Cuando los hombres se reprodujeron, lucharon con las otras criaturas. Por esto Gelgmo hizo diez loros[1] de la nieve, que habitaban en el Guelquilo[2]; e hizo diez loros del agua, que habitaban en el Epe[3], los cuales comieron a muchos hombres. Los más fuertes lucharon con ellos, pero estos los devoraron. Y comieron a todos los humanos, salvo a Fúler[4] e Into[5], quienes eran los más débiles y se escondieron en el valle. Entonces Etaste separó el Epe y el Guelquilo de la nieve y los alejó de los hombres. Y los llevó por encima del cielo y Nergmo cubrió cada uno con un cielo. De esta forma, hicieron el Satidesmaloru[6] y el Aquipsmaloru[7]. Hijos de Fúler e Into hubo muchos y cubrieron toda la tierra. Pero no eran fuertes como fueron los hombres anteriores, los cuales cazaban a las bestias. Sino débiles, como sus padres, y fueron cazados por las bestias. Pero los loroaquíps golpeaban los bordes de su cielo, rompiéndolo y escapándose de él para ir a la tierra de los hombres y cazarlos. Entonces Risúmar[8] fue a la tierra para luchar con los loroaquíps. Y mató a muchos, pero quedaron dos de estos, Gelcadno e Idodaldo, que se escondieron en los bosques para cazar a los hombres. Y Nergmo tomó parte de su carne, que surgía de nuevo de los huesos, y cubrió con esta los cielos de Satidesmaloru y Aquipsmaloru.
Entonces Naspáleba entró en las aguas del Colo, en donde se encontró a los cinco hijos de Gelgmo y Dadúlaquib[9], para pedirles que capturasen a los loroaquíps cuando estos buscasen escapar por el mar. Allí vio a los gemelos de los remolinos y las olas. Les dijo: "Viejos varones, vengo hasta vosotros para pediros que, si algún loro llega hasta estas aguas, no le permitais escapar, pues ninguna criatura de los dioses debe traspasar el cielo que estos les han dado." Y, después de escuchar esto, Ben le dijo a la diosa: "Bella hija de Calgmo, hemos escuchado tu solicitud, pero sabe que queremos un pago, pues tu belleza es alta entre los dioses y realizaremos lo que dices si tú yaces una noche con cada uno de nosotros." Y la diosa aceptó la petición y yació con un hermano y de ellos nació el que mueve los suelos[10]. Pero la diosa solo amaba a este dios, mas no a su hermano. Entonces el hermano de ambos fue hasta la diosa y le dijo: "Bella hija de Calgmo, he visto que has yacido con mi hermano y vine hasta ti para pedirte lo mismo." Entonces la diosa le dijo: "Señor de las aguas, es verdad que he yacido con tu hermano, pues le he pedido que les cierre el camino a los loroaquíps que busquen escapar del cielo de los hombres a través de las aguas del mar; y yaceré contigo, si tú haces lo mismo." Entonces el dios aceptó la petición y la diosa le dijo: "Sé que soy la más bella entre los dioses, por eso te pido que tomes la forma de mi cuerpo, para que yo también sienta lo que es yacer con la más bella." Entonces Borxa accedió. Y, cuando Ben buscó a Naspáleba, se encontró con su hermano, con la apariencia de la diosa, y yacieron ambos[11] y de ellos nació el que moja los suelos[12]. Y, después de haber dado hijos con la diosa, Ben movió las aguas y las dirigió hacia la tierra, para que, cuando uno de los loroaquíps que se escondían en los bosques quisiese escapar por las aguas, él lo llevaría de nuevo hasta la tierra. Y Sulgúded alzó las aguas hasta los cielos y las lanzó sobre los mares, para hundir a los loroaquíps que quisiesen escapar por las aguas dentro de estas mismas. Y los loroaquíps en la tierra que supieron lo que ocurría en las aguas se escondieron en los bosques y allí vivieron, cazando a los hombres.
Un loroaquip, Ilarbolsticón, fue hasta Liscrinta y allí se llevó a Lopsoltabuta, una niña del pueblo, y la llevó hasta el bosque. Y comió sus ojos, pero entonces llegó un cazador de Felgódax[13] y lo hizo huir, tirándole su garciort[14] al loro, antes que la comiese toda. Y el cazador, quien era el simbaíno, Dirgánuc, la llevó hasta el pueblo, pero la escuchó hablar, supo que era guelquilcia[15] y la llevó hasta Quiptó y la dejó en la casa de sus hermanas, que la cuidaron y educaron. Y Lopsoltabuta fue mujer joven y se dirigió junto a estas mujeres al mercado y ahí las escuchó hablando en la lengua de los simbaínos. Allí recordó el momento en que la bestia le había devorado los ojos y, después de esto, solo escuchó palabras como las que estaba escuchando. Entonces tomó su faricón[16], se lanzó hacia el lugar en donde surgían esas palabras y mató a ambas. Luego huyó del pueblo y llegó hasta Felgódax. Allí caminó entre las casas durante diez jornadas y mataba a los niños y niñas y a las mujeres que escuchaba hablar. Hasta que una noche llegó al pueblo Ilarbolsticón, buscando a simbaínos para devorar y la vio matando a un niño y supo que era la niña que había tratado de devorar y le dijo con palabras guelquicias, la cual es la lengua que los dioses les enseñaron a los loros: "Hija de las carnes de Tasacalba[17], ¿qué mal de estos hombres a cuyos hijos matas con tus manos llegó hasta tu alma?" Y la mujer, habiendo reconocido las palabras, que eran como las suyas, le dijo: "Hijo de Guelquila, tranquila mi alma escuchando tu voz; no tengo ojos que te vean, porque cuando era una niña una bestia me los quitó; pero reconozco tu idioma, que es igual al mío, y reconozco a estas bestias porque sus palabras son iguales a las que pronunciaba esa bestia." Entonces Ilarbolsticón supo que la mujer erró y le dijo: "Lo que dices es bueno; ven conmigo, pues soy guelquilcio como tú, y te llevaré de nuevo hasta nuestra tierra." Y Lopsoltabuta aceptó y Ilarbolsticón la llevó de nuevo hasta el mismo bosque, al cual la había llevado cuando era niña. Allí yacieron y Lopsoltabuta engendró a Arquilartaccón, la que camina sobre las aguas de los bosques. Pero un día Ilarbolsticón quiso devorarla mordiéndole la cara y llegó hasta el bosque Dirgánuc. Y este pensó que eran dos loroaquíps y, lanzando su garciort, atravesó la cabeza de la mujer y la de la bestia.
[1] loro ("alto"), hombres gigantes hechos de nieve (lorosətides) y de agua (loroakips).
[2] Gelkilo ("El Frío"), monte mitológico que se encontraba en la zona en donde están Belelumpicia y Roca.
[3] Epe ("El Blanco"), monte mitológico que se encontraba en la costa del Colo, en la zona en donde se sitúan Estigia e Inamamale.
[4] Fuler ("El primero").
[5] Into ("La última").
[6] Sətidesmaloru ("Lugar de nieve”), mundo en donde viven los lorosatides.
[7] Akipsmaloru ("Lugar de agua"), mundo en donde habitan los loroaquíps.
[8] Dios de la lluvia y las tormentas, hijo de Feredolobidi y Nergmo.
[9] Son las deidades que controlaban las mareas y los fenómenos marinos. Estos eran los gemelos Reltútedi, responsable de la marea alta y baja, y Caisadargo, responsable de la calma de las aguas; los gemelos Sulgúded, responsable de las tormentas y los maremotos, y Ben, responsable de las olas; y Borxa, responsable de los remolinos. Tenían la capacidad de cambiar de forma, como el agua.
[10] Tasdolobidi, dios de los terremotos, hijo de Naspáleba y Sulgúded.
[11] Borxa es ciego.
[12] Aquipsiuda, dios de la lluvia, hijo de Borxa y Ben.
[13] Felgodaks, nombre con el que los zarquanos se referían a la ciudad simbaína de Tantulimalta.
[14] gartjort, lanza de caza zarqueana.
[15] gelkiltja, palabra con la que los zarqueanos se nombraban a sí mismos.
[16] Fíbula zarqueana hecha de hueso pulido.
[17] Cierva mitológica de cuyos trozos de carne nacieron los zarquanos. Ver la Epístola de Télgolo.