De todos es conocido sobradamente el icono del ying y el yang. Algo más menos frecuente es saber que se trata de dos conceptos pertenecientes al taoísmo. Según este, el universo es en esencia el resultado de la interacción de dos fuerzas opuestas: el ying y el yang. Estas serían no sólo fuerzas opuestas (sol-luna; calor-frío; día-noche; etc.), sino que serían fuerzas complementarias. Ninguna de ellas podría existir sin la otra. Por tanto, no existen verdades absolutas en el taoísmo. Quizá así se entienda mejor el icono que las representa.
Y ¿Cuál es la relación con el ajedrez? La lucha de contrarios también existe sobre el tablero. Pondré un ejemplo. Es un principio básico en el inicio del juego que no debe uno extralimitarse con el movimiento de peones, dado que se pierden tiempos fundamentales para el desarrollo de las piezas y se crean debilidades en casillas. Al ser esta una “verdad” suficientemente extendida entre los ajedrecistas aficionados, no me pararé a mostrar un ejemplo del mismo. Simplemente llamaremos a esa idea el ying. Ahora bien, si esto del taoísmo es así, deberá ser posible igualmente lo contrario; es decir, mover varios peones al inicio y no quedar en posición inferior. Eso sería el yang. Veamos la siguiente partida. Tuvo lugar en San Remo, en 1930.
Blancas: F. Yates. Negras: A. Alekhine.
1. e4 e5
2. Cf3 Cc6
3. Ab5 a6
4. Aa4 d6
Las negras han realizado cuatro movimientos, de ellos tres son de peón.
5. Cc3 Ad7
6. d3 g6
7. Cd5 b5
Echando al molesto alfil español. Eso sí, de los siete movimientos realizados por las negras, cinco han sido de peón. ¿Pagará Alekhine su osadía?
8. Ab3 Ca5
9. Ag5 f6
10. Ad2 c6
¿Se ha vuelto, Alekhine, loco? ¡Siete movimientos de peón en las diez primeras jugadas! La respuesta es: no. ¡Es el yang! Recuerda, no existen verdades absolutas. Cada recomendación tiene su refutación. Esta es el yang, y el ejemplo continúa.
11. Ce3 Cxb3
12. axb3 Ch6
¡Ahora saca el caballo por h6! Estoy convencido de que si a un grupo de aficionados se nos pusiese delante esta posición y se nos preguntase al respecto del nivel que creyésemos que tiene el jugador de negras, casi ninguno afirmaría que está ante un Campeón del Mundo.
13. b4 f5
Nuevo avance de peón.
14. De2 Cf7
15. Cf1
Muy condicionada por la amenaza negra 15. …, f4. Yates no quiere jugar 15. gxf5 porque dejaría precario su enroque corto y el largo no es viable por la posibilidad negra de romper mediante a5.
15. …, De7
16. Cg3
Yates pretende provocar 16. …, f4; con idea de cerrar la posición.
16. …, f4
17. Cf1 g5!
18. Ac3 h5!
En dieciocho movimientos, once son de peón. Desprecia desarrollar el alfil de casillas negras, enrocar, comunicar torres. En definitiva, jugar de forma correcta pero rutinaria.
19. C3d2 Ag4
20. f3 Ae6
21. d4 Ag7
22. Dd3 exd4
23. Axd4 Ce5
24. De2 0-0
Enroque desprovisto de cubierta de peones y sin embargo, seguro.
25. h3 c5
26. Ac3 cxb4
27. Axb4 Cc6!
28. Ac3 Axc3
29. bxc3
Ahora el peón de a, que constituía la única debilidad del negro, se ha convertido en un poderoso peón pasado.
29. …., Df6
Quizá debió jugar 29. …, Ce5. Ahora Yates, mediante el sacrificio de un peón, tratará de liberar su posición. Ya sabes lo de: Si me queréis… ¡Marcharse!
30. e5! Cxe5
31. Ce4 De7
32. Cfd2 Ac4
33. Cxc4 Cxc4
34. Td1 De5
35. Dd3 Tf5
36. 0-0 d5
Alekhine recurre a un procedimiento similar, entrega un peón para liberar su posición y llegar a un final ganado.
37. Dxd5+! Dxd5
38. Txd5 Txd5
39. Cf6+ Rf7
40. Cxd5 Td8
41. Cb4 Td2
42. Ta1 a5
43. Cc6 Txc2
44. Cxa5 Ce3
45. Tb1 Txg2+
46. Rh1 Tg3
47. Cc6 Txh3+
48. Rg1 Tg3+
49. Rf2 Rf6
50. Cd4 g4
51. fxg4 Cxg4
52. Rh1 f3
53. Tf1 Th3+
54. Rg1 f2+
55. Rg2 Txc3
56. Th1 Td3
57. Ce2 Td2
58. Cg3 Tb2
59. Cxh5+ Re5
60. Cg3 Ch2!!
Sorprendente e inesperado golpe que liquida la resistencia blanca. Lo que queda es trámite. El caballo no se puede tomar porque a cualquier captura vendría 61. …, f1=D+ ganando.
61. Cf1 Cxf1
62. Th5+ Rd4
63. Rxf1 b4
64. Th8 Tc2
65. Tb8 Rc3
66. Tb7 b3
Y Yates abandonó.
¿Significa acaso esta partida que el yang (no abusar de los movimientos de peón en la apertura) es un error? Nada de eso. Recuerda, el ying y el yang coexisten, son opuestos, sí, pero también son complementarios. Lo que hace Alekhine en esta partida no tendría sentido si no fuese aconsejable justo lo contrario de lo que hace. Y tratar de hacer esto todas las veces no tendría sentido. ¿Cuándo toca cumplir la regla y jugar conforme a los cánones? ¿Cuándo es preciso o razonablemente posible saltarse las reglas imaginables? Es ese el secreto mejor guardado del ajedrez. Igual que el ying y el yang son razonablemente conocidos, no lo es tanto la tercera fuerza, llamada tao, que las contiene, que las mantiene unidas. Es ese el secreto del ajedrez. Los Grandes Maestros son capaces de jugar con las normas y con las antinormas. Ellos comprenden la posición. Los que no hemos tenido esa suerte seguimos condenados a padecer las fuerzas ocultas del ying y el yang. Si no nos gusta lo que hay, siempre nos quedará el ping y el pong.