“¿Quién escucha esta llamada?”

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Cómo la criatura es llamada por la Divina Voluntad


Vol. 30-27 (1-2); abril 23, 1932

“¿Quién escucha esta llamada?”



Mi abandono en el Fiat Divino continúa, siento su llamada en todos sus actos, esto es, en el cielo, en el sol, en el mar, en el viento, en los actos que hizo en la Redención, porque no hay cosa que exista, que del Querer Divino no haya salido, y me llama para decirme: “Todo lo he hecho para ti, ven a gozar y a poseer todo lo que con tanto amor he creado para ti, no te vuelvas extraña de todo lo que a ti pertenece, no dejes aisladas y desiertas nuestras y tus posesiones, ven y haz resonar tu voz, a fin de que resuene en todas nuestras cosas creadas, haznos oír el dulce pisar de tus pasos, la soledad nos abruma, la compañía nos pone en fiesta y nos da las dulces sorpresas de las alegrías que nos puede dar nuestra amada criatura”. Pero mientras mi mente giraba en sus obras, mi siempre amable Jesús, visitando mi pobre alma, todo ternura me ha dicho:


“Hija bendita de mi Querer, como todas las cosas creadas fueron hechas para las criaturas, en cada una de ellas mi Divina Voluntad se quedaba para llamarlas, porque no quería quedar sola, sino que quería a aquélla por la cual las cosas fueron hechas, para darle los derechos sobre ellas, y así no quedar defraudada en su finalidad por la cual las había creado. Ahora, ¿quién escucha esta llamada? Quien posee mi Voluntad como vida. El eco de mi Voluntad que está en las cosas creadas forma el mismo eco en el alma que la posee, y entre sus mismos brazos la lleva donde mi Querer la llama, y como tiene sus derechos dados por Mí, si ella ama, todas las cosas creadas dicen amor; si adora, dicen adoración; si agradece, dicen agradecimientos, de modo que se ve moverse en el cielo, en el sol, en el mar, en el viento, en todo, aun en el pequeño pajarito que canta, el amor, la adoración, el agradecimiento de la criatura que posee mi Divina Voluntad, cómo es basto el amor y todo lo que puede hacer y decir, Cielos y tierra están en su poder.

Pero esto es nada todavía, tú debes saber que el alma que posee mi Divina Voluntad, en su acto entra su Omnipotencia divina y potencia verdadera, lo que significa difundirse en todos y todo, llamar a todos en aquel acto, con su imperio hacerse sentir por todos, llamar la atención de todos, de modo que sienten la potencia obrante de mi Fiat en el acto de la criatura, porque puedo llamarlo no acto suyo, sino mío, y quien se encuentra en posesión de Él, como son los ángeles, los santos, la Creación, sienten correr una vena de su potencia y se ponen todos atentos para recibirla, e inclinándose adoran, agradecen, aman la Divina Voluntad obrante.

Un acto de Ella es la cosa más grande, más bella para todo el Cielo y para toda la tierra; un acto suyo, como posee potencia completa, tanto si obra en el acto humano, como si obra solo, puede llevar innovaciones, transformaciones sobre todo y hacer resurgir cosas nuevas, que antes no existían.

Así que un acto en mi Divina Voluntad toma lugar en el orden divino, y con su imperio potente impera sobre todos, impera con su amor atrayente, con su belleza raptora, con sus alegrías y dulzuras infinitas, es un acto que encierra el conjunto de todo, y aquellos que no sienten lo bello de él están obligados a sentir el peso de la justicia divina sobre ellos, pero todos sentirán el toque de la potencia de un acto de mi Voluntad, ninguno será excluido.

Y sólo estos actos se alinean para dar continuo homenaje a Dios mismo, porque los que más dan gloria a Dios y homenaje continuo, son los actos hechos en el Fiat, porque son actos hechos por Dios mismo, y toman parte en su acto incesante”.

 Fiat Divina Voluntad