AUNQUE  A  VECES  LO  PAREZCA

 

 

            Esta es una sesión que bien podría ser continuación de la sesión 5: La dama no es Messi. De ahí el título. Si no viste esa sesión y estás empezando en el ajedrez, échale un vistazo antes de seguir con esta sesión aunque lo más probable es que no te haga falta.

            En la sesión 5 vimos como no es aconsejable jugar la dama demasiado pronto ni demasiadas veces. Sin embargo, en ajedrez en ocasiones se producen excepciones. Dichas excepciones no invalidan la regla, sino que la complementan. Los principios por los que conviene ser prudente con la dama al principio son válidos. Lo que ocurre es que los jugadores fuertes pueden saltarse esos principios porque calculan todas las opciones razonables del adversario con precisión. Si no es este tu caso ni el mío, el consejo es ser cauteloso.

            Veremos ahora una partida en la que un jugador mueve la dama en las primeras jugadas continuamente. Sin embargo, lejos de ser un error, se trata de un acierto. Con ello logrará producir en el bando adversario debilidades que serán la causa de su perdición.

 

Blancas: A. Guerra Boneo.

Negras: R. De Witt.

 

 1. Cf3            b6

 2. d4             Ab7

 3. Af4           Cf6

 4. c4              c5

 5. Cc3           g6

 6. dxc5         bxc5

 7. Db3

 

            Importante. La dama mueve por primera vez en la jugada 7. Sin embargo, el movimiento es correcto. El jugador de blancas ha visto la debilidad de la casilla b7 y ubica la dama en un emplazamiento ideal porque ataca al alfil y refuerza desde b3 el control de la casilla d5.

 

 7. …,              Dc8

 8. Cb5

 

            Las blancas han visto la debilidad y están decididas a explotarla. Ahora se amenaza Cc7+ con un doble.

 

 8. …,              d6

 9. De3!!

 

            Jugada difícil de ver. Las blancas mueven su dama por segunda vez. Ya sabes que una de las normas que conviene respetar dice que es malo mover la misma pieza demasiadas veces en la apertura. Pero es que no sólo mueven por segunda vez la dama, es que la sitúan en una casilla donde entorpece el desarrollo del alfil de f1. ¡Y sin embargo es una jugada buenísima!  Amenaza 10. Cxd6+ ganando la dama, pero el jugador de blancas no juega De3 para ver si su rival no se da cuenta. Cuenta con que se defenderá de la amenaza, pero lo hará al precio de incurrir en una debilidad.

 

 9. …,              Rd7

 

            No valía 9. …, Ce4 por  10. Cg5  y ahora si mueve el rey cae el caballo o viene el doble en f7; y si 10. …, f5  11. f3 ganando. La debilidad está creada, se llama: rey en el centro.

 

10. Cg5

 

            Ahora se amenaza Cxc7, pero las negras han encontrado un modo de detener la amenaza.

 

10. …,             Cg4

11. Dg3

 

            Tercera jugada de la dama en once movimientos.

 

11. …,             Ch6

 

            Peón protegido.

 

12. Dh3+

 

            Cuarto movimiento de la dama.

 

12. …,             Rd8

13. Dc3

 

            Quinto movimiento de dama, que ahora amenaza Dxh8. Tampoco ha jugado a c3 la dama para ver si su rival no se da cuenta. El plan es volver a crear otra debilidad más.

 

13. …,             f6

 

            ¿Recuerdas la sesión siete? El ajedrez es como Marlene Dietrich. Pues hasta aquí ha sido todo caricias. Ahora viene el zarpazo definitivo.

 

14. Cxd6

           

            Y las negras abandonaron. La dama está tocada. Si está mueve vendría: 15. Cdxf7+ con un doble que ganaría la torre de h8; y si se toma el caballo las blancas jugarían 15. Dxf6+ (el sexto movimiento de la dama) tomando la torre igualmente.

 

            Con frecuencia, los aficionados, al pasar la fase inicial, nos cuesta distinguir cuando sacar la dama y cuando no. Un buen criterio es plantearte que si amenazas algo que se puede parar sin que tu rival empeore su posición, entonces sigue pensando. Sin embargo, si al sacar la dama amenazas algo que tu rival no puede detener sin crearse una debilidad, plantéate jugarla.  ¿Cómo distinguir unas posiciones de otras? Si lo supiese…