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Asesorías y comunicación escrita
La comunidad CIDE tiene características de una comunidad de aprendizaje virtual, en el sentido que nuestra comunicación, luego de aquella que tiene lugar durante los encuentros cara a cara que nosotros denominamos reuniones de socialización y que en el PBL se denominan reuniones de discusión grupal, se hace primordialmente por medio de correo electrónico y otros medios de comunicación en los que se utiliza la plataforma tecnológica, entre ellos las redes sociales y otras formas de comunicación (Messenger®, Facebook®, Twitter®, etc.).
Partiendo de que el objetivo de nuestra formación como intelectuales en ciencia es aprender a leer y a escribir y que la meta inicial es alcanzar a escribir un millón de palabras para nuestra formación como doctores en ciencias, es conveniente que se establezca una posición sobre la comunicación escrita que compartimos entre nuestros pares y con nuestros asesores.
Se ha sugerido que todos los estudiantes deben tener al menos dos asesorías con al menos dos asesores diferentes cada mes, y siempre es conveniente que esas reuniones privadas entre asesor y estudiante se lleven a cabo cara a cara, aprovechando la presencia de los asesores que asisten a las reuniones de socialización, sin embargo, esto no siempre es posible, por lo que una opción para mantener el contacto con nuestros compañeros y con los asesores es el uso del correo electrónico para hacerles llegar las dudas o planteamientos que permitan establecer criterios y formas de proceder conjuntas, con la opinión de asesores y estudiantes.
Sin embargo, en la práctica, a pesar de que a muchos de los estudiantes les queda claro cuál es la función de las llamadas “redes sociales” que tiene su base en la Internet y que el interés de sus propietarios es obviamente el manejo de la percepción colectiva y el seguimiento de ésta mediante el monitoreo continuo de las conversaciones de los participantes. Y aun cuando los correos electrónicos tampoco están exentos de este monitoreo, deben establecerse diferencias entre estos tipos de comunicación:
Primero: recuérdese que los principios de la comunicación científica se establecen en la comunicación epistolar mantenida entre sabios y eruditos antes de que se llegara a las convenciones que dieron origen a las revistas científicas y a los ladrillos que conforman el edifico del conocimiento científico, es decir a los artículos científicos.
Segundo: Una comunicación en forma de un correo electrónico debe considerar el formato formal de una carta, de manera que quien elabora un correo electrónico debe conocer la teoría que existe alrededor este medio de comunicación.
Tercero: La comunicación por mensajes de texto en los teléfonos celulares (MSN), el denominado “Chat”, escribir en el muro de Facebook®, los “inbox”, el Twitter®, etc, generalmente consta de sólo una frase o una palabra y comúnmente tiende a modificar el lenguaje incluyendo convenciones compartidas por el vulgo para simplificar las formas de escribir, que no están reconocidas por la academia de la lengua (Real Academia del Español en nuestro caso) y que tienden a simplificar nuestra forma de pensar, es decir lo opuesto a los dos preceptos fundamentales del proyecto CIDE y del Método Arenas: El tránsito del lenguaje vulgar al lenguaje científico y el desarrollo del pensamiento crítico.
Cuarto: Una de las deficiencias que nos mantienen anclados en donde estamos es la incapacidad para hilar un discurso coherente y otra carencia es la de poder escribir hilando de manera lógica unas cuantas frases u oraciones, lo que denota nuestra falta de lectura sobre la teoría del párrafo, entre otras deficiencias.
Quinto: Si nuestro objetivo es aprender a escribir y si nuestra meta es llegar a escribir un millón de palabras para transitar del pensamiento vulgar al pensamiento científico y al desarrollo de las competencias de un trabajador intelectual y se ha sugerido que esto se puede hacer en un periodo de 1000 días, lo lógico sería empezar a trabajar escribiendo 1000 palabras por día. Si de estas mil palabras que tenemos por tarea diaria, escribimos 10 fichas de trabajo con un promedio de 40 palabras por ficha, estaremos aportándole un 40% a nuestra tarea, si utilizamos cada día otras 300 palabras para comunicarnos con nuestros asesores y con nuestros pares, ya habremos logrado un 70% de la tarea diaria y si colocamos en nuestro cuaderno de bitácora otras 300 palabras al final del día, entonces estamos en el camino para obtener el grado de doctor en ciencias en los próximo mil días.
Y así, si nos comunicamos con nuestros asesores utilizando el formato de la carta formal, que ya era útil desde hace más 500 años, tendremos la perspectiva de estar escribiendo para construir nuestro discurso y para aprender a defender nuestros puntos de vista, a la vez que estamos registrando nuestra forma de pensar, y eso a su vez se convierte en un elemento de autoevaluación, ya que tendremos la posibilidad de saber cómo escribíamos antes de conocer la teoría de la comunicación epistolar, cómo pensábamos en relación con nuestro objetos de estudios en cada una de la etapas de su construcción y así darnos cuenta de nuestro crecimiento o falta de éste.
Por ello vale la pena que nos detengamos ahora y vayamos a observar la bandeja o carpeta de “mensajes enviados” en nuestro buzón de correo (es siempre recomendable utilizar un servicio de correos que permita el almacenamiento de éstos, como es el caso de Gmail®) o bien aprender a administrar su servicio de correo utilizando las herramientas que permitan un archivo adecuado de todo lo que entra a su buzón y lo que usted envía desde el mismo.
Y a partir del análisis de nuestro buzón de correos responder a las preguntas:
¿Cuántos mensajes de correo electrónico envía usted por año?
¿Cuántos mensajes de correo electrónico recibe usted por año?
¿Cuántas palabras en promedio utiliza para elaborar un mensaje de correo electrónico?
¿Cuántas palabras ha escrito en sus mensajes de correo electrónico desde que inició su formación?
¿A cuántas palabras por día equivale el número de palabras que ha escrito en sus mensajes?
¿Cuántas asesorías ha recibido por medio del correo electrónico?
¿Con cuántos asesores se ha comunicado por ese medio?
Salud y éxitos
Joel