Los simbaínos la llaman así porque Estigo quiso que fuese grande y fuerte y sometiera a los reinos de Parcégar[1]. La hizo una bestia, devoradora de hombres, con tres corazones: uno que guarda las pasiones[2], otro que guarda las ideas[3] y otro que guarda la piedad con la que se gana el favor de los dioses[4]; y los situó lejos de los otros reinos, para que no escuche ni sus caprichos ni sus plegarias. Los montes de Ifármeler se alzaron sobre la Madre y su cabeza toca los pies de los dioses. Y por esto, Estigo le mandó una bestia, igual de feroz y hambrienta que ella. Los súfabas dicen que Átaro era una gran bestia horrible. Era hijo de Estigo y de Bosfi, la diosa que los tayas adoraban. Y Estigo quiso que la bestia no saliese de Átara. Sin embargo, fueron hasta ella todos los fartos, todos los tárgazos, todos los zarqueanos, todos los meriños y todos los tayas y pasaron por sus entrañas[5]. A muchos hombres devoró durante muchas docenas de años, hasta que Estigo quiso que un taya y un symba le arrebatasen finalmente la vida. Y por eso hasta Átara fueron Bórgar[6] y Barvécozar[7], que eran los últimos entre los tayas y, cuando llegaron hasta la entrada de su cueva, dijo el hombre: "Sal, bestia terrible, de estirpe divina, pues tu padre, el dios al que los symbas adoran, ha decidido que morirás por la mano de un taya y ha de ser uno de nosotros dos, pero no podrás matarnos ambos, pues somos los últimos." La bestia salió de la cueva y, mirándolos, dos luceros rojos se encendieron dentro de sus cuencas y, respondiendo, le dijo[8] a Bórgar: "Hombre fuerte, dices palabras de los dioses, pero sabe que un muerto puede matar". Y, habiendo dicho esto, hundió su mandíbula dentro de la tierra, por debajo de los tayas y la alzó hacia sus dientes superiores, que se encontraban a la altura de las copas de los árboles. Pero Bórgar pudo escaparse del terruño y Átaro solo tragó a Barvécozar. Entonces el pecho del hombre se llenó de rabia y, subiendo por el tronco de un árbol, se lanzó sobre el vientre de la bestia y, clavando su dumo[9] en este, lo rajó hasta el suelo. Y la bestia murió allí y de su cuerpo salieron todos los fartos, todos los tárgazos, todos los zarqueanos, todos los meriños, pero no salió ningún taya. Entonces la mandíbula de Átaro se desprendió de su cabeza de hueso y cayó sobre Bórgar, pero este consiguió salirse del lugar antes de que cayera. Y pensó que las palabras de la bestia, que un muerto puede matar, eran mentira. Entonces buscó a su mujer, pero Barvécozar se encontraba muerta, con el dumo de Bórgar clavado en su pecho. Entonces el taya, llenándose su corazón de tristeza, tomó el dumo de la mujer y lo clavó en su pecho, y de dentro de este se escaparon la tristeza y el alma, por el estrecho hueco entre el hierro y la carne. Así Bórgar murió por el arma de una muerta. Y con ellos se fue su pueblo entero.
Pero Estigo quiso que de las entrañas de Átaro salieran tres serpientes con cara de mujer. La primera se comió a las otras dos y Gadaquénaz la llevó hasta Séleto, en donde solo había un symba, Crodarco[10], que iba a desposar a una mujer de la isla, cuyo nombre era Asceli[11]. Pero llegó a la isla la serpiente y mató a la mujer con el hijo en el vientre. Y esa noche tomó la forma de ella, fue a su lecho y se unió a Crodarco. Pero la bestia fue hasta la habitación del rey de la isla, Caiba[12], y lo devoró para alimentar a los dos hijos dentro de ella. Entonces los habitantes de la isla pensaron que Crodarco había asesinado al rey, por lo que lo desterraron junto con la bestia, la cual creían que era Asceli, y fueron hasta la tierra que será Ezúffar, en donde la bestia parió a Uto[13] y Pararco[14]. Y en ese momento Azparcide y Urtefarride se bañaban en las aguas del Encíala cuando las vio Miusquedo y, repleto su pecho divino de deseo, se abalanzó sobre ellas, las cuales huyeron hacia donde estaban los dos. Allí la diosa más vieja de las dos vio al symba y su pecho divino se llenó de deseo, entonces detuvo a su hermano y le dijo: "Hermano mío, sé que siempre está hambriento tu pecho; allí hay una mujer que, puedes ver, es la más hermosa entre las mortales que viven hoy; si aceptas este parecer mío, vestiremos los tres pieles de humanos, emulando un hombre, su esposa y su hija, y les ofreceremos hospedaje en una casa; allí te daremos la facultad de seducirla, para que vaya a tu lecho y puedas vaciar tu pecho." Entonces, el viejo miró a la bestia y le dijo: "Hermana, tu parecer es agradable a mis oídos y haré lo que dices y en la forma en que lo dices."
Entonces, los tres dioses vistieron las pieles humanas y fueron hasta donde estaban Crodarco, la bestia y sus dos hijos y Azparcide les dijo: "Hijos de Gadagénaz, desde los arbustos os hemos escuchado hablando la lengua de los symbas, que es también nuestro pueblo." Y Miusquedo a ellos: "Sepan que mi nombre es Dalianordero, soy el hijo del rey de Panimozi, Lumpiceda; la que les ha hablado es mi esposa, Alaparmia, y la niña tomada de su mano es Zordaxcarto, mi hija." Y Azparcide, dentro de la piel de Alaparmia, a ellos: "Como lo determinaron los dioses, les ofrecemos hospedarse en nuestra casa estas tres noches; allí tendréis comida, ropa y cama." Y la bestia a ellos: "Que los dioses os protejan; mi nombre es Asceli, no soy symba, sino que he sido desposada por Crodarco, que está aquí junto mí." Y Crodarco a ellos: "Que Estigo les sea favorable; aceptamos vuestro hospedaje." Y, habiendo dicho esto, se dirigieron hacia el castillo que los tres dioses habían preparado y allí durmieron tres noches. Y en la primera noche Azparcide fue hasta la habitación de Crodarco y, tocando su pecho con sus dedos divinos, lo colmó de deseos por ella; y Urtefarride fue hasta la habitación de la bestia y, tocando su pecho con sus dedos divinos, lo colmó de deseos por su hermano. Entonces, la segunda noche, Azparcide, dentro de la piel de Alaparmia, fue hasta la habitación de Crodarco y se unieron en su lecho. Allí concibieron a Escalguero[15], el padre de todos los apsilianos; y Miusquedo, dentro de la piel de Dalianordero, fue hacia la habitación de la bestia y, llenándole el pecho con sus palabras, que era la potestad de su hermana[16], se unieron en su lecho y allí concibieron un hijo, de la estirpe de los dioses, pero de la carne de las bestias. Entonces, la tercera noche, Azparcide, dentro de la piel de Alaparmia, fue hasta la habitación de Crodarco y se unieron en su lecho. Allí concibieron a Ecmoinutcalo[17], el padre de todos los gogorianos; y Miusquedo, dentro de la piel de Dalianordero, fue hasta la habitación de la bestia. Pero esa noche vistió ropas sueltas, por lo que la bestia vio su pene erecto[18] antes de que pudiese seducirla con sus palabras, por lo que temió que intentase forzarla y, abandonando la piel de Asceli, le mordió el falo divino, hasta arrancárselo. Y lleno de dolor, el dios mató a la bestia allí, con el hijo entre sus entrañas, de la misma forma que esta había matado a Asceli cuando esta llevaba a su hijo en el vientre. Pero el dios reconstruyó su cuerpo y, al día siguiente, cuando fue Crodarco a la habitación de la que creía su esposa, pensó que había muerto porque su corazón se habría cansado por todas las penas.
Entonces le habló a Guiltuparmo, para que buscase a Nórdertor. Y accediendo el dios, fue hacia el gran lobo para notificárselo, el cual se dirigió al jardín del castillo y, viéndolo, dijo Crodarco: "Divino animal de las manos de Estigo, te llamo porque mi esposa, la que ha engendrado a mis dos hijos, ha muerto con el pecho lleno de pesar por el exilio." Y el lobo de la piel de tierra le dijo: "Hijo de la estirpe de Paldácar, querido por Gadagénaz, sabe que esta no es tu esposa, pues esta murió en la isla, con el hijo de vosotros en su vientre, pero esta que murió aquí es hija de Estigo y tus hijos son de estirpe divina y tu descendencia será grande; pero debes ir ahora a la isla, pues Estigo quiere que te impongas sobre Arfila, el hijo de Caiba, y que el trono de Séleto sea de los symbas." Y después de decirle esto, la bestia divina llevó a la madre de los dutorianos en su lomo y se alejó. Entonces Urtefarride, con su pecho lleno de compasión y piedad, se acercó al symba, vistiendo la piel de Zordaxcarto, y le dijo: "Hombre bueno y pío, has ido por el camino que fijan los dioses y muchos pesares han caído sobre ti; sabe que no soy la hija de Dalianordero, sino una de las divinas hijas de Arza, que encienden el deseo entre los hombres y las mujeres; sabe que Arfila tiene una madre, Goieli, a quien él ama mucho; podrás acercarte a ella y seducirla con tus palabras y, cuando ella te sea favorable, Arfila te abrirá las puertas de su castillo, para que puedas acercarte a él y desplazarlo; para eso te daré para vestir la piel de Ialce, uno de sus soldados más queridos, quien hace siete años fue a Apsil a luchar, pero allí murió." Y, habiendo dicho esto, la diosa vistió a Crodarco con la carne del soldado y, tocándole al symba los labios con la piel divina de los dedos, le dio así la facultad de colmar de deseos los pechos. Entonces el que será el rey volvió a la isla.
[1] Fártas significa "imponente". Los demás pueblos simbaínos habían llamado así a la región en la que se encontraban Átara, Ifármeler y Telmízer porque los tres reinos se habían unido para invadir a los demás reinos simbaínos de Parcégar.
[2] Átara. El mito la nombra así porque este era el reino más belicoso de los tres, el que proveía de más soldados.
[3] Telmízer. El mito la nombra así porque la mayor parte de generales, gobernantes implicados y estrategas eran telmitrios.
[4] Ifármeler. El mito la nombra así porque los simbaínos consideraban que esta ciudad tenía el favor de los dioses, porque el Plerco, el lugar en donde habitaban estos, se encontraba sobre un monte que estaba situado en este reino. Por esta razón, se habían erigido muchos templos y establecido muchos colegios sacerdotales en Ifármeler, avocados a las deidades más importantes, como Estigo.
[5] Durante varios siglos, varios reinos simbaínos intentaron invadir Átara, para debilitar el ala militar de Farta, pero todas estas expediciones fracasaron, muriendo muchos simbaínos, zarqueanos, meriños y tayanos en el reino farto. Átaro es una analogía, tanto de Átara como de Farta en conjunto.
[6] Borgar (ty.). Del proto-vermárico medio *b(o)(r)(e), "tierra" (cf. Bripoε dm., Breφje gnm., Bósφis versión simbaína del nombre de la diosa tayana Bosφei), y *gal, "hombre" (cf. gal dm. gar gnm.).
[7] Barvekozr (ty.). Del proto-vermárico medio *(b)(a)l(i)u, "cielo" (cf. Liu dm., Ra gnm.), y *akʰutʰl-, "nacer" (cf. iгuдlega dm., ihuzrege gnm.).
[8] Según la Paladastía, la única de las hijos de Estigo y Bosfi a la cual Estigo le había dado la facultad de hablar era Gargias (58.229-230). Sin embargo, en esta fuente, que es más antigua que la redacción de Lumpicurgo de la Paladastía, al ser pre-cristiana, Átaro puede hablar.
[9] dýmω, una lanza de caza de origen simbaínico. Aunque las armas de Bórgar y Barvécozar no pertenecen a este tipo, porque no son simbaínicas, Umpara las confunde e identifica con estas porque no conoce otro término para denominarlas.
[10] Krωdárkoys, "el que engendra a todos".
[11] Askῆlis, nombre de origen pre-simbaínico.
[12] Χâibas, nombre de origen pre-simbaínico.
[13] Primer rey mitológico de Ezúffra y padre de la estirpe simbaínica de los útetos.
[14] Primer rey mitológico de Gul y padre de la estirpe simbaínica de los parárcetos. La razón por la que, en el mito, estos dos reyes son hijos de la serpiente es que Umparo buscaba presentar la ascendencia de los útetos y parárcetos, que eran descendientes de los séletos, como únicamente simbaínica. Los dutorianos acusaban a los séletos de no ser simbaínos puros, de ser hijos mestizos con los antiguos habitantes de la isla. Por esta razón Umparo reemplaza explícitamente a Ascile con esta bestia que, además, al ser hija de Átaro, pertenece a la estirpe de Estigo.
[15] Skalgéroys ("el de las piernas de piedra"). Primer rey mitológico de Apsil y padre de la tribu de los apsilianos. Su nombre se debe a que los dutorianos decían que los apsilianos tenían piernas fuertes para correr o cargar cosas.
[16] Urtefarride era la ordalia de la seducción verbal, por lo que el deseo de la serpiente hacia Miusquedo era de esta índole.
[17] Kmωinyzχáloy ("el de las hojas"; Kmωinyzὴnoys en simbaíno farto). Primer rey mitológico de Gógor y padre de la tribu de los gogorianos. Su nombre se debe a que los gogorianos se habían establecido en una pradera de árboles verdes.
[18] Miusquedo pertenecía a un grupo de divinidades menores llamadas atsurlos, que eran una especie de sátiros, con penes siempre erectos, que acosaban y abusaban de los transeúntes en los bosques y las orillas de los ríos.