Sombras caminan, sin nombre, por el tiempo,
tejiendo las notas de esta sinfonía.
Se escuchan voces
entre las letras
que contienen el alma y la carne
dentro de un trazo de tinta
Nuestros jóvenes sueños,
enterrados en páginas viejas.
Dios no es poliglota
No tiene lengua y no sabe llorar.
No escucha nuestra sinfonía.
¿Por qué no nos llama por nuestros nombres
cuando las luces se van?
Fuimos bordados con hilos de bandera
y tenemos el derecho de
pelear por toda esta mierda
Para eso hemos venido al mundo
¿Qué clase de padre deja
a sus hijos morir por él?
La piel es más fácil de quemar que la tela
Cuando se sabe de dónde es.
A través del recuerdo de otros,
vistiendo el cuero de la madre
de un lobo, navegando
por las calles de Toledo,
los perros deambulan
con la piel enferma, bañada
por la luz de la luna.
Mientras la soledad
quema sus pechos
como la madera de los árboles despellejados.
Lloran su pasado,
el que pintaron de color gloria.
¿Con un nombre, nació la tierra?
¿De mentiras fueron creados los pueblos?
Del corazón de la noche,
las jaurías hambrientas
salen a cazar
fantasmas y esperanzas.
La sangre ordena matar
a los parias y a los traidores
y a los que, de otras manadas, son;
a todos los que no cantan
nuestra sinfonía.
¿Una nueva patria
deberemos construir
para todos los hombres
del mundo que quieran
vivir en el suelo
de Argentina?,
porque, nacer dentro
de estas fronteras,
es mérito grande
y un servicio
a la humanidad entera.
Estamos siendo
objetivos.
No podrá ser
de otra forma.
Nunca, enemigos,
nacerán de nuestro suelo.
Yo no hablo la lengua
de estas tierras.
No existen
para la ley.
Pero querrán
que las hables también.
Mas, sin pueblo
cantado,
no hay palabra.
¿Tienes los pies
en la lengua,
todavía?
¿Con qué género son tejidas.
todas las personas?
La muerte no sabe
hablar castellano
Silenciosa, hace su trabajo,
pero nosotros siempre
seremos un canto.