HECHOS
Cada año, en el Reino Unido, se tiran enormes cantidades de prendas de vestir (ver tejidos). Del millón de toneladas de este tipo de residuos que acaban en el vertedero, 400.000 toneladas son prendas de vestir. Los productos textiles representan el 5% del total de residuos domésticos, mientras que en EE.UU. la cifra se eleva al 11%. Se trata de un desperdicio tremendo de materias primas, sobre todo cuando es conocido el hecho de que la industria textil causa estragos en el medio ambiente. Convertir la materia prima en fibras genera un gasto de agua y energía; en procesos como la fabricación del rayón la contaminación que se provoca es evidente. Además lo tejidos sintéticos no son biodegradables.
Todas la prendas son reutilizables. En muchos países en vías de desarrollo existen sistemas de recogida que recuperan las prendas desechadas para su reciclaje. En la India es una industria floreciente. En Europa y Estados Unidos la venta de prendas de segunda mano está en pleno auge. Asimismo, los mercadillos benéficos organizados para ayudar a los más necesitados son cada vez más numerosos.
REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR
Evite realizar compras al primer impulso y resístase a las modas, así se ahorrará el tener que deshacerse de las prendas a corto plazo. Reduzca los residuos comprando prendas de buena calidad. Cada vez son más las empresas que fabrican prendas con fibras recicladas. Elija siempre algodón no blanqueado y prendas de pura lana.
Una o dos veces al año revise su vestuario y done las prendas que ya no le sirvan a la parroquia o a alguna organización benéfica. Cambien los botones y las cremalleras que estén muy usadas. Guarde los restos de tela o lana para arreglar pequeños rotos o descosidos, o quizá para confeccionar una colcha de retales. Con las prendas viejas también puede hacer trapos para el polvo. Confeccione una bolsa o mochila con los tejidos más resistentes.