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Integración de la autoría en la tesis y de los artículos por publicar
La integración de la responsabilidad por la publicación de un artículo científico provee indicaciones de la estructura social del conocimiento (ver “Los números del CIDE 7 y 10) pero también puede dar evidencia de las desviaciones y conductas axiológicamente indeseables que se pueden encontrar en esa breve sección del documento publicado, que generalmente tienen inicio en la estructuración de los créditos que se hace en el documentos de tesis y que tiene que ver con los sistemas de premios que se han constituido en los ámbitos de la educación y la investigación en algunos países como México.
Se conocen historias de investigadores que poseen un alto reconocimiento en el mundo científico y que parte del mismo se debe al accidente de tener un apellido que inicia con la letra “A” del alfabeto, los cuales al ser “propietarios” de un laboratorio de investigación, impusieron la política de que “todas las publicaciones surgidas de ese laboratorio incluirán a todos los participantes y el orden de los autores se colocará de acuerdo con el orden alfabético de su apellido”. Como efecto de políticas como esta, se conocen historias de investigadores que cambiaron de manera legal su apellido para que éste iniciara con “Aa” y de esa manera lograr el reconocimiento social que conlleva ser el primer autor de las publicaciones en el mundo científico (leer por ejemplo la novela: El dilema de Cantor de Carl Djerassi. FCE. 1997).
Las presiones por “publicar o perecer” o por conseguir los beneficios económicos de los sistemas que se han creado en las universidades y los sistemas de investigaciones nacionales, como el caso del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en México (http://www.conacyt.mx/Paginas/default.aspx) que por medio del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) (http://www.conacyt.mx/SNI/Paginas/default.aspx) promueve la competencia por aparecer como autor o como director de tesis ya que esto significa “puntos” y los “puntos” se pueden convertir en dinero, al canjearlos en las ventanillas del sistema.
Los mismos ocurre en el ámbito de la universidades, donde los “Programas de estímulos al Desempeño Académico”, diferentes programas y tipos de becas al interior de las universidades, que reciben nombres como Beca al desempeño Académico (BEDA) y otros programas de índole nacional como el Programa de Mejoramiento Del Profesorado (PROMEP) (http://promep.sep.gob.mx) de la Secretaría de Educación Pública Federal (SEP) y como parte de éste la conformación de grupos a los que se denominan “Cuerpos Académicos” (http://promep.sep.gob.mx/cuerpos.html) han dado origen a historias que se escuchan en pasillos de universidades e instituciones de investigación en este país y que reflejan la falta de consciencia que priva entre algunos de los miembros de estos sistemas, en relación con la teoría y fundamentos de las reglas para la elaboración de la lista de los autores que aparecen como responsables en una publicación, o como director o “co-director” en las tesis de grado, estas historias que reflejan falta de lectura de la teoría sobre la designación de la autoría, cuando no una conducta inapropiada o falta de consciencia en este punto, por ejemplo:
a) Son muchas las historias que se cuentan sobre biólogos de campo, conservacionistas, agrónomos, veterinarios y otros profesionistas y no profesionales que hacen el trabajo de campo, como por ejemplo la toma de muestras y a veces las tareas de laboratorio a investigadores reconocidos en el ámbito internacional. Esto se ha vuelto una experiencia común en el mundo de la ciencia en países con economías en desarrollo como México, en estos casos sucede de seguido que quienes aportaron esos datos, que son la base de para elaborar la sección de resultados de las publicaciones, no reciben ningún crédito en los documentos que se generan a partir de su trabajo y que seguido conllevan a descubrimientos científicos o incluso a registros de patentes.
b) Otras historias por el contrario, señalan la incorporación en la autoría de compañeros o estudiantes tutorados por reconocidos miembros del SNI, quienes cuentan como algo muy natural y lógico relatos como “Hice un libro y coloqué el nombre de mi compañero de cuerpo académico como autor para que no lo sacaran del SNI porque yo ocupaba menos puntos que él”.
c) En otros casos se escucha de investigadores que incluyen a sus amigos, familiares, o compañeros de cubículo como autores en sus publicaciones sin que éstos hayan participado en ningún ámbito de la investigación que les dio origen, por ejemplo “Anoté en la lista de autores a mi compañero(a) de cubículo aunque no participó en el trabajo, pero como pertenecemos al mismo “cuerpo académico” sabemos que es requisito para que nuestro “cuerpo académico” siga recibiendo apoyos económicos el hacer publicaciones conjuntas”. Esto es el equivalente al antiguo y siempre presente en los sistemas de simulación que se conoce como “Tip for tap” o “apúntame en tu trabajo y luego yo te apunto en el mío”.
d) Otras historias señalan la omisión de la autoría de investigadores que sí tuvieron participación en algún aspecto de la investigación y que consideran desde un punto de vista meramente ético, que deberían por ello ser parte de la lista de responsables del trabajo publicado, por ejemplo: “Al doctor que me apoyó en la construcción de la idea no lo anoté porque no es miembro del SNI, ni requiere de puntos para las becas al desempeño académico que otorgan las universidades, porque no pertenece a esos sistemas”.
e) Por otra parte hay historias más frecuentes de lo que se podría esperar, en donde los investigadores noveles “anotan” como autor a su tutor o director de tesis, tanto en el trabajo que publican a partir de los resultados que se generaron en la elaboración de su tesis de grado, como en trabajos realizados después del trabajo de tesis y que no tienen que ver con esa investigación inicial, y muchas veces lo hacen sin el consentimiento del investigador involucrado, esto es más común en las comunicaciones que se envían a congresos y en las que se remiten a revistas cuyos comités editoriales no exigen una carta de aceptación de la responsabilidad por cada uno de los autores que firman el documento a publicar.
f) Otros investigadores principiantes se preguntan ¿hasta cuándo debo seguir considerando como autor en mis publicaciones a mi tutor o asesor de tesis? ¿Hasta dónde llega mi obligación con el que fue o los que fueron mis asesores en mi proceso de formación como estudiante de posgrado?
g) Otros egresados de programas de posgrado anotan en la lista de autores a su asesor “favorito” y luego le reclaman que gracias a los trabajos de ese estudiante o graduado, el asesor tiene publicaciones, que no habría logrado con sus propios trabajos de investigación, de no ser por el estudiante.
h) Por su parte algunos asesores, al recibir una tesis para su lectura y revisión crítica, como parte del comité editorial de la misma, abrigan la esperanza de que por ese hecho, su nombre aparezca en los primeros lugares del orden de prelación en la lista de quienes participaron en la formación del estudiante. Y algunas veces también mantienen el anhelo de aparecer en la lista de autores de los artículos que de ese trabajo se originen, esperanza que se agranda aún más cuando reciben el manuscrito de un artículo para su lectura.
En fin, todas estas historias y muchas otras que habremos escuchado, hacen ver que un asunto que tiene en apariencia una sencillez obvia, se convierte en una cuestión complicada que puede llevar a la pérdida de amistades o a participar en conductas inapropiadas para un científico, que pueden afectar el prestigio de un investigador cuando éste apenas empieza su carrera, es decir desde que elabora sin las bases teóricas adecuadas la sección de preludio, lista de asesores en orden de prelación, prefacio, y agradecimientos de su tesis, y luego en el envío de sus primeros trabajos a congresos nacionales e internacionales y a revistas científicas.
Este asunto humano, meramente cuantitativo, tiende a ser fuente de confusión cuando se mezclan con él elementos emocionales y cuando se deja a la memoria el registro de cada uno de los pasos que se siguen en la formación de un estudiante de posgrado, lo que refleja simplemente ignorancia, que es un sinónimo de inconciencia, por ejemplo, en los proyectos educativos que se basan en el método Arenas para la formación de científicos, se otorga la oportunidad a los estudiantes, para que en la parte inicial de su documento de tesis de grado, seguida de la página legal o página de firmas, se incluyan una relación de los asesores del CIDE en orden de prelación, es decir con base en la influencia que tuvieron en la formación del estudiante responsable de la tesis, el tiempo que le dedicaron a apoyar al estudiante en la solución de sus problemas, etc., y es en esta relación donde empiezan a observarse las lagunas en la memoria y la falta de elementos de registro, básicamente del cuaderno de bitácora (ver Los números del CIDE 20).
La elaboración de la lista de autores responsables de la tesis y de las publicaciones que de ella surjan, así como la relación de personas e instituciones que se incluirá en la sección e agradecimientos, como cada una de las partes de los documentos científicos obedece a una teoría que se ha desarrollado a la par del desarrollo que ha tenido la comunicación científica, al menos en los últimos 350 años.
En este largo recorrido histórico se pueden encontrar básicamente dos tipos de conductas desviadas con relación a la asignación de la autoría, la primera consiste en firmar como autor de un artículo sin serlo, (con o sin conocimiento de ello o por haber sido “anotado por el autor principal u otro autor”) y la segunda es aquella que se origina al omitir de la autoría y del proceso de producción del manuscrito a quienes participaron como tales en la investigación.
Algunos documentos al respecto, señalan que sólo debe ser considerado como autor a aquel investigador que pueda dar evidencia escrita de cuatro aspectos fundamentales de la investigación:
a) Que ha participado y otorgado el visto bueno al protocolo de investigación del que se desprende el trabajo.
b) Que conoce el proceso de análisis de los datos generados en la investigación.
c) Que avala los resultados por haber estado pendiente del proceso para obtenerlos.
d) Que apoyan las conclusiones a las que se llega en el escrito.
La asignación de los autores, inicia desde el momento en que el investigador empieza su formación como tal, en el punto en que está construyendo la idea que dará origen a su protocolo de investigación, por ello el papel que juega La libreta de bitácora que se elabora durante el proceso de formación del investigador es muy importante, ya que la memoria siempre suele ser malagradecida. La mayor parte de los que escriben sobre la integración de la autoría coinciden en que debe establecerse un acuerdo temprano de la participación en esta sección del artículo, y eso es algo lógico cuando se trata de investigadores maduros, pero cuando se trata de novatos, que al inicio de su formación tienen poca claridad sobre lo que se logrará y sobre el producto a publicar o registrar, es común que las peleas por ocupar un lugar en la portada del manuscrito echen a perder el espíritu de colaboración.
Existe abundante información sobre este tema en las principales revistas multidisciplinarias de mundo científico, por ejemplo en Nature y Science, en éstas de manera general se recomienda que al comenzar el trabajo en equipo, los participantes establezcan, mediante un proceso de negociación, una política concreta con respeto a las publicaciones.
En el caso de muchos estudiantes de posgrado, al empezar a generar la idea no tienen consciencia de lo que construirán en el futuro, toman esta recomendación como algo que se deberá hacer cuando se tenga un planteamiento específico de protocolo de investigación, es por ello, que generalmente toman en consideración para la asignación de la autoría, a los individuos que los apoyaron durante la fase final de su formación, esto ocurre comúnmente en la fase del desarrollo experimental, etapa que casi siempre dura menos de 100 días, sin tomar en cuenta a sus pares y asesores que los apoyaron en el proceso de maduración de la idea que tiene por producto final el protocolo de investigación cuyo proceso generalmente puede tener una duración de alrededor de 1000 días.
En la revista Nature, y otras revistas de alto prestigio entre la comunidad científica se establece como política añadir en cada artículo una lista completa de la contribución específica de cada autor, para ello proporciona algunos ejemplos disponibles en la página: http://blogs.nature.com/nautilus/2007/10/accountability_of_authors.html (consultada el 25 de octubre de 2011), y de la página: http://www.nature.com/authors/policies/authorship.html (consultada el 26 de octubre de 2011) que se refiere a las políticas para designación de la autoría, como parte de las instrucciones para los autores que aspiran a publicar en esa revista, la guía completa se puede obtener en formato PDF acudiendo a: http://www.nature.com/authors/gta.pdf. Mientras que en la liga: http://blogs.nature.com/nautilus/2007/11/post_12.html (consultada el 25 de octubre de 2011) se pueden encontrar ejemplos de cómo se establece la asignación de la autoría con referencia a la edición de la revista Nature (1 Noviembre de 2007), entre ellos:
Ejemplo 1: Se señala: El primer autor (se colocan las iniciales del autor, en este caso SHC) diseñó y desarrolló los experimentos, realizó el análisis de los datos y escribió la primera versión del artículo. Los siguientes tres autores (en este caso N.C., M.T. and J.M.G) participaron en el diseño y desarrollo experimental. El cuarto autor (de iniciales C.I.B). Participó en el diseño experimental, realizó el diseño experimental y participó en la elaboración (escritura) del artículo.
Ejemplo 2: El primer autor (P.J.M.) junto con el Segundo (A.H.) concibieron el estudio (desarrollaron la idea), diseñaron e implementaron el modelo de simulación y prepararon el manuscrito, crearon el modelo analítico. El tercer autor (H.J.E) contribuyó al desarrollo de modelo analítico, describió el modelo y tuvo a cargo la implementación del modelo de simulación estocástico, supervisó su análisis y editó el manuscrito.
Ejemplo 3: El primero y segundo autores (T.J. y U.H.v.A.) diseñaron el estudio (concibieron la idea). El primer autor (T.J.) junto con el tercero al quinto autores (E.A.M., M.I., S.M. y P.A.L. desarrollaron los experimentos. El primer autor (T.J) junto con E.A.M., M.I. y S.M. colectaron y analizaron los datos. Los siguientes colaboradores (M.B., K.F., N.C.D.P., D.M.S., N.v.R. y S.P.W.) proporcionaron los reactivos y ratones de laboratorio. Por su parte; Tanto el primer autor (T.J.) como E.A.M., M.I. y U.H.v.A. escribieron el manuscrito. Los colaboradores S.M., K.F., S.E.H., T.M. y S.P.W. proporcionaron apoyos técnicos y asesoría académica en el ámbito conceptual.
Como se puede apreciar en estos ejemplos, la asignación de la autoría obedece a una serie de reglas y convenciones que se pueden encontrar en diferentes publicaciones como: La normas de Vancouver (Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals: (ICMJE) (Updated April 2010) disponible en línea: http://www.icmje.org/ (consultada el 27 de octubre de 2011); Las recomendaciones de la American Psychological Association (APA, 1992; URL http://www.apa.org/ethics/code.html Ethical Principles of Psychologists and Code of Conduct 2010 Amendments) (consultada el 28 de octubre de 2011), entre otras. Esas recomendaciones, además de las anteriores cuatro señaladas arriba y otras que surgen de la experiencias y lecturas de quien esto escribe, se pueden sintetizar en los siguientes puntos:
1 Se recomienda establecer las bases de la participación en el proyecto por parte de cada uno de los colaboradores desde sus etapas iniciales y llegar a acuerdos que se han de plasmar en un documento escrito.
2 En la medida de lo posible todos los miembros del equipo deberían tener las mismas posibilidades de ser el primer autor en alguna de las publicaciones que surjan del proyecto de investigación.
3 Para ser elegible como autor, un individuo debe haber hecho una contribución profesional sustantiva o académica al menos a uno de los siguientes aspectos: Concepción de la idea, diseño del estudio, adquisición de los datos, análisis e interpretación de los datos.
4 La contribución profesional o académica implica responsabilidad intelectual, por lo que cada autor debe haber participado lo suficiente como para tener responsabilidad pública en relación a su participación proporcional, es decir que sea capaz de defender las secciones más relevantes del trabajo, como por ejemplo, los resultados, los métodos para su obtención y las conclusiones.
5 Cada autor debe dar su consentimiento por escrito en el que describa su participación en el estudio y dicho escrito debe coincidir lo estipulado por el resto de los colaboradores.
6 Cada uno de los autores debe haber participado activamente en la elaboración del escrito, haberlo revisado de manera crítica y apoyar con sus puntos de vista la versión final de éste, no basta con hacer correcciones de orden tipográfico, de estilo u ortográficas, sino aportaciones sustantivas y constructivas al manuscrito.
7 Cada uno de los autores debe expresar su aprobación de la versión final del escrito antes de que éste sea enviado a donde será publicado.
8 Ni el jefe de departamento, ni quien recibió una beca para el trabajo, ni el investigador principal son elegibles de manera automática para la designación como autores, si éstos no cumplen con los puntos 3, 4, 6 y 7 citados anteriormente.
9 Los individuos que contribuyeron en el proceso de recolección de los datos, por ejemplo los médicos que colaboraron facilitando el acceso a sus pacientes, las enfermeras, los entrevistadores, trabajadores de campo y otros individuos que participaron en la obtención de los datos, no son elegibles de manera automática como autores, antes de iniciar el estudio se debe aclarar hasta donde llega su participación y el reconocimiento que tendrán en la publicación, que podría considerarse en la sección de agradecimientos.
10 A los colaboradores que son elegibles para ser designados como autores de acuerdo con los puntos 3 y 4 se les debe dar la oportunidad de llenar los criterios 6 y 7 invitándolos a hacer revisiones críticas a los borradores que se generen del documento a publicar, así como las observaciones finales al manuscrito.
11 Los autores nominados para elaborar el escrito deben responder con sus comentarios al mismo, en periodos de tiempo razonables, por ejemplo no mayores a 20 días a efecto de evitar demoras en el proceso de publicación, en caso de imposibilidad para cumplir este precepto, los autores nominados podrían perder su derecho de ser asignados como tales como se estipula en el punto 6 donde se señala que todos los autores deben participar en la elaboración del manuscrito.
12 El primer autor debería ser la persona que tiene el liderazgo en el proyecto de publicación, este liderazgo implica, entre otras cosas, que es el principal responsable de la integridad del trabajo como un todo, ya sea él solo o en colaboración con el investigador principal o líder del grupo.
13 Cuando no es posible hacer una distinción y cuantificar la participación de otros autores potenciales, éstos se deberán enlistar en orden de acuerdo con el tamaño de su contribución al trabajo, en algunos casos y tipos de publicación se reserva el lugar de “autor final” al investigador principal o líder del grupo, en otras revistas, ser el último autor, no tiene ningún significado especial.
14 Cuando es imposible separar cuantitativamente las contribuciones de dos o más colaboradores por el nivel de su contribución, sus nombres se deberán enlistar de manera aleatoria, esto significa que la asignación de estos casos es independiente del orden alfabético con que inicia su apellido o nombre.
15 Independientemente del orden en que aparezca el nombre de cada autor, todos los autores enlistados, deben estar preparados para explicar el porqué del orden en que aparecen cada uno de los nombres del resto de los colaboradores.
16 Cuando por obligación se tenga que colocar el nombre de un autor corporativo (como en el caso de algunos estudios cuyo financiamiento estuvo a cargo de una institución que solicita ser parte de la lista de autores como tal) se deberá integrar siempre que cumpla con los criterios para el resto de los escritores.
17 En casos de disputa sobre la elegibilidad de los autores, el caso deberá ser resuelto mediante el arbitraje del investigador principal (líder del grupo) en coordinación con el primer autor (líder de la publicación).
18 Todos los autores enlistados deben firmar la carta de envío del manuscrito a la revista, en la que reconocen cumplir los requisitos para ser considerados como tales.
19 Aquellos individuos que hicieron una contribución sustancial al trabajo y que no alcanzan a cubrir los criterios para ser considerados en la lista de autoría, por ejemplo las secretarias, los trabajadores de campo, colegas que hayan hecho recomendaciones valiosas, cuando sea posible deben ser reconocidos por su nombre en la sección de agradecimientos, siempre y cuando éstos den su permiso explícito para ello. También debe hacerse un reconocimiento en esta sección a las personas e instituciones que apoyaron con recursos financieros o materiales para el desarrollo del trabajo de investigación.
20 El manuscrito final debe mostrarse a todos aquellos individuos cuyo nombre aparezca en el mismo y se les deberá solicitar que firmen un permiso por escrito donde dan su consentimiento para que se usen sus nombres en el documento final.
21 Cuando el trabajo se desarrolla por un grupo amplio en el que participan además investigadores de muchos centros de investigación, el grupo debe identificar a aquellos individuos que aceptan la responsabilidad directa del manuscrito, estos individuos será los responsables de llenar los formatos relativos a declaraciones de Conflicto de intereses de los autores.
22 La sola adquisición o aportación de fondos para el trabajo de investigación, así como la recolección de datos por sí sola o la supervisión del grupo de investigación por sí misma, no constituyen derechos de autoría.
23 Todas las personas designadas como autores deben calificar para tal efecto y todos lo que califiquen apropiadamente deben ser enlistados como tales en el documento final.
24 El autor líder de la publicación, sólo es responsable de la comunicación con la revista o el comité organizador del congreso y también lo es de administrar la comunicación entre el resto de los coautores, como líder debe asegurarse que todos los que cumplan con los requisitos como tales sean incluidos en la lista, que el orden en que aparecen ha sido acordado por todos los participantes y de que todos los autores están enterados de que el manuscrito ha sido enviado.
25 Una vez que ha sido aceptado el manuscrito, la prueba de galeras o borrador final se envía al autor responsable de la publicación, conocido también como autor para correspondencia, quien debe hacerla llegar al resto de los autores y hacer las correcciones finales a que haya lugar, ya es el éste autor el responsable de la precisión del contenido de la prueba que se enviará a impresión, en particular, cosas que parece tan obvias como los nombres, la dirección y la filiación correcta de cada uno de los coautores.
26 Después de la publicación, el autor para correspondencia es el punto de contacto para solicitudes y cuestionamientos en relación con el artículo, éste sigue siendo responsable de informar a todos los colaboradores de todos los aspectos relacionados con el documento publicado.
Como puede observarse, definir la autoría es un proceso que como todos los que se han propuesto como problemas a resolver en esta serie de envíos de Los Números del CIDE, tiene que ver con situaciones cuantitativas, de número de horas de trabajo, más que con aspectos emocionales.
Salud y éxitos
Joel