LLEGADA
Comenzamos nueva misión sanitaria, ya he perdido la cuenta debe ser la 14ª, pero creo que el número no es importante sino nuestro sentimiento de que estamos intentando hacer casas que importan. ¿Cuántas personas habremos visitado en este tiempo? ¿Cuántos casos habremos resuelto? ¿Cuántos dolores habremos mitigado? ¿cuántas vidas habremos salvado? No lo sé, nadie lo sabe, y quizás tampoco es importante. Quizas lo único importante es que seguimos aquí tratando de dar un poco de cariño a una población que cada año nos espera con ilusión.
Nuestro equipo también destila ilusión. Me doy cuenta de que se les hace inmensamente largos los dos días que tardamos en llegar y preparar para ponernos a trabajar, pero son inevitables. Entre los 750 km. de ruta y las visitas obligadas a la jefa médica de salud de la región de Kedougou, al alcalde de Bandafassi y al subprefecto ya perdemos un montón de tiempo. Pero luego, la llegada al Centro de salud de Thiabedji y su estado lamentable, con la consecuencia de que antes de empezar a hacer nada tenemos que remodelar, limpiar y fregar todo aquello, hace el resto. Menos mal que el equipo no se ha descompuesto en ningún momento y ha hecho bueno el dicho de a mal tiempo buena cara.
Tenemos un excepcional equipo formado por Manolo y Alba como médicos de adultos. Gema y Carmen como médicos pediatras, Cristina, Mar y Sara enfermeras y Alfredo y Marina en la informática y la intendencia.
THIABEDJI
Como he explicado anteriormente tenemos que entrar como elefante en cacharrería en el Centro de Salud de Thiabedji. Parece increíble que puedan trabajar en estas condiciones de suciedad y desorden, pero, ¡manos a la obra! En poco más de dos horas le damos un fregoteo al centro y reorganizamos completamente las consultas. En este sentido hay que agradecer la especial predisposición del enfermero local el Dr. Dieme que en ningún momento ha puesto la menor pega a que invadamos sus espacios de trabajo y “recoloquemos” todas sus pertenencias.
Por fin, después de dos largos días, comienza la batalla. La gente empieza a venir, sin prisa, pero sin pausa y rápidamente vamos alcanzando ritmo. En esta misión sanitaria, uno de los objetivos fundamentales que nos hemos planteado es integrar a los enfermeros que acaban de terminar sus estudios en el equipo. Creemos sinceramente que el futuro depende de ellos, por eso es muy importante que aprendan con nuestros médicos y enfermeras todo lo que sea posible para que cuando nosotros no estemos sean ellos los que sean capaces de continuar la labor.
En ese sentido contamos con Cheikh Mohamet y Daouda que ya llevan varias misiones con nosotros y a los que cada vez intentamos dar mayores responsabilidades. Son también un elemento de enorme importancia para servir de enlace entre nuestro equipo y la población local. Ellos son los único que manejan al mismo tiempo el leguaje sanitario y el lenguaje local y que, por tanto, son capaces de preparar las derivaciones de enfermos al hospital. Posteriormente se incorporaría Alpha Yaya.
Quizás el hecho más relevante de nuestras misiones sanitarias es la constatación de ese abismo que existe entre el primer y el tercer mundo. El hecho de que, precisamente, los casos más graves detectados, son casos que en España se habrían resuelto nada más nacer, con pequeñas intervenciones o con sencillos tratamientos. Sin embargo, aquí esos casos se han convertido en crónicos y ya tienen mala o ninguna solución.
Es una pena ver niños que han sufrido en el parto o que debido a carencias importantes en los primeros años de su vida presentan ahora enfermedades que les inhabilitan para poder llevar una vida normal. Si una vida normal en África ya es difícil de vivir, no me quiero imaginar una vida lastrada por un problema físico.
Se juntan dos grandes problemas, la dificultada de la medicina senegalesa para enfrentarse a los casos más difíciles debido a la escasez de medios tanto materiales como, sobre todo, humanos, con la incapacidad financiera de una población que apenas tiene para sobrevivir y para la que el acceso a la sanidad es un lujo inalcanzable.
Hay varios casos especialmente tristes y preocupantes como el niño que tiene el cuerpo lleno de roturas posiblemente por una falta prolongada de calcio o el que presenta una hemoglobina de 3 y hemos tenido que enviar rápidamente al hospital para que le hagan una trasfusión.
En el lado positivo, la cara de felicidad de la chica que venía embarazada de su octavo hijo y resultó que eran dos el octavo y el noveno y pudo verlos por primera vez en la pantalla de nuestro ecógrafo portátil.
El final del día es especialmente emotivo en presencia del jefe del poblado, que está muy contento, y del personal del centro. Nos dirigimos unas palabras de agradecimiento mutuas y compartimos unos minutos de especial alegría con todos los niños de la zona que son como siempre super-simpáticos y cariñosos.
BANDAFASSI
En Bandafassi nos han dejado el edificio de la nueva maternidad para nosotros, lo han limpiado y adecentado y está en bastantes buenas condiciones, por lo que, por lo menos, la parte del fregado nos la hemos ahorrado. Eso sí el edificio estaba vacío y ha habido que llenarlo, de mesas, sillas, camas, camillas, etc. Pero todo ha ido apareciendo como por arte de magia y nos ha quedado un excelente lugar de trabajo.
Yo tengo que ir de nuevo a Kedougou para comprar más material, los medicamentos se consumen a velocidad de vértigo, debido a que la población está muy necesitada y no tiene prácticamente ningún acceso a los mismos.
Como caso más destacado el del chico de veintitantos años que prácticamente no se puede poner de pie desde hace un par de años y nadie ha hecho nada por él. Nosotros tampoco podremos hacer mucho más que darle un medicamento por si la causa fuera una de las posibles y derivarlo al hospital con muy poquitas esperanzas de que puedan hacer algo.
El primer día no ha habido muchos pacientes. Ha habido un entierro en la localidad vecina de Boundicoundi y además suele funcionar el boca a boca y se conoce que todavía no ha llegado la noticia de nuestra presencia. En todo caso la media de entre 100 y 200 pacientes diarios se cumple con facilidad. Como consecuencia del número limitado de pacientes hemos podido terminar un poco antes y el personal más joven se ha podido dedicar a jugar con los niños durante un buen rato. En un momento más de 30 niños han aparecido de debajo de las piedras y se organizado una buena celebración con bailes y juegos, entre polvo y risas.
El resto de días en Bandafassi transcurre dentro de una normalidad relativa. Muchos casos de anemia, hemos agotado todo el hierro, bastantes casos de desnutrición, una barbaridad de tiña. Nada a lo que no estemos ya acostumbrados.
Aunque nos parezca que hacemos poco, hemos superado ya la barrera de los 1.000 enfermos tratados en estos apenas 6 días de consultas. Hemos superado el ecuador de nuestra Misión sanitaria en Senegal.
Nos vamos a despedir con pena de Bandafassi. Nuestro campamento, muy básico, constituye un lujo por estos lares. Nuestras Marème, Hassanatou, reforzadas para la ocasión por Maimouna, nos han tratado, como siempre de maravilla. Hemos comido de lo que no se acostumbra en la zona, como pescado, lentejas o patatas fritas y siempre deliciosamente cocinado y preparado. Os vamos a echar de menos.
Para celebrar nuestra despedida de Bandafassi decidimos contratar un Dj local y montamos una improvisada discoteca en la puerta del campamento. Tenemos que retrasar el comienzo, debido a que en una casa vecina el imán de la mezquita está tratando de mediar en una pareja que está en trámites de divorcio, cosas que pasan en África, pero cuando obtenemos el permiso, la música comienza y el baile es una locura. Todo el pueblo acude y se forma una mezcla indiscriminada de toubabs y locales tratando de dar cada uno lo mejor de sí mismo.
Lo mejor son los más pequeños con un ritmo endiablado y unas ganas enormes de mostrar sus habilidades invaden el centro de los círculos mostrando el baile que llevan en sus venas. Ninguno de los nuestros se achanta y participamos, con menor fortuna, pero el mismo empeño, en el baile local. Tampoco nuestros enfermeros locales faltan a la cita mostrando una mezcla espectacular de ritmo africano y capacidad de organización europea.
Aquí tengo que cerrar este capítulo de la misión sanitaria porque nos pilla el cierre de boletín. El próximo será un número casi íntegramente dedicado a la misma con los informes de los técnicos y de sus experiencias.
EQUIPO ADULTOS
Médicos:
Manuel Iglesias Pin
Alba María Romeo Campos
EQUIPO PEDIATRÍA
Pediatras:
Carmen López Jiménez
Gema Marset Gomis
EQUIPO ENFERMERÍA
Enfermeras:
Cristina Relaño García,
Mar Cinjordis Ripollés
Sara Mengot de Castro
EQUIPO APOYO
Recogida datos informáticos:
Alfredo Rodriguez Plaza
Personal de apoyo:
Marina Iglesias Murias
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ATENDIDA
Según los datos del cuadro adjunto, las poblaciones con más demanda asistencial han sido las de Bandafassi y Dindefelo. Se han visitado casi 2.000 personas en un periodo de 10 días de consulta efectiva. Eso supone una media de casi 200 consultas diarias, lo que da una idea de la intensidad del trabajo desarrollado.
El equipo de pediatría estaba compuesto por dos pediatras y una enfermera de pediatría aunque las dos enfermeras de adultos han sido un apoyo indispensable y han ayudado a la atención de pacientes pediátricos durante la mayor parte del tiempo.
Nos organizamos de manera que la enfermera de pediatría, con ayuda de alguno de los enfermeros de Yakaar se encargaba del triaje, pesaba y tallaba a los niños, realizaba el test rápido de hemoglobina y media el perímetro braquial de todos los niños. Posteriormente había una persona encargada de introducir los datos de somatometría en un programa que nos calculaba los percentiles y desviaciones estándar, de esta manera era fácil identificar los casos de desnutrición y enviarlos al programa de desnutrición financiado por el gobierno de Senegal, era un enfermero local quien se encargaba de introducir a los pacientes en dicho programa. Tras el triaje los pacientes pasaban a la consulta donde las dos pediatras pasábamos visita de manera simultánea, ayudadas cada una de un traductor.
Veíamos aproximadamente unos 50 niños al día, las patologías más frecuentes eran la anemia y la desnutrición, sorprendía ver como los pacientes vivían de manera crónica con hemoglobinas alrededor de 5 mg/dl. También veíamos con frecuencia micosis superficiales, algunas de ellas muy extensas e inflamadas y patología de vía aérea superior.
En el consultorio de Bandafassi vimos varios casos de hematuria macroscópica en niños que habían estado juntos bañándose en el mismo río por lo que dedujimos que se trataba de casos de esquistosomiasis. A los pacientes con anemia y fiebre documentada les realizábamos un test de paludismo, vimos 3 casos positivos que fueron tratados con medicación oral que aportaban los enfermeros locales.
No era frecuente encontrar cuadros de bronquiolitis o broncoespasmo salvo en la región de Dindefelo, donde vimos notablemente más patología respiratoria incluido un broncoespasmo y una bronquiolitis graves, ambos precisaron de traslado urgente en ambulancia al hospital para administración de oxígeno, algo que en futuras misiones podría mejorarse disponiendo de oxígeno en la bombona de la ambulancia.
Vimos también patologías crónicas irreversibles, drepanocitosis, parálisis cerebral infantil, síndrome de Down… en esos casos nos limitamos a dar información a la familia y alguna ayuda económica o instrumentos como sillas de ruedas para facilitar su día a día. Mandamos al hospital algunos casos para estudio que continúan sin resol-verse, un niño con sospecha de cardiopatía (soplo cardiaco, fatiga con el ejercicio y SatO2 80-85%), un niño con deformidades y múltiples fracturas que se confirmaron con radiografías en el que se plantea el diagnóstico diferencial entre raquitismo congénito y osteogénesis imperfecta y un caso de debilidad muscular de cinturas con clínica de primera moto-neurona y otro de debilidad muscular distal que van a ser estudiados por un doctor en Dakar que está investigando casos de enfermedades neurológicas de posible origen genético. Atendimos también a un niño de 6 meses con un labio leporino con fisura palatina y una desnutrición severa, en este caso colocamos una sonda nasogástrica y lo mandamos al hospital regional de Kedougou con el programa del gobierno de nutrición para que le facilitaran una fórmula hipercalórica, intentaremos que sea intervenido cuando aumente de peso por alguna de las distintas ONGs que trabajan en la zona.
A los pacientes susceptibles de cirugía le tomábamos los datos para facilitarlos a la ONG de cirujanos que colabora con Yakaar. Las patologías más frecuentes eran hernias inguina-les y umbilicales de gran tamaño. Vimos también algunas tumora-ciones benignas, un caso de varices congénitas en manos que resultaba invalidante y un caso de glaucoma congénito con bastante pérdida de visión.
El equipo de enfermería de la misión de enero 2023 ha estado compuesto por Mar Cinjordis y Sara Mengot como enfermeras de adultos y Cristina Relaño como enfermera pediátrica. Hemos atendido pacientes en cuatro centros de salud, Thiabedji, Bandafassi, Dindefelo y Afia. En alguno de ellos fue necesario limpiar a fondo antes de iniciar nuestra tarea. En otros nos lo encontramos todo limpio y organizado gracias al equipo local que se iba adelantando. También reorganizamos y distribuimos el mobiliario existente para adaptarlo a nuestras necesidades. En todo momento contamos con la colaboración del personal de enfermería adscrito a cada centro de salud.
Inicialmente, empezamos con Mar y Sara en las curas y atención de enfermería a los adultos.
Cristina estaba con los niños para la toma de peso, talla, medida de perímetro braquial y test de hemoglobina, así como test de malaria cuando era pertinente. Unas horas después de empezar vimos que era necesaria la presencia de una enfermera en la sala de pediatría. A partir de ese momento Mar y Sara se fueron alternando en esa sala.
En los cuatro centros hemos atendido pacientes con heridas y lesiones de larga evolución, otros con enfermedades crónicas, niños desnutridos y adultos y niños con hemoglobinas muy bajas. Nos llamó pode-rosamente la atención como conviven y se adaptan a situaciones y valores no fisio-lógicos que en nuestro país serían impensables.
Como atenciones muy impactantes:
En Bandafassi atendimos a un lactante de 3 meses con labio leporino y 2 kg de peso. Le colocamos una sonda nasogástrica y enseñamos a la mamá a darle la leche con una jeringa.
En Dindefelo atendimos a un lactante en una situación respiratoria grave. Tuvimos dificultades para canalizar una vía venosa y poder administrarle la medicación necesaria. Echamos en falta una bolsa autoinflable y una mascarilla facial para poder ventilarle adecuadamente, así como un medidor de saturación pediátrico.
Resulta difícil atender situaciones compli-cadas o críticas en sitios donde no disponemos de los medios con los que contamos en nuestro entorno. En ocasiones hay que echar mano de la imaginación y para aplicar puff de aerosoles decidimos utilizar la parte superior de una botella de plástico forrada con esparadrapo. Vimos que les era más fácil aspirar la medicación que aplicando directamente la boquilla a la boca.
Hemos atendido pacientes con heridas de diversa consideración, algunas de larga evolución que no habían recibido tratamiento, incluyendo pie diabético, úlcera sacra por presión y heridas cortantes por cristal que requirieron suturas.
También hemos canalizado vías para la administración de analgésicos y antibióticos, así como algún tratamiento antipalúdico. En todas las consultas contábamos con la colaboración de los enfermeros formados con las becas de Yakaar África.
Durante todas nuestras actuaciones hemos aprovechado para dar consejos de higiene general, mantenimiento correcto de las curas para conseguir una buena evolución, etc. Nuestro objetivo ha sido enseñarles hábitos de higiene para que viesen la importancia y beneficios que conlleva su práctica para mejorar la calidad vida.
Tras comprobar que, tanto niños como adultos, tiraban al suelo todos los residuos decidimos poner carteles en el idioma local para recordar a los pacientes y visitantes que tiraran la basura en las papeleras y no en el suelo. Notamos una mejora en la limpieza después de la implementación de estos carteles.
En cuanto al material, hemos estado algo cortos de gasas y abocath para vías pediátricas, así como lancetas para la prueba de hemoglobina. Pensamos que sería conveniente tener una caja con material para emergencias, como bolsa autoinflable y mascarilla facial pediátrica y de adulto, agujas intraóseas y adrenalina.
Nos ha faltado tiempo para la organización de talleres de higiene bucodental, lavado de manos y limpieza en general para educar sobre la importancia de la higiene personal y la prevención de infeccio-nes. Así como de higiene postural, venían muchos adultos con molestias musculoes-queléticas que con medicación y una bue-na higiene postural estamos seguras que disminuirían.
El último día pudimos organizar todo el material sobrante en cajas realizando el inventario en cada una de ellas para que pudiera ser empleado en la siguiente misión sanitaria.
Tras esta espectacular experiencia, hemos sa-cado muchas ense-ñanzas tanto profesio-nales como personales que podrían resumirse sobre todo en un par de frases: “la actitud que tú tienes es la que tú quieres “y “lo esencial es invisible a los ojos”.
Gracias por tanto Yakaar y gente de País Bassari.
Esperamos volver a veros pronto.
EQUIPO ADULTOS
Médicos:
Pilar Sánchez Sánchez
Elena Viudas Sainz
EQUIPO PEDIATRÍA
Pediatras:
Alba Cayuela Hernández
María Tornero Hernández
EQUIPO ENFERMERÍA
Enfermeras:
Amparo Ramón Beltrán
Mayte Sánchez Biosca
Lia Soriano Sanmartín
FISIOTERAPIA
María Álvarez Cerezo
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ATENDIDA
Durante la misión se han realizado algunos talleres de fisioterapia para la población.
Se han instalado consultas en los poblados de Seleky, Carabane, Djivente y Diakane, así como en el orfanato de Oussouye con los siguientes resultados:
El programa de esta nueva misión eran los poblados de Séléki, Carabane, Djivente y Diakène Diola en el área de La Casamance.
Después de que nuestro avión saliera con un día de retraso y de un viaje de 12 horas pasando por Gambia, llegamos a nuestro alojamiento en Séléki, el primer poblado donde comenzamos a trabajar al día siguiente. Se trataba de un campamento solidario de construcción típica de la zona con adobe y madera con mucho encanto.
En Séléki entramos en contacto con los pacientes en el Posté de Santé. Estos son los puestos primarios de atención al paciente, lo que equivaldría en España a los centros de salud, pero dotados de enfermería pagada por el Estado, matrona, y a veces por auxiliar de farmacia. La atención sanitaria en Senegal no es gratuita, cobrando el enfermero lo que equivaldría a medio euro la consulta que es destinado a matrona y auxiliares que le ayudan a la atención sanitaria. La medicación también se paga en su totalidad, lo que hace difícil el correcto cumplimiento de tratamientos crónicos.
Todos los puestos de salud se caracterizan por la falta de mantenimiento de sus instalaciones, pintura, goteras… y llenos de carteles de campañas sanitarias que tal vez nadie haya leído.
En todos los centros tuvimos que adaptar el lugar: traer mesas, sillas, poner cortinas. Pues nos faltaban consultas para trabajar para todos los componentes del equipo.
La diferencia en Séléki con respecto al resto de poblados es que hicimos visitas a domicilio de pacientes que no podían desplazarse al centro habilitado, algunos ya diagnosticados en el hospital, patología ocular más crónica y también la asistencia urgente a un joven de un accidente de moto. La impresión posterior es que los pacientes tenían peor salud que en otras comunidades.
El segundo poblado donde ayudamos fue en la Isla Carabane, isla de Senegal muy turística. Aquí encontramos el mejor Poste de Santé y menor patología grave. Las consultas seguían siendo las mismas: dolores, molestias oculares, digesti-vos…etc. También fuimos a visitar a dos ancianas con úlceras crónicas que no supimos diagnosticar, una de ellas con alta sospecha clínica de leishmania cutánea
Posteriormente, nos fuimos a la ciudad de Oussouye, donde nos desplazamos a los últimos poblados. El centro más pequeño que hallamos fue en Djivente, donde a veces la entrevista clínica era difícil por el ruido ambiental. Allí se unió a nosotros José María con sus acompañantes que venían del País Bassari a mostrarles los proyectos de Yakaar.
El día siguiente lo tuvimos libre, cosa que agradecimos, para ir a la playa y compras en Cap Skirring. La siguiente comunidad fue Diakène Diola con la que acabamos nuestro trabajo y donde atendimos las mismas patologías crónicas y agudas:
Dolores osteomusculares por el duro trabajo que realizan. María, nuestra compañera fisioterapeuta, hizo dos talleres para prevención de lumbalgia pues se vio la necesidad, pero hubo problemas al impartirlos mujeres y hombres al mismo tiempo.
Problemas oculares, como pterigión y cataratas derivadas del sol.
Molestias digestivas, derivadas por la alimentación y parásitos.
Dermatológicas, sobre todo heridas infectadas y micosis.
Dentales, por caries y flemones.
Enfermedades crónicas como hiper-tensión arterial y menos diabetes mellitus. Con la insatisfacción de no poder tratar nada más que en ese mes.
Como no era época de lluvias no diagnosticamos ningún caso de malaria ni de diarreas típicas de la esa estación.
Tampoco atendimos demasiadas consultas urgentes. En muchas ocasiones, utilizamos la ecografía para descartar gravedad.
Recogimos casos de hernias, quistes y cataratas susceptibles de intervención qui-rúrgica para las cirugías de Yakaar.
Los casos que no estaban diagnosticados y creímos importantes: síncopes de repetición en una paciente, tos y fiebre prolongada, pérdida de peso …etc. lo comunicamos a la enfermera del Poste de Santé asumiendo la ONG su coste económico
Características de las demandas de atención de los pacientes:
Son muchas las dolencias que el mismo paciente consulta, casi todas crónicas sin signos de gravedad, por lo que nuestra función fue de racionalizar y quitar miedos. Hicimos hincapié en la educación sanitaria individual, dieta en pacientes diabéticos, la importancia de hidratarse y cubrirse del sol, la necesidad de ejercicios de rehabilitación en pacientes con alguna paresia y una breve explicación de ejercicios para la lumbalgia o dolores de hombro.
Algunos síntomas están relacionados con rituales y toma de vino de palma. Recal-car que resulta importante valorar a los pacientes conjuntamente con enfermería responsable del Poste de Santé, para entender ciertas costumbres derivadas de las creencias de la población local.
Cada vez hay más patologías más occidentales, ansiedad, por ejemplo.
Los diagnósticos en muchas ocasiones son de sospecha por carecer de pruebas complementarias.
La entrevista es por medio de traductores, lo que conlleva mayor dificultad de comprensión al paciente.
Como conclusión, después de nuestra corta experiencia, como compromiso a la ONG Yakaar África y con ayuda de la veterana Isabel Chacón hemos propuesto aportar unas anotaciones útiles que complementarán al documento existente para las próximas misiones sanitarias.
Desde el punto de vista de la asistencia sanitaria a la población pediátrica, por la información que habíamos recibido por las experiencias de anteriores misiones, nos planteamos 3 objetivos a cumplir: realizar una revisión integral del niño sano con la patología banal habitual y la característica de la zona, realizar screening de anemia y desnutrición y, por último, identificar aquellos casos de pacientes que se podrían beneficiar de una potencial cirugía que pudiera ser sufragada por la asociación.
En cuanto al primer objetivo, nos llamó la atención que atendimos a muchos niños con infecciones parasitarias que no son tan frecuentes en nuestra práctica clínica habitual, de manera que nos tuvimos que familiarizar con la medicación que es necesaria para tratarlas. Por otra parte, también cabe destacar que debido a las condiciones higiénicas en las que viven, las infecciones cutáneas que en nuestro medio suelen autolimitarse o resolverse con tratamiento antibiótico tópico, en África suelen desarrollarse más extensamente y se sobre-infectan con más facilidad, por lo que nos vimos obligadas en muchas ocasiones a administrar antibioterapia oral.
En estos casos, aprovechamos para intentar concienciar a la familia de la importancia de mantener lo más integra posible le piel para evitar complicaciones.
Para la revisión del niño sano nos fue muy útil tener acceso al ecógrafo, no obstante, la sonda de la que disponíamos no nos permitía ver adecuadamente el corazón, lo cual nos hubiera ayudado mucho a la hora de valorar los soplos cardíacos.
En segundo lugar, en cuanto a la anemia y la malnutrición tenemos la sensación general de que la zona en la que ofrecimos asistencia sanitaria la tasa de malnutrición es muy inferior a otras regiones del país, debido fundamentalmente a la alimentación, ya que tienen mayor acceso a la proteína del pescado y recientemente a la introducción de las mejoras en la agricultura. En ningún caso se registró una medida de la circunferencia del brazo superior patológica, y en cuanto a la anemia, las que identificamos fueron todas leves, por lo que con tratamiento con hierro oral fue suficiente. Dentro del grupo de poblados, la zona de Diakane fue aquella en la que las cifras de hemoglobina fueron más bajas.
La patología potencialmente quirúrgica más frecuente fue la hernia umbilical, enviamos un total de 15 pacientes para ser revisados por el equipo quirúrgico. En nuestra experiencia, solo mandamos otro niño para que fuera evaluado en el hospital para valorar exploraciones complementarias debido a una coxalgia de unos meses de evolución con impotencia funcional que ha sido diagnosticado de enfermedad de Perthes. Este caso nos marcó mucho a nivel personal porque somos conscientes que el manejo en otro medio hubiera sido diferente y podría haberse ofrecido una solución de forma más precoz para evitar secuelas que probablemente tenga de por vida.
Comentar también el caso de una recién nacida de tres días de vida que atendimos en la isla de Carabane. La madre acudía por problemas de lactancia y, con ayuda de nuestras enfermeras expertas en el ámbito de la neonatología y la lactancia materna,
vimos que apenas tenía reflejo de succión y no sé cogía bien al pecho. Además la niña tenía rasgos dismorficos e hipotonía generalizada, lo que nos hizo sospechar síndrome de Down. Nuestras enfermeras explicaron a la madre cómo, con ayuda de jeringas, podía extraerse leche y dársela a la recién nacida. Este caso lo atendimos en nuestro último día en Carabane y nos seguimos preguntando cuál habrá sido la evolución de la pequeña y si habrán conse-guido una adecuada alimen-tación.
Aunque la experiencia es maravillosa, es una pena no poder hacer un seguimiento más extenso de algunos pacientes.
Por último, no hubo ningún caso de extrema gravedad que precisara de atención sanitaria avanzada.
COSAS A MEJORAR :
Aumentar el numero de poblados a los que ofrecemos asistencia, ya que había momentos en los que podríamos haber visto a más pacientes.
Obviar o reducir algunos medicamentos que no hemos utilizado (ciprofloxacino, azitromicina…).
Intentar conseguir una bala de oxígeno por si hubiera alguna urgencia.
Intentar conseguir una sonda de ecógrafo más pequeña.
En la consulta de enfermería se recogen datos de los niños menores de 14 años (talla, peso y temperatura). En los menores de 5 años se añade hemoglobina y MUAC. En cuanto al estado nutricional infantil se observan hemoglobinas no inferiores a 9,5 g/dl y MUAC no inferior a 12cm.
Se realizan curas de heridas inciso-contusas, erosiones, úlceras y una importante cura de gangrena en miembro inferior.
Vendajes para patología venosa y esguinces.
También se procede al reparto de gafas de cerca de diferentes graduaciones.
Se realizan varios talleres de fisioterapia para la población:
Taller de ejercicios respiratorios e hipopresivos, escuela de espalda, ergonomía en las actividades de la vida diaria.
Tratamientos personalizados de distintas patologías. En adultos, enfermedades neuromusculares como hemiplegias, lesiones musculares y articulares y en pediatría, alteraciones del desarrollo psicomotor con enseñanza a los padres de ejercicicios para seguimiento.
En las consultas se administra medicación oral e inhalada y se explica el uso de cámara de inhalación.
En aras de la salud para todos, Yakaar África consi-deró necesario organizar una misión sanitaria al sur del país para prestar apoyo a la población local. Un gesto verdaderamente saludable y humanitario para permitir que las poblaciones vulnerables se beneficien de la atención sanitaria primaria y tengan la oportunidad, una vez en la vida, de conocer a un médico como las pobla-ciones de las ciudades. Como cada año, después de la misión hay casos que seguir en los hospitales de la región. En este contexto me encargaron hacer el seguimiento de los pacien-tes, asegurar su desplaza-miento, pagar los medica-mentos y las pruebas e intervenciones quirúrgicas.
Entre estos pacientes figuran :
Khady
Irman Basséne.
Thiérno
Jeanne Natalie Badji
Patrick Basséne
Safiétou Diatta
Lamine Keita
Jean Pierre Dieng
En el caso de Khady, de Boucoute, tiene un problema de bocio en el cuello, al igual que Irman Basséne, de Diakène, por lo que en ambos casos sus médicos les recomendaron tratamiento en lugar de cirugía. Thierno, de Oussouye, tiene un problema de audición en el oído izquierdo. Le pagamos la audiometría y el médico nos pidió que le hiciéramos varias pruebas para averiguar cuál era el verdadero problema.
Jeanne N Badji, de Oussouye. Tiene dolores abdominales le hicieron una ecografía y, tras los resultados, el médico le recetó un medicamento que ya he pagado.
Patrick Bassene, de Séléky, es un joven discapacitado que desgraciadamente está postrado en una cama. Decidimos pagar la entrega de una silla de ruedas en su casa, en su pueblo natal de Séléky, y la foto lo demuestra.
Safiétou Diatta, de Carabane, va a ser operada, pero antes de la operación su médico le recomendó que se hiciera algunas pruebas y vacunas, así como una receta y el procedimiento para su operación, que nosotros pagamos. Por lo que a ella respecta, todo está en orden y pronto se programará su operación.
Lamine Keita se encuentra actualmente en Ziguinchor y figura en el expediente del año pasado. Está previsto que le operen del quiste que tiene junto a la oreja. El otorrino mayor le ha pedido pruebas e inyecciones antes de la operación. Finalmente, su caso se ha resuelto y lo agradece en su propio nombre.
Jean P Dieng, que tiene un problema de vista (cataratas) en el ojo derecho desde el año pasado, acudió de nuevo este año para aprovechar la generosidad de Yakaar África. El oftalmólogo le pidió que se sometiera a pruebas antes de la operación. La operación ya está programada en el hospital regional de Ziguinchor.
En definitiva, podemos decir que estos pacientes se han beneficiado del apoyo económico de la familia Yakaar África, personas humanistas y sociales que no han escatimado esfuerzos para garantizar la atención de estas personas necesitadas.
Desde mi punto de vista, todas las intervenciones quirúrgicas, las recetas, los análisis y el transporte son muy caros. Pero Yakaar África, como su nombre indica, da esperanza a personas de familias humildes. Como hice mis prácticas como vendedor de farmacia (I.B) en Bamako, me resultó más fácil hacer el seguimiento en el Hôpital de la Paix de los que habían recibido tratamiento allí.
Doy las gracias en como antiguo alumno de Yakaar África de la especialidad de delega-ción médica en nombre de los beneficiarios por un mundo mucho más justo en el campo de la Salud, preparando el futuro con estudiantes como nosotros, enviados a estudiar en sectores normalmente reservados para la clase rica, muchas gracias por todo.