, aunque quemase y a ver los castillos de arena gigantes y ni siquiera se quiso duchar, derecho al mar, aunque ya le explicamos que lo de ver peces, pulpos, … y cogerlos estaba más difícil.

Valencia es una playa ideal para Ousmane ahora mismo, agua calentita, no cubre, pocas olas, así que inmediatamente se metió y empezó a controlar como saltar las olas y después del miedo del principio, como meterse por debajo.

Se le había olvidado hasta el hambre y tuvimos que convencerle diciéndole que se iba a acabar la paella y los mejillones. Mientras esperamos la paella descubre el pan con aceite y sal y se pone morado

Por la tarde más baños y aprender a hacer castillos de arena al borde del mar… se hubiese quedado horas y horas, pero antes de salir hacia Montán, le queremos enseñar la Ciudad de las Artes y el Ágora, así que cuando empieza a atardecer nos vamos.

Cuando llegamos al pueblo nos encontramos con la sorpresa de que hay toro embolado por las calles, así que después de cenar bajamos a verlo desde las barreras un ratito y a dormir, después de explicarle porque tocan las campanas todas las horas.

El domingo, después de dormir como un tronco y roncar de tal forma que ha mantenido despierto a la ½ del pueblo nos vamos de excursión y para nuestra sorpresa aguanta casi 5 km, despacito y con paradas en las fuentes a almorzar, pero muy bien.. cazando saltamontes y liabuelas (en vez de libélulas) y descubriendo y cogiendo todo tipo de frutos, almendras, olivas, uvas, higos y moras.

Comemos una carne hecha en horno de pan, que le asusta y no quiere ni ver del calor que hace y salimos hacia Madrid de vuelta.

Paramos a ver si encontramos un zapatito de Erika que siempre escondemos en la montaña, pero la riada se lo ha llevado, eso sí, Ousmane deja su regalito en el monte.

Después de un atasco y 7 – 8 paradas para los pises, que han dejado un rio de Valencia a Madrid llegamos a casa de Carmela y Carlos y Ousmane empieza una nueva semana. Supongo que mañana no habrá niño hasta medio día. Una semana muy aprovechada, ¡Hasta la próxima!

HANANE EN MLOMP

Hanane Lagriche

Nuestra voluntaria Hanane esta en Mlomp dando clases en la escuela de español que llevamos manteniendo desde hace tiempo. Como se puede observar en las fotos los niños son muy entusiastas y están encantados.

Hanane nos cuenta:

El día veintiocho de junio aterricé en el aeropuerto de Dakar. Anaclet me recogió allí y me llevó al albergue, según lo previsto. Los dos días siguientes los pasé con Demba, que me explicó el funcionamiento y la filosofía de Yakaar África; me presentó a gente con la que colaboraba; me habló de la clínica de maternidad de Carounate, de la fábrica de mermeladas de Oussouye, de las granjas de Cagnout... Y, finalmente, del proyecto del que yo iba a formar parte: la Escuela Primaria de Mlomp. Todo lo escuché con interés; con interés por conocer, con interés por saber, por descubrir... y, sobretodo por empezar a trabajar.

Cogí el barco hacia la región de Casamance dos días después, dejando atrás el tráfico y el ruido de Dakar, para llegar a la tranquila isla de Carabane, donde Papau me esperaba para llevarme a Oussouye, el pueblo en el que me hospedaría durante todo el mes de julio.

Papau se quedó unos días conmigo, hasta que pude manejarme sola, ayudándome e introduciéndome en la nueva forma de vida que era para mi Oussouye. Así mismo, fue él quien me dio la oportunidad de conocer personalmente a las mujeres de la fábrica de mermeladas, a las de la clínica de Carounate y a Leon, quien iba a ser el profesor que me ayudara con los niños de Mlomp.

Empezamos las clases el mismo lunes siguiente, día tres de julio. Llegué allí con Papau, con curiosidad por saber qué me encontraría, cuántos niños habría, cómo serían... Y los encontré a todos sentados en sus sillas, mirándome en silencio desde que entré por la puerta, con la misma curiosidad que sentía yo.

Leon me presentó, me dejó una tiza y me indicó que podía empezar la clase.

«¿Empezar por dónde?» Fue lo único que se me ocurrió a mí. Y decidí presentarme yo misma, esta vez en español. Las miradas que recibí como respuesta me dieron a entender lo poco que ellos me habían entendido a mí. Así que ya teníamos un punto de partida: aprender a presentarnos y a saludar.

Y así fue la primera semana: presentaciones, saludos, despe-didas, saber decir y pedir la fecha en la que estábamos, etc.

Pasada esta primera semana, dividimos a los niños en dos grupos, dependiendo de su nivel y facilidad para comprender. Quedándome yo con los más avanzados y Leon con los que necesitaban ir un poco más despacio, para repasar con ellos más lentamente aquello que fuéramos viendo en mi clase. Así, de cuarenta niños pasé a dar clase a veinte, lo que permitió que todo fuera más dinámico.

Las siguientes semanas fueron pasando entre vocabulario de los alimentos, los colores, los sitios de la ciudad, las partes del cuerpo y un más que aceptable etcétera.

De esta manera, los últimos días ya hemos llegado a saber significado de muchos verbos en infinitivo, e incluso hemos conseguido poder conjugar el verbo querer en presente, y los verbos ser y estar, de los que hemos aprendido hasta sus diferencias y cuando usar uno u otro (¡Lo nuestro nos ha costado!).

Por supuesto, no todo ha sido estudiar a base de cuaderno y boli (que, por cierto, pudimos comprar con la ayuda de Yakaar África). Tuvimos nuestros ratos de jugar a "El Pañuelito", para aprender los números; de cantar canciones, para aprender algún verbo; e incluso de leer a Isabel Allende, para aprender a pronunciar.

Y sí, queda mucho por hacer, y hemos tenido momentos difíciles: momentos en los que nadie entendía nada, momentos en los que nadie quería entender nada, momentos de no saber cómo seguir, y momentos de frustración cuando no conseguíamos lo que nos habíamos propuesto. Pero yo, al menos, me quedo más que contenta. Me quedo con todas las respuestas acertadas, con el vocabulario aprendido, con las explicaciones entendidas; me quedo con Clemence, con Madeleine, con Ababacar y con cada uno de los niños; me quedo con sus ganas de saber más y, sobretodo, con la satisfacción de saber que apoyándonos unos a otros y trabajando a conciencia, se puede realmente ayudar.

INFORME FIN DE PRÁCTICAS DE ANTOINE

Antoine Manga

Desde nuestra llegada a Kedougou, Diao Diallo no ha acogido muy bien. Desde el principio hasta el final de nuestras prácticas. En cuanto al trabajo, el comienzo ha sido muy difícil para adaptarse a las zonas de intervención con el estado de las carreteras y el sistema de vida de las poblaciones. También existe una dificultad con la lengua ya que era mi primera vez estando en un medio habitado por peúles.

En cuanto a las huertas, la horticultura es una actividad practicada casi por todas partes en Senegal y contribuye a la mejora de los regímenes alimenticios de las poblaciones. Os felicitamos por haber pensado en nuestro país para luchar contra la desnutrición, colaborando con las agrupaciones de mujeres en las huertas, la transformación de jabón, los molinos, las tiendas e incluso la cría de pollos locales.

A pesar de las dificultades, hemos continuado con valentía y determinación nuestras prácticas para entender mejor la zona, los cultivos y el sistema de vida de la población de Kedougou. Estoy verdaderamente contento de trabajar con la ONG Yakaar África y muy orgullosos de estos proyectos en mi país. Os doy las gracias por los proyectos.

Damos gracias también a Dios que nos ha dado salud y paz durante todas estas prácticas y al conjunto de personas que forman Yakaar África que han gastado mucho dinero en nuestra formación y, en particular, al Presidente José María, al coordinador M. Demba Dieng, a Ambroise Diédhiou, a Doba y a Diao Diallo, que nos ha albergado y apoyado durante todo este periodo de prácticas, así como a todas las agrupaciones de mujeres de Kedougou.

INFORME FIN DE PRÁCTICAS DE AMIE

Amie Badji

Las prácticas en la región de Kedougou me han resultado muy beneficiosas.

Con todas las presiones del medio en evolución, he conseguido mostrar mi capacidad, mi talante y un gran refuerzo de mi técnica agrícola en los diferentes poblados. El comienzo de las prácticas me ha resultado difícil, pero con un poco de paciencia me he conseguido adaptar. La única cosa que me resulta complicada es la lengua peul, que es dominante en la zona, sin embargo, he empezado a aprenderla y con unas pocas palabras empiezo a entenderme con la gente.

He pasado verdaderamente unas prácticas muy especiales y maravillosas en esta zona.

Estas prácticas me han permitido aprender muchas cosas importantes de las agrupaciones de mujeres. Con nuestra capacidad de experiencia y conocimientos les hemos enseñado varia técnicas agrícolas, explicándoles la importancia de las huertas que nos proporcionan un importante desarrollo por la mejora de los regímenes alimenticios de las familias. Con nuestro apoyo las acompañamos con valentía durante las prácticas. A pesar de los problemas y restricciones ligadas a las condiciones climáticas y la falta de agua en los poblados, las mujeres consiguen hacer buenas cosechas. Verdaderamente las prácticas han resultado muy beneficiosas, y han supuesto un refuerzo extraordinario.

Agradezco a Yakaar África verdaderamente el haberme dado la gran oportunidad de abrirme la puerta a la felicidad y convertirme en una verdadera técnica agrícola. Podéis estar seguros de que no flaquearé. Muchas gracias.

DESPEDIDA DE DIAO

Nuestro técnico agrícola durante mas de 3 años y medio: Mamadou Diao Diallo ha aprobado las oposiciones para entrar a formar parte del cuerpo de técnicos agrícolas del estado senegalés. Es una sensible pérdida para nuestro equipo en Senegal ya que Diao desde su selección recién salido de la escuela de ingenieros técnicos agrícolas de Ziguinchor, ha destacado por su profesionalidad intachable y su enorme dedicación a la causa. No nos ha faltado nunca su crónica de lo sucedido cada mes en cada una de nuestras huertas. Siempre acompañadas de atinadas reflexiones de tipo personal que casi rozaban lo filosófico y ponían de manifiesto la profundidad de su pensamiento.

¡Diao te echaremos de menos y suerte en tu nueva andadura!

A continuación reproducimos su escrito de despedida:

LA VIDA EN YAKAAR AFRICA

Mamadou Diao Diallo.

HUERTAS

Con las condiciones actuales de los habitantes de los poblados, los cultivos de las huertas mejoran claramente sus condiciones de vida. Como consecuencia, yo valoro la forma de trabajar tanto técnica como socialmente y, sobre todo, el valor y protección de las huertas debe ser remarcado porque todos los esfuerzos combinados incentivan el desarrollo del medio.

Durante los 3 años y 7 meses pasados con Yakaar África he aprendido muchas cosas: en primer lugar, los diferentes modos de vida, las etnias, las culturas, pero también el descubrimiento del mundo profesional, la vida de los habitantes de los poblados, las dificultades de ciertas relaciones, el rigor, la justicia, la prudencia y la desconfianza.

Yo puedo asegurar también que la asociación YAKAAR AFRICA es el único proyecto que dedica tantos medios de forma gratuita solamente a Senegal. Con los compañeros y el equipo de Senegal, el trabajo va a buen tren, pues es el aspecto técnico y el rigor el que los justifica.

NB: lo malo que puedo señalar en todo esto es que cuando hay financiación todo el mundo en Kedougou ama YAKAAR, mientras que sobre el terreno son los agentes los que sufren. Por otra parte, hay que evitar las informaciones de ciertas personas que crean a menudo malentendidos en el seno del grupo.

SUGERENCIAS

En primer lugar, no es aconsejable en un servicio reclutar un agente sin una nota de servicio, tomar alumnos en prácticas o comprometer a una persona durante un cierto tiempo sin acreditarle inmediatamente al término de su estancia

Hay que dividir el trabajo según sectores para que no existan acusaciones mutuas

Evitar atender a informaciones malintencionadas de personas que no son del Proyecto

Evitar sobre todo mostrar pruebas de pertenencia al seno del grupo, hay que igualar al personal porque a menuda este problema conduce a muchas estructuras al fracaso

Mostrar asimismo pruebas de reconocimiento a aquellos que han proporcionado buenos servicios al proyecto. No está bien servir durante años sin ser agradecido físicamente y recompensado, salir como un desconocido es triste.

AGRADECIMIENTOS

Como todo en la vida hay altos y bajos, cosas buenas y cosas malas, deseos y arrepentimientos, ventajas e inconvenientes, pero todo esto nos permitirá visualizar nuestros objetivos para mejor afrontar la vida en la tierra.

Así, sin duda, agradezco a Demba Dieng que merece absolutamente ser el jefe de este Proyecto, con su corazón lleno de moral, de preocupación social y sobre todo una muy buena capacidad de comprensión. A Ambroise que no ha parado de apoyarnos en el trabajo facilitándonos los intercambios entre personas y bienes. Agradezco a Doba por su acogida, así como a Amie y Antoine. No olvido a nadie: toda la población e Kedougou.

Gracias a José María y a todos los miembros de la asociación, estaré a vuestra disposición en caso de necesidad en Ziguinchor o en Oussouye.

GRACIAS DE NUEVO...

UN VIAJE LLENO DE MUCHOS MOMENTOS ESPECIALES

José María Piñero

Los viajes a Senegal tienen siempre momento especiales. Sólo el contacto estrecho con la población local ya conduce a ellos de manera inevitable, pero en esta ocasión, siento que ha habido más, muchos más…Como dicen los franceses; à vous de juger.

Primer día en Senegal, como siempre nos levantamos prontito por la mañana y salimos hacia Saint Louis, no hay mucho que reseñar hasta que llegamos al bosque de baobabs y una multitud de niños se acerca para saludarnos, como siempre sorprende su actitud amistosa, si hay algo, a cambio de ese algo y si no hay nada….aunque ya saben que los toubabs siempre llevamos alguna chuchería. Para el grupo supone el primer momento de complicidad con la población local

Por la tarde visita a Saint Louis, la antigua capital colonial, recorremos la zona colonial y el barrio de los pescadores en un carrito tirado por un caballo. El recorrido por el barrio de pescadores resulta espectacular con una abigarrada multitud de personas y animales agolpada paseando, comiendo, hablando, viviendo…por las calles. Creo que no puede haber mejor inmersión en el África negra que este paseo por el barrio de pescadores de Saint Louis. Para los viajeros constituye un nuevo momento sorpresa

Por fin a la noche nuestra única actividad como ONG del día, hemos quedado con Modou, un educador que trabaja con los talibés, los niños de la calle, queremos ver lo que hacen para tratar de colaborar con ellos. Modou nos lleva a visitar una daara, escuela coránica, las condiciones son bastante duras, nos enseñan donde duermen los niños en grupos de 20, sobre unas esterillas en una espacio de apenas 3 por 3. Hay algunos niños que están enfermos y están acurrucados en una habitación interior, en general es un momento duro, aunque en esta daara en concreto no parece que existan malos tratos, de hecho saludamos al marabut que es un chico joven y parece agradable. Nos despedimos de Modou quedando en que estudiaríamos sus peticiones para tratar de echar una mano.

Para el segundo día, hemos programado dos actividades lúdicas, por la mañana visita a la isla de los pájaros y por la tarde al desierto de Loumpoul. La isla está bien pero no tan impresionante como los meses de invierno. Se nota que muchas de las aves han emigrado ya.

El desierto, como siempre, nos procura otro momento impresionante nos recibe con sus mejores galas, las haimas han mejorado mucho y todas presentan un aspecto impre-sionante con todos los servicios. La mayoría de la gente opta entre darse un paseo en dromedario o tirarse por la gran duna.

Para el tercer día, la previsión es atravesar todo el país para dirigirnos al País Bassari. Visitamos la mezquita de Touba, que está completamente en obras y que cuando acaben será realmente impresionante. Desde allí nos vamos a Kourguel donde compramos pan para bocadillos y montamos un agradable picnic en el borde de la carretera. Hace un enorme calor. Allí nos encontramos con dos pastores nómadas que nos hacen fotos sorprendidos por lo inhabitual de la escena. Compartimos con ellos la comida y disfrutamos de un nuevo momento de intensa confraternización.

Después de la comida hicimos la obligada visita a los albinos de Koumpeltum. Nada más llegar tenemos la sorpresa de que la familia tiene un nuevo miembro y es, como no, albino también. Es un nuevo momento triste porque los albinos siguen estando muy descuidados y aunque el resto de chavales del poblado disfrutan con las chucherías que llevamos, no podemos dejar de pensar en la suerte de estos niños con esa piel tan blanca bajo uno de los soles mas implacables de África.

Seguimos pensando que la mejor solución es cubrir todo el patio con un entramado de palos para que los niños puedan jugar debajo.

Ya casi de noche llegamos al campamento de Wassadou. Es mi primera vez allí y quedo maravillado de la belleza del sitio. La vista del río es espectacular y los alrededores del campamento cargados de árboles, asimismo impresionante. Otro gran momento después del duro viaje. Allí coincidimos con Álvaro Planchuelo y Juan Luis Cano de Gomaespuma que vienen con un grupo de Campamentos Solidarios en un viaje parecido al nuestro. Intercambiamos experiencias y quedamos para seguir hablando.

Nuestro siguiente día está marcado por el recorrido por carretera entre Wassadou y Kedougou que está fatal. No hay palabras para describir como en un tramo de apenas 90 kilómetros se pueden tardar casi 4 horas en recorrerlo. La gente llega machacada a Kedougou, con solo ganas de piscina y siesta. Para colmo de males las habitaciones no están preparadas y nos tenemos que ir directamente a comer. En el comedor han sustituido la cubierta de paja tradicional por una metálica y el calor que hace es espantoso.

Por la tarde, vamos por fin a realizar una visita de trabajo. Nos dirigimos a Landieni a ver a la familia de Ousmane. Este momento si que resulta imposible de describir. El recibimiento es espectacular. De nuevo todo el poblado nos espera y principalmente Bilali y Adama Core, los padres de Ousmane. La reunión con toda la familia sirve para ponerles al día del estado de Ousmane, principalmente la buena noticia de su salida del hospital. Insistimos mucho en la bondad de su carácter que ha hecho que todo el mundo le quiera y que se haya ganado el cariño de todo el personal del Hospital Gregorio Marañón, de sus cuidadores y de todo el que pasa a su alrededor.

La familia nos hace llegar su agradecimiento por todo lo que hemos hecho por Ousmane, destacando la presencia de un tío de Ousmane que nos invita a rezar, así que en una especie de ceremonia interconfesional no vemos todos rezando por la curación de Ousmane.

Tanto, mi mujer, María José, como yo seguimos hablando de las maravillas de Ousmane con dificultades para expresarnos por la emoción que sentimos, pero espoleados por la familia que nos escucha encantada.

Para finalizar hacemos la típica ronda de videos de la familia saludando a Ousmane, para que él pueda ver los videos a nuestra vuelta y, cuando terminamos, nos regalan mangos de un árbol cercano y la madre de Ousmane que es súper-tímida le pone en el dedo a María José un anillo que probablemente sea su mejor joya. María José le da un colgante que llevaba, pero se queda una enorme sensación de quedar en deuda con ella. Su generosidad siempre nos supera.

De nuevo ha sido un momento muy especial por el sentimiento de formar parte todos de una misma familia y por el convencimiento de que hemos hecho algo que significa algo.

Al día siguiente nos toca la cascada de Dindefelo que constituye de nuevo un nuevo momento especial para todo el grupo. Nunca nos cansaremos de apreciar la belleza del agua lamiendo las paredes de la cascada y la frescura del agua de la poza, con ducha refrescante incorporada.

Por la tarde nos acercamos a la huerta de Yakaar en la localidad. Allí nos recibe nuestro técnico Aliou que hace una exposición detallada de todas los cultivos que realizan en la huerta con las cantidades exactas de cada uno. Se ve que está muy concienciado con la sostenibilidad de la huerta y que la vive como si fuera propia. La sonrisa de Aliou y su entusiasmo merecen el aplauso de toda la expedición que le felicita efusivamente en otro momento, inesperado, de felicidad.

Por la noche, ya de vuelta al hotel, recibimos la visita de Daniel con su mujer Safaratou y el pequeño José María. Es otro momento de felicidad porque José María, aparte de ser una preciosidad, es un niño increíble que no llora por nada y pasa de una mano a la otra como si fuera una moneda falsa sin hacer ni el más mínimo amago de puchero. Invitamos a cenar a nuestra familia africana: Arouna, mi hijo honorario, Daniel y Safaratou y por supuesto al pequeño José María.

Hoy toca la subida a Iwol. El grupo se parte en dos con los que quieren hacer la subida por un lado y el resto por otro. Los de la subida se quedan admirados por la belleza del poblado. Asistimos, como siempre, a las explicaciones de Jean Baptiste, subimos a las rocas y visitamos el baobab sagrado y no nos queda rincón sin recorrer.

Por muchas veces que subamos a Iwol siempre constituye un momento muy especial la visita a este poblado. Parece que uno vuelve a sumergirse en periodos pasado con modos de vida que ya no existen hace muchísimos años.

Los de abajo hacen su trabajo: visitan la huerta de Ibel y a la familia de Ramata. La huerta está estupenda con un montón de mujeres trabajando de manera entusiasta en la misma. La familia de Ramata está también bien, aunque el padre ha sufrido recientemente un accidente en un autobús en el que viajaba y se ha roto una pierna, habiendo contribuido desde España a su curación ante la precariedad de medios de la familia. Nos cuentan que Ramata sigue bien, estudiando en Kedougou y que por ahora todo funciona perfectamente.

A partir de Ibel durante dos días volvemos a atravesar el país de lado a lado, esta vez por debajo de Gambia. La carretera hasta Tambacounda sigue infame y soñamos con conseguir el dinero para arreglarla y ayudar a la economía local, y a nosotros mismos cada vez que tenemos que hacer este trayecto. Como momento a reseñar quizás la decisión de hacer de nuevo picnic por el camino y la organización impecable de Demba que consiguió que el hotel de Kedougou nos saliera la paso en una moto con unos riquísimos bocadillos de tortilla.

Dormimos en Tambacounda y al día siguiente mi mujer se empeña en visitar la estación de ferrocarril de la ciudad que como único mérito tiene el cartel con tan sonoro nombre en una de sus fachadas.

Sin embargo, no fue una parada tan perdida como yo imaginaba, al tropezarnos con un grupo de talibés que jugaban no sabemos a que, pero desde luego sin ningún juguete entre las vías de la estación. Un nuevo momento de intercambio

La llegada a Ziguinchor al mediodía del jueves, después de 7 horas de trayecto agotador, es gratificante porque el hotel Kadiandioumagne es uno de los mejor mantenidos del país. En Ziguinchor visitamos el mercado del pescado que constituye un nuevo momento de espectacular colorido

El viernes empezamos fuertes visitando la huerta de Niambalang, las mujeres están trabajando con mucho entusiasmo y algunos del grupo intentan echarles una mano, dándose cuenta de la dureza del intento. De ahí pasamos a visitar la casa impluvium que está muy bonita como de costumbre.

Finalmente llegamos a Carounate. En Carounate el recibimiento es espectacular. Las mujeres están en el camino reunidas esperándonos cantando y bailando. Nos hacen bajar del coche y durante un kilómetros recorremos el camino hasta la maternidad acompañándolas en una animadísima marcha.

Cuando llegamos a la maternidad, tenían organizado en un espacio en el bosque todo lo necesario para la inauguración. Habían preparado una mesa llena de todos los productos locales como papayas, pomelos, cacahuetes y un fruto muy raro de color marrón muy oscuro con pelitos.

Allí estaba el alcalde, el médico jefe del departamento de Oussouye, la matrona local y todas las mujeres del pueblo. Así que pasamos a la fase de los discursos. Empezando por Demba, para luego seguir por el alcalde, el doctor, la matrona y yo mismo como presidente de Yakaar. Fue un acto sencillo pero muy emotivo.

Mientras hablamos había un grupo de cuatro mujeres muy mayores que no dejaban de dar vueltas alrededor de la mesa presidencial bailando y agitando unas ramas. Cada vez que acababa un discurso se ponían enfrente del que lo había pronunciado para gritar "Merci, merci", eran muy graciosas y se les notaba un gran espíritu de sacrificio.

No tuve más remedio que acordarme de las palabras de Pepa que me había dicho, cuando estuvo la misión sanitaria por aquí, que los niños de Carounate eran tan preciosos como todos los de Senegal, pero que las mujeres eran especiales, se notaba que habían trabajado muchísimo durante toda su vida, pero siempre tenían tiempo para sacarte una sonrisa.

Ni que decir tiene lo que todo el grupo disfrutó con el súper- momento fiesta, con las mujeres, con los niños, con esa teranga (hospitalidad) que hace que todos nos sintamos como de la familia en un lugar al que acabamos de llegar por primera vez.

De los discursos pasamos a la visita a la maternidad que ha sido rehabilitada en un tiempo récord. Fue en febrero con ocasión de la visita de la misión sanitaria cuando descubrimos que la maternidad estaba abandonada y, desde entonces, y gracias a la ayuda de Papau, hemos sido capaces de arreglar las puertas y ventanas del centro, pintar el mismo y dotarle de los mínimos aparatos, camillas e instrumentos para que puedan empezar a desarrollar su trabajo. Las mujeres seguían estando a nuestro alrededor muy muy contentas y nosotros disfrutando con ellas de unos momentos maravillosos.

Después de una mañana llena de emociones, nos dirigimos para comer y pasar la tarde en la playa de Kabrousse. Estamos en el hotel Le Bar de la Mer. Pasamos la tarde paseando por su interminable playa hasta entrar en Guinea Bissau, por aquello de decir que hemos entrado en otro país, porque la verdad es que diferencia entre países, caminando por la playa, no existe. También tuvimos nuestro momento especial cuando unos chavales que entrenaban lucha senegalesa en la playa invitaron al único joven de nuestro grupo a echar una pelea que acabó en un acto de amistad.

El sábado salimos tempranito para hacer las visitas de las jornada. Primero el mercado de artesanía de Cap Skiring. A continuación, visita a la casa de dos plantas, las ceibas gigantes y el museo diola de Mlomp. Y, finalmente, la traca final con la inauguración de la escuela infantil de Cagnout.

De nuevo todo el pueblo nos espera con música, en esta ocasión incluyendo un saxofón. Hay un maestro de ceremonias muy pinturero vestido con una camisa de color rojo de un tejido impermeable que se debe estar friendo porque hace un calor infernal.

Nos echamos primero unos bailes para luego empezar con los discursos. Entre discurso y discurso las chicas de la localidad interpretaban bailes locales muy animados. En la fase de los discursos intervino el representante el jefe del poblado, la educadora de los niños, y para finalizar, yo mismo que dio la palabra a Demba, auténtico artífice del asunto. Cada vez que acababa un discurso el señor de rojo traducía con gran vehemencia las palabras del interviniente a la lengua local.

Debía hacerlo con mucha gracia porque la gente se tronchaba de risa. La mesa del evento estaba llena de todo tipo de frutas y verduras locales, así como vino de palma y bebidas, eso sí, a temperatura ambiente, que debía ser como de 40 grados. A mí se me había olvidado en el avión el cartel de COJEBRO para poner nombre a la escuela y habíamos tenido que improvisar uno con unas cartulinas y rotuladores de colores y unos dibujos muy chulos de un árbol y del mapa de África que había hecho Agustina. Ellos habían hecho carteles con el nombre de Yakaar África realizado con bolitas de colores pegadas, que eran mucho más trabajados que nuestro cartel.

En mitad de la ceremonia intercambiamos regalos. Ellos nos dieron unos cestos con el nombre de Yakaar África trenzado en el lateral para las mujeres y unos sombreros, también con el nombre trenzado, para los hombres. Nosotros les dimos las dos cajas con juguetes que habíamos llevado y multitud de cosas como cepillos de dientes donados por Maite en nombre de la Clínica Santamaría y bolígrafos. Incluso un grupo de 4 personas que se incorporó a las dos fiestas regalaron el material escolar que habían recogido en la campaña de navidad de su barrio.

A continuación tuvimos una comida en común con todos los del pueblo, en unas grandes fuentes de yassa poulet que estaban riquísimo. Fue muy agradable compartir con todo el mundo esa comida en ese ambiente donde todo se compartía. El bombazo final fue el baile de despedida, donde todos nos unimos en una gran juerga con la música a tope y dando lo mejor que llevamos dentro.

De ahí a pasamos a Carabane a donde llegamos exhaustos por el calor y la fiesta, pero enormemente satisfechos.

Ya casi no nos queda nada del viaje. Por la mañana en Carabane nos damos una vuelta por el pueblo visitamos el cementerio, las casas y calles del poblado, la tienda de Paco Carabane y, para finalizar, acabamos en la biblioteca de Yakaar África que está cerrada pero nos sirve para explicar lo que hacemos con las clases de refuerzo de los niños y lo que pretendemos convirtiendo la biblioteca en un centro para los niños y jóvenes de Carabane.

Aprovechamos la visita a Carabane para visitar a Malamine, el hijo del enfermero Lamine, que sufre una tetralogía de fallot que estamos viendo cómo podemos solucionar con un posible traslado a España. Después del recorrido por Carabane nos vamos a Ziguinchor para coger el avión y llegar a Dakar.

Desde allí nos vamos al Toubab Dialaw, donde nos alojamos en un bonito hotel de playa.

Ya es nuestro último día en Senegal. A primera hora nos dirigimos al lago rosa para realizar la obligada visita. Como siempre ofrece unas fotos espectaculares y sus vendedoras de collares y cuadros de sal.

El grupo se escinde en dos y mientras el grupo mas numeroso se dirige a Gorée a ver la casa de los esclavos. María José, Demba y yo nos vamos a visitar la Embajador, Alberto Virella y a la Cónsul Amaya Fuentes. Dos visitas muy interesantes por la oportunidad que tenemos de intercambiar puntos de vista sobre los temas de cooperación, Senegal, España y muchas mas cosas, casi tres horas entre ambas visitas de animada y fructífera conversación.

Y colorín colorado, este viaje se ha acabado. Ha sido un grupo maravilloso formado por 6 ingenieros de caminos y 6 acompañantes, prácticamente ninguno se conocía entre sí y, sin embargo, la comunión ha sido perfecta. Estoy profundamente agradecido a todos y cada uno de ellos. A José Luis el más mayor y el mas valiente, a Nacho el más joven y el más participativo, a Agustina toda bondad, a Maite una campeona en su propia superación, a José Maria y Virginia siempre amables y cariñosos, a Javier y Mari Ángeles, quizás los mas entusiastas y a esos hermanos Jaureguizar campeones del buen estar y hacer. Por supuesto a mi mujer María José, que sabe dar una dimensión mucho mas humana que yo a todo lo que hacemos y, como no, a mis chicos senegaleses a los que sigo adorando: los Demba, Ambrosio, Cheikh, Doba, Papau, Arouna, Daniel, etc. etc. Hasta siempre!!!

LO QUE SUPONE NACER EN OTRO LUGAR

José Luis González Vallvé

6 de abril de 2017, como siempre, demasiado pronto me fui al aeropuerto, por esa impaciencia que tengo con los vuelos, facturé solo, a las 15,45 como previsto, comenzaron a llegar: Grupo majo: que resultaría majísimo, educados, tolerantes, resistentes, todos pacientes menos el menda; nos hicimos la foto con la camiseta Yakaar (Esperanza) embarcamos, pasamos el estrecho, sobrevolamos Marruecos con varias explanaciones geométricas que me intrigaron, todo desierto y rocas chocolate, y nos pasó por debajo un avión de Emirates que estaba en Dakar cuando llegamos.

Caos en el aeropuerto de Dakar, aperitivo del caos del país, nos esperan Demba guía y conocedor de todo en Senegal y Omar buen conductor, las maletas a la baca con cuerda que funciono y al hotel La Madrague en N’Gor, que anunciaba ya la relativa calidad de los hoteles senegaleses, cena desistiendo de todas las juiciosas recomendaciones: solo verduras hervidas y frutas peladas, rico pincho de rape y “premiere” de suministro de Gazelle en botellas de 650 cl, la ligera y rica cerveza senegalesa gracias a la cual sobrevivimos al polvo, calores, hipos…y ascensiones varias.

7 de abril mañana de viaje largo que resultaría de los cortos, pero ya muestra de las contradicciones africanas: miles de niños descalzos, sucios, mocosos, con la camiseta de Cristiano en la calle, al parecer los padres los abandonan en una escuela coránica que, por lo visto en St Louis es entre seminario y cárcel de la que huyen a la calle, incluso nacionales españoles enviados por sus papis musulmanes desde España; antes pasamos por el aeropuerto de Dakar para intentar recuperar el cartel de inauguración de la escuela olvidado en el avión; Multa en carretera, nos pararían muchísimas veces: aduanas, policía, “gendarmerie”, hasta el ejercito, parece fue una “coima” con la disculpa del llevar mal el retrovisor, cuando te hartas de ver pasar sin multa furgonetas Peugeot 504 con treinta pasajeros y ganado, pura chatarra, penitencia a pagar por “turistas”, craso error pues los espantan en vez de atraerlos que tanta falta les haría; comemos en el Flamingo de St Luis ensalada, Capitán y mango y tarde de paseo y shock en carrito de caballos. Otro paisaje, otro mundo: cochambre, basura, vacas, cerdos, pollos, carricoches y en medio mujeres super vestidas con traje largo amarillo o rojo y hasta turbante, cayucos, raspas de pescado, desidia y plástico la ruina medioambiental de estas tierras que nadie recoge y parece que pensaran que o no tienen problemas o se arreglaran solos o por otros, con un aire fresco cuyas frigorías J Mª nos recomienda almacenar para los días de calor.

8 de abril Subimos hasta la frontera de Mauritania al parque de pájaros de Djoudj, tercera reserva ornitológica del mundo y primera zona húmeda al sur del Sahara, espectacular, llegando vemos chacales y allí: gigantescos pelicanos, cormoranes, garzas y hasta un gran varano: lagarto gigante tomando el sol, vuelta a comer al Flamingo el campo sin cultivar solo ganados suelto: cabras, vacas, jabatos, ovejas y llegada a Lompoul, dejamos furgoneta y maletas y en camionetas 4x4 a toda pastilla y con mochila nos llevan al campamento del desierto, siguen las mujeres cargadas de agua fardos o niños y los hombres tumbados o sentados ante los campos yermos.

9 de abril. Domingo de ramos, duermo bien en la jaima del desierto, después de la cena cus cus con pollo y concierto de percusión regado con abundante gazelle, hace fresco de noche y mañana de rocío en la lona húmeda que podría aprovecharse para agua y riego, desayuno en la jaima común y vuelta en camioneta a Lompoul donde niños y mujeres no paran de pedir, paramos en Touba gran mezquita descascarillada, me irrita este simplismo feudal con liturgia absurda, incomoda e inútil: mujeres tapadas, todos descalzos que los tiene en el atraso y miseria; vemos un mercado de ganado, mucho poblado primitivo de cabaña redonda de barro y techo cónico de palmera, en Kaffrine salimos a la N 1 Dakar-Mali, llena de camiones malienses yendo y viniendo del puerto de Dakar, paramos en una gasolinera con un horrible calor a comprar agua y pan en Koungheul, culmen del destartale: miseria, basura, calor suciedad…buscamos un sitio para Pic Nic, pero el menos malo lo ocupa la policía y lo hacemos junto a un árbol y unas cabras, cuyos pastores disfrutan de nuestras viandas y nos entretienen; a la entrada del parque de Niokolo Koba paramos en el Campamento de Wasadoo, muy agradable, paseo en barca por el rio Gambia: monos, pájaros y la gigantesca boca abierta de un Hipos, ducha, afeitado y buena cena de cus cus con pollo en salsa y mas gazelle junto a otra troupe española de El país y Goma-espuma.

10 de abril me despiertan en Wasadoo pájaros y ruidos de animales, desayuno agradable en la gran cabaña y 3 h. de baches hasta Mako: las mujeres lavan a golpes la ropa en el rio Gambia, ¡Qué invento la lavadora¡, llegamos a Kedougou con muchísimo calor, al Bedik un hotelito decente con piscina, pollo con arroz calor y gazelle, aunque parece que el record lo batió una viaje sindical con 80 botellas que nunca están suficientemente frías, siesta y visita al mercado con Daniel: cochambre, peste, vacas un árbol lleno de buitres, el único mercado donde no apetece comprar y siempre muchas vendedoras sin comprador o compradora, tarde en la piscina hasta con gintonic.

11 de abril martes santo me despierta el gallo en esta habitación de cama barroca y colcha roja brocada que desemboca directamente en el horno exterior de arena roja, excursión a Dinderfelo, parada tierna de visita a la familia de J M, llenos de regalos, subida hasta la cascada que nos deja pasmados y baño en su poza mágica que nos deja frescos y nuevos, bajada al pueblito donde comemos lentos, yasa poulet, arroz con pollo y salsa de cebolla y gazelle templada, paramos en una huerta de Yakaar, muy buena idea, y regreso por los baches hasta el hotel; piscina wifi y gin tonic.

12 de abril, gran excursión a Ibel pueblito Beddick allá arriba, anclado en su prehistoria, costosa subida que hacemos siete, y apenas resisto, Jean Batiste el jefe del pueblito nos cuenta la historia de sus ruegos al genio del baobab sagrado que lanzo las abejas y derroto al ejercito del rey de la vecina Guinea que les perseguía, y de los gemelos que se convirtieron en piedra y la mujer que solo se convirtió a mitad, cola de niños para los caramelos que se agotan, absoluto primitivismo mujeres moliendo mijo, sin agua ni luz ni nada, descenso muy caluroso y cansado y almuerzo de viandas del grupo con cerveza en lata, y por los 200 km.de baches llegamos a las 6½ a Tamabacounda con parada intermedia de pic nic, hotel majo Horizons Bleus, piscina gin tonic y vemos al R Madrid ganar al Bayern, cenamos carne, que no pollo por 1ª vez.

13 de abril jueves santo, nostalgia de Semana Santa, los arboles reyes de África, dan sombra, frutos, bebida muebles…envío fotos a familia y amigos, asombrados de la cascada de Dindefelo; Quizás una solución sería el catastro de la tierra, es imposible que la trabajen si no la sienten suya, carretera de Tambacounda a Ziguinchor 400Km, cambia la fisonomía constructiva, de la genuina cabaña redonda de murete de barro y techo cónico de palmera, al cobertizo feo de bloque de hormigón y techo de chapa, la pobreza genuina no es patética, pero sí lo es, la que pretende imitar la normalidad, muchos controles, entramos en la Casamance donde hubo guerrilla hasta el 2000 que acabo según Demba por hartazgo popular, en un control del ejército nos hacen bajar de la furgoneta y pasar andando bajo un sol de plomo con los pasaportes en la mano y la urgencia de encontrar una toilette fácil para los hombres, pero las mujeres…

Quizás a la intensidad de la vida “artificial” occidental que aquí extrañamos envuelta en comodidad: coches, aire acondicionado, moquetas, baños, limpieza, cuidado, desapegada de lo natural que sustituimos falsamente por la parcela, el campo o el perrito, se supla aquí con la intensidad de la vida natural: tierra, arboles, animales…y otro estilo de convivir hombres y bellas mujeres.

Entramos tarde y agotados en Ziguinchor junto a una gigantesca montaña de cacahuetes, lo único aquí abundante. Buen hotel Kadiandioumagne, lleno de franceses jugando a antisistema con piscina junto al rio y buen comedor animado en la cena por cantante y guitarra que hacen a todo, comemos pez capitán el de los bigotes y cenamos dorada, paseamos la ciudad, compramos papel para hacer el cartel olvidado en el avión, lo único decente la iglesia-catedral con los oficios bien cantados, votamos volver en avión a Dakar evitando la paliza e incertidumbre del paso en coche por Gambia.

14 de abril viernes santo, desayuno en el hotel junto al estuario de cayucos, parada en el puerto lleno de capitanes, barracudas otolitos…que raspan y abren allí entre moscas y basura, vistamos la casa impluvium y una estupenda y gran huerta de Yakaar donde solo trabajan mujeres y un simpático y minúsculo encargadito nos explicara las cuentas ante la mirada gerencial de Demba que insiste en que todo tiene que pasar por Yakaar, por el camino un colorido, animado y bailongo grupo de mujeres nos acoge y acompaña hasta la ceremonia de inauguración de la maternidad en cuya mesa presidencial me sientan con el alcalde, José Mª, el médico y la matrona, emociona ver el sincero agradecimiento de estas gentes,…merci, merci, merci… algunas mujeres piden matrimonio a los blanquitos, o directamente poniéndoles una rama encima, o con la ayuda de Demba, cacahuetes, mango, licor de palma fermentando por lo que aun no tiene alcohol y así lo pueden beber los musulmanes; Después de la emocionante ceremonia llegamos al Hotel le Bar de la Mer de un belguita en la lejana playa de Kabrousse donde comeremos y cenaremos gambas y pincho de rape; baño, siesta y gran paseo por la inmensa playa hasta Guinea Bissau entre vacas, gaviotas y conchas.

15 de abril sábado: baño a las 7 en el mar inundo la habitación: aquí ninguna ducha tiene cortina ni mampara, desayuno junto al mar, Carlos mal; glucosa alta, al parecer llamaron a un medico pero no pudo venir, hoy mejor, hay un coche de Naciones Unidas de Guinea Bissau con un argentino/uruguayo que desayuna mate, con mujer negra y niño tostado, vamos a Cap Skiring: mercadillo de artesanía, las chicas se eternizan comprando, me pongo nervioso esperando sentado en una silla de ceiba con Demba, paramos en Mlomp a ver la casa de barro de dos pisos y las ceibas gigantes, y de ahí inauguración de la escuela de Cagnout, gran, colorida y emocionante ceremonia conducida con buen tino y mejor voz por un simpático presentador camisa roja reflectante y sombrero negro, aplazamos comer por el entierro del anterior alcalde y lo haremos en el patio de la escuela: arroz yaisa con cuchara, ellos preferirían dedos, rodeados de buitres, el jefe musulmán de azul celeste 66 años quiere ser mi amigo, me pide el teléfono y en Elinkine embarcamos para Carabane con mochilita para uno o dos días por si Omán no llega a tiempo de nuestro aterrizaje en Dakar atravesando Gambia.

Nos refresca la travesía por el estuario lleno de manglares, garzas y pescadores franceses, el hotel es entre seminario y correccional, no piscina, no aire, si mosquitero y cama pequeña, solo un barito en la iglesia, mosquitos y chistes para compensar y a pesar de la presunción de Demba se acaba la gazelle: vemos los pescados que traen los franceses: capitan que también llaman plexiglás y otolito, cenamos cus cus.

16 de abril ya domingo de resurrección, visitamos la isla: la biblioteca de Yakaar está cerrada, no hay calle pavimentada, vemos el taller del modisto Paco Carabane, parece increíble su pretensión, pero allí esta afanándose en terminar un traje de señora bien colorido que tiene que entregar a las 10, a esa hora volvemos a Elinkine y en otro coche después de varias paradas con controles impertinentes, llegamos al aeropuerto de Ziguinchor único lugar con buen aire acondicionado, lio con los nombres, J Mª y Mª José consiguen plaza, volamos en un Embraer 145 y envueltos en una nube de polvo y arena, que impide ver nada, llegamos a Dakar donde milagrosamente espera Omar con la furgoneta en la que nos vamos al hotel Pierre de Lise, el mejor de todo el viaje, nos bañamos en la playa de agua fresquita y agradable y gran merendola con los restos de las viandas que aun son muchos y litros de Gazelle, ducha y cena de chistes y gin tonic que es vodka, pincho de rape, buen conjunto de jazz senegalés, junto a mi habitación dos garzas reales se pasean elegantes y orgullosas.

17 de abril último día, baño de mar a las 7 de la mañana, agua fresquita, desayuno de tortilla y malarone; salimos: visita al lago rosa que es gris y salado, donde acababa el rallye, hasta que se lo llevaron a América por los atentado islamistas en Mauritania, por el camino vemos pescaderías que de tanta mosca parce “mosquerias”, luego al ferry embarque para Goreè, la isla de los esclavos, el conjunto mejor conservado urbanística y arquitectónicamente de todo Senegal vemos el castillo y los enormes cañones franceses que hundieron al Tacoma, un mercante sueco, pensando que allí estaba de Gaulle en la batalla con Petain durante la II Guerra Mundial, comemos gambas y dorada perseguidos por vendedores, visitamos la Casa de los esclavos impresionante con su puerta al mar sin retorno, ferry de vuelta: visita larga a otra tienda de mas collares y cremas, sueño de cuarto de baño decoroso en Le Meridien o el Radisson, vuelta por Dakar destartalado con algún edificio megalómano, sin centro a pasear y por la Corniche junto al mar bonita naturaleza y algunos apartamentos apetecibles, subimos al gigantesco y soviético monumento al Renacimiento de la Negritud levantado por Wade en 2010, hecho en Corea del Norte, tomamos la última copa en, según Demba la zona VIP y después de 6 o 7 controles asiento 28C y a las 4,45 en Madrid.

Fin del viaje entre regusto de aventura, cansancio físico, desconcierto ético/moral por el privilegio/injusticia que supone haber nacido en uno u otro lugar, voluntarismo ¿posible?, dudas sobre gusto o rechazo de vuelta a la rutina, y sabor a Gazelle…

NUESTRA BARCA

Agustina López

Después de pensarlo durante bastante tiempo, de dar prioridad a otros asuntos no más importantes y por cierto temor a no aguantar las condiciones de un país para mí desconocido, decido emprender mi viaje a Senegal, o mejor dicho, “Nuestro Viaje”.

En pocos días nosotros también embarcamos en este país, que significa “Nuestra Barca” en wolof. Tenemos la oportunidad de conocer una tierra rica y dura, pero sobre todo su gran potencial humano. Una población joven y una estructura familiar que posibilitan el vivir en entorno complicado con alegría y esperanza en el futuro o Yakaar.

Descubrimos una amalgama de colores, gentes con gran belleza y elegancia de movimientos, extensos paisajes; apreciamos la dificultad de la vida en el mundo rural y la hostilidad en las aglomeraciones urbanas, donde la mugre y la explotación infantil hacen mella.

El viaje resulta ser un concentrado de lo que es vivir sin anestesias, hemos llorado, reído y bailado. Volvemos emocionados, con el sentimiento de haber recibido mucho más de lo que hemos aportado y, desde luego, con el deseo de volver cuanto antes a Senegal que ya consideramos “Nuestra Barca”.

Gracias, Merci, Merci…a Senegal por el cariño recibido y a mis compañeros de viaje en este recorrido.

¿Y CREEMOS QUE SOMOS NOSOTROS DE LOS QUE TIENEN QUE APRENDER?

M. Ángeles Garrido

Largas horas de coche por caminos de barro rojizo, asfixiantes nubes de polvo de las que parecía que no salíamos, espacios abiertos, bosques desolados, tierra seca y amarilla, pero tierra acogedora, que poco a poco iba llegando a lo más profundo de mi corazón.

Miradas de niños que pedían más con los ojos que con las manos, privados de derechos y desamparados. Estremecía su marginalidad, la pobreza extrema en la que se mueven; marabús corruptos que los esclavizan, haciendo que la isla de Gorée continué su memoria. Su desesperanza ha sacudido mi alma, ha cambiado mi mirada y ha elevado mi conciencia.

Me ha sorprendido ver a tantos hombres que pasan el día reunidos a la sombra de los árboles, mientras que las mujeres, discriminadas, sin voz ni voto, gestionan de manera ejemplar los recursos de que disponen, se encargan de las labores del hogar, hacen la colada en los ríos, cuidan de los hijos y ancianos, cultivan la tierra, y admirablemente tratan de mejorar sus vidas con sus bebés a la espalda. Núcleos de la armonía fraternal entre familias, diligentes mujeres, bellas e inteligentes, las veo como eje central en la esperanza de futuro de este gran país. Ha sido hermoso para mí, compartir con ellas, celebrar con ellas, aprender de ellas.

Reverencia a la Naturaleza, tolerancia entre religiones, solidaridad entre los vecinos ante el mundo hostil que les rodea, ritos de iniciación a la vida adulta, convivencia en paz, armonía, relación fraternal entre grupos… ¿Y creemos que somos nosotros de los que tienen que aprender?

Vaya mi agradecimiento a José María y María José, artífices de esta maravillosa aventura en la que deseo continuar, a personas tan integras y humanas como Demba, que nos ha acompañado por bosques sagrados, por paisajes mágicos, sumergiéndonos a través de sus relatos en su cultura ancestral, y gracias también a todas las comunidades que nos han ofrecido su alegría, sus alimentos, sus cantos, sus danzas, su dignidad y su gratitud. Vaya mi compromiso para actuar como ellos, dando lo que puedo y recibiendo lo que necesito.

SENEGAL PARA VALIENTES

Javier Herrero

Entre las muchas historias que se contaron durante el viaje me gustaría reflexionar sobre una de ellas “El Rito Iniciático”

Este proceso transforma a un hombre biológico (estos ritos son exclusivamente masculinos), en un hombre digno de respeto y reconocimiento, y le abre las puertas ante los demás a formar parte de la estirpe de la tribu, su genética es digna de ser transmitida.

El inicio del proceso lo marcan signos que están vinculados a procesos naturales, como transformaciones de materiales vegetales.

Pero no solo el inicio sino que todo el aprendizaje se hace en estrecho contacto con el medio natural, despojando al aspirante de todo su ropaje anterior y dejándole solo ante la madre tierra, vestido y alimentado con elementos naturales. Instruidos por maestros que en ningún caso pueden estar relacionados familiarmente con el aspirante. Incluso entre los participantes se prohíbe la participación conjunta de padres e hijos

Las enseñanzas que reciben, buscan que sean capaces de sobrevivir en el medio natural, procuren su alimento y el de su familia mediante recolección y caza y conozcan las claves de su etnia y la forma de tratar adecuadamente a sus semejantes especialmente a las mujeres que pudieran desposarse con ellos.

Todos los que participan conocerán cual ha sido el comportamiento de los aspirantes, y guardaran celosamente el secreto sobre el mismo. Pues bien, este viaje a Senegal, ha sido también para mí un “Rito iniciático”….

Un hito en una nueva forma de transitar por la vida que emprendí hace tiempo.

He visto la Solidaridad, el Respeto, la Alegría, el Agradecimiento, la Voluntad y tantas cosas más…..en una sociedad que hacen frente a la pobreza con dignidad y sabiduría, y con un profundo respeto por el Medio Natural.

Gracias a todos los que han hecho posible este viaje iniciático, especialmente a todos y cada uno de los senegaleses con los que hemos convivido y nos han enseñado tanto.

FUE UNA EXPLOSIÓN DE EMOCIONES

Susana Reglero

Resulta complicado condensar y expresar en solo unas líneas todo el remolino de sensaciones, sentimientos y emociones que una experiencia como esta provoca en uno. Es más, creo que resulta imposible. Hay muchas cosas que quedan solo para uno, inexpresables, que dejan una huella interna que marcará el resto de nuestra vida.

Personalmente siempre soñé con hacer algún voluntariado o cooperación internacional. No tenía claro cómo ni cuándo ni dónde. Y de repente...... simplemente fluyó.

Conocí a Yakaar África a través de Ousmane y mi trabajo en el Hospital Gregorio Marañón, donde se recupera de la intervención cardiaca a la que fue sometido. Él, “mi bomboncito”, me conquistó desde el primer día; poco a poco, charlando con sus cuidadores, me fui interesando por la labor de la ONG, y así, me animé a hablar con Pepa y casi sin pensarlo me vi formando parte del equipo de la séptima misión sanitaria. ¡¡!!

Todo, desde el principio, fue una explosión de emociones......

La recogida de ropita, gafas y móviles entre amigos y conocidos, la preparación de las cajas (desde aquí, gracias a toda la gente que colaboró)

La inquietud por conocer al resto del equipo (español y senegalés)

Los nervios del viaje, la llegada al aeropuerto de Dakar ya supuso un choque brutal

La visita a la isla de Goree y su dramática historia

El viaje en ferry nocturno hasta la isla de Carabanne

La travesía en cayuco hasta Oussouye, el largo, cansado y a la vez precioso viaje en la “furgo” hasta el País Bassari

El trabajo diario en los distintos poblados, comprobando en primera persona la dureza de lo real, de la pobreza, la desigualdad, la fragilidad de la vida, lo poco que se necesita para ser feliz, el idioma universal del dolor, de una sonrisa, y de la inocencia infantil.....

Ese cielo limpio y estrellado, esa tierra roja que junto con mis admirados baobabs y ceibas dibujan los paisajes

La mezcla de colores, olores y sabores (echo de menos la deliciosa salsa de cebolla)

Esa paz y ese silencio de la noche, solo interrumpido por la llamada a la oración de los musulmanes, y el despertar de los animales

La alegría y algarabía de los niños jugando, sin tecnologías ni juguetes como a los que aquí estamos acostumbrados

El gran equipo humano (español y senegalés), como una familia, compartiendo momentos muy duros de tensión y agotamiento en jornadas difíciles de trabajo, y momentos de placer, risas, conversaciones de sobremesa y ocio.

Son tantas cosas que recordar..... y sé que con el tiempo brotarán en mí recuerdos y sensaciones de los que ahora no soy consciente. Lo que ya sé es que esta experiencia no la olvidaré jamás, que ha dejado una huella en mí y me ha demostrado que por mucho que nos creamos que ayudamos y aportamos en nuestras campañas de cooperación internacional, todo eso es una milésima parte de lo que nosotros recibimos al convivir con tales seres humanos.

Me siento afortunada, y quiero dar las gracias a Yakaar África por haberme propiciado formar parte de esta aventura, y a todos los que me habéis hecho un huequito en vuestro corazón.

¡Hasta pronto, Senegal!

GRACIAS A SU GENTE HE VUELTO A SENTIR

Raquel Platero

Verano de 2016, Caños de Meca, el mar en calma, una jaima que nos regalaba el atardecer mientras soñábamos despiertos...¿Y si viajamos a Senegal?, - Me encantaría, dicen que es el país de la hospitalidad africana, el país de la sonrisa. Pero aquel sueño se desvaneció junto al amor de verano...

Ahora, me doy cuenta que solo se mantuvo esperando una señal que diera paso al momento perfecto para poder experimentar la riqueza de sus raíces.

Febrero de 2016, billete de avión en mano, un adiós agripicante al cruzar el escáner del aeropuerto de la capital española; Ilusión desbordante por descubrir el que se había convertido en mi país renacentista, Senegal...

A tan sólo unas horas de casa y varios pasillos para atravesar la aduana, conocí la más brillante de las sonrisas, tras un apretón de manos y una mirada que reflejaba sabiduría, conocí a Demba, nuestro guía turístico, me sorprendieron su calma y su espíritu carismático, pude sentir su luz en escasos segundos...Unos pasos más adelante, me encontré con Sidi, nuestro conductor, me bastó un parpadeo de ojos para darme cuenta de la bondad del alma que me dirigiría por aquel país...Una sonrisa interna atrapó mi esencia en forma de suspiro, estaba en paz...Después de conocer a mi compañera de viaje, Noelia, empezamos la ruta y, tras las preguntas básicas y nuestra curiosidad por el país, Demba nos introdujo la asociación humanitaria que llevaba a cabo, nos habló de los huertos, de las escuelas, de los diversos proyectos que creaban, como la elaboración de mermelada por mujeres senegalesas, el reparto de bicicletas para niños que iban al colegio a 10 km de casa cada día; el factor médico...y fue entonces cuando escuché la historia de Ousmane, un niño que estaba enfermo y que había volado a Madrid para ser operado. Me conmovió tanto que al llegar a Madrid fui a conocerle. Ahora, puedo disfrutar de su simpatía, de su espontaneidad, de su cariño incondicional, nunca nadie me había dado tantos besos...” Amiga, ven, te voy a dar un beso “metralleta” (compuesto de besos innumerables que se repiten como si de un tiroteo se tratase, pero ésta vez, un tiroteo repleto de amor). En la sala de hospital coincidí con parte del equipo humano de la asociación que se dedica al crecimiento y compañía de Ousmane, qué bonito el alma de cada voluntario, en especial, la de José María, al que apenas aún conozco, el coordinador de esta asociación, un señor que parece serio pero que se desvive por nuestro pequeño, por organizar algunas ideas para que el mundo funcione mejor

Y así, entre historias, nos fueron bautizando en la cultura senegalesa, jugamos con niños en varias escuelas, en pequeñas aldeas, probamos el sabor que las manos africanas moldeaban en forma de alimento, vestimos sus telas de colores, pudimos ver la noche estrellada del desierto corriendo por sus dunas abajo, escuchamos el sonido de timbales mientras Sidi nos mostraba cómo sentir el ritmo; Pisamos un pueblo cuyo asfalto estaba compuesto de conchas marinas, nos bañamos en un río en una pequeña isla donde pudimos disfrutar de un paseo en kayak ; Fue allí, junto al atardecer, donde entendí el significado de África: fuerza, valentía, lealtad, unión humana, generosidad y sonrisas.

De repente, Sidi alzó la voz comunicándose en wolof, una barca de pescadores sin pensarlo, se tiró al mar, estaban vestidos y separando el pescado pero no tardaron ni un segundo en dirigirse a él. Se había caído del kayak, no sabía nadar y estaba en medio del mar, qué valentía! Y qué espíritu de hermandad el de los pescadores! Todo quedó en un susto pero aquel instante me hizo reflexionar toda la tarde...

Al día siguiente, Sidi nos presentó a su familia en Mbour, entramos a un patio donde habría aproximadamente veinticinco personas, algunos descansaban, otros compartían una gran sartén de arroz, comían en cuclillas y rodeándola, otros conversaban sentados...Había cabras, gallinas, pollitos y entendí el significado de vivir en comunidad, el valor de la familia. Jugamos horas y horas con sus hijos, sobrinos, veci-nos... Conocimos también a su mujer, quien me entregó a su bebé de seis meses, “Aminatá”, jamás había sentido tanta ter-nura. Aquella tarde se grabó en mi alma, fue mágica, especial, disfruté de los cinco sentidos...Al marcharnos, los niños persi-guieron el coche agitando sus manos y gritando “Au revoir”...

Demba cumplió cada uno de nuestros sueños, cada petición que sugeríamos, la hacía realidad. También nos enseñó a creer, a soñar sólo lo que se pudiera cumplir, para así siempre poder vivir entre ilusión.

Llevo años viajando y jamás di con un guía como él, es una persona muy humana, culta, bromista, risueña, tranquila, los condimentos perfectos para vivir una experiencia en Senegal única, inolvidable, eterna...

Puedo decir que ha sido un viaje balsámico, emocionante, reconfortante, divertido y que gracias a su gente, he vuelto a sentir. Volveré...